“Peligroso no es un frasco de veneno
claramente marcado como tal.
Lo verdaderamente peligroso es veneno
esparcido en un delicioso plato de sopa… Manual de Guerra Psicológica
claramente marcado como tal.
Lo verdaderamente peligroso es veneno
esparcido en un delicioso plato de sopa… Manual de Guerra Psicológica
“Se le puede mentir a toda la gente parte del tiempo;
Y a parte de la gente, todo el tiempo.
Pero no se le puede mentir
a toda la gente todo el tiempo”.
Abraham Lincoln
Y a parte de la gente, todo el tiempo.
Pero no se le puede mentir
a toda la gente todo el tiempo”.
Abraham Lincoln
Doble y triple discurso
Los
medios de difusión globalizados han sido muy rápidos en su alineamiento
a favor de Francia, el Reino Unido, Estados Unidos, la OTAN y la ONU,
apoyando, avalando y justificando su ataque contra la República Popular
Libia. El ataque se inició en base a la Resolución No. 1973 del Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidos, que fue aprobada en tiempo record.
Un
primer fenómeno más que evidente lo conforma el evidente doble discurso
de las tres naciones agresoras y de buena parte de los intereses
occidentales que hoy atacan a Libia. Aducen que lo hacen para “proteger a
los civiles rebeldes perseguidos por el régimen del coronel Muhamar
Gaddafi”, mientras que hace apenas tres meses esas mismas naciones no
tomaron acciones políticas, diplomáticas y militares similares contra el
régimen de Hosni Mubarak en Egipto. Recordemos que el dictador egipcio
mató a cientos de manifestantes en El Cairo y otras ciudades. Tampoco se
usó el mismo criterio con el régimen autócrata de Bahrain que hizo otro
tanto, ni mucho menos contra Arabia Saudita que el 14 de marzo
directamente invadió Bahrain para defender sus intereses y los de sus
aliados en ese diminuto país.
¿Cuáles
son para Francia, Gran Bretaña, EEUU y la OTAN las diferencias que
existen entre Libia y Egipto, Bahrain y Arabia Saudita para que, ante
convulsiones internas de casi idénticas características, ataquen con sus
fuerzas militares a Libia, al tiempo que miran para otro lado respecto
de los otros?
La
respuesta es clara: el gobierno de Muhamar Gaddafi en Libia sostiene
sólidos ejes ideológicos totalmente opuestos a los que impone los
intereses de la Estructura de Poder Global manejada por “occidente” (el
petróleo, el sistema financiero y bancario, Israel y Palestina), al
tiempo que Egipto, Bahrain y Arabia Saudita se alinean a favor de esos
intereses.
Los
“rebeldes” libios nos hacen acordar a los “jóvenes idealistas”
kirchneristas que, de ex-guerrilleros y terroristas de los años setenta,
hoy son ministros y secretarios de Estado, senadores y diputados,
periodistas y empresarios, e incluso presidentes.
Como
bien lo admitiera Barack Obama ni bien iniciado el ataque contra Libia,
los servicios de inteligencia de EEUU y el Reino Unidos -la CIA y el
MI6- vienen prestando gran asistencia financiera, militar y logística a
los “rebeldes” del autodenominado Consejo Nacional Libio (CNL) que opera
desde Benghazi, y que ya ha sido reconocido por Francia como el
gobierno legítimo de ese país. No sorprenderá, entonces, enterarse que
el jefe militar del rebelde CNL sea el ex-coronel Khalifa Hifter, un
viejo colaborador de la CIA dado de baja de el propio ejército libio([1]). O que los dos voceros principales del CNL sean Mahmoud Shamman, un periodista de la revista Foreign Policy que “vive entre Washington y Doha”, y Guma El-Gamaty, “un activista que reside en Londres” ([2]).
La
presencia de la CIA y el MI6 condujo a situaciones embarazosas cuando, a
principios de marzo, los rebeldes capturaron a tres de sus agentes al
confundirlos con espías enemigos. Una vez que se dieron cuenta de que
eran “espías amigos”… o sea, amigos del Reino Unido y enemigos de Libia,
los liberaron inmediatamente.
