Las escuelas Mariátegui funcionan en varios países de la región, y ahora es el turno de la Argentina, según informa La Rosa Blindada:
“La Escuela de Formación Política Latinoamericana “José Carlos Mariátegui” se crea a partir de una iniciativa de la Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Populares Autónomos (COMPA) de la ciudad La Plata (Buenos Aires, Argentina). Un conjunto de intelectuales y de referentes sociales y políticos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba y Venezuela,
que han apostado a un proyecto de formación política de escala
regional, se han sumando a esta iniciativa. Se ha conformado un Consejo Asesor Académico Internacional y hace ya un tiempo que viene trabajando en la organización de esta Escuela el grupo pedagógico “Alicia Eguren”. El curso inicial se desarrollará entre el 3 y el 17 de febrero de 2013 en
el predio de la “Granja Azul”, ubicado en la localidad de Florencio
Varela, en la provincia de Buenos Aires, cedido gentilmente por los
compañeros y compañeras de Pelota de Trapo/Chicos del Pueblo.
Será un curso intensivo de 14 días consecutivos. El objetivo principal
de la Escuela de Formación Política Latinoamericana “José Carlos
Mariátegui” es favorecer
los procesos de auto-educación política en sentido emancipador
(auto-emancipador) y socializador del poder de los pueblos de Nuestra
América. En efecto, la formación militante resulta imprescindible para el desarrollo de una subjetividad política emancipadora,
es absolutamente necesaria para la construcción de poder popular, son
pares inescindibles. La formación militante, concebida como praxis, es
insoslayable para aquellas organizaciones que reclaman para sí una
función racionalizadora y humanizadora de la sociedad, una función
ejercida desde abajo, por la acción libre de todos y todas.
Sin dudas, el marco de referencia más general está dado por la resignificación del ideario bolivariano (y martiano y mariateguiano y guevarista) y
por las luchas que los pueblos de Nuestra América libran contra las
nuevas formas –muchas veces encubiertas y barnizadas de progresismo– del
colonialismo económico, político y cultural.