ARTICULO COPIADO DE "PENSAR EN NACION"
Historia argentina y del mundo.
¿ISRAEL EN LA PATAGONIA ARGENTINA?
¿Israel en la patagonia argentina?
Así como la presidenta Michelle Bachelet declaró recientemente que
Chile recibirá a los refugiados palestinos que quieran escapar de los
horrores de la matanza en la guerra por Palestina, Cristina Fernández de
Kirchner no quiso quedarse atrás, y acaba de manifestar otro de sus
desaciertos verborrágicos: que en el hipotético caso que los israelíes
«pierdan la guerra» y deban abandonar Medio Oriente la Argentina
recibirá a todos los habitantes de Israel en territorio nacional,
otorgándoles la ciudadanía.
Cristina Wilhelm no es católica, es otra de las farsas a que los
tienen acostumbrados los judios al pueblo pueblo argentino. “Wilhelm” es
familia judia inmigrante, la madre, Ofelia Judith Wilhelm es judía,
ella misma es judía por la ley judia de vientre. …Ella es católica
apostólica en la misma medida en que dice ser abogada recibida.
“Kirchner” en realidad, es Kirznert…otro apellido judío, (de los miles
que aparecen decidiendo por una tierra que no es la judía). Tal era el
apellido de su abuelo, que fue modificado convenientemente para que
supuestamente aparezca de origen suizo. Su madre era la chilena Miriam
Ostoi?, hija de inmigrantes centroeuropeos del mismo origen, que conoció
al cartero que frecuentaba la casa de citas donde trabajaba en Río
Gallegos, y de esa extraña unión nació Néstor.
El productor cuyo nombre artístico es Adrián Suar también es
pariente: su verdadero apellido es Kirszner, un judío nacido en Queens,
Nueva York. Su abuelo materno era el famoso cantor litúrgico Leibale
Shwartz.
Sin hablar de otros políticos decididamente sionistas, como Carlos
Heller (ex miembro destacado de la Federación Juvenil Comunista) y
muchos otros que no disimulan su origen, hay más protojudíos [falsos
cristianos] en las listas electorales. El presidente del Banco
Credicoop, Carlos Heller, dijo que la creación del ficticio Ministerio
de la Producción, a cargo de Débora Giorgi, “es una excelente decisión”
porque “indica una voluntad política de priorizar los procesos
productivos y atender su problemática”, al participar del acto por el
50õ aniversario del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC),
donde conmemoraba la creación de “El Hogar Obrero”, institución que
integraba y cuya quiebra fraudulenta mandó a la miseria y a la muerte a
millares de jubilados. En su momento se defendió diciendo que “El Hogar
Obrero ha sido víctima de un golpe de Estado judicial…”
Volviendo a la saga del régimen, acompañará al agresivo Néstor
Kirchner en estas elecciones de junio Daniel Scioli (apellido adaptado
de Scholl). Pocos saben que este nativo de Villa Crespo es nieto del
gran rabino de Roma y practicante de la religión del abuelo.
También, en la aparente oposición, es harto conocido que Francisco
de Narvaez también es hebreo, que ni siquiera nació en Argentina (se
nacionalizó en 1983, siendo dueño de Casa Tía [Tiendas Israelitas
Argentinas] para afiliarse al radicalismo y obtener beneficios de la
plataforma liderada por Alfonsín, tras los comicios). Cuando los
alemanes ocuparon los Sudetes (Bohemia y Moravia) su abuelo vendió su
cadena de tiendas en Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia. Su familia es
Steuer y Deutsch, y en Colombia (donde nació circunstancialmente el
empresario errante) tomaron el castizo apellido que hoy ostenta.
Decididamente tampoco es católico. Se divorció dos veces, tuvo
muchísimas «uniones libres» en su vida de play boy, y los cinco hijos
que tuvo este “defensor de la familia” [según su aviso de campaña] son
de distintos matrimonios. Después de ser radical, se acercó a Menem y
posteriormente a este mismo gobierno con quien aparentemente competirá
en las elecciones, para fraccionar a la oposición, tras la nueva máscara
de «peronista disidente», en la terna que integra con el PRO de Macri
(otro protojudío millonario gracias al poder) y el ex montonero Felipe
Solá.
Al igual que ayer, con los holdings financieros de Todres, Graiver,
Broner, Madanes, Kiguel, Gríspun, Kohan, Beraja, Spolzky, Pompas, y
muchos otros, hoy esa gente ostenta el dominio virtual de la Argentina.
Kirchner, para lo que es la Argentina hoy, es quien proclamó que nos
desaferró de la tutela del Banco Mundial, extendió la jubilación a
todos, liberándonos de las AFJP, verdaderas sanguijuelas de los futuros
jubilados. Asimismo, creó empleo y disminuyó la desocupación, llenó las
arcas del Banco Central. Dice que fue el mejor gobernante desde la
restauración democrática de 1983 para acá, y que la actual opción es
única: o mayoría kirchnerista en el Parlamento, o la vuelta a la
dictadura del 76.
Si bien la mentira tiene patas cortas, los argentinos realmente comen vidrio.
