Doctrina Cero en la Zona Zero
Me han pedido mis jóvenes novicios mi particular balance de la reciente visita apostólica
de Francisco a Cuba y Estados Unidos. Ellos han visto todas y cada una
de las actuaciones del Papa en cada momento. Han estado pegados al
televisor durante toda la semana y han leído y requeteleído los
discursos y soflamas pontificias. Han disfrutado de todo y han celebrado
el éxito. Piensan que ha sido un viaje descomunal, magnífico y de
incalculables consecuencias. La verdad es que solamente estoy de acuerdo con ellos en esto último: las incalculables consecuencias.
Porque sólo Dios sabrá el daño que una vez más se ha infligido al
Pontificado este periplo franciscano. No habría tiempo ni espacio para
hacer un análisis pormenorizado de todas y cada una de las acciones de
Francisco en estos días. Sería para escribir un Ensayo de muchas
páginas. Otros lo han intentado hacer, pero yo no tengo fuerzas para
ello. Ni humor. Ni capacidad cardíaca capaz de resistir el análisis
detallado de todas las frases ingeniosas vertidas por él. Y mucho menos
tengo fuerzas para escuchar otra vez las frases que -según gustan decir
los periodistas alfombrados-, se salían del discurso programado. Estas eran mucho peores de digerir. Ni Demóstenes en sus mejores momentos….
Bueno, el caso es que algo de esto he comentado con mis novicios.
Para mí ha sido un viaje Cero, siendo bastante generoso en la
calificación. Porque seguro que ha sido bien negativo. Desde luego en
cuanto a la Doctrina, cero bien redondo y gordito. Ahora, en cuanto al
oportunismo y la demagogia, sí que podemos calificarlo de sobresaliente.
No me imagino a San Pedro o a San Pablo haciendo viajes apostólicos
de esta guisa. Los viajes de Francisco no tienen nada de apostólicos. Y
tampoco tienen nada de audaces y valientes, a pesar de lo que digan los
medios afines.
No me parece nada valiente dejar de hablar y condenar el comunismo
ante las barbas de los Castro, porque ya se sabe que habría ido
inmediatamente a parar al cubo de la basura y habría sido expulsado
inmediatamente de la Isla Paradisíaca.
No es valiente eludir el tema de las libertades en la Isla (él que
ama tanto las libertades). Hay que ver la de veces que ha predicado
sobre ello…
Tampoco tiene nada de valiente no visitar ninguna cárcel, cuando le
encanta visitar a los encarcelados de todos los meridianos por los que
pasa. Y tampoco es valiente no mentar la cantidad de muertos producidos (como dicen ahora) por el comunismo reinante durante estos últimos lustros. No es valiente decir en el avión: no me consta que hubiera detenciones o no he concedido entrevistas. La misma visita al divino Fidel tampoco estabaprogramada (?), pero se hizo en medio de inciensos y botafumeiros.
Y no me parece nada valiente hablar en contra del capitalismo, ante
un auditorio (el Congreso y Senado norteamericanos), que todavía
conservan el uso de las formas y la educación diplomática por lo que no
le han dicho absolutamente nada, y no le han expulsado de la reunión.
Fueron correctos y corteses. Aplaudían, lloraban, se emocionaban…
mientras él no dijo ni una palabra sobre las prácticas asesino-abortivas
de Planet Parenthood. Prácticas cuya financiación por las Cámaras fue
refrendada justamente al día siguiente del discurso papal. Y con la
ayuda del íntimo Obama, al que Dios guarde y a quien felicitó por el
cuidado de la atmósfera. Mucho hablar del tráfico de armas, pero ni un
vocablo sobre el tráfico de embriones despedazados todavía con vida.
Mucho hablar de la pena de muerte, pero ni una palabra clara en contra
del aborto, así con sus letras.
!!Valiente valentía¡¡
Ya me imagino a los senadores diciendo: Habla, habla, que mañana te vas a enterar de lo que puede hacer el capitalismo.
Plas, plas, plas. Me hizo gracia ver a los Senadores levantándose por
turnos para aplaudir las palabras del Papa Católico insistiendo en la
necesidad de evitar el tráfico de armas, la polución atmosférica, la
pena de muerte, el capitalismo perverso y no sé cuántas cosas más. Al
día siguiente han ejecutado a la mujer por la que intercedió Francisco
(con lo cual ha subido más puestos en su fama de gafe), hasta el punto
de que ya nadie va a querer que interceda por él. Trae mala suerte.
Esto de plantear los viajes con la etiqueta de pontífice ambiental y
global, como si se tratara del Dalai Lama o el Gran Mustafá del Oriente o
el Rabino Mayor del Reino o todo junto, es hilarante. El pobre Dalai
Lama (el auténtico) ya no aparece por ninguna parte, porque sus
funciones las ha ocupado Francisco. Le ha fastidiado las giras
frecuentes que antes hacía. Y es que los viajes del Papa lamentablemente
para los católicos, ya solamente sirven para afrontar los temas
humanos, las doctrinas humanas, las soluciones humanas, los problemas
humanos…. Ellos hablan de doctrinas humanas….. decía el Nuevo Testamento de antaño.
Digo que no me imagino a San Pablo reuniéndose con el Rabino de
Corinto o con la Gran Sacerdotisa del Templo de Apolo o con los
Empresarios de Mercaderes de Esclavos para hablarles de que todas las
religiones nos llevan al mismo Dios, o de que la esclavitud debiera ser
eliminada, o de que acogieran a los cretenses inmigrantes. Que yo sepa,
solamente habló de Jesucristo y por cierto, le pegó un buen palo a los
pecados contra la carne, que tan de moda estaban en aquel Corinto a lo
LGTB actual. ¡Ah! y no tuvo necesidad san Pablo de hacer un festival de
cantos, con Aretha y sus bailarinas con celofán.
Mis novicios están escandalizados de lo que les he dicho esta tarde.
Pero me parece que hay muchos católicos que piensan como yo, aunque no
lo digan o lo quieran disimular. Porque tampoco convenció, ni se mojó
demasiado en sus discursos sobre la Familia, en los que dejó al
matrimonio en un discreto segundo plano, a espera de nuevas
intervenciones sinodales.
De todos modos, hay una perla escondida en las intervenciones del
Santo Padre, que estoy seguro que va a ser decisiva. En Estados Unidos
dijo a los inmigrantes: No se arrepientan de sus tradiciones.
Lo cual quiere decir que eso de la tradición es bueno para él. Yo desde
luego no me arrepiento de mis tradiciones. Me da gusto que el Papa nos
diga a los católicos que no dejemos las tradiciones. Quizá comiencen el
Sínodo con una llamada a la Tradición de la Doctrina sobre el Matrimonio
y con una Misa Tradicional de apertura.
Pero me da la nariz que no se refiere a las tradiciones católicas.
Sólo a las culturales, sicológicas, ambientales y dietéticas. Digo yo. Y
a las tradiciones judías, por supuesto. Y a las tradiciones célticas. Y
a las vikingas.
Bueno, ya acabó la Fiesta. Ahora, a por el Sínodo.
¡¡¡Pobres novicios ingenuos!!!
Fray Gerundio