Lo que los grandes medios globales ocultan
En
esta guerra sicológica mundial librada desde Paris, Nueva York,
Londres, Washington y Tel Aviv, es muy importante observar lo que los
grandes medios NO nos están diciendo. Por ejemplo:
Fechorías de Al-Qaeda en Libia
Cuando
en febrero empezaron los disturbios en ese país, Gaddafi sorprendió al
mundo culpando, entre otros, a Al-Qaeda. Ello motivó que gran parte de
la prensa mundial lo descalificara y ridiculizara. Sin
embargo, lo que esos mismos medios NO dijeron es que el primer país que
en marzo 1998 pidió la captura internacional a Interpol de Osama Bin
Laden fue… ¡Libia!
Efectivamente,
en un importante libro publicado en 2001 por dos periodistas de
investigación franceses, Jean-Charles Brisard y Guillaume Dasquié –éste
último asesor del ex presidente Jacque Chirac- titulado “Bin Laden: la
verdad prohibida”, nos enteramos de que
Bin Laden deseaba trasladarse a Libia a principios de los años noventa, pero el gobierno de Gaddafi no se lo permitió. Enfurecido por ello, Bin Laden organizó ataques dentro de Libia que incluyeron un atentado contra la vida del propio Gaddafi.
Ello se hizo con el apoyo y financiamiento del MI6 británico. Por
aquellos días, Al-Qaeda apoyaba al Grupo de Combate Islámico Libio
contra Gaddafi, lo que no sorprende, toda vez que los propios orígenes
de Al-Qaeda en Afganistán durante la ocupación soviética están
íntimamente ligados a la CIA y el MI6.
Así
lo manifestó en repetidas ocasiones Robin Cook, ex-secretario de
asuntos exteriores del gobierno británico de Tony Blair, quien
renunciara a su cargo en marzo 2003, poco antes de la invasión
anglo-norteamericana a Irak, por considerarla ilegal y fraudulenta. Al poco tiempo, Cook hizo declaraciones explosivas en el Parlamento británico al explicar que
Al
Qaeda no es un grupo terrorista islámico, sino más bien una base de
datos de Mujahidin y contrabandistas de armas internacionales creada por
la CIA (y el MI6) para combatir la ocupación soviética en Afganistán, para canalizar guerrilleros, armas y dinero en aquella lucha… La verdad, agregó, es
que no existe ningún ejército islámico o grupo terrorista llamado Al
Qaida, cosa que cualquier oficial de inteligencia conoce. Sin
embargo, existe una campaña tendiente a hacerle creer a la opinión
pública de la existencia de tal entidad… y el país detrás de esa
propaganda es EEUU.
¡Muy valientes las declaraciones de Cook! Lástima
que en una soleada mañana del verano de agosto 2005, mientras daba un
paseo en Escocia, sufrió un inesperado ataque al corazón y murió a la
temprana edad de 54 años. ¡Qué suerte para el gobierno Blair!
La banca central en Libia
Otro
hecho ocultado por la gran prensa es que, en medio del fragor de la
batalla y las bombas y los misiles, los rebeldes anti-Gaddafi parecen
haber hallado el tiempo para hacer dos cosas insólitas: (1) formar una
nueva empresa petrolera con anunciados contratos con las grandes
petroleras de EEUU, Francia y el Reino Unido, y (2) formar un banco
central según el modelo occidental. Ello movió al editor jefe de la cadena norteamericana CNBC, John Carney a decir
“Ésta
es la primera vez que un grupo revolucionario ha creado un banco
central mientras se encuentra en medio de una gran batalla por el poder
político. Parecería ser un indicio de cuán extraordinariamente poderosos son los banqueros centrales en nuestros días…”
La
realidad indica que los 6.500.000 libios gozan de un excepcional nivel
de vida, el mejor de África, en gran medida gracias a que el Banco
Central de Gaddafi pertenece íntegramente al Estado Libio, lo que hace
que pueda operar a favor de los intereses del pueblo. Esto está en franca oposición a lo que ocurre en los países occidentales, dónde
los bancos centrales operan en forma “independiente” del gobierno (un
dogma indiscutido del capitalismo financiero), o son lisa y llanamente
privados (como es el caso del Banco de la Reserva Federal de EEUU). Como observara Eric Encina, del servicio Market Oracle,
“un
dato rara vez mencionado por políticos y medios occidentales es que el
Banco Central del Libia pertenece 100% al Estado, lo que genera un gran
problema para la banca internacional que, para hacer negocios en Libia,
debe pasar por el Banco Central Libio y su moneda local, el Dinar, dónde
ellos no disponen de poder alguno. De manera que, mientras
la destrucción del Banco Central Libio no aparece en los discursos de
Obama, Cameron y Sarkozy, innegablemente esta meta encabeza la agenda de
los globalistas para absorber a Libia entre su nómina de países
subyugados y subordinados.”
