Economía Nacionalista IV
CAPITULO VI
BALANCE DE MEDIO SIGLO DE TEORÍA Y POLÍTICA MONETARIA
1.Recapitulación
Desde la Gran Crisis Mundial hasta nuestros días ha transcurrido medio
siglo. En nuestro breve análisis retrospectivo de los capítulos
precedentes, hemos podido observar, a grandes rasgos, el curso de los
acontecimientos en lo tocante a teoría y política monetaria.
La teoría cuantitativa tuvo, precisamente hasta la Gran Crisis, una primacía incuestionable y sus proposiciones prácticas, basadas esencialmente en laneutralidad monetaria y en un prudente manejo de la tasa de interés como
instrumento estabilizador de la actividad económica, dentro de un marco
de sostenido crecimiento, sufrió en aquella oportunidad un revés
irreparable.
Las innovaciones keynesianas no llegaron a cuestionar los pilares básicos de la teoría cuantitativa, tan
sólo se limitaron a profundizar algunos aspectos analíticos y a
promover ciertas modificaciones en la política económica, en especial
por vía del gasto público y con vistas, primordialmente, a combatir ladeflación y el estancamiento.
Al promediar los años 1950 -y el medio siglo a que nos estamos refiriendo- surge el monetarismo, un planteo que tampoco difiere con los lineamientos básicos de la teoría cuantitativa; antes bien, parece reivindicarla, oponiéndose a las innovaciones keynesianas, pero que en materia de política monetariaaparece decidido a restaurar una "ortodoxia clasicista", reafirmando la necesidad de estabilizar el contingente monetario, dejando libradas a la "oferta y demanda" de dinero la evolución de las tasas de interés y minimizando nuevamente el rol de la política fiscal.
Podemos afirmar así que el rasgo común a todos los enfoques derivados de la teoría cuantitativa, por consiguiente, y a la vez elemento distintivo frente a nuestra teoría cualitativa, es el de proponer en todos los casos y en última instancia, la confrontación global de los agregados monetarios (o masa monetaria), por una parte, y de la suma de bienes y servicios (o transacciones en ellos), por la otra.
Nuestra teoría cualitativa se opone a esa "globalización" de
magnitudes, sean ellas "moneda" o "producto", y propugna, en el plano
teórico, una identificación del destino cualitativo de las unidades monetarias y una "parcialización sectorial" que confronte las inserciones de dinero, por una parte, y suresultado productivo, sean "bienes" o "servicios", por la otra.
De esta proposición teórica, que nosotros formulamos han de derivarse importantes implicancias en lo tocante a política monetaria,
según podrá advertirse en los próximos capítulos. Pero antes de
adentrarnos en ese tema, creemos pertinente formular una somera
referencia a los resultados prácticos que se han derivado de la tesis monetarista, que es la realmente vigente en el "mundo occidental" y que ha suplantado -dentro del contexto general de la teoría cuantitativa- a las proposiciones keynesianas y aún, desde luego, a la que Friedman llama "posición inicial" de aquella teoría.
Consideramos indispensable este análisis, pues de sus resultados habrá
de colegirse o no la procedencia de un verdadero replanteo de la teoría y laPolítica monetaria, como el que proponemos nosotros.
2. El "monetarismo" en la Argentina
Comenzaremos por aclarar que nosotros no inculpamos a Milton Friedman
por todas las calamidades que se han derivado y se derivan diariamente,
para muchos países, de las estrategias monetarias atribuidas, con razón o
sin ella, al monetarismo. Es muy posible que muchas de esas
calamidades se deriven de tácticas y maniobras (de grupos interesados)
que nada tienen que ver con las proposiciones monetaristas.
Pero si tal inculpación ocurriera, Milton Friedman deberá, en última
instancia, asumir la responsabilidad, aún por aquello que no es
estrictamente derivado de su preceptiva o de la de su "Escuela de
Chicago". Por dos razones fundamentales.
Primero, porque el mismo Friedman dice que "lo que importa para el mundo
de las ideas, no es lo que pueda ser cierto, sino lo que sea
considerado como cierto".(15) Y con la ambigüedad de sus proposiciones,
él ha dado lugar a que, en último análisis, cualquier proposición
atribuida -con razón o sin ella- almonetarismo, "sea considerada como cierta".
En segundo lugar, porque el Prof. Milton Friedman se ha prestado, en
todo tiempo y en todas las latitudes, a una propaganda tan exagerada, en
favor de sus proposiciones monetaristas, que todos tenemos el derecho de suponer que, más que propuestas científicas, las
suyas son tácticas integrantes de una "acción psicológica" de alcances,
no ya nacionales, sino mundiales, a fin de servir propósitos que nada
tienen que ver ni con la verdad científica ni con el bien común de la
humanidad.
A partir de marzo de 1976, en Argentina, amparado por un gobierno
militar y provisto prácticamente con la "suma del poder público", asumió
el timón de la economía José Alfredo Martínez de la Hoz, quien -sin ser
economista- dijo tomar como modelo las enseñanzas de Milton Friedman y
acto seguido puso en práctica un programa decididamente ruinoso para el
país y cuyos resultados ya están sobradamente en evidencia.(16)
Por supuesto que el Prof. Friedman no sólo se abstuvo de negar su
paternidad respecto del "Plan Martínez de la Hoz", sino que contribuyó
de muy diversas maneras a darle su "espaldarazo", convenciendo a medio
mundo de que, efectivamente, el aludido Ministro, audaz e improvisador
sin límites, era un fiel discípulo de la "Escuela de Chicago". Cientos
de públicaciones periodísticas así lo acreditan.
