JOSÉ Mª MORCILLO:
UCRANIA ES SOLO UN PASO EN LA NUEVA REVOLUCIÓN CONTRA RUSIA
Estimado
Fabián, con respecto a las dudas que suscita entre algunos católicos
bienintencionados pero mal informados la revolución ucraniana, trataré
de dirimir algunos aspectos en apariencia contradictorios.
La cuestión no es defender a un
politicastro cobarde como Yanukovich que se arrima al sol que más
calienta o la “legitimidad democrática”, cierto es que los que dicen
defenderla recurren al despotismo ilustrado de corregir los votos de la
plebe cuando les conviene, orquestando un golpe de estado precedidos por
un caos organizado y dirigido desde las embajadas yanquis y otras
terminales del Sionismo.
En primer lugar hay que aclarar que el
modelo de revolución elegido para perpetrar esta maniobra diabólica es
de unir a sectores aparentemente enfrentados bajo el objetivo de quitar
de en medio un obstáculo común. Por eso mismo puede seducir a muchos
católicos tradicionales el discurso antisoviético y antisemita de
algunas de las facciones que integran la coalición política
protagonista. Ahora bien si nos preguntamos quiénes son los cerebros que
han maquinado y financiado la revuelta y reflexionamos sobre el Cui
prodest? entonces, quien se deja engañar por estos discursos
aparentemente antijudaicos y antimarxistas es porque quiere.
En 2011 el intelectual judío Bernard
Henri-Levi convenció a su conrracial Nicolas Sarkozy de lanzar una
operación militar en Libia al frente de la OTAN para deponer a Muamar
Gadafi, y justificó su acción sin ningún empacho declarando que “He
llevado como estandarte la fidelidad a mi nombre, lo hice en calidad de
judío. Mi voluntad de ilustrar ese nombre y mi fidelidad al sionismo y a
Israel. Lo que he hecho todos estos meses, lo hice como judío. Y como
todos los judíos del mundo, estaba preocupado. A pesar de esa ansiedad
legítima, se trata de una rebelión que es necesario recibir
favorablemente: lo que había antes era uno de los peores enemigos de
Israel”
En el momento presente esta esclarecida
mente hebraica se produjo con elocuencia enardeciendo a los
revolucionarios en la misma plaza de la independencia de Kiev con una
arenga de la que extraigo algunos fragmentos destacados:
“En
París, tenemos la plaza de la Bastilla, donde se constituyó el pueblo
francés. Vosotros tenéis esta plaza de Maidan, donde se constituye el
pueblo ucranio. Y es muy emocionante, para un ciudadano de la patria de
los derechos humanos, ser testigo, en esta plaza, de un excepcional
fragmento de Historia como solo los producen los grandes pueblos.”
“Vosotros
tenéis, gentes del pueblo de Maidan, un sueño que os une, y vuestro
sueño es Europa. No la Europa de los contables, la Europa de los
valores. No la Europa de los burócratas, la Europa del espíritu”.
“Vuestra fuerza
es también ese sentido de la responsabilidad, iba a decir de la
disciplina, con el que mantenéis vuestras barricadas y, detrás de las
barricadas, cuidáis de la porción de ciudad que habéis liberado. Pues es
la misma palabra la que expresa el cuidado de las ciudades y la
excelencia de las civilizaciones.”
“Ucrania y Kiev
ya resplandecían antes de que Rusia existiera. En cada ciudadano de
Maidan hay más historia y más cultura de las que pueda haber en el
matasiete de Sochi, ese Tarzán que no llega a Popeye, ese falso fuerte
que es un verdadero enemigo de Santa Sofía y de su sabiduría.”
“Y por eso venceréis. Por eso derrotaréis, antes o después, al amo Putin y a su lacayo Yanukóvich.
Bienvenidos a Europa. ”
Un judío sefardita elogia en Kiev a la
Rus que derrotó a los jazares conversos al judaísmo y dedica panegíricos
a la madre de las ciudades de la Sagrada Rusia que organizaba pogromos
contra los judíos y que por ello mismo sufrió la venganza hebrea más
cruel de la historia a manos de los bolcheviques. Satanás es el padre de
la mentira y el engaño, y este filósofo de la circuncisión deja claro
que tiene por padre al diablo cuando no le importa adular aquello que
odia si es que con ello se aseguran los de su raza poder destruirlo.
