LA HIPOCRESÍA
La aparición en la escena pública del accionar de “patotas”, bandas
criminales limitadas territorialmente, crimen organizado, narcotráfico.
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Y
las balaceras en las puertas de los centros de esparcimiento,
homicidios irracionales a manos de menores drogados, asaltos en motos,
villas y asentamientos criminógenos y a la vez “aguantaderos” donde los
criminales logran esconderse y ser protegidos por los vecinos-cómplices,
la indefensión del personal de los hospitales, de las escuelas, y qué
decir de la “angustia gubernamental” por proteger a los animales que son
flagelados y castigados de manera inmisericorde en los circos,
advierten el nivel de conciencia que han desarrollado las autoridades
involucradas en la delicada tarea de proteger la integridad de los
ciudadanos. Parece más interesado el Estado en la seguridad de los
delfines que en la de los habitantes inocentes de nuestras sociedades.
Las sociedades nuestras, tienen los gobiernos que se les parecen, así me
parece, que la suma de ciudadanos hipócritas, producen gobernantes
hipócritas. Sin dudas, creo, que una comunidad que se desgarra las
vestiduras frente al maltrato animal (que no está bien), pero que
desarrolló una anestesia y tolerancia frente a la inseguridad de otros
humanos y hasta mira con morbosa actitud, las noticias sobre hechos
aberrantes cometidos contra niños, mujeres y adultos, “humanos”, tan
humanos como cada uno de los integrantes de la comunidad afectada: HAN
PERDIDO EL RUMBO.
Las ciudades nuestras, que elevan oraciones por la paz, y caen en
desesperación por la inseguridad: HAN PERDIDO EL RUMBO.
Las asociaciones defensoras de los derechos humanos que dedican
tremendos esfuerzos por los derechos afectados de los criminales y no
advierten que es primario defender los derechos de los inocentes: HAN
PERDIDO EL RUMBO.
El periodismo formador de opinión que destruye el apoyo social a La
Autoridad, en todas sus formas, y luego clama acusador, el repliegue de
la presencia del Estado, que deja a la deriva a los ciudadanos: HA
PERDIDO EL RUMBO
Las universidades que durante años machacaron sobre la cabeza de los
estudiantes, un eterno “nivelar para abajo” perdiendo la búsqueda de la
excelencia, egresaron profesionales mediocres, que consiguen resultados
mediocres en su afán de demonizar “la represión”, con la consecuencia
esperable como la inseguridad masiva, un sálvese quien puede, del que
unos pocos están a salvo y unos muchos son víctimas: HAN PERDIDO EL
RUMBO.
La clase política o la política profesional, se ha deformado de tal
manera que, no solamente se hace eco de las voces del pueblo que ha
perdido el rumbo, que además, no actúa con sinceridad, haciendo docencia
para que los habitantes abandonen el desorden y clamen por el orden. Es
claro que campea la demagogia y nadie se anima a decir la verdad, los
votos mandan. Esa clase política: HA PERDIDO EL RUMBO.
Las escuelas primarias y secundarias, no enseñan las virtudes del
acatamiento a la ley y el desprecio por quien la viola. La vida del
inocente debe pesar más en la balanza de la justicia, que la del
culpable. Están más interesadas en programas de inclusión de la
sexualidad percibida o la ecología, o el pacifismo suicida. Debiendo
priorizar la vida humana y su calidad. Contradictorias como nadie,
proclaman el pacifismo, por un lado, y enseñan las glorias de nuestros
próceres, que sable en mano y de a caballo, lograron la independencia y
la libertad. Menos mal que José de San Martín no era abogado y lo
seguiremos llamando General, de otro modo, ocurriría como con Manuel
Belgrano al que debemos llamarle Doctor, olvidándonos de que su gloria
única y maravillosa, ha sido ser General de los ejércitos libertadores.
Estas escuelas tan contradictorias y alejadas de las necesidades
imperiosas de la comunidad: HAN PERDIDO EL RUMBO.
Sería agotador extenderme sobre el resto de las asociaciones
intermedias, como los sindicatos, los clubes, las iglesias, los partidos
políticos, las empresas, etc.
Creo que todos por Hipocresía social: HEMOS PERDIDO EL RUMBO.
Entre las definiciones que hallé, me quedo con la de Wikipedia:
La hipocresía es la actitud constante o esporádica de fingir creencias,
opiniones, virtudes, sentimientos, cualidades, o estándares que no se
tienen o no se siguen. La persona hipócrita finge cualidades o
sentimientos contrarios a los que verdaderamente tiene o experimenta. La
hipocresía en si es un tipo de mentira o pantalla de reputación.
La hipocresía puede venir del deseo de esconder de los demás motivos
reales, o sentimientos. La hipocresía no es simplemente la
inconsistencia entre aquello que se defiende y aquello que se hace.
Es decir, una persona hipócrita, es aquella que pretende que se vea la
grandeza y bondad que construye con apariencias sobre sí misma,
propagándose como ejemplo y pretendiendo o pidiendo que se actúe de la
misma forma, además de que se glorifique su accionar, aunque sus fines y
logros están alejados a la realidad.
Yo, tu, él, nos, vos, ellos, somos hipócritas y contradictorios, ¿cómo
podemos esperar resultados diferentes?
De ningún modo. No tenemos ni tendremos seguridad. Lo más probable es
que empeore la situación.
Dejé para el final de ésta nota la necesaria definición de SEGURIDAD: La
seguridad es una sensación de andar sin cuidado de sufrir algún daño
inminente en mi persona o en mis bienes. Por oposición, INSEGURIDAD, es
la sensación permanente de sufrir algún daño inminente en mi persona o
mis bienes, o de otro modo, la sensación de ser la próxima víctima.
Mientras no comprendamos que hemos perdido el rumbo y que por hipocresía
nos encaminamos inexorablemente a ser la próxima víctima, pues ¡LO
SEREMOS!
NELSON CREMADES