viernes, 26 de abril de 2013

ATAQUE A LIBIA: EL VERDADERO TRASFONDO

 
“Peligroso no es un frasco de veneno
claramente marcado como tal.
Lo verdaderamente peligroso es veneno
esparcido en un delicioso plato de sopa…
Manual de Guerra Psicológica
“Se le puede mentir a toda la gente parte del tiempo;
Y a parte de la gente, todo el tiempo.
Pero no se le puede mentir
a toda la gente todo el tiempo”.

 Abraham Lincoln


Doble y triple discurso

Los medios de difusión globalizados han sido muy rápidos en su alineamiento a favor de Francia, el Reino Unido, Estados Unidos, la OTAN y la ONU, apoyando, avalando y justificando su ataque contra la República Popular Libia. El ataque se inició en base a la Resolución No. 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidos, que fue aprobada en tiempo record.

Un primer fenómeno más que evidente lo conforma el evidente doble discurso de las tres naciones agresoras y de buena parte de los intereses occidentales que hoy atacan a Libia. Aducen que lo hacen para “proteger a los civiles rebeldes perseguidos por el régimen del coronel Muhamar Gaddafi”, mientras que hace apenas tres meses esas mismas naciones no tomaron acciones políticas, diplomáticas y militares similares contra el régimen de Hosni Mubarak en Egipto. Recordemos que el dictador egipcio mató a cientos de manifestantes en El Cairo y otras ciudades. Tampoco se usó el mismo criterio con el régimen autócrata de Bahrain que hizo otro tanto, ni mucho menos contra Arabia Saudita que el 14 de marzo directamente invadió Bahrain para defender sus intereses y los de sus aliados en ese diminuto país.

¿Cuáles son para Francia, Gran Bretaña, EEUU y la OTAN las diferencias que existen entre Libia y Egipto, Bahrain y Arabia Saudita para que, ante convulsiones internas de casi idénticas características, ataquen con sus fuerzas militares a Libia, al tiempo que miran para otro lado respecto de los otros?

La respuesta es clara: el gobierno de Muhamar Gaddafi en Libia sostiene sólidos ejes ideológicos totalmente opuestos a los que impone los intereses de la Estructura de Poder Global manejada por “occidente” (el petróleo, el sistema financiero y bancario, Israel y Palestina), al tiempo que Egipto, Bahrain y Arabia Saudita se alinean a favor de esos intereses.

Los “rebeldes” libios nos hacen acordar a los “jóvenes idealistas” kirchneristas que, de ex-guerrilleros y terroristas de los años setenta, hoy son ministros y secretarios de Estado, senadores y diputados, periodistas y empresarios, e incluso presidentes.

Como bien lo admitiera Barack Obama ni bien iniciado el ataque contra Libia, los servicios de inteligencia de EEUU y el Reino Unidos -la CIA y el MI6- vienen prestando gran asistencia financiera, militar y logística a los “rebeldes” del autodenominado Consejo Nacional Libio (CNL) que opera desde Benghazi, y que ya ha sido reconocido por Francia como el gobierno legítimo de ese país. No sorprenderá, entonces, enterarse que el jefe militar del rebelde CNL sea el ex-coronel Khalifa Hifter, un viejo colaborador de la CIA dado de baja de el propio ejército libio([1]). O que los dos voceros principales del CNL sean Mahmoud Shamman, un periodista de la revista Foreign Policy que “vive entre Washington y Doha”, y Guma El-Gamaty, “un activista que reside en Londres” ([2]).

La presencia de la CIA y el MI6 condujo a situaciones embarazosas cuando, a principios de marzo, los rebeldes capturaron a tres de sus agentes al confundirlos con espías enemigos. Una vez que se dieron cuenta de que eran “espías amigos”… o sea, amigos del Reino Unido y enemigos de Libia, los liberaron inmediatamente.


Lo que los grandes medios globales ocultan

En esta guerra sicológica mundial librada desde Paris, Nueva York, Londres, Washington y Tel Aviv, es muy importante observar lo que los grandes medios NO nos están diciendo. Por ejemplo:


Fechorías de Al-Qaeda en Libia

Cuando en febrero empezaron los disturbios en ese país, Gaddafi sorprendió al mundo culpando, entre otros, a Al-Qaeda. Ello motivó que gran parte de la prensa mundial lo descalificara y ridiculizara. Sin embargo, lo que esos mismos medios NO dijeron es que el primer país que en marzo 1998 pidió la captura internacional a Interpol de Osama Bin Laden fue… ¡Libia!



