“Los militares presos están padeciendo un genocidio”: Agustín Monteverde.
“Los militares presos
padecen un genocidio”. “El kirchnerismo fue una banda delictiva”. “La
Argentina en los 70´vivió una guerra” y “las medidas económicas de
Cambiemos son insuficientes”, fueron algunas de las muchas declaraciones
exclusivas de Agustín Monteverde, uno de los mejores economistas y
analistas que tiene la Argentina.
Reportaje exclusivo para Prensa Republicana. Por Nicolás Márquez
NM: ¿Cómo analizas la meta antiinflacionaria que el gobierno se propuso respecto de las medidas tomadas?
AM: No se ha anunciando
ningún plan macroeconómico hacia adelante y ya hemos pasado más de la
mitad de los primeros 100 días críticos, en los cuales, según enseña la
ciencia política es el plazo para tomar las medidas más crudas. Después
de los 100 días las fuerzas de oposición van a ser mucho más poderosas
que hoy, y no lo digo por el kirchnerismo, el cual como banda delictiva
va a pasar a ser mucho menos fuerte de lo que es hoy (porque sin caja
el kirchnerismo no funciona), me refiero al resto de las fuerzas
opositoras.
Yo creo en la libertad y la
desregulación económica y el cúmulo de ministerios que tiene este
gobierno apunta a llevar eficiencia al Estado, pero no a achicar el
Estado. Entonces pregunto: ¿cómo van a bajar la inflación sin achicar el
déficit?. Y pareciera que se van sólo a apoyar en la política monetaria
y en el endeudamiento, pero poco y nada relativo a reducir el déficit
fiscal, salvo lo que se ha visto en reducir subsidios energéticos pero
ni una palabra al gasto corriente ordinario
En suma, las metas vociferadas por este
gobierno tienen una doble condición: por un lado son humildes en sus
pretensiones y por otro son ambiciosas. ¿A qué me refiero? A que por un
lado los instrumentos que aparentemente se van a tocar lucen claramente
insuficientes frente las metas enunciadas.
NM: Sin embargo muchos advierten que se viene un muy buen clima de negocios…
Creo que hay muchas expectativas e
interés, pero también hay que tener en cuenta que hasta que no se
resuelva el tema en New York de los holdouts, la inversión extranjera
será modesta. Dado que tendremos muy alto el riesgo país y la tasa de
retorno de capital que se le exige a un país que está en desacato para
con los tribunales internacionales es enorme. A esto hay que sumar que
más allá del insuficiente sinceramiento, aun subsiste el atraso
cambiario, no hay reservas en el BCRA (algo que vengo denunciando desde
siempre) y estimo que en el plazo inmediato las inversiones serán mucho
menores a las expectativas que se perciben.
“Hasta que no se acuerde en Nueva York no vendrán las inversiones suficientes” (Agustín Monteverde).
¿Si el “sinceramiento” fue insuficiente, acaso el gobierno no toma nota de eso?
Creo que del atraso cambiario vigente el
gobierno lo sabe, pero supongo que antes de volver a tomar medidas el
gobierno está esperando que se cierren las paritarias y que se liquiden
de las cosechas (sin descartar la influencia de Durán Barba que sostiene
que esas cosas no hay que hacerlas ahora). Pero por sobre todo,
sospecho que el gobierno está esperando el acuerdo en New York para
luego tomar medidas de fondo, por ahora todo luce insuficiente.
¿Y desde el punto de vista institucional? Advertís una mejoría?
Nos acabamos de sacar de encima a una
dictadura populista. Es más, yo te diría que nos libramos de una tiranía
populista. Que la banda delictiva que gobernó hasta el 10 de diciembre
haya surgido de una elección popular no cambia en nada que haya tenido
un carácter dictatorial. El gran mérito actual no es solo de Macri o de
Cambiemos sino de la sociedad, que por primera vez decidió sacar a la
banda delincuencial que detentaba el poder del Estado, a lo que le sumo
el episodio no menor de que la sociedad elijió por primera vez desde
Marcelo Torcuato de Alvear un Presidente emblemáticamente rico, algo que
antes parecía mala palabra.
Respecto de la herencia envenenada, hay
que hacer una auditoría respaldada por veedores internacionales de
indudable prestigio, para mostrarle a la sociedad la calamidad que dejó
la banda de malvivientes saliente. Ahora bien, que el gobierno actual
pretenda desarrollar una contraofensiva comunicacional al estilo de la
que hemos vivido, no me gustaría porque eso no sería propio de un país
normal.
Desde que ganó Macri, salió un
editorial del diario La Nación clamando por la libertad de los militares
presos. Víctimas de la subversión fueron recibidas en la Secretaría de
DDHH. Macri se negó a reunirse con Estela Carlotto y encima, Darío
Lopérfido reconoció que los desaparecidos no son 30.000. ¿Estos
acontecimientos sugieren que el gobierno actual va a girar en torno a la
política setentista?
El establishment derecho-humanista ya
hizo movidas anticipatorias, porque el editorial de La Nación no dijo
nada que no hubiera dicho él mismo diario antes y eso confirma que hubo
una reacción en cadena armada y promovida por el lobby de la “memoria”.
Respecto a las declaraciones de Lopérfido, yo no salí a contar los
muertos, pero si uno se apoya en el libro Nunca Más, el cual no siendo
de mi agrado reconozco que es una fuente pública, oficial y que encima
fue corregida por el gobierno kirchnerista. De modo que interpreto que
Lopérfido tiene razón al citar cifras ya validadas y oficializadas.
“Le
guste o no al establishment derecho-humanista, Lopérfido sólo dijo la
verdad: los desaparecidos no son 30 mil” (Agustín Monteverde)
¿Ves entonces un clima mejor en torno a la superación de los conflictos del pasado?
Creo que al actual gobierno no sólo no
le interesa seguir en la venganza, sino que no creo que quiera ser
cómplice del genocidio que se viene cometiendo para con los presos
políticos desde hace 12 años, genocidio que hoy existe y que tiene como
víctimas a los militares retirados, muchos de ellos muy ancianos.
Argentina vivió una guerra y no lo digo
yo, lo dijeron los comunicados de la guerrilla en su tiempo. Creo que al
actual gobierno le gustaría ver una sociedad más unida, aunque es muy
difícil alcanzar ese anhelo cuando hay grupos que viven trabajando para
tergiversar la historia, para promover venganza y para generar odio.
Pero habidas cuentas de que este es un
gobierno más republicano y más normal que el anterior, supongo que va a
haber una normalización en torno este tema. Sin embargo, también es
cierto que este es un país en donde se padece “correctivismo político” y
cuando hablo de “corrección” me refiero a la de periodistas, dirigentes
sociales, comunicadores e incluso muchos de mis colegas: en cuanto
aparece la menor queja de los grupos de interés de factores de poder
bendecidos por el aura sacrosanta del establishment derechohumanista,
estos enseguida se corren del asunto y se hacen los escandalizados.
En suma, me preocupa cierta falta de
determinación del gobierno en torno a este asunto, pero de todos modos
veo claramente mejores tiempos en torno a la solución de los conflictos
del pasado, claramente.