Como prueba de ello, bastará señalar que en 1977, la revista semanal más
popular de Argentina publicó una entrevista con Milton Friedman,
especialmente dedicada a consultarlo sobre los problemas de ese país y
que dicho reportaje, ilustrado con abundantes fotografías del "premio
Nobel", al que se califica como "una de las más grandes autoridades en
Economía del mundo", ocupa nada menos que trece páginas de la aludida públicación. (17)
En dicho reportaje, el Prof. Friedman avala directa o indirectamente cuanto Martínez de la Hoz estaba haciendo en la Argentina.
Las tasas de interés bancario, que en esos momentos sobrepasaban
el 200 por 100 anual, para nada perturbaban a Friedman, quien se
limitaba a recomendar la consabida restricción monetaria, "para controlar o aminorar la inflación", al tiempo que -en el mejor estilo clásico-liberal- recomendaba que Argentina produjera aquellos artículos en cuyos costos tenía "ventajas competitivas" ...
A todo esto, el panorama de inflación en Argentina seguía agravándose sostenidamente y no por incremento del caudal monetario, sino
por razones enteramente ajenas a esa causal, a la cual Friedman
atribuía "siempre y en todas partes" la responsabilidad de dicha
anomalía.
Tal como lo he hecho notar en sendas públicaciones durante los últimos
años, los principales motores de la inflación en Argentina nada tenían
que ver con el incremento de moneda. A saber:
los "reajustes técnicos", nombre que allí se da a los aumentos de los precios y tarifas de
productos elaborados y servicios prestados, respectivamente, por
empresas estatales, como ser, combustibles, energía eléctrica,
transportes, correos, teléfono, gas, etc. Tales reajustes técnicos han
significado un incremento de los precios y tarifas aludidos que, con
seguridad, supera el 150 por 100 anual, de promedio, durante los últimos
seis años; y como se trata de artículos y servicios de consumo muy
generalizado - que en numerosos casos constituyen a su vez costos para
el adquiriente o usuario - dicho incremento se traslada íntegramente a
los precios de todo el espectro productivo, pues si el Estado podía
resarcirse de sus "déficit operativos" en las empresas de que era
titular, mediante los aumentos aludidos, se consideraba que los
particulares tenían el mismo derecho a hacerlo, aumentando sus precios y
tarifas de manera análoga. De tal modo que, este solo incremento (no
practicado de un solo golpe en el año, sino a través de incrementos mensuales que,
sumados constituyen el total anual antes mencionado), bastaba y sobraba
para asegurar un ritmo inflacionario equivalente, en lo que antañe al índice general de los precios.
el aumento sideral de las tasas de interés. Fundado en un
argumento utilizado sibilinamente por el Prof. Friedman, Martínez de Hoz
provocó la elevación de las tasas de interés bancario, que al comienzo
de su gestión estaban, digamos, entre un 25 y 30 por 100, por año, hasta
situarlas - en pocos meses - entre 250 y 300 por 100 anual. El
justificativo Friedman - Martínez de Hoz, totalmente arbitrario y reñido
con la ética, es muy simple: como el dinero corriente se desvaloriza en
la medida de la inflación, las tasas de interés tienen que elevarse hasta compensar con creces, al "ahorrista", dicha desvalorización. (18).
Ahora bien como el ritmo inflacionario atribuido a los últimos meses del
gobierno anterior al de Martínez de Hoz era muy elevado (en el
reportaje a Friedman, antes citado, se hace mención de una "tasa de
inflación", entre marzo y mayo de 1976, del 900 por 100 anual), los
pretextos estaban dados para elevar las tasas de interés hasta cualquier
extremo, bancarias y no bancarias, y así efectivamente ocurrió.
Lo cual vino a sumarse a una rigurosa restricción crediticia bancaria -
destinada a afectar exclusivamente al "sector privado " de la economía
nacional - que también obedecía - según Martínez de Hoz - a la
preceptiva monetarista, pues había que "restringir a todo trance el caudal monetario"... ¡para evitar la inflación!...
Y, en esa forma, el poco crédito bancario que las empresas y los
particulares podían obtener a tasa del 200 al 250 por 100 de interés
anual, no alcanzaba a satisfacer ni la vigésima parte de los prestamos
requeridos por los productores,quiénes - desde luego - hacían frente a
un incesante incremento de costos y carecían de recursos propios para
financiar su producción. De resultas de lo cual, la inmensa mayoría de
estos quedó a merced de los prestamistas "extrabancarios", (compañías
financieras, cajas de crédito, y usureros "particulares"), quienes
cobraban intereses muy superiores (digamos, del 2 ó 3 por 100 diario),
por plazos brevísimos (90, 60 y 30 días, aun cuando entonces se "
popularizó " el préstamo a solo 7 días, y aún por plazos menores, para
operaciones "interbancarias" o entre compañías financieras) y,
obviamente, con garantías tan "leoninas" como les resultaba posible
obtener a los prestamistas.