Efectivamente, en un importante libro publicado en 2001 por dos periodistas de investigación franceses, Jean-Charles Brisard y Guillaume Dasquié –éste último asesor del ex presidente Jacque Chirac- titulado “Bin Laden: la verdad prohibida”, nos enteramos de que

Bin Laden deseaba trasladarse a Libia a principios de los años noventa, pero el gobierno de Gaddafi no se lo permitió. Enfurecido por ello, Bin Laden organizó ataques dentro de Libia que incluyeron un atentado contra la vida del propio Gaddafi.

Ello se hizo con el apoyo y financiamiento del MI6 británico. Por aquellos días, Al-Qaeda apoyaba al Grupo de Combate Islámico Libio contra Gaddafi, lo que no sorprende, toda vez que los propios orígenes de Al-Qaeda en Afganistán durante la ocupación soviética están íntimamente ligados a la CIA y el MI6.

Así lo manifestó en repetidas ocasiones Robin Cook, ex-secretario de asuntos exteriores del gobierno británico de Tony Blair, quien renunciara a su cargo en marzo 2003, poco antes de la invasión anglo-norteamericana a Irak, por considerarla ilegal y fraudulenta. Al poco tiempo, Cook hizo declaraciones explosivas en el Parlamento británico al explicar que

Al Qaeda no es un grupo terrorista islámico, sino más bien una base de datos de Mujahidin y contrabandistas de armas internacionales creada por la CIA (y el MI6) para combatir la ocupación soviética en Afganistán, para canalizar guerrilleros, armas y dinero en aquella lucha… La verdad, agregó, es que no existe ningún ejército islámico o grupo terrorista llamado Al Qaida, cosa que cualquier oficial de inteligencia conoce. Sin embargo, existe una campaña tendiente a hacerle creer a la opinión pública de la existencia de tal entidad… y el país detrás de esa propaganda es EEUU.

¡Muy valientes las declaraciones de Cook! Lástima que en una soleada mañana del verano de agosto 2005, mientras daba un paseo en Escocia, sufrió un inesperado ataque al corazón y murió a la temprana edad de 54 años. ¡Qué suerte para el gobierno Blair!


La banca central en Libia

Otro hecho ocultado por la gran prensa es que, en medio del fragor de la batalla y las bombas y los misiles, los rebeldes anti-Gaddafi parecen haber hallado el tiempo para hacer dos cosas insólitas: (1) formar una nueva empresa petrolera con anunciados contratos con las grandes petroleras de EEUU, Francia y el Reino Unido, y (2) formar un banco central según el modelo occidental. Ello movió al editor jefe de la cadena norteamericana CNBC, John Carney a decir

“Ésta es la primera vez que un grupo revolucionario ha creado un banco central mientras se encuentra en medio de una gran batalla por el poder político. Parecería ser un indicio de cuán extraordinariamente poderosos son los banqueros centrales en nuestros días…”


La realidad indica que los 6.500.000 libios gozan de un excepcional nivel de vida, el mejor de África, en gran medida gracias a que el Banco Central de Gaddafi pertenece íntegramente al Estado Libio, lo que hace que pueda operar a favor de los intereses del pueblo. Esto está en franca oposición a lo que ocurre en los países occidentales, dónde los bancos centrales operan en forma “independiente” del gobierno (un dogma indiscutido del capitalismo financiero), o son lisa y llanamente privados (como es el caso del Banco de la Reserva Federal de EEUU). Como observara Eric Encina, del servicio Market Oracle,

“un dato rara vez mencionado por políticos y medios occidentales es que el Banco Central del Libia pertenece 100% al Estado, lo que genera un gran problema para la banca internacional que, para hacer negocios en Libia, debe pasar por el Banco Central Libio y su moneda local, el Dinar, dónde ellos no disponen de poder alguno. De manera que, mientras la destrucción del Banco Central Libio no aparece en los discursos de Obama, Cameron y Sarkozy, innegablemente esta meta encabeza la agenda de los globalistas para absorber a Libia entre su nómina de países subyugados y subordinados.”


