jueves, 27 de diciembre de 2012

UN COCTEL EXPLOSIVO DE CFK.



POBREZA, EXCLUSION, VANDALISMO PROVOCADO Y BARRASBRAVAS,

 
 JOSE MARCELINO GARCIA ROZADO
El desajuste entre tensión social generada por la pobreza y la exclusión de un 35% de argentinos, sumado al vandalismo provocado por las organizaciones critikirchneristas  y los barrasbravas pagos no se condicen con la autocelebración del Gobierno; el vandalismo, el robo y la extorsión, nunca fueron expresión de los sectores postergados argentinos, por lo que se infiere que en dosis generosas, no nacieron por generación espontánea sino como consecuencia de una iniciativa de sectores progubernamentales que terminó yéndoseles de las manos.

Es una constante de la humanidad, desde siempre, que cuando existe “un caldo de cultivo”, la política mete la cola y de la peor manera, y más en este tipo de régimen en el que la confrontación y el agravio permanente es el leit motive de su razón de ser; pero para que lo pueda hacer tiene que existir un componente esencial y que hoy pulula, y ese componente es la pobreza y la exclusión y además, la certeza de que este tipo de actos no tendrán castigo, o si lo tienen será de carácter muy benévolo respecto de la magnitud del delito, pues la falta de respuesta gubernamental y de parte del Estado, como tal, por incumplimiento de sus obligaciones es casi total, pero además, si se le suma la connivencia del gobierno a la generación del delito, aquel accionar es casi impune.
El aprovechamiento político de esos climas es un juego peligroso y diabólico para toda la sociedad, y es ésta la que debe exigir del poder judicial el máximo apego a la ley, y el cumplimiento acabado de la obligación de este Poder del Estado del cumplimiento a raja tabla de la normativa respecto de “incitación a la violencia”, “incumplimiento de los deberes de funcionario” y muy especialmente el de “complicidad con la generación del delito”, respecto del funcionariado gubernamental –la Presidente a la cabeza- y las organizaciones que al Poder Ejecutivo le responden en forma directa o indirectamente, por acatar las ordenes emanadas de organizaciones políticas amparadas y/o integrantes de ese poder del Estado, Unidos y Organizados, La Cámpora, Movimiento Evita, piqueteros y planes de cooperativas que responden a Luis D’Elía, Milagros Salas, Hebe de Bonafini, etc., etc., e “Hinchadas Argentinas Unidas”, o sea las barrasbravas amparadas y pagadas desde el poder por la AFA, los Clubes del futbol o la televisión del Futbol para Todos.
La contención de los desbordes debe contemplar “prudencia extrema y protección de vidas y bienes”, esto como obligación fundamental, pues la espiralización de la violencia debe ser evitada con todos los recursos y las normas básicas de una sociedad democrática y republicana por encima de cualquier otra consideración, pues la pacificación social es, y debe ser, el objetivo que debe prevalecer sobre cálculos y ambiciones, perversas e hipócritas; sin olvidar, por esto, que la principal responsabilidad siempre es del Gobierno, y mucho más cuando es éste quien desaprensivamente lanzó este desenfreno como una “tapadera”  y un verdadero “globo de ensayo” de actividades a por venir, si las cosas no logran encaminarse a su gusto en las elecciones de medio tiempo del año próximo. Muy a pesar del fárrago de números y cifras con las que Cristina Fernández fatiga casi a diario a las audiencias, cada vez menores, de sus cadenas nacionales de la alegría y la bonanza, subrayando las bondades de su gestión “seudo inclusiva”, la realidad cotidiana muestra al pueblo que ésta es muy diferente a lo que aquella le pinta con “brocha gorda y absurda propaganda”.
La exclusión social es un dato incontrastable de la realidad argentina, y no solo en el interior profundo de nuestro noroeste y nordeste, o en el sur patagónico, sino a las mismas puertas de los conurbanos de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza o Paraná, y que es realista decirlo, no nació con Cristina o con Néstor, sino que es producto de políticas desacertadas e ineficientes que generaron y crearon bolsones de pobreza muy extendidos alrededor de las grandes ciudades y en el norte y sur argentinos desde 1976 a la fecha. Se sabe que la exclusión tiene consecuencias que terminan por moldear la conducta social y que el “asistencialismo y el clientelismo político” de subsidios y planes que los diferentes gobiernos aplicaron –con excepción de lo sucedido por imperativa necesidad durante la crisis desintegradora post 2001 de aquel 2002- y que este Gobierno aplica desde 2007 en adelante como principal política y como accionar clientelar muy marcado, nunca alcanzó y tampoco lo hace hoy a mitigar sus efectos más agudos, y más cuando se ha vivido una década de crecimiento sostenido a tasas chinas y con enormes superávits nunca aplicados a erradicar aquella exclusión que venimos padeciendo desde hace ya más de 36 años.
