Con motivo de haber recibido un correo que adjuntamos sobre una supuesta transacción financiera realizada en Mendoza por el mediático Leonardo Fariña , esposo de la modelo Karina Jelinek, supuesto operador financiero del testaferro de la Familia de Néstor y Cristina Kirchner, el Empresario Lázaro Báez, es que decidimos solicitar a unos amigos argentinos y peronistas residentes en Mendoza , que nos confirmaran hasta donde era cierta dicha información, por suerte y gracias a una rápida diligencia, recibimos y adjuntamos el acta notarial de dicha operación, con lo cual se certifica la veracidad de la misma, motivo por lo cual dejamos al buen criterio de todos los ciudadanos argentinos que analicen y evalúen todo lo que allí se está difundiendo y luego saquen sus propias conclusiones.
Que Dios Fuente de toda razón y justicia nos ayude a clarificar el comportamiento de esta Corporación Mafiosa de Políticos Corruptos que deciden el destino de nuestro Pueblo y la Nación Argentina.
M. U. N. I.
Carlos A. Diaz Busti
Presidente
FARIÑA PAGÓ U$S 5 MILLONES POR CAMPOS EN TUNUYÁN
El hombre acusado de ser testaferro de empresarios kirchneristas compró en 2010 -y a nombre de un tercero no identificado- 3.400 ha por las que abonó en efectivo.
LOS ANDES (MZA): domingo, 21 de abril de 2013
Daniel Peralta - dperalta@losandes.com.ar
Edición Impresa: domingo, 21 de abril de 2013
La historia pone al por entonces ignoto, Leonardo Fariña, en el pueblo de Tupungato. Era 16 de diciembre de 2010 y el recientemente célebre consultor cerraba una millonaria operación inmobiliaria. Compraba cinco propiedades ubicadas sobre la ruta 94, camino al Manzano Histórico, en Tunuyán, por las que pagó 5 millones de dólares.
El documento
Los Andes accedió a una copia de los dos contratos de compraventa y uno de cesión de derechos y acciones que firmó Fariña en Tupungato el 16 de diciembre de 2010.
En la imagen, se ve la primera hoja de la actuación notarial 00495649 por la que adquirió 3.400 hectáreas
Un detalle llamativo de los tres contratos es la inclusión de un “poder especial irrevocable”, otorgado a Fariña por el vendedor y por el término de 10 años, para que “en su nombre y representación suscriba y otorgue la escritura traslativa de dominio de los bienes objeto de la presente, a favor del comprador o de quien éste designe como comitente”.
Para traducir a lenguaje coloquial, Fariña no tenía obligación de escriturar inmediatamente a nombre de quien le comisionó la compra, sino que podía, por el término de 10 años, trasladar el dominio a quien él mismo designase, que podría ser quien lo comisionó o un tercero.
La compra en comisión y ese poder irrevocable impediría saber quién fue el comprador real y permitir eventuales
La historia pone al por entonces ignoto, Leonardo Fariña, en el pueblo de Tupungato. Era 16 de diciembre de 2010 y el recientemente célebre consultor cerraba una millonaria operación inmobiliaria. Compraba cinco propiedades ubicadas sobre la ruta 94, camino al Manzano Histórico, en Tunuyán, por las que pagó 5 millones de dólares.
Una aclaración que agrega sabor a la historia: la compra no la hizo con plata propia, sino que lo hizo, según indica la actuación notarial, “en comisión”, es decir en representación de un tercero.
El comprador se presentó como Jorge Leonardo Fariña, argentino, en aquellas épocas soltero, con domicilio en calle 68 al 1400 de la ciudad de La Plata. Tenía apenas 24 años.
Esta historia es anterior a la otra, la contada por Jorge Lanata en su programa “Periodismo para todos” el domingo pasado, ésa en la que Fariña se dedicaba supuestamente a lavar dinero del empresario kirchnerista Lázaro Báez.
En aquellas épocas nada hacía presuponer la trascendencia que alcanzaría el joven supuestamente empresario, que meses después empezó a aparecer en los programas de TV y revistas de chimentos por su noviazgo con la vedette Karina Jelinek, con la que se casó finalmente en una fastuosa boda en abril de 2011, tras menos de dos meses de relación.
Pero el relato del paso por Mendoza de Fariña nos lleva a ese 16 de diciembre de 2010, en Tupungato. En la fría versión de los contratos de compraventa instrumentados en la actuación notarial 00495649, a la que accedió Los Andes, se cuenta que se realizaron tres actas y tres operaciones por cinco parcelas.
