Por vía de eficiencia

Como dijimos al principio de esta sección de acuer­do con Santo Tomás, el quinto modo por el que Cristo realizó la salvación del género humano fue por vía de causalidad eficiente. Vamos a establecer el paralelismo entre la redención de Cristo y la corredención de María para ver sus semejanzas analógicas y sus diferencias esenciales.
En primer lugar vamos a sentar algunas nociones previas que precisan el verdadero sentido de la cuestión y preparan su recta solución.


  1. NOCIÓN Y DIVISIÓN DE CAUSA. En general, se entiende por causa aquello con cuya virtud se produce alguna cosa. Se distinguen cuatro causas principales: material, formal, eficiente y final.

Nos interesa recordar aquí las principales divisiones de la causa eficiente. Puede ser física y moral, según produzca su efecto de una manera física (como el fuego quema físicamente) o moral (como la recomendación obtiene la gracia para el recomendado). La física se subdivide en principal e instrumental, según produzca el efecto como agente principal o tan sólo como instrumento (v.gr., el escritor es la causa principal de la carta que escribe instrumentalmente la pluma). A su vez, el instrumento puede ser unido (v.gr., la mano del escritor) o se­parado (v.gr., la pluma con que escribe).

Para mayor claridad recogemos estas divisiones en forma de esquema:
La cusa eficiente puede ser:

Principal (Como instrumento unido-la mano-.)
1 Principal.  Física

Instrumental (Como instrumento separado- la pluma-.)

2  Moral   ( Por vía de mérito, intercesión, etc.)

  1. REDENCIÓN OBJETIVA Y SUBJETIVA. Recibe el nombre de redención objetiva el hecho mismo de la redención realizada por Cristo, o sea, su pasión y muerte en la cruz. Redención subjetiva es la aplicación a nosotros de los frutos del sacrificio de la cruz.

  1. LA HUMANIDAD DE CRISTO ES EL INSTRUMENTO UNIDO A SU DIVINIDAD. Como es sabido, las acciones todas de Cristo se atribuyen al Verbo de Dios, única persona que hay en El. Pero el Verbo—causa principal—utilizaba a su humanidad san­tísima como instrumento unido para realizar las operaciones teándricas, o sea, las propias de Dios-hombre 31 Esta doctrina, que algunos niegan en sus sermones radiados,  es importantísima en cristología.

Todo esto supuesto, establecemos las siguientes conclusiones, que veremos en el próximo y último artículo de esta serie:
NOTAS
30 Cf. III 48, 6.
31 Cf III 19, 1c. ad 1,2 y 5.