Repugnante. Por Miguel De Lorenzo
El secretario de derechos humanos
Claudio Avruj dice en un comunicado que la imagen de la Virgen con un
pañuelo verde, exhibida en el centro H. Conti que depende de él “no
representa manifestación alguna de la secretaria que él dirige”
Tal vez Avruj no sepa lo que significa
su cargo porque la muestra fue programada y está expuesta en un lugar
público de su área y claramente bajo su responsabilidad.
Yo no sé qué diría Avruj si a una
estrella de David le colgaran un preservativo y la expusieran de la
misma manera y en el mismo lugar. Acaso el tipo carezca de honor, y no
pase de una suerte de figurón espantable, incapaz de reaccionar.
A nosotros nos parecería abominable que
eso sucediera y mucho peor que un funcionario, que el funcionario
responsable, no moviera un dedo ante semejante ofensa.
Parece que Francisco, hace pocos días
entre abrazos y besos, le dijo a Avruj que había hecho un milagro. Y
hasta pudiera suceder que ahora le envíe una cartita de felicitación…
Desconocíamos que Avruj obraba milagros,
el dato va por cuenta de Bergoglio, que entonces debería explicar a los
católicos cual es, a partir de ahora, el nuevo significado de la
palabra milagro; lo que queda claro es que, más que milagrero, a
nosotros en cambio nos impresiona como un personaje atroz, que sonríe
desafiante escudado en el poder.
No explica nada, tampoco se disculpa,
no se avergüenza, no se defiende, diríamos que le da igual: “no
representa manifestación alguna de esa secretaría”. Resulta que el
principal responsable no se enteró de la muestra y cuando se entera no
le importa. Ese no importarle habla de él y lo define.
Avruj
nos ofende en lo más íntimo de nuestra fe, al ofender a La Virgen
María, por eso bien podríamos decir que Avruj es un funcionario
objetivamente repugnante.
Pero no es el único repugnante de
Cambiemos. En la fiesta de la Vendimia, Cornejo ordenó que la Virgen de
la Carrodilla no abriera el acto como es tradicional y justo, sino que
lo cerrara y cuando finalmente pasó la Virgen después del rey gay y los
pañuelos verdes… el gobernador se había retirado.
Como Avruj tiene un jefe que se supone
que es Macri y que tampoco ha hecho nada para impedir esta canallada
sacrílega, entendemos que, o no sabe nada acerca de lo que pasa en el
país, o Peña no lo autorizó a hablar, o simplemente es cómplice.
Puede suceder que a los católicos
argentinos ya no nos quede ni gota de sangre en las venas, por su
silencio, sospechamos que a los obispos argentinos tampoco, dedicados a
la liberación y “al hombre nuevo” apenas les queda tiempo para las
cosas de Cristo y de su Madre. En cualquier circunstancia, no habla
demasiado bien de nosotros, que toleremos estas felonías.