El documento que leerán a continuación parece que fuera
dirigido a intelectuales y especialistas en marxismo… no lo es, reconocemos que
es un poco largo, pero es de fácil lectura y comprensión. Lo entendimos hasta
nosotros, que no somos especialistas de nada.
Es un ensayo que nos hace reflexionar sobre nuestra
presidente y sus presuntas enfermedades, de allí el título: ¿Y si no fuera tan loca…? ¿Qué pasaría
si todo fuera una puesta en escena? Nos quedamos con la inquietud que todo
puede ser una representación, para luego
a través de un diagnóstico de insana, se obtenga la ansiada impunidad y evitar
su juzgamiento en la corrupción más absoluta que ha empobrecido a la Nación.
La compartimos con ustedes, para que también después del 10 de diciembre de
2015 el pueblo tenga derecho a exigir justicia, no impunidad a los responsables
a la corrupción y ¡NUNCA MÁS!
Sinceramiento,
Pacificación Nacional
Definitiva
por una Nueva Década
en Paz y para Siempre
Para entender mejor, busquen en Google: "Asociación Gramsciana Argentina".
No es ni Clarín, ni La Nación, ni Lanata.
Transcripción de la
nota:
¡Gramsci, versión
argentina! de la Escuela de Frankfurt.
Contiene información que se torna importante, pues en su
colofón nos lleva a entender nuestra situación actual en la que extremistas y
guerrilleros de los años ’70 están ahora
encaramados en el poder gubernamental argentino bajo el amparo democrático y laboran por su objetivo
final.
Me permito sugerirte
la lectura completa.
Adjunto el citado documento.
¡Gramsci, version
argentina!
LA ESCUELA DE
FRANKFURT
Se conoce como Escuela de Frankfurt a un grupo de investigadores que adherían a Hegel, Marx y Freud y cuyo
centro estaba en el Instituto de
Investigación Social inaugurado en 1924.
Fundada gracias al mecenazgo del multimillonario argentino, de origen
alemán, Félix Weil[1],
se hicieron representantes de la “teoría
crítica”, la cual debe entenderse como un aspecto de la práctica, denominado
también marxismo cultural. La obra esencial de este Instituto fue el ensayo “Dialéctica de la ilustración”, editada entre 1944 y 1947 por Adorno y Horkheimer.
Félix Weil |
Estos ideólogos y filósofos decidieron transcender las
fronteras del positivismo, del
materialismo vulgar y la teoría fenomenológica, a través de un retorno a
Kant y sus sucesores del idealismo
alemán, principalmente Hegel.
Immanuel Kant y Georg Wilhelm Friedrich Hegel |
Los doctrinarios más famosos de este grupo fueron Adorno, Marcuse,
Fromm, Habermas,
Schmidt.
Todos ellos teóricos inmanentistas, que por ser ateos han
roto toda vinculación con el “allende",
con lo absoluto en cuanto trascendente,
es decir, con Dios.
El marxismo cultural moderno ya no va dirigido al
proletariado, sino a los hijos de la alta burguesía y la clase media.
Se reformula así la lucha de clases.
La clase pasa a definirse en
función del grupo cultural al que se pertenece y deja de determinarse en
función de la propiedad de los bienes de producción.
Fidel Castro lo
dijo en Córdoba en su última visita, antes de enfermar: la revolución ya no necesita de la violencia.
Por supuesto que debe entenderse esto de la siguiente
manera: “salvo que peligre la revolución”.
La República
Argentina, a través de la Secretaría
de Cultura de la Nación, de la Biblioteca
Nacional y de Docentes de Córdoba,
firmó un Convenio, 5/10/2010 en el Hotel Frankfurter Hoff, el más elegante de Frankfurt, con esta Escuela o Instituto de Investigaciones Sociales.
En esa oportunidad, Cristina
Kirchner estuvo acompañada por Mempo
Giardinelli, periodista de cuño marxista-leninista, periodista de Página 12; Ricardo Forster de Carta
Abierta y también izquierdista y Horacio
González, Director de la Biblioteca
Nacional.