Una de las actas es por una propiedad de 2.498 hectáreas con 8.319 metros cuadrados (según mensura); la otra actuación es por dos parcelas unidas bajo un mismo título, una de 62 hectáreas con 5.961 metros cuadrados, la otra de 46 hectáreas con 6.149 metros cuadrados; la última por dos parcelas, una de 296 hectáreas con 5.969 metros cuadrados y la última de 493 hectáreas con 9.245 metros cuadrados. En total Fariña compró 3.400 hectáreas.
No hubo un precio uniforme por esas propiedades. Sin embargo, en promedio se pactó alrededor de 1.500 dólares por hectárea, un valor de mercado razonable para esa época. Entonces, la cuenta ronda los 5 millones de dólares, puestos de contado en ese mismo acto.
Las cinco propiedades fueron vendidas “en comisión”, esto significa que Fariña había sido comisionado por alguien para comprar las propiedades y, por lo tanto, el dinero con el que se cancelaron las operaciones no era de él, sino que hacía de intermediario de un tercero, al igual que en las transferencias de dólares al exterior denunciadas por Lanata.
Una zona privilegiada
La zona en la que están ubicadas esas parcelas es un bello paraje tunuyanino, el distrito Los Chacayes, a pocos kilómetros al este del Manzano Histórico. La ruta 94 es parte de lo que se conoce como el “Corredor Productivo” del Valle de Uco, por lo que se trata de parcelas privilegiadas, enclavadas en una zona de amplias posibilidades para el desarrollo de actividades agropecuarias y turísticas.
Sobre esa ruta están algunos conocidos emprendimientos como la productora de cerezas Carletti o la bodega Lurton, de capitales franceses, además de muchos otros proyectos vitivinícolas, sobre todo, de capitales extranjeros. Más arriba de estos emprendimientos, cerca del kilómetro 30 de la ruta 94, están distribuidas las parcelas que compró Fariña.
Luego, está el Manzano Histórico, el popular paraje de los mendocinos, el lugar donde descansó José de San Martín a la vuelta de la campaña libertadora. Allí, la ruta 94 empalma con el camino de las bodegas de altura, la ruta 89, para llegar a la ciudad de Tupungato, donde se celebró el convenio de compra-venta.
Fariña se encontró allí con Juan Carlos Schiappa de Azevedo, dueño de las propiedades, y el escribano Martín Rosta dio validez al acto. No hay muchos datos acerca de cómo fue el encuentro, aunque dos fuentes consultadas por este diario, que participaron como personajes secundarios en aquella operación, confirmaron la identidad de Fariña: “Sí, el comprador es el tipo que salió en la televisión”.
Que Dios Fuente de toda razón y justicia nos ayude a clarificar el comportamiento de esta Corporación Mafiosa de Políticos Corruptos que deciden el destino de nuestro Pueblo y la Nación Argentina.
M. U. N. I.
Carlos A. Diaz Busti
Presidente
FARIÑA PAGÓ U$S 5 MILLONES POR CAMPOS EN TUNUYÁN
El hombre acusado de ser testaferro de empresarios kirchneristas compró en 2010 -y a nombre de un tercero no identificado- 3.400 ha por las que abonó en efectivo.
LOS ANDES (MZA): domingo, 21 de abril de 2013
Daniel Peralta - dperalta@losandes.com.ar
Edición Impresa: domingo, 21 de abril de 2013
La historia pone al por entonces ignoto, Leonardo Fariña, en el pueblo de Tupungato. Era 16 de diciembre de 2010 y el recientemente célebre consultor cerraba una millonaria operación inmobiliaria. Compraba cinco propiedades ubicadas sobre la ruta 94, camino al Manzano Histórico, en Tunuyán, por las que pagó 5 millones de dólares.
El documento
Los Andes accedió a una copia de los dos contratos de compraventa y uno de cesión de derechos y acciones que firmó Fariña en Tupungato el 16 de diciembre de 2010.
En la imagen, se ve la primera hoja de la actuación notarial 00495649 por la que adquirió 3.400 hectáreas
Un detalle llamativo de los tres contratos es la inclusión de un “poder especial irrevocable”, otorgado a Fariña por el vendedor y por el término de 10 años, para que “en su nombre y representación suscriba y otorgue la escritura traslativa de dominio de los bienes objeto de la presente, a favor del comprador o de quien éste designe como comitente”.
