Bergoglio descalifica a Marcelo Tinelli
¡Lástima que no lo haga público!
Desde que el productor de programas eróticos televisivos Marcelo Tinelli
empezara a visitar al Papa, muchos nos hemos preguntado si corresponde
que un pontífice privilegie de ese modo a quien afrenta tan manifiesta y
eficazmente la moral católica.
Sin embargo de su actual disposición hacia Tinelli, en una carta escrita
por Bergoglio, en sus tiempos de Arzobispo de Buenos Aires, se expresan
conceptos que marcan la frivolidad del personaje.
Los encontrarán nuestros amables lectores en el artículo que el Prof.
Antonio Caponnetto acaba de publicar en la revista Cabildo, y que
copiamos abajo:
Cabildo
Alguien tiene que
decir la Verdad
Artículo aparecido en el nº
109,Buenos Aires, septiembre-octubre 2014, p.6-7
TINELLI,VATTIMO Y
FRANCISCO
Por Antonio Caponnetto
Saben los
lectores amigos, y sobre todo quienes no lo son, que seguimos con dolorosa
pesadumbre el pontificado del Cardenal Bergoglio. Y ello, en principio,
motivado por una doble causa. La primera, la de sus antecedentes preñados de
heterodoxia, de los que nos hemos ocupado en La Iglesia Traicionada, libro cuya no buscada
vigencia se ha vuelto trágica. La segunda, la de muchas de sus enseñanzas y
declaraciones, a los que nos hemos visto obligados a calificar -no sin la
mortificación que esto supone- de atentatorias contra la Verdad, sea por vía de
la confusión, la ignorancia, el error o la mentira.
Parece sumársele ahora una tercera causa, no menos hiriente. Y es la de ciertas
actitudes o conductas de Francisco que -para abreviar el amargo trago-
calificaríamos de impropias de la silla petrina. Puesto que bien decía San
Norberto de Magdeburgo que la silla de Pedro exige la conducta de Pedro. La gravitas y el decus no son virtudes que
puedan menoscabarse, sin menoscabo inmediato de la personalidad que opta por
conculcarlas. Tanto más si tales virtudes son reemplazadas por talantes rayanos
en el plebeyismo, la vulgaridad o el simple mal gusto.
Acaso
baste un solo y angustiante ejemplo de cuanto decimos; que, para nuestra
desdicha, no constituye un caso aislado. Y es la
cálida, hospitalaria y frecuente recepción de la que goza en Roma el
señor Marcelo Tinelli, de quien sólo diremos lo que es: un corrupto y
degenerado millonario abocado a la industria pública de la prostitución
colectiva.
No se trata de la visita de un pecador, con sayal de
penitente y rostro suplicante de reconvenciones y de endechas; sino la de un
insolente y orgulloso personaje envilecido, que ingresa cuando quiere y por la
puerta grande al Vaticano, portando trofeos futbolísticos o una troupe de
sujetos patibularios. Y que vuelve a sus ruines tareas habituales sin el más mínimo
asomo de haber modificado sus hábitos crapulosos tras las visitas a la Santa
Sede. Y que lejos de recibir apercibimientos o reproches públicos por sus
inconductas, como
correspondería para evitar el escándalo y la zozobra de tantas almas justas,
recibe de parte del Papa cordiales gestos de bienvenida, de simpatía y de
aquiescencia, sin la más mínima referencia a las perversiones que lo enjoyan,
en el sentido crematístico de la palabra.
Le debemos a nuestro amigo Luis Alvárez Primo, la autorización para hacer
pública la carta que el entonces Cardenal Bergoglio le hiciera llegar, en
respuesta a una suya, el 13 de junio de 2012. En uno de los párrafos
pertinentes, que ahora cobran particular relieve, decía el otrora Primado
de la Argentina: [hay] "una gran calamidad que está en la base de nuestra
civilización: el pensamiento débil; y esto, en la política, es desastroso. Ya
lo había advertido Platón, cuando decía que la retórica es a la política lo que
el maquillaje a la salud. Cuando el pensamiento no es consistente, termina en
maquillaje, una forma mentis
que se asemeja a Tinelli o a Susana Giménez".
Cuatro cosas, para simplificar, llaman la atención del admirable párrafo.
La primera, que conociendo "la calamidad" que constituye el
"pensamiento débil", el Cardenal Bergoglio, máxima autoridad de
la Iglesia Argentina y Canciller de la Universidad Católica Argentina, no
prohibiera el ingreso a la misma del fundador y mentor del llamado
"Pensamiento Débil", el invertido y cristiano-comunista (ambas cosas
convicto y confeso) Gianni Vattimo, cuando en el año 2006, fue llevado
triunfante por el rector Alfredo Zecca a las aulas de la UCA.
La
segunda, que el susodicho Gianni Vattimo -personaje indecente,si los hay- cubra
de elogios al ya convertido en Pontífice, Cardenal Bergoglio, diciendo de él:
"Me parece un personaje notable[...] Francisco me parece que comenzó dando
mucha confianza, se presenta muy bien. Tiene estilo[...]. Empezar diciendo:
“Felices Pascuas, buen provecho, buenas noches” es algo que otros Papas jamás
habían hecho. Merece atención por ese estilo. Pero a la larga no bastará con
eso. Sin embargo, Francisco tiene todos los rasgos para ser un buen Papa
[...].Por ahora hay un hecho estilístico, que permite esperar. Yo espero que
del estilo pase a la sustancia" (Cfr.Suplemento "Ñ" de Clarín,
8-3-2013, Ver AQUÍ)
La tercera, que si Francisco posee tanta claridad conceptual acerca de la
amenaza del pensamiento débil,al punto de cuestionarlo como lo hizo en su
homilía de Santa Marta el 29 de noviembre de 2013, porqué lo practica en no
pocas de sus declaraciones, consejos, entrevistas, notas, reportajes y
ocurrencias múltiples. Los casos de pensamiento débil en la pedagogía cotidiana
de Francisco, conforman ya una preocupante antología del desatino.
La cuarta, al fin, si Tinelli es, de mínima, quién queda retratado en el párrafo
de la carta mencionada, por qué ese juicio descalificatorio no lo
convierte el Papa de privado en público, para edificación de los cristianos
fieles, para la obligatoria prevención moral de los miles de ciudadanos que
diariamente se intoxican con sus basuras televisas, y para que nadie pueda
sospechar doblez ,fragilidad u oportunismo en quien ocupa hoy la
Silla de Pedro.
Dios permita que la Verdad resplandezca y Roma sea, como está llamada a serlo,
el Faro del Mundo. Pero si quienes están llamados a custodiar ese
Faro, con sus ritmos, sus vibraciones, sus pausas y sus signos, tuvieran un
plan distinto, que se cumpla de una vez la súplica de
Cristo: "lo que tengas que hacer, hazlo pronto"(Jn. 13,21). Porque
el Iscariotismo en la Iglesia tiene la solución teológica en el Campo de Sangre
(Hechos 1,17-19). Pero el Tinelismo no tiene solución alguna.