Mempo Giardinelli, Ricardo Forster y Horacio González |
Según cuenta Mempo Giardinelli, cuando ingresó la Presidente Kirchner, dijo, “que linda gente que hay aquí”. Luego les
habló a los intelectuales allí reunidos con gran solvencia sobre el
conocimiento de lo que era el marxismo. Su oratoria, dijo, Giardinelli, duró media hora.
La Escuela de Frankfurt,
para afianzar el marxismo cultural
diseñado por Antonio Gramsci, o sea
la Revolución Cultural, dio “recomendaciones para la transformación y
disolución de la Europa cristiana”.
Entre otras cosas, propuso las siguientes pautas:
1) Fomentar la
desintegración familiar;
2) Hacer depender a
los ciudadanos del Estado o de los beneficios del Estado;
3) Mantener un
sistema legal desacreditado, con
prejuicios contra las
víctimas del delito;
4) Promocionar el
vaciamiento de las Iglesias;
5) Promover el consumo excesivo de bebidas alcohólicas;
6) Promover
migraciones para destruir la identidad;
7) Fomentar la
destrucción de la autoridad en los Colegios y Universidades;
8) Suscitar la
invención de delitos sociales,
9) El cambio continuo
para crear confusión,
10) Fomentar la homosexualidad en los niños.
Este Decálogo, tiene mucha relación con aquél escrito por LENIN, en 1913:
1) Corrompa a la
juventud y exacerbe la libertad sexual;
2) Infiltre y después
controle todos los medios de comunicación masivos;
3) Divida a la
población en grupos antagónicos, incitando a la discusión sobre asuntos
sociales;
4) Destruya la
confianza del Pueblo en sus líderes;
5) Hable siempre
sobre la Democracia, pero si llega la oportunidad, asuma el poder sin
escrúpulos;
6) Colabore con el
vaciamiento de los dineros públicos, y provoque la inflación;
7) Promueva huelgas,
aunque sean innecesarias e ilegales;
8) Promueva disturbios y contribuya para que no sean
reprimidos;
9) Ayude a destruir
los valores morales y la creencia en las promesas de los políticos y gobernantes;
10) Registre a quienes tienen armas de fuego, para su
posterior confiscación, a fin de impedir cualquier resistencia.
Como se podrá apreciar, la línea de comportamiento del
revolucionario debe ser necesariamente proteica, cambiar de forma constantemente
y proterva, obstinada en la perversión. Esto corrobora que la pretendida
filosofía marxista es sobre todo, una
metodología para la acción revolucionaria.
Nada dicen los marxistas, sobre cómo deberá ser el comportamiento del revolucionario cuando esté
en el Poder.
Esta hipótesis se contempla en lo que se denomina “dictadura del proletariado” en donde se
habilitan todo tipo de arbitrariedades, perversiones e injusticias; es decir, nadie que no sea de la secta y presente resistencia
quedará con vida.
Luego se continua con la propia tropa, si hay disidencias,
aún son de aspecto formal o si no
hubiera la adhesión inequívoca al personalismo de turno.
Cuando Cristina
Fernández dijo durante el Congreso
de Filosofía del año 2007, en Mendoza, que era hegeliana, no lo hizo porque Hegel hablara en sus obras bien de las mujeres que ejercen el
Poder, al contrario, se declaró hegeliana porque es consciente de la fuerza que
tiene el choque dialéctico, tanto para
destruir, como para construir Poder y derrumbar así, valores tradicionales.
Zbigniew Brzezinski |
Cuando se ideó “el
mundo uno”, el politólogo polaco residente en USA Zbigniew Brzezinski, tenía diseñado que el Nuevo Orden Mundial se edifique sobre la sociedad tecnotrónica con
humanismo marxista, (entienden ahora la tecnificación de la AFIP, somos un numero donde ellos nos dan
de baja del sistema oprimiendo un botón).