Puede colegirse el fenomenal impacto inflacionario que este incremento de costos financieros tuvo
para toda la economía argentina. Quien debía financiar su producción a
un costo del 1 ó 2 por 100 diario, de intereses, mal podía dejar de
trasladar íntegramente a sus precios de venta semejante carga que estaba
soportando.
el incremento de la carga fiscal. tal vez para adaptarse a
la preceptiva monetarista en cuanto a que el Estado no debe financiarse
sino con el producido de impuestos y empréstitos internos, el gobierno
argentino - durante la gestión de Martínez de Hoz - sobresalió por estas
dos circunstancias: 1) el aumento descontrolado de los impuestos,
particularmente de los impuestos indirectos y específicamente al
consumo; 2) la contratación sin límite de empréstitos, no solo en el
mercado internacional; sino también en el mercado interno, teniendo como
proveedor de fondos a bancos, entidades financieras y particulares.
Tales empréstitos, no solo se contratan para atender "gastos generales
de la administración pública", sino también obras públicas y los
requerimientos siempre crecientes de las empresas estatales, a tasas de
interés comparables con aquellas que antes mencionáramos y, por ende,
con un costo descomunalmente creciente para el Tesoro Nacional.
Tenemos así enumeradas tres causales, directas e inmediatas, de la galopante inflación argentina que
nada tienen que ver con el incremento del caudal monetario: los
reajustes técnicos, los " costos financieros " o tasas de interés y la
presión fiscal. Todo ello formando parte de un entorno de "terapéutica
monetarista".
Nuestra apreciación es que el incremento real del "nivel de los
precios", durante los cinco años de gestión de Martínez de Hoz, se sitúa
en la cercanía del 400 por 100 anual. Y, al hablar del aumento real del
índice de precios, queremos simplemente significar que la tasa de
inflación que resulta de las estimaciones oficiales (Instituto Nacional
de Estadística y Censos), en ese ínterin, es inferior - en más de un 50
por 100 - a lo que debiera de ser.
El Financial Times, de Londres, sintetizaba de la siguiente manera, en
un comentario de mediados del corriente año, la catastrófica situación
argentina: "En la actual situación económica de la Argentina hay muchas
posibilidades de regresar a la hiperinflación de hace cinco años"... "El
número de bancarrotas, que este año es tres veces superior a las del
año anterior, es tan endémico que hace tambalear los cimientos de la
estructura económica y bancaria argentina"..."Alrededor de 4.200.000
personas, que suponen alrededor del 40 por 100 de la fuerza de trabajo
argentina, están actualmente sin empleo, bien sea trabajando pocas horas
a la semana o realizando actividades económicamente irrelevantes. Casi
25 bancos de tipo medio y pequeño se encuentran en dificultades"... "un
año después del golpe de Estado militar, en 1977, las compañías
industriales Deutz, Fiat, Johnn Deere y Massey Ferguson produjeron,
entre todas ellas, 25.845 unidades ( tractores ), de las cuales
aproximadamente 2.000 fueron dedicadas a exportación. En el último año,
las citadas cuatro "grandes" compañías produjeron 3.658 unidades, de las
que únicamente 800 fueron enviadas a la exportación. En los primeros
cuatro meses de 1981, una industria con capacidad para construir 30.000
tractores al año, únicamente produjo 279 unidades" (19).
3. El "monetarismo" en España, EEUU, Inglaterra y otros paises
La estartegia "monetarista", real o supuestamente fundada en la
perceptiva de la ‘Escuela de Chicago’, viene teniendo una característica
singular: la de favorecer al capital financiero y especulativo, en todo
el mundo, y tiene también, como es lógico, un sector específico como
grande y único beneficiario de esta estrategia: la alta banca y los grupos financieros internacionales.
El grado de intensidad con que aquella "estrategia" se haya planteado
hasta ahora en los distintos países depende, como también es lógico, el
grado depermisividad con que la autoridades políticas y
económicas la hayan hecho posible. Y este grado, desde luego, depende a
su vez de dos circunstancias: por una parte, la honradez relativa de los
gobernantes políticos y económicos y, por la otra, la capacidad o
incapacidad para percibir y resistir tales maniobras que sea propia de
los conductores de la economía y las finanzas de cada país.
Hemos hablado, por otra parte, del gran beneficiario de aquella
estrategia. Ello no pretende desconocer que, en un nivel muy inferior,
existen cientos o miles de millones de "pequeños beneficiarios" -los
llamados medianos y pequeños "ahorristas"- que sirven de escudo y a la
vez de aliados inconscientes a los magnates de la "alta finanza".
Hemos hablado también de la distinta intensidad con la que la estrategia
"monetarista" se ha puesto en práctica. Y lo ilustramos con el caso
argentino, por ejemplo, donde el saqueo de los estrategas financieros,
basados en la "permisividad" de un dócil equipo político-económico, han
posibilitado lo que yo llamo "el vaciamiento económico de Argentina",
estimando que solamente el drenaje de divisas y utilidades
correspondientes a las inversiones extranjeras, tipo "golondrina" (call o hot money)., insumió en los cinco años de gestión de Martínez de Hoz, unos 50.000 millones de dólares"...
De tal masa formidable de recursos, sustraídos arteramente al país,
estimamos que a la banda (¡perdón!, a la banca) Rockefeller habrá
correspondido un 80 por ciento.(20)
Pero en Inglaterra, Estados Unidos, España y numerosos países europeos y
americanos se ha puesto, asimismo, en práctica la doctrina
"monetarista".