El mayor nivel de vida del continente africano

Todo esto ha permitido que el pueblo libio disfrute de servicios de salud gratuitos y de alta calidad, educación universal y gratuita, becas de estudio en el exterior para estudiantes sobresalientes, las jóvenes parejas que contraen matrimonio reciben ayuda financiera del Estado por 60.000 Dinares (u$s 50.000), préstamos sin interés, el precio de los automóviles es mucho más bajo que en Occidente, por la desgravación impositiva que tienen, los combustibles y el pan tienen precios bajísimos. Finalmente, el desarrollo nacional ha pegado un gran salto, especialmente con el proyecto de irrigación nacional, consistente en un Gran Rio Artificial construido por el gobierno Gaddafi a un costo de U$S 33.000 millones. Dicho río lleva agua del Gran Acuífero de Nubia, a 4000 kilómetros hacia el norte, lo que permite el desarrollo agroindustrial de zonas desérticas. Todo esto lo hace Libia sin recurrir a préstamos de la banca occidental. Claramente, tener moneda soberana, manejada por un banco central al servicio del bien común, tiene sus claras ventajas.




Sus 6.530.000 habitantes generan un PBI de U$S 76.500 millones, lo que implica un PBI per capita de casi U$S 12.000. A ello debe sumarse que Libia posee un 83% de alfabetización y ha alcanzado el primer puesto en África en la medición del índice de desarrollo humano que elabora el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD.


¿Por qué se convirtió Libia en blanco de la ira “occidental”?

Muchas son las razones. Sus raíces se hunden en 41 años de gobierno del coronel Gaddafi, durante los cuales mantuvo a su país libre de las imposiciones de EEUU, Gran Bretaña, Israel y Francia. En una entrevista al medio DemocracyNow! realizada en el año 2007, el general estadounidense Wesley Clark, ex-comandante de la OTAN, dijo que unos 10 días después de los ataque del 11 de septiembre de 2001, un colega suyo de generalato le indicó que el gobierno de George W. Bush ya había tomado la decisión invadir Irak, lo que sorprendido a Clark. Al preguntar, “¿Porqué Irak?”, su interlocutor la respondió “No sé; supongo que el gobierno no sabe qué otra cosa hacer, y el plan incluye invadir siete países en los próximos cinco años: Irak, Siria, el Líbano, Libia, Somalia, Sudán e Irán”

¿Qué tienen estos siete países en común? Dentro del contexto del sistema bancario global, ninguno tiene un sistema de banca central según el modelo occidental, ni son miembros del poderoso Banco Internacional de Liquidaciones con sede en Basilea, lo que los aísla de ser controlados por el sistema bancario global.

A su vez, Gaddafi había iniciado una movida audaz, ya que empezó a vender petróleo libio en otras monedas que no fueran el dólar o el euro, lanzando un llamamiento a las naciones africanas y árabes para forjar una unión monetaria regional en torno al Dinar Libio, con respaldo oro (según el FMI, las reservas en oro de Libia exceden las 144 toneladas).

Algo análogo hizo el pobre Saddam Hussein, cuando en noviembre 2002 vendió su cuota autorizada de petróleo en euros en lugar de dólares, lo que introducía una peligroso antecedente contra el dominio mundial de la moneda estadounidense en el mercado del petróleo. La respuesta a Saddam vino rápidamente en marzo 2003. Parecería que similar respuesta le ha venido ahora a Muhamar Gaddafi.

Por supuesto que nada de todo esto se conoce en la Argentina, donde nuestros grandes multimedios están absolutamente alineados con los intereses financieros, económicos, políticos y diplomáticos de la estructura de poder global. Algunos de nuestros medios, incluso, no disimulan ser voceros oficiosos de poderosas embajadas como las de Estados Unidos, el Reino Unido e Israel.

Por eso, hoy en día resulta tan importante leer lo que dicen los diarios, como averiguar lo que no dicen y por qué en ciertos temas mantienen un silencio ensordecedor…



([1]) Ver artículo en el sitio en internet de World Socialist Web Site, “A CIA Commander for the Libyan Rebels” por Patrick Martin, 28-Marzo-2011.
([2]) Ver artículo en Le Tribune “Les premiers pas politiques hésitants desde rebellezs libyens” por Eric Albert, 29-Marzo-2011. A su vez, la revista Foreign Policy es el vocero oficial del Carnegie Endowement for International Peace, uno de los think tanks más antiguos y poderosos de EEUU, a su vez co-fundador en 1919 del poderoso CFR, Council on Foreign Relations.