lunes, 18 de marzo de 2019

Repugnante



Repugnante. Por Miguel De Lorenzo

El secretario de derechos humanos Claudio Avruj dice en un comunicado que la imagen de la Virgen con un pañuelo verde, exhibida en el centro H. Conti que depende de él “no representa manifestación alguna de la secretaria que él dirige”
Tal vez Avruj no sepa lo que significa su cargo porque la muestra fue programada y está expuesta en un lugar público de su área y claramente bajo su  responsabilidad.
Yo no sé qué diría Avruj si a una estrella de David le colgaran un preservativo y la expusieran de la misma manera y en el mismo lugar. Acaso el tipo  carezca de honor, y no pase de  una suerte de  figurón espantable, incapaz de reaccionar.
 A nosotros nos parecería abominable que eso sucediera y mucho peor que un funcionario, que el funcionario responsable,  no moviera un dedo ante semejante ofensa.


Parece que  Francisco, hace pocos días entre abrazos y besos,  le dijo a Avruj que había hecho un milagro. Y hasta pudiera suceder que ahora le envíe una cartita de felicitación…

Desconocíamos que Avruj obraba milagros, el dato va por cuenta de Bergoglio, que entonces debería explicar a los católicos cual es, a partir de ahora, el nuevo significado de la palabra milagro;  lo que queda  claro es que,  más que milagrero, a nosotros en cambio nos impresiona como un personaje atroz, que sonríe desafiante escudado en el poder.

No explica nada, tampoco se disculpa,  no se avergüenza, no se defiende, diríamos que  le da igual: “no representa manifestación alguna de esa secretaría”. Resulta que  el principal responsable no se enteró de la muestra y cuando se entera no le importa. Ese no importarle habla de él y lo define.

Avruj nos ofende en lo más íntimo de nuestra fe, al ofender a La Virgen María, por eso bien podríamos decir que Avruj es un funcionario  objetivamente repugnante.

Pero no es el único repugnante de Cambiemos. En la fiesta de la Vendimia, Cornejo ordenó que la Virgen de la Carrodilla no abriera el acto como es tradicional y justo, sino que lo cerrara y cuando finalmente  pasó la Virgen después del rey gay y los pañuelos verdes… el gobernador se había retirado.

Como Avruj tiene un jefe que se supone que es Macri y que tampoco ha hecho nada para impedir esta canallada sacrílega, entendemos que, o no sabe nada acerca de lo que pasa en el país, o Peña  no lo autorizó  a hablar, o simplemente es cómplice.

Puede suceder que a los católicos argentinos ya no nos quede ni gota de sangre en las venas, por su silencio, sospechamos que a los obispos argentinos tampoco,  dedicados a la liberación y “al hombre nuevo”  apenas les queda tiempo para las cosas de Cristo y de su Madre. En cualquier circunstancia,  no habla demasiado bien de nosotros, que toleremos estas felonías.