Los estallidos de los últimos días han terminado de crear un clima de “temor extendido”, quizás lo que se buscó desde los más recónditos vericuetos del Gobierno cristikirchnerista, y el Gobierno, como siempre, buscó rápidamente y muy burdamente culpables de aquello que él generó, si no es que directamente lo provocó. Y sus “espadas más abyectas y obsecuentes” rápidamente  las encontró: “quienes fogonearon los saqueos y el vandalismo fueron –dicen Berni, Abal Medina, D’Elía y Bonafini- Moyano, Micheli y Barrionuevo”, o sea los máximos responsables de la CGT Azopardo, la CGT Azul y Blanca y la CTA opositora quienes vienen de realizarles dos paros con movilizaciones realmente importantes y en menos de un mes (20N y 19D), por eso y porque creen que la ciudadanía se chupa el dedo había que pasarles la factura y lograron el efecto inverso, pues el mismo Caló, titular de la CGT Balcarce, terminó por segunda vez solidarizándose con Moyano y sus aliados, la “extrema torpeza política oficial los devolvió al primer plano nacional”.
El vandalismo, los saqueos y la participación desembozada de militantes piqueteros y de punteros de planes sociales clientelares gubernamentales, quedaron al desnudo al observarse que aquellos delincuentes eran transportados a los lugares a ser devastados y robados en micros escolares, que aunque no pueda creerse estaban identificados con las organizaciones a las que pertenecían. En el caso de San Fernando al Movimiento Evita, en el de Mataderos  al Pitu Barrientos –el mismo de la toma del Parque Indoamericano-, y así en varios otros actos de saqueo y robo. Este accionar no puede ser un patrón si no fue perfectamente orquestado, y el pueblo no puede tomarlo como un accionar fatídicamente natural; como bien aclaraba el Intendente de San Fernando “parecía que la policía provincial y las fuerzas de seguridad nacionales no existían, hubo una desidia de prevención inmensa… fue un poco tierra abandonada, porque nos dejaron la defensa de la ciudad sin policía porque la poca policía y la infantería que vino estaba adentro de Carrefour y teníamos toda la ciudad sin policía… sin el cuerpo de protección ciudadana municipal hasta hoy estaríamos apagando el incendio”, y esto era tan real como que las “zonas liberadas” eran las de las provincias o municipios opositores o no K. Así se vivieron los mismos hechos en San Fernando, José C. Paz, Mataderos, Malvinas Argentinas, Bariloche, Rosario (por destacar las más significativas).
Ya no hay lugar para la teoría gubernamental de “lo espontáneo” y mucho menos de que fueron inducidos por “el gremialismo opositor”, pues la falta de prevención inmensa por parte de las fuerzas de inteligencia nacionales –SI, PFA, GNA y PNA- no dejan lugar a duda alguna, pues hubo “alertas tempranas de intendentes y gobernadores” a su vez alertados por las fuerzas policiales provinciales y hasta por punteros barriales conocedores de lo que se estaba armando. Los más de 400 detenidos quizás logren aportarle a la justicia ciertas datos significativos, las hipótesis y las advertencias venían de la mano de lo que se había visto en días anteriores cuando 4 micros escolares identificados con banderas del Movimiento Evita, llegaron con gente hasta el polideportivo municipal de San Fernando y con una organización muy llamativa. En pleno enfrentamiento, en San Fernando, Mataderos, Gálvez y Bariloche muchas bombas de humo fueron tiradas por los manifestantes y vándalos y no por las fuerzas de represión, así como pudo observarse que estos facinerosos se cubrían de la policía con escudos de tablones llevados de ex profeso. Asimismo diversos comerciantes asaltados declararon que los vándalos eran conocidos del propio barrio y “cooperativistas de planes oficiales”, a quienes les fiaban, este dato “hace suficiente ruido como para que la justicia no investigue”, solo si no quiere.
