Los secretos de la señora
Quizás,
quien mejor ha definido a Cristina Kirchner, en este último tiempo,
haya sido el presidente del Uruguay, José Mujica, cuando señaló que la
señora es terca. Una de las acepciones del vocablo dice que terca y
obstinada es aquella persona capaz de mantener una decisión por encima
de las dificultades que se presentan. Y las últimas medidas tomadas
(ganancias, impuestos en el sector financiero, apertura del canje,
cambio de jurisdicción de los anteriores, redistribución de la
gendarmería en todo el país), más allá de lo acertado o no de ellas,
hablan de una dirigente política que logra sobreponerse a las
adversidades y continúa empujando a su tropa. Esto, dicho para aquellos
que creen que la señora y su gobierno han bajado los brazos o que su
fragilidad emocional la obliga a tirar la toalla. Ahora… ¿Para quién
batalla Cristina? ¿Para Scioli? ¿Para el kirchnerismo? ¿Para el
peronismo? o ¿Para ella? En el entendimiento de que no todo es lo mismo.
Ciertamente no es sencillo columbrar lo que anida en lo profundo de su
pensamiento. De modo que el ejercicio intelectual a realizar para
abordar el problema no es sencillo ni ligero.
ALGUNOS HECHOS HISTÓRICOS
A los jefes de partido nunca les resultó sencilla su sucesión, fundamentalmente si en sus miras estaba retornar al poder.
Cuando el general Urquiza nominó, para sucederlo, al doctor Derqui,
no sospechaba que éste buscaría una alianza con los porteños para
desplazarlo de la jefatura del partido Federal. Como efectivamente
intentó, sin lograrlo. Aunque la división del partido no tuvo remedio y
todo se lo llevó el demonio. Cuando el general Roca señaló a su
concuñado, el doctor Juárez Celman, en el entendimiento que retornaría
luego de un período, Juárez desafió el liderazgo de Roca y sobrevino la
revolución del ‘90 y el estallido del PAN. Cuando Hipólito Yrigoyen
eligió a Marcelo T. de Alvear, lo hizo en la idea que un “galerita” no
podría arrebatarle su liderazgo popular. Marcelo mordía en las clases
medias y altas. Entonces el partido se dividió. Años más tarde el
general Perón, proscripto, señaló a Cámpora como candidato. Lo hizo
porque el delegado no podía serlo en tanto las leyes vigentes se lo
prohibían. Lanusse desconoció su propia ley y Cámpora fue Presidente.
Luego vinieron los esfuerzos desesperados del General por limpiar a su
partido de infiltrados y hoy los estamos padeciendo.
Menem, en su momento, decidió no impulsar a nadie. El no tendría heredero. O para decirlo de otro modo lo continuó la Alianza.
Néstor logró, a través de su mujer, lo que ningún presidente alcanzó
en la historia argentina. Una continuidad sin trauma ni traiciones. Todo
indica que de haber vivido regresaría sin sobresaltos a la presidencia.
No pudo ser
QUÉ HARÁ CRISTINA
Es muy difícil saberlo pero con la voluntad que muestra revela que la
política no la va a perder. Esta perseverancia entusiasma a sus
seguidores puesto que no hay nada más deseable para un militante que la
audacia y la voluntad del jefe. Sienten que no van a ser dejados en la
estacada. Cristina ha vuelto al centro de la escena y no creo que sea
para abandonarla mañana.
Entonces ¿Para quién trabaja la señora? ¿Para Scioli? Sería extraño
que así fuera. Puesto que si ha buscado la reelección para quedarse, y
le ha salido mal, nada indica que después de un corto período de cuatro
años no intente un regreso. Y ese es su juego.
Scioli no puede ser Presidente en acuerdo con Cristina. Y si ella
conoce la historia argentina no se lo va a dar. El gobernador de Buenos
Aires es sapo de otro pozo.
Así las cosas, ante la derrota de octubre, Scioli será el padre de esa criatura.
Habrá en este punto una coincidencia entre Massa y Cristina.
La Presidente, si todo continúa por los carriles institucionales,
preparará un candidato para perder, en el 2015 pero que defina la
presidencial en ballotage donde seguramente habrá una fórmula peronista y
otra pan-radical, si estos llegan a un acuerdo.
¿Por quién cree el lector que se inclinarán los votos del kirchnerismo puro?
Adivina, adivinador.