En todos los casos, sus instrumentos operativos son, al igual que lo
fueran desde mucho tiempo atrás en la Argentina -campo "experimental" de
la estrategia de marras- la restricción crediticia bancaria, destinada a afectar exclusivamente al "sector privado" de la economía, y el encarecimiento oelevación pronunciada de las tasas de interés bancario.
Esta política restrictiva del crédito, a la vez que su encarecimiento,
llevan progresivamente a la "sofocación" o estrangulamiento de las empresas privadas,
particularmente de las medianas y pequeñas empresas que son normalmente
las que tienen mayores problemas para la obtención de préstamos
bancarios.
Y esa sofocación o "estrangulamiento" -por vía de los "costos financieros"- se traduce, por una parte, en un ritmo variable de inflación y, por la otra, en un grado considerable de desocupación o desempleo.
En todos los casos asimismo, la estrategia monetarista conduce al ilimitado abultamiento del gasto fiscal y
a la consabida hipertrofia del aparato burocrático estatal. Por otra
parte, ¿qué otra alternativa queda, frente al debilitamiento progresivo
del sector privado de la economía?
Lo he señalado en infinidad de veces en Argentina, en años recientes. El estrangulamiento del sector privado,
la desocupación que ello provoca, dejan a buena parte de la población
solamente dos posibilidades: una es la de emigrar del país, en busca de
mejores horizontes; otra es la de engrosar las filas de la burocracia
estatal, aceptando el "conchavo" que sea y por la paga que se trate. Y
que ello es así lo ilustra la circunstancia de que Argentina, sometida
al vaciamiento y la alienación monetarista, ha visto partir más
de 2.000.0000. de integrantes de su población, para radicarse en el
extranjero, en los últimos 10 años.(21)
En Inglaterra y los Estados Unidos de América, el mecanismo justificativo de la elevación de las tasas de interés es
la necesidad de atraer fondos líquidos, con el pretexto de mejorar la
balanza de pagos. A ese pretexto se ha sumado, particularmente en el
caso de Inglaterra, la sobrevaluación de su moneda, aún cuando ello
conspira contra la evolución de su balanza comercial, pues tal
sobrevaluación desalienta sus exportaciones y alienta, en cambio, la
importación de productos extranjeros. Pero nada de ello importa, en este
cuadro obsesivo, dominado por la "ortodoxia monetarista": lo
importante, lo determinante, son los recursos y los desplazamientos financieros, ya se trate de "hot money", "call money" o lo que sea; y si para ello es necesario descalabrar las economías nacionales, así se procede en consecuencia.
De ahí la obstinación norteamericana de mantener tasas de interés
relativamente elevadas, que provocaron un a gran fluencia de recurso
líquidos a los Estados Unidos, en los últimos doce meses, y una airada
reclamación de sus aliados europeos, no sólo por cuanto ello les
complicaba sus respectivas balanzas de pagos, sino también por los
efectos negativos de aquélla política en las economías de estos países.
Reclamación, por cierto, que fue desoída hasta el momento actual.
Numerosos comentaristas se preguntan por otra parte, en los últimos
tiempos, si los gobiernos no advierten la tremenda onerosidad que va
adquiriendo la deuda nacional interna, con motivo de la exagerada
elevación de las tasas de interés que se viene operando en todo el mundo "occidental".
Nosotros encontramos muy justificada esa preocupación, pero dudamos,
mientras continúe el "auge monetarista", que el proceso en curso vaya a
revertirse. A los poderosos intereses financieros "transnacionales" que
utilizan el monetarismo para sus propios y egoístas fines, les
resulta indiferente si el "tributo" lo pagan los particulares o el
Estado. Y si es éste, más simple aún, de recolectarlo, a través de los
siderales "servicios de la deuda pública interna".
Un periodista español comenta, respecto del caso actual de su país, lo siguiente:
"...uno de los fenómenos que está atravesando la Banca y en general el
sistema crediticio, es una cierta pérdida de su papel como financiador.
Los Bancos y las Cajas de Ahorro tienen una función económica que
consiste en recoger dinero del mercado en forma de depósitos para
concederlo a sus clientes en forma de inversiones. Este papel se sigue
jugando, lógicamente. Pero cuando más de 650.000 millones de pesetas
(unos 7.000 millones de dólares, aclaramos nosotros) que la banca
debería haber prestado a sus clientes se lo tiene que dar al Banco de
España para que éste cubra el déficit público y le proporcione al Tesoro
los medios necesarios para cubrir sus necesidades crecientes de pago,
el papel del sistema financiero se está desvirtuando a marchas
forzadas."
Pero coincidiendo más aún con lo expresado por nosotros anteriormente, el articulista añade:
"Bien es verdad que a la Banca una cosa así no le viene mal. Y por dos
motivos. Primero, porque el dinero que presta al Banco de España tiene
una remuneración del 16 por ciento como media, que no está nada mal,
sobre todo teniendo en cuenta el bajo coste de manejo de estos recursos.