Ensalza este sefardita, erudito a la
violeta con ínfulas de sabio, los derechos humanos que exportaron a
punta de bayoneta incendiando Europa (y la bárbara, para él Rusia) en la
fase imperial de la revolución masónica y que ya en su cuna fue
homicida e inmisericorde con los vandeanos, clérigos y gente sencilla,
elevando a los mercaderes y usureros como nueva aristocracia, (sí señor
Leví, esos contables de los que usted aborrece). Desbarra después a este
tenor, de los “valores europeos” y la “Europa del espíritu”, la misma
que comete infanticidios por doquier, promueve la homosexualidad, la
ideología de género, la drogadicción………la Europa del espíritu maligno
del non serviam. Se retrata este hebreo haciendo suyo el lema “Ubi
Lenin, ibi Jerusalén” por mucho que sus seguidores en el fragor
revolucionario trotskista derriben estatuas de Lenin para erigirlas a
Satanás. Resulta hilarante que hablé de Civilización en la Europa en la
que se derruyen iglesias y se levantan mezquitas y donde el arte
degenerado y satánico es la máxima expresión cultural.
El estratega del Nuevo Orden Iluminista Zbigniew Brzezinski declaró en la misma línea liberal “Sin
Ucrania, Rusia dejar de ser un imperio. Pero si Moscú logra recuperar
el control de Ucrania, con sus 46 millones de habitantes, sus recursos
económicos y su acceso al Mar Negro, Rusia dispone automáticamente de
todas las cartas de triunfo para conformar un Estado imperial poderoso, a
caballo entre Europa y Asia” . Y a fe que en el empeño judaico
en separar y malquistar a Ucrania y Rusia han desembolsado los maestros
de la finanza y la usura un peculio nada desdeñable ya que se calcula
que cada semana de revolución se sostenía con un aporte de 20 millones
de dólares. Toda una infraestructura destinada a organizar el caos en la
plaza de la Independencia: suministro de víveres, actividades
culturales (conciertos, teatros, etc) invitación de líderes extranjeros
para enardecer a las masas con discursos rusófobos, gratificaciones
pecuniarias a los asistentes…
Esto por lo que respecta a la primera
fase de la revolución todavía en su estadio lúdico, “pacifista”. Lo que
devino después en esta “pacífica revolución” se había ya atisbado en las
“primaveras árabes” pero en Kiev alcanzó su paroxismo: manifestantes
paramilitares equipados y adiestrados por la OTAN para enfrentar a unas
fuerzas especiales, utilización de maquinaria de guerra (catapultas,
ballestas, lanzacohetes, artefactos incendiarios), barricadas de 5
metros de altura reforzadas con alambre de espino, trincheras…. y toda
la tecnología puesta al servicio de la subversión. Al acercarse el final
de los juegos olímpicos la Sinarquía ordenó acelerar el curso de los
acontecimientos recurriendo al ejército de mercenarios extranjeros,
incluidos miembros del Tzahal, que sembraban el terror, y distribuyendo
armas automáticas y pistolas a los revolucionarios.
Tras lo expuesto resulta obvio colegir
que Rusia es un obstáculo (¿un katejon?) para los Iluministas y que
Ucrania es un paso más en la marcha hacia Moscú. La balcanización de
esta tierra eslava repite los pasos de Yugoslavia con los mismos
ingredientes, ya que si entonces Bosnia y después Kosovo fueron
entregados a los mahometanos, hoy los Crimea de los tártaros servirá de
nueva base de operaciones a los monólatras lacayos del Nuevo Orden
Mundial. Lo próximo en la agenda judeomasónica es la militarización con
excusas humanitarias a cargo del brazo armado del terrorismo
mundialista, la OTAN.
Recemos para que como Napoleón, los
nuevos exportadores de la revolución se congelen en el invierno ruso
justo antes de arder en el infierno que les está preparado para toda la
eternidad.
“Al final mi Inmaculado Corazón triunfará”