martes, 9 de agosto de 2016

Y LO LLAMAN “EXPRESIÓN CULTURAL”…

Y LO LLAMAN “EXPRESIÓN CULTURAL”…


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Estas últimas horas se ha hecho célebre una fotografía tomada en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que muestra a unas deportistas alemanas y egipcias, jugando un partido de voley playa.
El contraste de aspecto entre unas y otras, se ha hecho más que evidente y los medios de comunicación y las redes sociales, han corrido a llamarlo “expresión de la diversidad cultural”.
Así es como hemos visto titulares imbuídos de la siempre optimista corrección política, que nos hablan de “mezcla de culturas”, “choque cultural” o “contraste de culturas”.



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Todo ello, bajo la luz maravillosa y radiante del olimpismo, esa maravillosa expresión cuatrienal de convivencia e intercambio cultural, en la que gentes de diversos países y culturas, que habitualmente se dedican a pegarse tiros los unos a los otros por conquistar un palmo de terreno, ahora se disputan una pelota, entre abrazos fraternales.
¡Son tan maravillosas las Olimpiadas! (Lástima que sean tan hipócritas y tan caras que llegan a arruinar países)
Pero volvamos a la foto que tanto está llamando la atención.
La foto de la “diversidad cultural”.
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Ciertamente, esta fotografía, muestra una mezcla de culturas. Diferentes enfoques culturales sobre lo que es la sociedad y la vida en general.
Nadie puede discutir eso.
¿Pero seguro que estas fotos solo nos muestran “diversidad cultural”?
¿De verdad solo nos dicen eso, o dicen mucho más?
Quizás deberíamos empezar a cuestionarnos qué carajo es la puñetera “cultura” y por qué razón tenemos que respetarla tanto.
Es cierto que estas mujeres musulmanas llevan el cuerpo cubierto, desde la cabeza a los pies, sin poder enseñar ni un centímetro de piel, por “cuestiones culturales”.
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Pero fíjense ustedes, que esas “cuestiones culturales”, no afectan por igual a los hombres musulmanes.
Si en lugar de mujeres, fueran hombres, no tendrían ningún problema en mostrar sus brazos o sus piernas.
Resulta que solo el pelo y la piel de las mujeres resulta “pecaminosa” y debe ser ocultada a la vista de los demás. Que una mujer muestre parcialmente su cuerpo, es una ofensa. En cambio, si lo hace un hombre, no.
Y a eso lo llamamos “expresión cultural” y lo enmarcamos dentro de la maravillosa “diversidad cultural” de las olimpiadas.
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¿Pero qué les pasaría a estas mismas atletas musulmanas, si en una expresión de su libertad individual, decidieran ir en bikini como las demás deportistas?
¿Qué les sucedería a estas mujeres cuando volvieran a Egipto después de haber tomado una decisión como esa?
Pues es de imaginar que tendrían una maravillosa “recepción cultural” por parte de muchos de sus paisanos, y probablemente habría algunos que intentarían darles un cursillo acelerado de “diversidad cultural”.
Así pues volvamos a mirar mejor la foto y preguntémonos: ¿de verdad esta es una foto que retrata la “diversidad cultural”, la “mezcla de culturas” o el “contraste de culturas”?
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¿O además de eso, también retrata la opresión de los individuos, y en este caso concreto, de las mujeres musulmanas en algunos países?
Y es que la “cultura” es un concepto maravilloso, que lo aguanta todo y lo puede justificar todo.
Está por encima de nuestra mente y de nuestro criterio.
De hecho, es practicamente un concepto semidivino, porque tiene el poder de someter cualquier expresión de libertad individual, hasta triturarla por completo.
¡Adoremos a la Diosa Cultura! ¡Sacrifiquemos en el altar de la cultura, cualquier expresión de nuestra libertad individual!
¡Llevamos siglos haciéndolo y debemos seguir haciéndolo para que la humanidad no se derrumbe!
Y sometámonos sumisamente también a los designios divinos de sus hijas deformes y deficientes: la “Tradición” y la “Costumbre”.
¡La Tradición es tan maravillosa! Consiste en que un grupo de individuos que nacieron potencialmente libres para ser y pensar por sí mismos y hacer lo que les venga en gana, cada año se dediquen a repetir los mismos rituales, de la misma manera, solo “porque toca hacerlo”.
De hecho, la Tradición es tan divina, que se define por sí misma: “la tradición se cumple, porque es tradición”.
Si la Diosa Tradición nos dicta que cada día x de cada año, debemos ponernos un cactus en el culo y bailar, lo haremos y punto.
¿Por qué? ¡Porque es “tradición”! ¡Porqué es “nuestra cultura”!
¡Porque es el software de programación mental que nos han metido en la cabeza y debemos respetarlo por encima de todo, sin preguntarnos el por qué!
¡El dios Sistema está sustentado íntegramente en esa observancia ciega y sin esta obediencia a la programación, se hundiría todo por completo!
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Pero volvamos otra vez a la foto de las olimpiadas, a esa expresión fantástica de “diversidad cultural”.
En este caso de la foto, resulta que “cultura” significa reprimir a la mujer y cubrir cada centímetro de su “pecaminoso cuerpo”.
Pero es “cultura” y por lo tanto, debemos respetarlo.
Como también es “cultura” que veamos imágenes del Vaticano o de la Iglesia Católica en general, donde solo los hombres pueden ser sacerdotes o alcanzar altos cargos eclesiásticos, mientras las mujeres quedan relegadas a papeles menos que secundarios.
Otra vez, repitamos nuestro mantra: es “cultura” y debemos respetarlo.
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Por lo tanto, que se callen de una vez todas esas mujerzuelas que reclaman el sacerdocio femenino y una representación igualitaria dentro de la iglesia. Que ellas no cuenten y sean un cero a la izquierda, es una “expresión cultural”.
Respect.
Y es que cuando no se respeta la cultura, la tradición, la costumbre o la ley, las consecuencias son devastadoras…
Por ejemplo, antes era cultura, costumbre, tradición y ley, que las mujeres no pudieran votar, no pudieran conducir vehículos, pilotar aviones o llevar pantalones. Era “cultura” que se quedaran en casa cuidando a sus hijos y haciendo labores domésticas. Era “cultura” que no pudieran cursar estudios superiores o hacer carreras universitarias y que se vieran relegadas a un papel secundario en la sociedad.
Su trabajo era limpiar, cocinar y coser. Ser una obediente ama de casa era una “expresión cultural”.
En cambio, ahora, por culpa de la violación de todas estas expresiones culturales, hay mujeres que presiden empresas e incluso países.
Todas esas mujeres que vemos en tertúlias televisivas, hablando con hombres ¿qué puñetas hacen ahí, en lugar de estar en casa fregando los platos?
¡Que horror! Esto es lo que pasa por no respetar los “principios culturales”. ¡Que se pervierte todo!
Y ahora que hemos dado otra vuelta, volvamos de nuevo a la foto de la “mezcla de culturas” de los Juegos Olímpicos y hagámonos una pregunta: ¿Por qué no ponemos a una mujer occidental y al lado una mujer musulmana que ha sufrido la ablación, es decir, la mutilación del clítoris y la titulamos “mezcla de culturas” o “diversidad cultural”?
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Porque al fin y al cabo, que las mujeres (y no los hombres), lleven el cuerpo cubierto o lleven un velo, es una expresión de los mismos conceptos culturales que justifican la opresión al genero femenino, que justifican la discriminación, el maltrato, los latigazos, la ablación, las lapidaciones y los crímenes de honor.
Y no importa que sean las propias mujeres musulmanas las que decidan cubrirse la cabeza o el cuerpo voluntariamente, porque las han educado así y crean que esa es su tradición cultural.
Al fin y al cabo, también son las propias mujeres las que practican la ablación sobre las niñas pequeñas en algunos países. Por que las han programado mentalmente (perdón, educado), para creer que eso es “lo que debe hacerse” y que forma parte de su “tradición cultural”.
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Sí, aunque a muchos les pique o les ofenda, llevar el cuerpo cubierto y mutilar el clítoris, son expresiones del mismo concepto opresivo sobre la mujer, aunque cada uno de ellos se refleje en diferentes grados de represión.
Pero bueno, no nos pongamos tan duros.
Veámoslo desde el lado positivo: es bueno saber que a la represión o a la barbarie, también las podemos llamar “expresión cultural”.
Como lo es matar toros o torturarlos con lanzas, matar miles de perros en el festival de la carne de perro de Yulin, o ejecutar a los reos colgándolos de grúas o ejecutarlos en la cámara de gas después de 20 años de espera.
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Todo ello es cultura, es tradición, es costumbre o es ley en alguna parte.
Como también lo es perseguir pokémons por la calle; o pasarse el día con la cabeza gacha y los ojos clavados en la pantalla de un movil como un zombi; o vegetar durante horas ante un televisor, con el cerebro en blanco, consumiendo refrescos venenosos y patatas fritas, mientras se ve a un grupo de analfabetos y borderlines peleándose dentro de la casa de Gran Hermano.
Esto también es “cultura”. Nuestra maravillosa “cultura occidental”.
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EN CONCLUSIÓN
Esta dichosa foto que los medios han calificado como “mezcla de culturas”, en realidad nos habla de lo que es el concepto de cultura y del poder que ejerce sobre nosotros como individuos.
Hablamos de cultura, tradición, costumbre, educación o finalmente de ley, como si fuesen entidades divinas que hemos de adorar ciegamente, como si fueran verdades absolutas de obligado cumplimiento, cuando en realidad, no son más que expresiones diferentes de la represión mental sobre los individuos.
Si una expresión de libertad individual que no le hace daño a nadie, como mostrar los brazos o el pelo, es reprimida por una costumbre cultural o una tradición a través de toda una sociedad programada con ella, eso ya no debería ser llamado “cultura” o “tradición”, sino directamente “represión”.
Y no importa cuál sea la expresión cultural o si eso sucede en un país musulmán, cristiano, oriental o occidental.
Pero claro, eso significaría modificar las definiciones de las cosas y ya saben ustedes que quien controla las definiciones, controla el mundo.
¿De verdad queremos cambiar el mundo?
¿De verdad queremos construir un mundo nuevo?
Pues empecemos por dejar de respetar ciegamente los principios culturales, las costumbres y las tradiciones y sometámoslas a todas a nuestra libertad individual.
Tomemos conciencia de que la cultura debe estar al servicio de los individuos libres y no al revés.
Derrumbemos de una vez los pilares del sistema que nos aprisiona, dentro de nuestra propia mente y nos permitamos que los rituales que nosotros mismos inventamos, se conviertan en nuestros amos.
Y por favor, tomemos el control de las definiciones y jamás volvamos a calificar como “cultura”, lo que no es más que represión y programación mental
GAZZETTA DEL APOCALIPSIS