Y segundo porque el Banco de España es un cliente mucho más seguro que
los millones de clientes potenciales o reales de los bancos. Así que la
Banca gana en rentabilidad y gana en seguridad."(22)
Del texto que hemos reproducido, surge palmariamente la minimización que va experimentando el sector privado y la consiguientes maximización que va asumiendo el sector público, dentro del panorama económico español, según las evidencias que nos proporciona el cuadro financiero-crediticio aludido precedentemente. Pero también de ese panorama resulta explicado, implícitamente, el desempleo o "paro", como se le llama en España, de casi dos millones de personas, lo cual constituye un porcentual muy considerable de su fuerza de trabajo, amen del proceso inflacionario que se está transitando, como corolario manifiesto de la experiencia monetarista.(23)
Lo cierto es que en España, en Estados Unidos, en Inglaterra y en todos
los países en que se ha puesto en vigencia, en años recientes, el
programamonetarista, los resultados no tienen nada de halagadores: ni la inflación ni el desempleo han experimentado merma, sino sobre todo lo contrario.
Y lo sorprendente del caso es que los sacrificios que impone el esquema monetarista están encaminados a terminar con la inflación y el desempleo. Luego, los sacrificios se materializan, pero los resultados positivos ni se vislumbran; por el contrario: más inflación y más desempleo, si bien acompañados éstos de una "orquestación publicitaria", en todo el mundo, que sigue clamando por.. más y mejor monetarismo!
Circunstancia paradojal ésta, inexplicable en apariencia, que ha
caracterizado a la Argentina de los últimos 25 ó 30 años y que solamente
puede comprenderse cuando observamos los poderosísimos intereses
financieros "transnacionales" que se mueven a través de esta estrategia y
que -a través de todos los medios conocidos de la información y la
publicidad, con pocas y honrosas excepciones- siguen promoviendo,
pertinazmente, la "panacea monetarista".
Respecto de Gran Bretaña, la información y el comentario, poco menos que unánime, no pueden se más desalentadores.
En un artículo del diario La Prensa, de Buenos Aires, que data de
un año atrás, ese órgano periodístico centenario, tradicionalmente
conservador, liberal y pro-inglés, se refiere, en un titular al "experimento monetarista", agregando que "no difiere en Inglaterra de la realidad argentina". Y entresacando frases de su contenido, leemos:
"La ‘city’ bancaria y financiera de Londres florece con exuberancia
tropical, si no con el vigor de la mala hierba"... "Todo a pesar de la
recesión económica más feroz que haya padecido Inglaterra desde 1945. ¿O
no será un poco también gracias a ella?"... "Quitémonos las anteojeras.
Mientras los bancos expanden pletóricamente sus actividades, los
extranjeros se compran Inglaterra -y los ingleses, aprovechando la
abolición de los controles de cambio decretado por este gobierno,
invierten afuera- el grueso de la industria británica está de rodillas. Como de costumbre, el sector privado paga los platos rotos, no teniendo acceso al ‘apoyo’ gubernamental, extraído del contribuyente, que mal que mal, mantiene a las empresas estatales de mayor peso político".
"la inflación, problema prioritario de este gobierno, no está aún
controlada en términos de la oferta monetaria."... "Hay en esto una
doble venganza: la del interés elevado dispuesto, según la teoría
‘monetarista’, para frenar la expansión del ‘money supply’ y
disciplinar la empresa (privada) en su demanda de crédito, y la de su
consecuencia inmediata -el desempleo- que justifica, bajo el punto de
vista político, el rol del Estado en paliar sus efectos a costa de un mayor déficit fiscal;
lo cual a su vez obliga al gobierno a volverse sobre sus promesas
electorales de reducir impuestos y el gasto del sector público."
"La situación económica del Reino Unido dista de ser lo que Mrs.
Thatcher y sus ministros esperaban al año y medio de aplicar medidas
‘monetaristas’ inspiradas por Milton Friedman".(24).
Un año después del comentario que acabamos de transcribir, otra fuente periodística nos informa que:
"Un gobierno (el británico) que aplica una política monetarista y sufre
los impactos de la recesión, las revueltas callejeras y la
desocupación"... "el recurso adquiere más bien el rango de una receta
recesiva: aumenta la actividad financiera -alentada por las altas tasas
de interés-, reduce la demanda interna, paraliza proyectos de inversión
y, en resumidas cuentas, origina una fuete retracción económica."....
"la estrategia incluye la variante tributaria regresiva de desplazar la
carga impositiva del ingreso al consumo, con el consiguiente beneficio
para los sectores de mayores recursos y el resultante perjuicio para la
actividad económica."(25)
El panorama, en Estados Unidos, no es mucho más brillante. Allí la orgía
financiera, que venimos analizando, se ha traducido en un espectáculo
grotesco: los bancos ofrecen, a quienes realicen depósitos a largo plazo fijo de dinero constante sendos
regalos de licuadoras, televisores, lavarropas, radiotransmisores y
otros elementos afines, proporcionado el regalo -desde luego- a la
magnitud del depósito; pero además, tales obsequios (y ‘comisiones’ en
dinero) se ofrecen a quienes llevan clientes a los bancos, como
depositantes y en los grandes salones de acceso a las instituciones
bancarias de Nueva York, Boston, y otras grandes ciudades, tales
obsequios se exhiben al público, con gran despliegue, instándolo a
efectuar depósitos o a traer amigos que los efectúen. El cuadro
legendario del "mercado persa", aparecer así relegado casi a una muestra
de ascetismo y sobriedad...