En el año de 1897, el profesor Teodoro Herzl concretaba la traída
de inmigrantes de fe judía a la Argentina, para tener las bases de
población necesaria, en el caso de dividir el territorio nacional para
constituir el Estado Práctico de Andinia, o bien ocuparlo en su
totalidad. En este problema ya había trabajado años antes, en 1854, el
sefardita español Aarón Castellanos, cuando trajo la primera inmigración
de judíos a la provincia de Santa Fe, en la República Argentina.
Muchos judíos nacieron en la Argentina gracias a los asentamientos
rurales emprendida en nuestro país por la J.C.A. (Jewish Colonization
Association), que también fundó el Banco Israelita de Córdoba, el
primero de los tantos bancos que quebró fraudulentamente y
escandalosamente en nuestro país y precursor de las finanzas
especializadas en esta incauta tierra. La J.C.A. fue la institución que
creó el Barón Mauricio Hirsch, que dirigió con el deseo de ubicar en la
mejor forma posible a los judíos perseguidos de Rusia y Europa Oriental,
en la idea de darles una nación autónoma a través de asentamientos y
colonias judías, sean de Entre Ríos, de Santa Fe, de La Pampa o de la
Provincia de Buenos Aires. Poniendo en marcha la idea de Hertzl, la
«ahavat Israel» (amor por Israel) fue el propósito de vida, convirtiendo
a la Argentina en el tercer país en población de ese origen en el
mundo.
Muchos de estos grupos de inmigrantes traídos a la Argentina están
hoy representados por conglomerados económicos y agrícolas de inmensa
envergadura y poder, como es el caso de Los Grobos, del judío
Grobocopatel poseedor de cientos de miles de hectáreas propias y
arrendadas cuyo fin es la destrucción de la fertilidad de la tierra
mediante sus pooles de siembra, dejando a los trabajadores de los
pueblos autóctonos donde Grobocopatel pasa la guadaña, al margen del
trabajo agrario, pues este conglomerado cuenta con sus propias
maquinarias y personal pago bajo sus ordenes.
Estos grupos, es decir, estas nuevas oligarquías sustituyen a las
tradicionales que pierden posiciones por la prolongada crisis
agropecuaria que los empobrece y los disminuye notoriamente. Así las
estructuras económicas y financieras consolidan su dominio en la
Argentina, a través de una gran cantidad de empresas, sean nacionales o
multinacionales, dedicadas a la banca, la bolsa, la usura, la
especulación, las industrias del plástico, del tejido, del automotor,
del hogar, del comercio, etc. Estas actividades o empresas digitan a una
extraordinaria cantidad de personajes, tanto en el orden privado como
en el público que se enriquecen a expensas de operaciones en su mayoría
ilícitas que empobrecen al pueblo y corrompen en sus bases ético-morales
a la nación Argentina.
Los nuevos propietarios de tierras agrícolas-ganaderas, es otro de
los grandes problemas planteados a la Argentina contemporánea. Con el
alto valor tomado por la tierra, en base a la constante e incontenible
inflación desatada en el país, numerosos grupos de personajes de alta
finanza, la usura, el dinero negro, producto de grandes ganancias no
declaradas, industriales o comerciantes, tienen en la compra de predios
rurales un eficaz modo de capitalizarse y correr a la inflación, según
sus propias declaraciones, mediante estas adquisiciones de tierras en
cualquier lugar de la República Argentina.
El dinero obtenido en la especulación, el encarecimiento, los
grandes negociados, el vaciamiento de empresas, es reinvertido en la
compra de inmuebles rurales, y de este modo un nuevo estrato social de
inversionistas afortunados, pasan a ser propietarios de la tierra,
encareciéndola artificialmente y alejando de toda posibilidad de compra o
posesión, a los verdaderos productores agropecuarios o a sus hijos.
Estos predios, en lugar de ser fuentes de producción o trabajo, pasan a
constituirse en meros instrumentos de especulación y riqueza.
Es evidente el compromiso del usurero judío Néstor Kirchner y de
Cristina Fernández de Kirchner con el sionismo y más precisamente. Si no
¿por qué Cristina se comprometió, antes de ser presidenta, a recibir el
“apoyo” del Congreso Mundial Judío de EE.UU? Para aclarar esto hay que
remitirse a sus declaraciones hechas en Tucumán con el gobernador
(casualmente judío) Alperovich, en apoyo de la “excelente” política que
está llevando Cristina y su séquito contra las entidades rurales y más
precisamente contra la gente del campo. Pocos saben que en junio de 2008
llegó sigilosamente a nuestro país nada menos que el titular del
Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, para supervisar personalmente el
avance de las “negociaciones” entre el gobierno de turno y el campo,
para lograr que el Senado sancionase y ratificase la ley 125 sin
modificaciones, a los efectos de los chacareros y arrendatarios deban
ceder todas las tierras productivas a esos grandes grupos económicos.
En definitiva, sin Instituciones que se opongan a ese proyecto que
terminará con la soberanía nacional, nuestra Patria está condenada a
desaparecer para ser sustituida por otra nación.
Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires