Cambiemos respalda y no se hace cargo del Concejal abusador que puso en la política de Caleta Olivia
11:00 – Rubén
Martínez no era conocido en Caleta Olivia ni en Santa Cruz, excepto por alguna
aparición esporádica en radios como denunciador serial, especialmente en contra
de la administración municipal del entonces Intendente de Caleta, Fernando
Cotillo. Hombre extrovertido, de hablar algo confuso y conocedor de algunos
datos importantes alrededor de la corrupción en la pesca y el ámbito político
en Caleta Olivia, hizo de las denuncias su carta de presentación.
Su
ataque al entonces intendente Fernando Cotillo lo transformó en pieza
clave para que Cambiemos lo cooptara con la idea de que a la gente “la
moviliza” quien “va al frente”, al punto que el hoy intendente de Caleta
Olivia Facundo Prades y los diputados Bucci y Terraz (todos Cambiemos),
lo llevaron en la lista como concejal de la ciudad. Y asumió. Y con el
mismo ímpetu verborrágico y transformado en un Robin Hood, pero no con su plata sino con la del patrimonio municipal, hizo una campaña para regalar tierras a quienes no tuvieran un terreno en Caleta Olivia.
Fue
una campaña personal fundada en la razón de que la gente no es ayudada
por la comuna y convocando a cualquiera, sin ningún tipo de pre
selección ni exigencia de ningún tipo, hizo el más puro de los
populismos, regalando cientos de terrenos, incentivando la usurpación de
las tierras y generando un grave problema para el municipio, pues esas
tierras están judicializadas (causa Salas y Del Río). Pero Martínez con
su norte puesto en su objetivo de “ser intendente de Caleta”, arremetió
sin pausa diciendo públicamente “El verdadero líder debe jugarse por el pueblo”,
instaló a los nuevos vecinos, nombró a su barrio “Barrio de Dios” y le
puso a sus supuestas calles, nombre bíblicos. Su excusa fue que ante
reiterados pedidos suyos, el área Tierras del municipio no actuó y por
lo tanto pensó en tomar la decisión de hacerlo personalmente.
En
ese momento los concejales del Frente Para la Victoria lo denunciaron
ante la justicia, causa que sigue su curso, pero más allá de estas
vicisitudes de orden “político”, el señor Rubén Martínez fue denunciado
por abuso de menores. Algunos medios señalan que existen dos casos de
abusos, otros solo uno. La principal causa radicada en el Juzgado del Dr
Contreras fue presentada en abril del año pasado y consta de una
denuncia por abuso simple de menores, por cuanto Martínez le propuso un trabajo en el Concejo Deliberante a una niña, a cambio de favores sexuales.
Fue llamado dos veces a declarar, oportunidad en las que se negó a
hacerlo ante la justicia. La situación grave del edil, generó que tomara
intervención el área de la Niñez del municipio y se realizaran marchas
de mujeres en Caleta Olivia repudiando el accionar de Martínez y
pidiendo la separación del cargo.
Estas
graves acusaciones, junto con las de tierras, llevaron a la mayoría de
los concejales a solicitar su desvinculación del Concejo Deliberante,
cuestión que no ha contado con la voluntad de los ediles del Cambiemos y
ni sus padrinos políticos, quienes lo ingresaron a la política en el
2015: Facundo Prades (intendente) y Eduardo Costa (Senador), quienes hacen un llamativo silencio.
Javier Aybar
(Cambiemos) a cargo del CD de Caleta Olivia, se negó a la convocatoria
de una sesión extraordinaria para tratar la desvinculación de Martínez
del Cuerpo. Sostuvo que la misma debe ser pedida por el Ejecutivo municipal y el Intendente Prades, no lo ha hecho. Los concejales del FPV piden la inmediata separación del
controvertido concejal, no solo por los presuntos delitos cometidos con
las tierras y la acusación de abuso de menores, sino por ser un
“ausente compulsivo”, tener actitudes no compatibles con el cargo y
fundamentalmente lo solicitan hasta tanto se concluyan las
investigaciones en el caso de los abusos de menores, un delito
extremadamente grave por el cual no debería estar en funciones.
Aybar, ha puesto delante de este pedido, impedimentos de tipo “formal” para negarse a viabilizar el pedido de los concejales del FPV. En la práctica, para Cambiemos sería una baja muy importante con una lectura política atroz, que uno de sus concejales, un outsider
de la política, traído por vaya a saber qué “condiciones” vista por
Prades y Costa, al Concejo Deliberante de Caleta Olivia, sea removido de
su cargo en el último tramo del año electoral.
Esto, sin duda, ha impactado negativamente en la imagen de Cambiemos en
el norte provincial. Sumado al affaire de la mochila con plata del
intendente Facundo Prades, hecho judicializado y con poco avance (o al
menos no el requerido), es tal vez uno de los principales argumentos
públicos que ha bajado considerablemente el índice de aceptación del
intendente de Caleta Olivia en las última encuestas, en las cuales su
imagen no supera los 5 puntos. Algunos ven en esto,
precisamente, la acción disruptiva que toma ante el jefe de su partido,
pretendiendo dividirle el voto en zona norte, coqueteando con el
kirchnerismo como amenaza concreta de apoyo político.
Lo cierto es
que el silencio o la falta de condena expresa y concreta de Martínez,
especialmente por el gravísimo delito por el cual está denunciado ante
la justicia, de parte de Prades y de Costa, es coincidente con las
acciones de Aybar y un acuerdo tácito de “no entregarlo” para no
disminuir la imagen política de Cambiemos en aquella zona de Santa Cruz.
Lamentablemente,
es un costo que Cambiemos debe asumir, cuando sin medir las
consecuencias incorporó, potenció e impulsó a un cargo electivo, a quien
ya demostraba no ser una persona políticamente correcta, estable y
confiable. Todos los veían, menos ellos. El oportunismo y uso político
de las personas, paga su precio. Hoy, deben hacerse cargo o pagarán en
las urnas los claros ademanes de complicidad que demuestran. (Agencia
OPI Santa Cruz)