Y es obvio señalar que esta propaganda se realiza (o se realizaba, yo la
observé personalmente un año atrás en las ciudades nombradas) también
por la distribución de gacetillas en las calles, murales, televisión,
etc.
No menos grotesco resultaba entonces (vísperas de la contienda electoral
Reagan-Carter) verlo aparecer diariamente, en infinidad de canales de
televisión de todo el país, al propio Prof. Milton Friedman, difundiendo
las "bondades" de su sistema monetarista y exhortando a seguir las recomendaciones de "restringir el crédito y la oferta monetaria", en aras de contener la inflación y el desempleo...
En la actualidad, a cerca de cumplirse el primer año de la gestión del
Presidente Reagan, no se vislumbra ninguna mejoría considerable. Tan
solo las tasas de interés y el auge financiero parecen
caracterizar su programa que, evidentemente, no ha podido apartarse de
las presiones irresistibles de la alta banca y de la receta monetarista.
Un cable de la agencia EFE, de mayo del corriente año daba cuenta de un
"rebrote inflacionario en Estados Unidos", especificando en su contenido
que "las nuevas alzas de los tipos de interés y las tajantes medidas
anunciadas por el Sistema de la Reserva Federal para restringir el
crédito, han creado un repentino estremecimiento financiero" (26)
En tanto que en un difundido semanario político-económico
norteamericano, mencionado anteriormente, leemos un artículo titulado:
"A pesar de sus buenas intenciones, Reagan aparece estancado por su
inflación". En dicho artículo, del destacado analista Alex Herbage,
editor de la "IMAC Economic News Letter", que se pública en Ginebra, nos
dice:
"los mercados están impacientes por el problema general de la oferta
monetaria y la situación de la tesorerías relativa a la limitación del
gasto público. La mayoría de las empresas líderes temen que la fuerte
demanda en pos de mayores recursos se hará sentir sobre los mercados y
que ésto inevitablemente deprimirá más aún las cotizaciones de los bonos
gubernamentales y tenderá a intensificar la subida de las tasas de
interés.".... "La consiguiente restricción crediticia derivada del
aumento reiterado de las tasas, debilitará la posición de Wall Street y
provocará presiones recesivas adicionales creando, al mismo tiempo,
renovadas tensiones sociales, derivadas del aumento del desempleo." (27)
Tales sombrías predicciones resultan plenamente confirmadas, en un
artículo de la Revista TIME, de mediados del corriente mes de diciembre.
Su título es, de por sí, sugestivo: "Acumulando pesadumbre para los trabajadores". De ese artículo reproducimos, a continuación, algunos párrafos verdaderamente significativos:
"Los titulares de la página de negocios de la semana anterior eran un
recordatorio incansable de la fuerza expansiva de la corriente recesión
en los Estados Unidos"... "El Departamento del trabajo anunció la semana
anterior que el nivel de desocupación en noviembre último aumentó
nuevamente, a un 8,4 por 100, máxima cifra en seis años. Esto significa
que 9.000.000 de norteamericanos y sus familias llegarán al feriado de
Navidad sin ingresos derivados de su trabajo."... "El cuadro recesivo ha
sido más devastador en dos industrias particularmente sensibles a las
altas tasas de interés: automóviles y construcción. Los grandes
fabricantes de autos y sus proveedores han despedido unos 600.000
empleados."... "La única estrategia del gobierno, a corto plazo, para
combatir la recesión, parece ser una serie de amables declaraciones del
Presidente Reagan y del Secretario del Tesoro, recomendando que el
Directorio de la Reserva Federal afloje suavemente su mano de hierro
respecto de la oferta monetaria. El Directorio parece estar dispuesto a
acceder ligeramente, a través de un considerable incremento monetario de
las últimas semanas y una moneda en las tasas de interés. Sin embargo,
el costo del dinero es improbable que baje más." (28)
Cabría preguntarse, finalmente, si el Sistema de la Reserva Federal es o no consciente de esta política suicida.
Si pensáramos lo peor, tendríamos en nuestro apoyo una afirmación de
Friedman, quien refiriéndose a las gestión de la mencionada "cúpula del
poder monetario" de los Estados Unidos, durante la Gran Crisis, le
atribuye haber actuado "perversamente" y el haber utilizado esa política
para "forzar una increíble deflación en la economía norteamericana y en
el resto del mundo". Según los términos que hemos reproducido
textualmente en el Capítulo V
Lo que ocurre es que el Sistema de la Reserva Federal, increíblemente, es una estructura privada -según
veremos en breve, a través del autorizado comentario de un autor
norteamericano- y lo que realmente puede importarle es el interés
particular de los grupos bancarios y financieros de los cuales ella
forma parte. De manera tal que su política no será "suicida" para los
intereses que realmente sirve, sino todo lo contrario. Que dicha
política pueda ser "suicida" para los intereses generales y el bien
común del pueblo norteamericano, eso la tiene sin cuidado. No sería ni
por asomo la primera vez que los intereses de grupo se anteponen al
interes de un país o del mundo entero, para considerar con exclusividad
las apetencias egoistas e inescrupulosas de la gran familia de banqueros
y financistas "transnacionales".
