martes, 3 de septiembre de 2013

DERECHOS O PRIVILEGIOS HUMANOS

En los leja­nos ´60, como alumno de la Facul­tad de Dere­cho de la Uni­ver­si­dad del Sal­va­dor, tuve el honor de asis­tir a cla­ses de insig­nes cate­drá­ti­cos, cada uno en su espe­cia­li­dad pero todos con­flu­yendo en su pasión por la ense­ñanza. Y en estos con­fu­sos tiem­pos me viene a la memo­ria el recuerdo del Dr. don Car­los Fon­tán Bales­tra y su adjunto Dr. Jaime L. Smart en la Cáte­dra de Dere­cho Penal I. Ellos nos ense­ña­ron que un dere­cho es uni­ver­sal, no dis­cri­mi­na­to­rio, pero si lo gozan unos y se le niega a otros, sin causa alguna, se trata de un pri­vi­le­gio.
Tam­bién nos incul­ca­ron por ejem­plo que para lle­gar a una sen­ten­cia con­de­na­to­ria era impres­cin­di­ble con­tar con prue­bas con­tun­den­tes dado el prin­ci­pio “in dubio pro reo”. O que no es admi­si­ble la prueba tes­ti­mo­nial como única forma de jus­ti­fi­car la con­dena. Tam­bién aprendí que es nulo el pro­ceso basado en Ley pos­te­rior al hecho impu­tado y que no se puede man­te­ner en pri­sión a quien lleva deter­mi­nado tiempo pro­ce­sado sin con­dena, o que a los mayo­res de 70 años se les debe per­mi­tir cum­plir el arresto en sus domi­ci­lios. Lo recuerdo per­fec­ta­mente, aun­que hoy me sur­gen dudas, pero el Dr. Fon­tán Bales­tra falle­ció y el Dr. Smart está preso, acu­sado de come­ter un delito tipi­fi­cado mediante ley pos­te­rior a la fecha de su supuesta comi­sión, en un pro­ceso que admi­tió como única prueba fala­ces tes­ti­mo­nios, que lleva años dete­nido sin sen­ten­cia y no se lo excar­cela, habién­do­sele negado el arresto domi­ci­lia­rio. Y son cen­te­nas los argen­ti­nos que están en su misma situa­ción olvi­da­dos de la jus­ti­cia y octo­ge­na­rios mue­ren en crue­les maz­mo­rras sin la debida aten­ción médica.
No, hoy no tengo a quien consultar.
Supongo que ellos olvi­da­ron ense­ñar­nos que todo este anda­miaje judi­cial, fruto de siglos de uni­ver­sa­les expe­rien­cias, crea­ción de insig­nes juris­con­sul­tos, res­pe­tado por gobier­nos demo­crá­ti­cos, pudiese ser des­truido ante la impen­sada posi­bi­li­dad de un gobierno basado en el odio, la ven­ganza, la sin­ra­zón, la corrup­ción, la vio­la­ción de las más ele­men­ta­les nor­mas jurí­di­cas y hasta de la pro­pia Cons­ti­tu­ción Nacio­nal. Un gobierno que con­fun­diera los con­cep­tos de “dere­chos” y “pri­vi­le­gios” deno­mi­nando Dere­chos Huma­nos a los que pue­den gozar sólo sus ami­gos y negán­do­nos a quie­nes pien­san dife­rente. Un gobierno con jue­ces fede­ra­les pos­tra­dos y des­hon­rando sus car­gos. Nada de eso nos enseñaron.
Claro que tal vez no lle­ga­ron a ima­gi­nar que seme­jante caos podría suceder.
Saludo a Ud. atte.
Autor: Esc. Juan Manuel Otero