“Algo pesado se venía”, era el rumor en los Consejos Deliberantes de varias localidades, en San Fernando una camioneta con altoparlantes y un grupo de intrusos intentó colar un reclamo gremial en medio de la aprobación del Presupuesto municipal de 2013, terminando todo con golpes y algunos heridos en la puerta del recinto, “el ambiente ya estaba muy espeso varios días antes”, cuentan en varias localidades funcionarios y policías provinciales quienes agregaban “falta de policías, clima espeso y visitas no esperadas”. Oportunismo, organización y vandalismo fueron las palabras empleadas por los funcionarios rosarinos al referirse a los motivos detrás de los saqueos, la ola de robos y ataques a comercios fue armada con el fin de sacar provecho a una delicada situación emanada del temporal que unas horas antes había deshilvanado el ovillo de la asistencia social; pero como en otros lugares el clima de tensión previo era una constante y donde los servicios de inteligencia provinciales advertían del enrarecimiento del clima social en sectores excluidos y de organizaciones sociales pro cristinistas y/o barrasbravas de los clubes más importantes.
Tan burda fue la maniobra que el desastre climático arreció en el Oeste y el noroeste y las acciones vandálicas aparecieron en el sur, Gobernador Gálvez, extendiéndose a la mañana siguiente al oeste y sur rosarinos, en los barrios más humildes, alejados del centro, el acento se puso en los supermercados y otro tipo de comercios –electrodomésticos especialmente- negando la matriz de exclusión y hambre, y reforzando la teoría del vandalismo por parte de barrasbravas y organizaciones paragubernamentales. “Paradójicamente, se perjudicó a los lugares donde los efectos del desastre climático habían sido menores o prácticamente no habían tenido incidencia”, explicaba el ministro de seguridad santafesino. Reclamos y planes caídos, fue la escusa vivida en Bariloche, donde el Intendente si bien responde a Miguel Pichetto, está enfrentado con el Gobernador K de extracción frepasista y amparado por Cristina Fernández, el Movimiento Indigenista 1º de Mayo intentó el pasado 12 de Octubre derribar la estatua del General Roca como respuesta a un discurso presidencial que vilipendiaba la figura de quien incorporó los territorios patagónicos a la Argentina, que de no ser así hubieren pasado a dominio chileno.
Este grupo advirtió al Intendente Goye que existía un malestar alentado desde el gobierno provincial en los barrios humildes, el llamado “el Alto”, y que para neutralizarlo era menester repartir dinero ($ 200) y comida entre las familias que dependen de los planes de Nación y Provincia; estas advertencias volvieron a llegar a oídos del intendente tiempo después y por parte del mismo movimiento que le explicaba “que algo malo estaba por suceder si no aparecían los planes y una canasta para las fiestas”. Pero la atomización de las organizaciones existentes en El Alto y el poder que muchas de estas detentan emanadas de los gobiernos nacional y provincial, hicieron caer sobre el intendente broncas, amenazas y anticipos de desórdenes variados, obligando a Goye a solicitar la ayuda y la intervención del Gobernador provincial quien hizo oídos sordos a dichos requerimientos, hasta que el estallido, el vandalismo y los saqueos fueron noticia nacional a través de los medios no oficialistas. Con un plantel municipal desbordado el intendente está imposibilitado de accionar en socorro del hambre y la exclusión que campea en su ciudad.
Goye, como Andreotti, o Bonfantti aunque advirtieron a las autoridades superiores no obtuvieron respuesta alguna que superase el calmarlos con promesas de ayudas que nunca llegaron o con fuerzas de seguridad que llegaron tarde o directamente no llegaron nunca. El patrón es demasiado parecido para que no nos resulte extraño y nos mueva a reflexionar seriamente en la connivencia del Estado Nacional y de ciertos Gobernadores adictos al anterior. Lo que primó fue la pobreza y una gigantesca crisis de contención social,  generada ex profeso o incentivada abiertamente mediante la utilización desembozada de barrasbravas, punteros políticos cristikirchneristas y organizaciones sociales y políticas abiertamente enroladas en el cristinismo duro y puro, todo ello condimentado con la opinión cómplice de seudo analistas políticos todos ellos progubernamentales. El sociólogo Zuleta Puceiro lo achaca a “fallas en la protección social y en la izquierda anti sistema, reforzada en los últimos años por su coexistencia al interior del clientelismo gubernamental”, mientras Artemio López lo achaca a que “los saqueos no afectan la imagen del gobierno. Fueron promovidos por sectores opositores, como intento de continuar por otros métodos con la operación de desgaste iniciada en múltiples frentes tras el rotundo triunfo de CFK”, asimismo Federico Aurelio también progubernamental expresa en sintonía con Berni que “dudo que los saqueos le afecten al Gobierno. La gente visualiza alguna organización delictiva detrás… nuestras mediciones demuestran que todo sigue estable. O sea hay un país con dos mitades”.
