Doctrinales
LA DEMOCRACIA:
UN RÉGIMEN MORTAL
Durante
largo tiempo inúmeras voces se han alzado, una y otra vez,
exponiendo el fracaso democrático. Tarea hasta cierto punto
heroica, pues bien se sabe que predicar contra la iniquidad del
sistema equivale a la muerte cívica. Yendo desde lo
filosófico a lo real, la verdad es que la estadística habla
por sí sola. Cabe preguntarse, por ejemplo: ¿Cuántas víctimas
se ha cobrado la democracia? La siguiente compilación podrá
darnos una pauta.
Bien
podríamos empezar por la estadística brindada por el
Ministerio de Justicia en su sitio web, bajo el título “Sistema Nacional de Información Criminal”, entre
el año 1991 y el año 2009 (dieciocho años), y si tomamos
solamente los valores absolutos de “homicidios dolosos”, la
cifra es abrumadora, con un total de 54.000 muertes. Todo un
genocidio autóctono (ver cfr. http://www.lanacion.com.ar/
1496589-dos-decadas-mas-de-54000-asesinatos). A esta cifra,
deberíamos adicionarle el resultante del período que va
entre 1983 y 1991 (ocho años). Empero, al igual que desde el año
2009 a la actualidad (cuatro años), no existe número alguno.
Extraño acontecimiento para estos “fanáticos” de la
estadística.
Mas
consultando a los principales matutinos, podemos arrimar
algunos números preocupantes: Así, desde el 1° de enero hasta
26 de octubre del año 2012 (300 días), se habrían registrado 122
muertes por hechos violentos (http://www. clarin.com/crimenes
/titulo_0_800 320102.html). Y para lo que va del año 2013: pudimos
contabilizar 199 muertes por homicidios dolosos. De las
cuales, ochenta se habrían registrado en la Ciudad de Rosario y
el resto en diferentes lugares de la Argentina.
Todo
ello, sin entrar a considerar los múltiples decesos
producidos por la indolencia, la desidia, la corrupción y el
abandono de la seguridad pública. La nómina es extensiva:
- 17 de marzo de 1992: Explosión de la Embajada de Israel, mueren 29 personas y 242 heridos;
- 20 de diciembre de 1993: Incendio en Discoteca Kheyvis, mueren 17 personas, y otros 24 quedaron heridos;
- 18 de julio de 1994: Explosión de la Amia, mueren 85 personas y otras 300 resultaron heridas (67 de las víctimas se encontraban dentro de la AMIA y otras 18 en la vereda o en edificios aledaños);
- 3 de noviembre de 1995: Explosión Fábrica Militar de Río Tercero, mueren 7 personas y más de 300 heridas;
- 10 de octubre de 1997: Caída Vuelo 2553 de Austral, mueren 74 personas;
- 31 de agosto de 1999: Accidente Avión de LAPA, mueren 65 personas y 17 heridas de gravedad y otras tantas levemente;
- 19 de diciembre de 2001: Insurrección que depone a De La Rúa, mueren 33 personas y otros tantos heridos;
- 19 de septiembre de 2002: Caída de Dique Florentino Ameghino, mueren 9 personas y varios resultaron heridos;
- 28 de septiembre de 2004: Masacre de Carmen de Patagones, mueren 3 personas;
- 30 de diciembre de 2004: Cromañon, mueren de 194 personas y al menos 1432 heridos;
- 16 de junio de 2008: Se desprende farola en Congreso s/ militante, muere 1 persona;
- 22 de febrero de 2012: Formación N° 3772 del Ferrocarril Sarmiento, mueren 52 personas y más de 700 resultaron;
- 2 de abril del 2013: Inundación en la Ciudad de La Plata, 52 muertes oficiales. El magistrado aseguró que se inició la investigación de 92 fallecimientos, de las cuales 29 se descartó que hayan sido producto del desastre climático. Haciendo un subtotal de 711 personas fallecidas.
En treinta años de democracia, en pocas palabras, hemos acumulado todo un record en muertes: 55.032 personas y contando.
Respecto
de los números restantes el mutismo no es causal. A toda
costa, resulta necesario sostener a la democracia y sus
“bondades”. Pero lo cierto es que un desorden libertario se ha
entronizado en las calles. Con la abolición del orden, el caos
se hace vivo. Al compás de leyes inmorales y jueces
proxenetas, se brinda todo tipo de garantías al criminal,
abandonando al ciudadano a su suerte. Es por ello que debemos
meditar nuevamente sobre las palabras de Jean Madiran cuando,
en su ensayo “Las dos democracias”, enseña: “En la democracia moderna, el derecho nuevo entra en conflicto con la naturaleza…”
Allí, encontramos el porqué de la presente situación: para la
democracia la muerte es una cuestión de números y no un drama
metafísico. Entonces, resulta justo concluir con el autor
que: “la democracia moderna es el mal, la democracia es la muerte…”
En estos días no es extraño encontrar la ciudad empapelada con unos afiches que rezan: “Los puentes de la democracia”. Allí,
se exhiben los degenerados rostros de los “pontífices”:
Cámpora-Alfonsín-Kirchner, seguidos de los números 40-30-10.
Sólo podemos realizar una única interpretación de los
mencionados números, a saber: 40 años de subversión y
prácticas contra natura; 30 años de hipocresía y destrucción
cultural; 10 años de latrocinio y ponderación criminal. Así,
los mentados “puentes de la democracia” nos han conducido a la
desolación, la miseria y al actual estado de descomposición
social que impera en el suelo argentino.
Octavio Guzzi