4. Conclusiones acerca de la experiencia "monetarista"
Nos parece incuestionable, próximo a finalizar el año 1981, que el
recetario monetarista no ha agregado nada positivo a lo que fuera típico
de sus predecesores en teoría y política monetaria: el cuantitativismo,
a secas, y las innovaciones keynesiasnas que se le sumaron durante las
décadas de 1930 y 1940.
Nos parece, en cambio, sumamente negativa la experiencia práctica que se
viene derivando de dicho experimento, por cuanto, con un pretexto
incuestionable técnico y científico: la conveniencia de estabilizar el
contingente monetario, se ha creado -a nivel mundial- una desvergonzada
estructura que favorece la especulación y el negocio financiero, en
desmedro del normal desenvolvimiento de la actividad económica esencial,
con el consiguiente impacto natural y lógico resultante de tan alevosa
estrategia: el incremento indefinido del desempleo.
En un breve apéndice que se adiciona al presente Capítulo, según lo
anticipáramos, reproducimos algunas consideraciones concretas, en las
cuales se explica por qué no se justifica de manera alguna asegurar el
capital financiero o capital líquido, así sea resultante de ahorros
legítimos, una utilidad determinada, que contrarreste y supere el grado
de "desvalorización de la unidad monetaria".
Relacionado con este transcendente tema, un distinguido autor
norteamericano, Sheldon Enry, en un libro que lleva el sugestivo título
de "Billones para los banqueros, deudas para el pueblo", formula
importantes y elocuentes consideraciones, relativas al sistema
monetario-crediticio norteamericano. Reproduciremos, a continuación,
algunas de las más interesantes.
Comenta este autor que constitucionalmente "el Congreso tiene el poder
de acuñar moneda y, en adelante, regular su valor"; pero que, en
diciembre de 1913, al establecerse el Sistema de la Reserva Federal, se
dejó virtualmente sin efecto aquélla facultad parlamentaria, al
autorizar el establecimiento de una Corporación de la Reserva Federal
(Federal Reserve Corporation), o sea una sociedad privada, con una Junta
de Directores (Federal Reserve Board), que ha sustituido en la práctica
al Congreso, en el cumplimiento de aquéllas delicadas funciones.
"La Corporación de la Reserva Federal -agrega Sheldon Enry- es una
sociedad privada controlada por banqueros y por lo tanto operada para
beneficio finanaciero de los mismos a expensas del pueblo, antes que
para el bien común.... Desde aquel día de infamia, el pequeño grupo de
personas privilegiadas que nos presta nuestro propio dinero -y más- ha
amasado inmensas fortunas por
imprimir nuestra moneda. Desde 1913 ellos han creado decenas de
billones de dólares en moneda y crédito, los cuales -como propiedad
personal privada- prestan entonces al gobierno y al pueblo cobrando un
interés."
"Ilustraremos lo que ocurre cuando se necesita dinero. El Gobierno
Federal, habiendo gastado más de lo que percibe en impuestos, necesita,
por ejemplo, 1.000.000.000 (un billón) de dólares. Como no tiene el
dinero y el Congreso ha renunciado a su potestad de crearlo, el Gobierno
tiene que ir por el billón ante los facultados para crearlo. Pero la
Reserva Federal, una sociedad privada, no entrega gratuitamente su
dinero. Los Banqueros están deseosos de entregarle el billón de dólares
en moneda o crédito al Gobierno Federal, a cambio del compromiso
gubernamental de devolverlo -con interés! Por tanto, el Congreso
autoriza al Departamento del Tesoro a imprimir un billón de dólares en
bonos de la deuda pública, los cuales son remitidos a los Banqueros de
la Reserva Federal."
"La Reserva Federal entonces paga el costo de imprimir el billón de
dólares, posiblemente la insignificancia de 500 dólares, y entrega los
billetes a cambio de los bonos. El Gobierno entonces usa el dinero para
pagar sus obligaciones. ¿Cuales son los resultados de esta fantástica
transacción? Bien, las deudas gubernamentales son canceladas, pero el
Gobierno de los Estados Unidos ha endeudado al pueblo con los Banqueros
de la Reserva Federal por un billón de dólares, más los intereses, hasta
que sea amortizado! Desde que esta y similares transacciones han tenido
lugar desde 1913, actualmente -casi 70 años más tarde- el Gobierno está
endeudado con los Banqueros en más de 920 billones de dólares, cuyos
intereses solamente insumen 7 billonesde dólares todos los meses, que el
pueblo paga en forma de impuestos, sin ninguna esperanza de amortizar
el principal y con ambos -principal e intereses- incrementandose todos
los meses". (29)
Sheldon Enry continúa formulando interesantes comentarios sobre este
increible sistema "legal" monetario-crediticio y nos demuestra las
inagotables posibilidades de los "Banqueros" de obtener -por vía de sus
sorprendentes privilegios- no solamente ganancias siderales, a expensas
de la totalidad de empresas y particulares de ese país; sino que tambíen
nos muestra cómo -en el más alto nivel empresario- y a través del
manejo de las tasas de interés, del "redescuento" y del "control
crediticio" -en ultima instancia- todo queda subordinado a éllos.