Para otros un poco más medidos, como Ricardo Rouvier “los acontecimientos aparecen como una contradicción con un gobierno que ha puesto el mercado interno y la cuestión social como ejes. Lo que se observan son operativos y no una reacción social con algún grado de espontaneidad. Esto se verifica en lo limitado y acotado de la acción depredadora. Se han combinado delincuencia común con necesidades, iniciados por factores externos y ajenos a las demandas sociales. Son operativos políticos para generar inestabilidad”. Mientras para los no comprometidos con el gobierno K “está claro que el modo de los saqueos ha sido raro, y probablemente ha habido agitadores detrás: Pero  el problema social es evidente y persistente –explica Daniel Arroyo, ex viceministro de Desarrollo social- En los grandes centros urbanos hay un conjunto de problemas que no tienen que ver con el hambre, sino con el mal vivir. Lo que le quema la cabeza a la gente son tres cosas: estar hacinado, no tener trabajo o tener trabajo precario y viajar mal. En el conurbano se dan las tres cosas juntas. Eso genera el mal vivir. Además, si bien las personas están mejor en torno a planes sociales, la inflación termina complicando todo. Mucha gente atraviesa un proceso de sobreendeudamiento. Es decir, accede a más productos pero tiene menos plata. Se ha perdido la referencia con la inflación. Sobre esa base, hay un problema específico con los jóvenes: hay 900 mil en todo el país que no estudian ni trabajan y casi la mitad está en el conurbano. Esos jóvenes no tienen horizonte”.
Rosendo Fraga, pone el dedo en la llaga al expresar que lo vivido es “protesta, vandalismo y policía ineficaz”, o sea un Estado y un Gobierno ausente, ineficaz o cómplice liso y llano, y lo explica: “once años atrás, la economía caía al 8% anual y el desempleo llegaba al 20%. Hoy la economía está mucho mejor en crecimiento y empleo, aunque peor en inflación. En estos saqueos, además de una situación económica más dura que en 2011 –aunque no crítica-, inciden grupos radicalizados, bandas delincuenciales y articulaciones espontáneas, en un país cuya eficacia en materia de seguridad es baja, como se evidenció la semana pasada en los disturbios y saqueos… En paralelo a la reaparición de los saqueos, cabe señalar que los cortes de rutas y vías públicas como expresión de protesta han aumentado 52% en 2012 respecto de 2011. El freno de la economía y sus efectos sociales podría ser una explicación suficiente, pero a ello se suman los conflictos políticos y sindicales y los problemas internos en el área de seguridad”. Aunque profundiza no se anima a decir lo que realmente trascienden sus palabras, ¡hubo connivencia, como mínimo del Gobierno!
Fueron 300 comercios en 40 ciudades los saqueados, y 500 si se computan los que fueron atacados sin ser robados y $ 26,5 millones  las pérdidas como mínimo, demasiado para un ensayo de generación de clima de conflictividad social a la chavista, “si no gano en 2013, vayan preparándose para lo que se viene”, pareciere ser el nuevo lema cristinista, luego del “vamos por todo”, aunque en ello vaya avasallar la Constitución, las leyes, la división de poderes y hasta la propiedad privada. ¡Todo muy, pero muy poco peronista! Pues el peronismo fue y es una revolución pacífica y realizada en el tiempo, con tiempo y sin sangre, y en un régimen de Comunidad Organizada, democrática, cristiana, humanista y dentro del sistema capitalista aunque no fundamentalista como el liberalismo y el socialiberalismo. ¡Este modelo está en una crisis muy profunda!

Buenos Aires, 26 de Diciembre de 2012.
Arq. José M. García Rozado
MPJIRucci – LIGA FEDERAL
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