El mayor nivel de vida del continente africano
Todo
esto ha permitido que el pueblo libio disfrute de servicios de salud
gratuitos y de alta calidad, educación universal y gratuita, becas de
estudio en el exterior para estudiantes sobresalientes, las jóvenes
parejas que contraen matrimonio reciben ayuda financiera del Estado por
60.000 Dinares (u$s 50.000), préstamos sin interés, el precio de los
automóviles es mucho más bajo que en Occidente, por la desgravación
impositiva que tienen, los combustibles y el pan tienen precios
bajísimos. Finalmente, el desarrollo nacional ha pegado un gran salto,
especialmente con el proyecto de irrigación nacional, consistente en un
Gran Rio Artificial construido por el gobierno Gaddafi a un costo de U$S
33.000 millones. Dicho río lleva agua del Gran Acuífero de Nubia, a
4000 kilómetros hacia el norte, lo que permite el desarrollo
agroindustrial de zonas desérticas. Todo esto lo hace Libia sin recurrir
a préstamos de la banca occidental. Claramente, tener moneda soberana, manejada por un banco central al servicio del bien común, tiene sus claras ventajas.
Sus 6.530.000 habitantes generan un PBI de U$S 76.500 millones, lo que implica un PBI per capita de casi U$S 12.000. A ello debe sumarse que Libia posee un 83% de alfabetización y
ha alcanzado el primer puesto en África en la medición del índice de
desarrollo humano que elabora el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo-PNUD.
¿Por qué se convirtió Libia en blanco de la ira “occidental”?
Muchas son las razones. Sus
raíces se hunden en 41 años de gobierno del coronel Gaddafi, durante
los cuales mantuvo a su país libre de las imposiciones de EEUU, Gran
Bretaña, Israel y Francia. En una entrevista al medio DemocracyNow!
realizada en el año 2007, el general estadounidense Wesley Clark,
ex-comandante de la OTAN, dijo que unos 10 días después de los ataque
del 11 de septiembre de 2001, un colega suyo de generalato le indicó que
el gobierno de George W. Bush ya había tomado la decisión invadir Irak,
lo que sorprendido a Clark. Al preguntar, “¿Porqué Irak?”,
su interlocutor la respondió “No sé; supongo que el gobierno no sabe
qué otra cosa hacer, y el plan incluye invadir siete países en los
próximos cinco años: Irak, Siria, el Líbano, Libia, Somalia, Sudán e
Irán”
¿Qué tienen estos siete países en común? Dentro
del contexto del sistema bancario global, ninguno tiene un sistema de
banca central según el modelo occidental, ni son miembros del poderoso
Banco Internacional de Liquidaciones con sede en Basilea, lo que los
aísla de ser controlados por el sistema bancario global.
A
su vez, Gaddafi había iniciado una movida audaz, ya que empezó a vender
petróleo libio en otras monedas que no fueran el dólar o el euro,
lanzando un llamamiento a las naciones africanas y árabes para forjar
una unión monetaria regional en torno al Dinar Libio, con respaldo oro
(según el FMI, las reservas en oro de Libia exceden las 144 toneladas).
Algo
análogo hizo el pobre Saddam Hussein, cuando en noviembre 2002 vendió
su cuota autorizada de petróleo en euros en lugar de dólares, lo que
introducía una peligroso antecedente contra el dominio mundial de la
moneda estadounidense en el mercado del petróleo. La respuesta a Saddam vino rápidamente en marzo 2003. Parecería que similar respuesta le ha venido ahora a Muhamar Gaddafi.
Por
supuesto que nada de todo esto se conoce en la Argentina, donde
nuestros grandes multimedios están absolutamente alineados con los
intereses financieros, económicos, políticos y diplomáticos de la
estructura de poder global. Algunos de nuestros medios,
incluso, no disimulan ser voceros oficiosos de poderosas embajadas como
las de Estados Unidos, el Reino Unido e Israel.
Por eso, hoy en día resulta tan importante leer lo que dicen los diarios, como averiguar lo que no dicen y por qué en ciertos temas mantienen un silencio ensordecedor…