Frente a revelaciones tan deslumbrantes, no resulta demasiado extraña la
aseveración de que el gran Presidente Abraham Lincoln fue asesinado
porque, utilizando con decisión su poder político, imprimió los famosos
"green-backs" -billetes nacionales, podríamos llamarles-, luego de
rehusarse a pagar un céntimo, a los banqueros que le ofrecían
"prestamos" a interés, en plena Guerra Civil norteamericana. Y luego que
el Presidente John F. Kenendy fue también asesinado, al poco tiempo de
expresar su intención de reivindicar para el gobierno de los Estado
Unidos la facultad de "emitir moneda y regular su valor", tal como reza
la Constitución de su país. (30)
Obvio es señalar que las citas precedentes tienen por única finalidad
ilustrar respecto del origen espúreo de los artilugios financieros que
los banqueros -nacionales e internacionales- pretenden utilizar en
tiempos modernos, como si se tratara de auténticos "ahorros", para
asegurar a los mismos un tratamiento privilegiado, o sea, tasas de
interés elevadas, que "compensen con creces" la desvalorización
monetaria...
APÉNDICE
Una acotación sobre la tasa de interés
La "tasa de interés" es la retribución que percibe el titular de un
"capital" (dinero ahorrado) por ponerlo a disposición del proceso
productivo. Vale decir, es la compensación que obtiene el titular de ese
"factor de producción" por poner dicho factor (capital dinerario) a
merced de la producción; en la misma medida -digamos- que el trabajador
obtiene el "sueldo" o "salario" por su aporte de trabajo, o el titular
de un inmueble obtiene una "renta" por su aporte de un predio rural o
urbano al mismo proceso.
Ahora bién, ¿por qué habría de "garantizarse" al titular del factor capital ("capital
líquido", en este caso capital ahorrado -en el mejor de los supuestos-
es la simple representación de un "capital", en su forma más líquida de
expresión) una retribución positiva -o sea, que "compense con
creces la desvalorización monetaria"- si a los demás "factores de
producción" (tierra, trabajo, etc.) no se les garantiza de la misma
manera?
Puesto que la tasa de interés ("activa" o "pasiva", como ha dado en llamársele ahora), al ser ni más ni menos que la retribución resultante
del proceso de producción, tal retribución no tiene porqué ser
"positiva", si los resultados de dicho proceso son "negativos" (¿acaso
no hace años que la mayoría de las empresas argentinas vienen
produciendo "con perdida", y por consiguiente, "descapitalizandose"
?...)
Si existiera justicia en garantizar una tasa de interés permanentemente superior a la tasa de inflación, con mucha mayor justicia habría que garantizarsalarios, rentas, beneficios y regalías (ello
es, la retribución que, respectivamente, corresponde a los restantes
factores productivos: trabajo, naturaleza, empresa e ideación) superiores también a la tasa de inflación!
Y ello, todos lo sabemos muy bién, no ha venido ocurriendo durante estos
"cinco años de Martínez de Hoz", pues particularmente los sueldos y salarios(salvo contadas e irritantes excepciones), la renta (de la tierra) y los beneficios (empresarios) han venido deteriorándose incesantemente,
en comparación con la "tasa de inflación" o -en nuestro caso- la
"evolución del índice general de los precios" que la refleja...
Vale decir, pues, que al "garantizar una tasa de interés superior a la
tasa de inflación, la conducción Martínez de Hoz ha instituído un
incalificable privilegio a favor del "capital líquido" (o "ahorros
dinerarios"), mientras quedaban desguarnecidos los aportantes de los
restantes factores productivos, incluidos los titulares del capital "no
líquido" (como máquinas, herramientas y multitud de otros tipos de
"bienes del capital").
Sin embargo, no sería ello lo peor, pues hemos hecho previamente
referencia al "capital líquido", en su carácter de "dinero ahorrado", y
bien sabemos que la inmensa mayoría del "capital financiero" o "dinero
bancario", que los banqueros privados (y, en muchos casos, "oficiales")
de casi todo el mundo crean a voluntad, no es en absoluto resultante de
ningún ahorro, representativo de bienes producidos por sus
titulares, sino tan sólo el resultado de artificios contables, por los
cuales se generan "depósitos bancarios" o "moneda corriente", sin otra
limitación que la muy relativa "tasa de efectivo mínimo" o "reserva
legal", lo cual no supone -repetimos- respecto de dicho "dinero", que
haya mediado producción o ahorro de ninguna naturaleza.
Y si resulta infundado garantizar una retribución (interés) al, capital líquido, aún cuando éste sea la representación de lo efectivamente producido yahorrado, infinitamente más infundado e injusto rsulta garantizar esa retribución al
capital financiero o dinero bancario, que no es fruto de ninguna
producción o de ningún ahorro, sino tan sólo de la "alquimia" monetaria
de los banqueros y financistas de cualquier especie.
El "dinero ahorrado", los efectivos "ahorros" de una masa numerosa de cabales ahorristas (de
sumas relativamente pequeñas, en su gran mayoría) que han obtenido su
dinero produciendo, no es, por lo tanto, más que la máscara, el pretexto
dialéctico y, a la vez, la parte infinitesimal en relación con el
"capital financiero" o "dinero especulativo" al que hemos hecho
referencia a lo largo de nuestro análisis. Y por lo tanto -repetimos- si
injustificado es crear un privilegio a favor del "dinero ahorrado",
mucho más aún lo es crearlo a partir de dinero que no es resultante de
producción o ahorro de ninguna índole, sino de manejos meramente
especulativos, como lo ilustra la verdadera historia de la Banca mundial privada.