LA PAVADA, LA MENTIRA, LA DEMAGOGIA Y LA HIPOCRESÍA
(Por Rubén Lasagno)
– Argentina es Macondo y como aquella obra maestra de Gabriel García
Márquez y sus otras obras relacionadas donde Macondo es mencionada,
aparecen en la prolífica pluma de colombiano las analogías con nuestra
vida cotidiana como “Los Funerales de mamá Grande” (CFK), “La Hojarasca”
(la clase política argentina), “La Mala Hora” (crisis política y social
permanente), “El Coronel no tiene quien le Escriba” (César Milani),
“Cien años de Soledad” (los “presos políticos” abandonados por el
kirchnerismo), “Monólogo de Isabel viendo llover” (Los videos actuados
de la jefa de la banda), “Vivir para contarla” (autobiografía de
Manzanares), “Crónica de una muerte anunciada” (la situación electoral
del peronismo si hace alianza con CFK y sus aláteres de la década
robada) y “La increíble y triste historia de Cándida Eréndira y de su
abuela desalmada” (que recrea las desventuras de Florencia para no ir
presa).
En este Macondo aparecen los actores de la pavada, la mentira
y la hipocresía, casi como una consecuencia lógica a la falta de respeto que
los propios argentinos nos tenemos todos los días, al sostener que CFK y su banda aún tienen un plafón social e intención
de votos suficientes como para hacerle temblar la estantería a cualquier
candidato que se atreva a mirar un poco más arriba de la pobreza política
propositiva 2019 de la que es objeto nuestro Macondo.
Si recorremos los últimos artículos de los diarios, por
ejemplo, vamos a ver a la ex presidenta, horrorizándose
por el asalto a las oficinas del Frente Renovador de Massa hace 48 horas,
mientras que en el año 2013, en pleno auge de su gobierno, Alcides Díaz Gorgonio, un oficial de la Prefectura en actividad,
que trabajaba en una oficina de enlace de Inteligencia, dependiente de la
Secretaría de Seguridad de la Nación, a
cargo de Sergio Berni (su Ministro de Seguridad) entraba armado a robar en
la casa de Massa, en Tigre.
“El espionaje
político que se vive en nuestro país es francamente intolerable“, dijo
CFK y es cierto. Ella lo sabe muy bien porque desde que asumió su marido en el
2003, la SIDE y los servicios de inteligencia del Ejército con Milani a la cabeza se dedicaron a chumear en las alcobas, las
sábanas y los negocios, con fines exclusivamente extorsivos. Ni hablar que
en el ámbito de la Inteligencia estatal, ellos cerraron con moño, además del
asesinato de Nisman, la causa por enriquecimiento ilícito, tal como Manzanares acaba de relatar, cuando
contó su reunión con Oyarbide y Kirchner en la SIDE para arreglar los números
de su falsa declaración patrimonial. Vaya
si sabe CFK de lo intolerable que resulta un país en estas condiciones. Solo basta con que nos pregunten a parte del periodismo que fuimos víctimas de
las operaciones de C5N, el diario de Ulloa, Página 12, 6,78, etc.
Finalmente, CFK desde las redes sociales (nunca dando la
cara en una entrevista, obvio) posteó “Memoria,
Verdad, Justicia, Democracia y Unidad para frenar este saqueo a los argentinos
y las argentinas“, haciendo una elipsis de los 12 años (4 de Néstor y
8 de ella) en los que estuvieron ausentes estos conceptos para terminar
escribiendo: “24 de marzo de 1976 –
24 de marzo de 2019. Ayer y hoy: ajuste de salarios y jubilaciones, destrucción
de la industria nacional, aumento de la pobreza, timba financiera y persecución
a opositores políticos. Mismas políticas, mismos resultados“, nada distinto de lo que ella hizo o lo que
hace su cuñada en Santa Cruz y un cierre de profundo sinceramiento cuando
dijo “Mismas políticas, mismos resultados”.
¿O ella piensa, cree o está convencida que
hizo algo distinto?.