Para traducir a lenguaje coloquial, Fariña no tenía obligación de escriturar inmediatamente a nombre de quien le comisionó la compra, sino que podía, por el término de 10 años, trasladar el dominio a quien él mismo designase, que podría ser quien lo comisionó o un tercero.
La compra en comisión y ese poder irrevocable impediría saber quién fue el comprador real y permitir eventuales
La historia pone al por entonces ignoto, Leonardo Fariña, en el pueblo de Tupungato. Era 16 de diciembre de 2010 y el recientemente célebre consultor cerraba una millonaria operación inmobiliaria. Compraba cinco propiedades ubicadas sobre la ruta 94, camino al Manzano Histórico, en Tunuyán, por las que pagó 5 millones de dólares.
Una aclaración que agrega sabor a la historia: la compra no la hizo con plata propia, sino que lo hizo, según indica la actuación notarial, “en comisión”, es decir en representación de un tercero.
El comprador se presentó como Jorge Leonardo Fariña, argentino, en aquellas épocas soltero, con domicilio en calle 68 al 1400 de la ciudad de La Plata. Tenía apenas 24 años.
Esta historia es anterior a la otra, la contada por Jorge Lanata en su programa “Periodismo para todos” el domingo pasado, ésa en la que Fariña se dedicaba supuestamente a lavar dinero del empresario kirchnerista Lázaro Báez.
En aquellas épocas nada hacía presuponer la trascendencia que alcanzaría el joven supuestamente empresario, que meses después empezó a aparecer en los programas de TV y revistas de chimentos por su noviazgo con la vedette Karina Jelinek, con la que se casó finalmente en una fastuosa boda en abril de 2011, tras menos de dos meses de relación.
Pero el relato del paso por Mendoza de Fariña nos lleva a ese 16 de diciembre de 2010, en Tupungato. En la fría versión de los contratos de compraventa instrumentados en la actuación notarial 00495649, a la que accedió Los Andes, se cuenta que se realizaron tres actas y tres operaciones por cinco parcelas.
Una de las actas es por una propiedad de 2.498 hectáreas con 8.319 metros cuadrados (según mensura); la otra actuación es por dos parcelas unidas bajo un mismo título, una de 62 hectáreas con 5.961 metros cuadrados, la otra de 46 hectáreas con 6.149 metros cuadrados; la última por dos parcelas, una de 296 hectáreas con 5.969 metros cuadrados y la última de 493 hectáreas con 9.245 metros cuadrados. En total Fariña compró 3.400 hectáreas.
No hubo un precio uniforme por esas propiedades. Sin embargo, en promedio se pactó alrededor de 1.500 dólares por hectárea, un valor de mercado razonable para esa época. Entonces, la cuenta ronda los 5 millones de dólares, puestos de contado en ese mismo acto.
Las cinco propiedades fueron vendidas “en comisión”, esto significa que Fariña había sido comisionado por alguien para comprar las propiedades y, por lo tanto, el dinero con el que se cancelaron las operaciones no era de él, sino que hacía de intermediario de un tercero, al igual que en las transferencias de dólares al exterior denunciadas por Lanata.
Una zona privilegiada
La zona en la que están ubicadas esas parcelas es un bello paraje tunuyanino, el distrito Los Chacayes, a pocos kilómetros al este del Manzano Histórico. La ruta 94 es parte de lo que se conoce como el “Corredor Productivo” del Valle de Uco, por lo que se trata de parcelas privilegiadas, enclavadas en una zona de amplias posibilidades para el desarrollo de actividades agropecuarias y turísticas.
Sobre esa ruta están algunos conocidos emprendimientos como la productora de cerezas Carletti o la bodega Lurton, de capitales franceses, además de muchos otros proyectos vitivinícolas, sobre todo, de capitales extranjeros. Más arriba de estos emprendimientos, cerca del kilómetro 30 de la ruta 94, están distribuidas las parcelas que compró Fariña.
Luego, está el Manzano Histórico, el popular paraje de los mendocinos, el lugar donde descansó José de San Martín a la vuelta de la campaña libertadora. Allí, la ruta 94 empalma con el camino de las bodegas de altura, la ruta 89, para llegar a la ciudad de Tupungato, donde se celebró el convenio de compra-venta.
Fariña se encontró allí con Juan Carlos Schiappa de Azevedo, dueño de las propiedades, y el escribano Martín Rosta dio validez al acto. No hay muchos datos acerca de cómo fue el encuentro, aunque dos fuentes consultadas por este diario, que participaron como personajes secundarios en aquella operación, confirmaron la identidad de Fariña: “Sí, el comprador es el tipo que salió en la televisión”.