Cabe aquí consignar que la Escuela de Frankfurt, durante la Segunda Guerra Mundial, funcionó hasta el año 1950 en los EE.UU., financiada por la Fundación Rockefeller. (¡¡¡Sí, la misma
que financia a Verbitsky!!!)
Si creen que la Cristina Kirchner está desequilibrada,
incoherente, contradictoria, loca y no sabe lo que dice o hace, podría llegar a
equivocarse. Detrás de ella hay mentores y asesores que auspician y controlan
el cumplimiento fiel de las recomendaciones de la Escuela de Frankfurt y el Decálogo
de Lenin.
Todo está planificado para que así ocurra, desde su
sobreactuación en los actos públicos, hasta la inflación que propicia. Ella
encarna el “personaje” que muestra
por Cadena Nacional, pero su verdadera personalidad no la conocemos.
El Kirchnerismo
busca la acumulación de Poder por eso el "vamos por todo", pero también busca el choque dialéctico
constante (con las Provincias y su gobernadores, la Iglesia Católica, los
Sindicatos, las Fuerzas Armadas, las personas particulares, los países y
organismos bien ordenados del mundo, etc.).
El Kirchnerismo y
su Frente para la Victoria manifiestan y aplican su vamos por todo pues
su credo es que confrontando y destruyendo se construye poder, ¡Lenin!
Queda claro ahora
porque esta conducta de CK
que ¿nos parece irracional? Si Ud. es de
extrema izquierda, tranquilo va todo bien, si Ud. es un demócrata ajústese el
cinturón y comience a participar para defender sus ideas porque vienen por
todo, lo suyo, el poder y el dinero está cambiando de manos rápidamente y no va
para el pueblo, va a las de sus "burócratas
dirigentes", sí, la cámpora
inclusive.
NOTA: Las
imágenes y negritas no corresponden a la nota original.
[1]
Lucio Felix Weil nació en Buenos
Aires, Argentina. Sus padres, Hermann
Weil y Rosa Weil, de origen alemán, eran ricos comerciantes. Hermann Weil es considerado uno de los
mayores distribuidores de cereales del mundo en la primera y segunda década del
siglo XX. A la edad de 9 años, asistió a la escuela alemana Goethe-Gymnasium,
en Fráncfort. Más tarde, asistió a las universidades de Tubinga y Fráncfort,
donde obtuvo un doctorado en ciencias políticas. Durante su estancia en estas
universidades, se interesó notablemente por el socialismo y el marxismo. De
acuerdo con el historiador intelectual Martin
Jay, la clave de su discurso residía en «los problemas funcionales sobre la implementación del socialismo» (Martin
Jay, 1973: 5).
Fundación de la
Escuela de Fráncfort
En 1922 financió la Primera Semana de Trabajo Marxista (Erste Marxistische
Arbeitswoche) en la ciudad alemana de Ilmenau. Al evento asistieron teóricos cómo Georg Lukács, Karl Korsch, Richard Sorge, Friedrich Pollock y Karl
August Wittfogel. Alentado por el éxito del evento, decidió, junto a
su amigo Friedrich Pollock, fundar
en 1924 el Instituto para la
Investigación Social (Institut für Sozialforschung) en Fráncfort, más conocido posteriormente como Escuela de Fráncfort. Su preocupación por la necesidad de un centro
de estudios avanzados que analizara la sociedad del momento desde una
perspectiva marxista, le impulsó definitivamente, a la financiación económica
de este centro.
A pesar de ser su fundador y principal inversor,
primero en Alemania y luego en su exilio en América —a causa de la llegada al
poder del nazismo—, Weil se negó en
todo momento a dirigir el centro e incluso a que este llevara su nombre. En la
década de los 70, fruto de la crisis económica y de la devaluación del peso
argentino, Weil se vio obligado a
dejar de financiar la escuela. Con el paso del tiempo cambió su interés teórico
de corriente filosófica, por intereses de naturaleza económica.