Axel Kiscillof en
campaña, señalando que es la marcha peronista lo que más lo identifica, pero la
que empieza diciendo “Les Muchaches
peronistas…”; un estúpido importante,
que inclusive, llegó a ser ministro de Economía de Macondo.
Elisa Carrió pidió eliminar la AFI como “única manera
de combatir el espionaje ilegal”. Claro, siguiendo ese pensamiento podemos
destruir todos los autos como forma de evitar que la gente choque en las calles.
Una pavada, cargada de una hipocresía supina que dá cuenta del nivel de
discusión de la clase política. Como si anular la AFI impidiera que un gobierno
creara otro organismo con infraestructura y características similares o
utilizar la Inteligencia militar (como hacia CFK) para espiar a la ciudadanía. Cualquier
país del mundo, medianamente organizado, sabe que el aparato de Inteligencia
estatal es necesario. El problema no es de la Inteligencia, sino quienes la
manejan. Y aquí Carrió debería hacer una autocrítica, porque es el sector
político al que ella pertenece quienes deberían ser honestos, profesionalizarla
y no utilizarla para fines políticos. Entonces, si para detener la gangrena de
la inteligencia política hay que anular un organismo, anulemos a todos los
políticos para evitar la corrupción, la mentira y la pobreza en que sumieron a
la Argentina en 70 años. Una pavada más de quienes no saben qué hacer con el
país.
Sergio Massa dijo “Hay un subsistema de servicios de
Inteligencia que heredamos de la dictadura”. Las implicaciones del líder
del Frente Renovador, van más o menos en línea con Carrió. Ahora bien, lo de
Massa sería factible analizarlo si recientemente hubiéramos recompuesto el
estado de derecho; pero hace 36 años que estamos en Democracia. Han pasado 8
presidentes, miles de candidatos, alianzas, rejuntes políticos y cogobiernos.
Mal puede decir Massa que es producto de la “herencia”, cuando se han renovado
al menos tres generaciones operacionales en los organismos de Inteligencia.
Lo que no dice Sergio Massa es que la culpa es directamente
proporcional a la ineptitud, interés, conveniencia, uso y abuso que hicieron los sucesivos gobiernos
democráticos de esas estructuras. Por lo tanto, si Massa y Carrió pretenden
soslayar la responsabilidad que les cabe por la actual situación de los
servicios de Inteligencia, están
faltando a la verdad y ocultando la mitad de la realidad, lo cual es
equivalente a mentir. Los únicos responsables de que los organismos
secretos hayan utilizado y utilicen sus herramientas reservadas, clasificadas
y/o ocultas, son cada uno de los
gobiernos desde Alfonsín hasta Macri, la oposición de cada momento político
del país y los conniventes de todos los tiempos, que hacen un discurso para
recolectar adhesiones y votos y después, ya en el poder, hace exactamente lo contrario y similar o peor al de su antecesor.
La Argentina no tiene futuro si los corruptos no van presos,
si los chorros no están encarcelados, si la sociedad no despierta y castiga con
el voto a los mentirosos y oportunistas, si la justicia no actúa y si quienes
tienen el uso de la palabra no dejan de
ser viles hipócritas buscando llevar el agua de la opinión pública para su
propio molino, diciendo y haciendo estupideces para parecer cool, “aggiornarse” al discurso mediático del momento o tratando de ser
complaciente con la “ola” de
opiniones que van hacia un lado u otro, depende del interés político del
momento.
La superficialidad y la idiotez, copan la parada entre la
clase política argentina sin excepción y ellos, son los “que nos representan”. No podemos, entonces, renegar de lo que somos
y cómo nos va. Tenemos nuestro propio Macondo y debemos resignarnos a vivirlo
tal como es y con sus excéntricos personajes, en tanto no sepamos, no podamos o
no queramos construir un país en serio con gente honesta y no con bandidos
descontrolados, reciclados, reincidentes y charlatanes de oportunidad. (Agencia
OPI Santa Cruz)