CFK se va como el Proceso
Malvinas y Autoamnistía: 7D y ley judicial
El kirchnerismo tuvo su guerra de Malvinas, perdida el 7D, y ahora busca una salida al estilo del proceso, con leyes de autoamnistía.
La 22.924 fue una ley dictada el 23 de marzo de 1983 en Argentina, y es recordada como la Ley de Autoamnistía. Por medio de ella, los responsables del Proceso de Reorganización Nacional procuraron una amnistía para sí mismos, ante la chance de ser enjuiciados por el gobierno que, en las elecciones de ese mismo año, resultara electo.
La primera ley aprobada por el Congreso Argentino, tras la restitución de la democracia, fue precisamente, la que derogó la autoamnistía.
La reforma al poder judicial que está votando el kirchnerismo, representa la misma actitud del proceso militar, cuando estaba claro que iba de salida.
Buscan hoy poblar al judicial con jueces propios, para poder ir cerrando causas y dilatando, mientras estructuran una salida poco traumática, de ese poder que, a estas alturas, se está quedando solo en la legalidad del carnet, pero pierde legitimidad popular de forma cotidiana.
El modelo que cosechó adeptos bajando cuadros del proceso militar, en su irreversible caída apela a la estrategia del mismo proceso. La ley efímera.
Primero el 7D, la fecha del histórico desembarco en Puerto Clarín, su Guerra de Malvinas, pero el General Sabbatella ni siquiera llegó a bajar del barco: Encalló en la Bahía Najurieta . Ahora trata de evitar a la justicia que inexorablemente los mandará a la cárcel a causa de su corrupción, intentando coparla con propia tropa.
Se sorpende la gente ante el apuro y las sesiones maratónicas, ante el tablero que canta pero no canta y toda la parodia que se televisa. Se llama desesperación.
Lo peor que puede hacer la gente decente es tomar como propia una desesperación ajena. Y acá está demasiado claro quienes son los desesperados.
No hay que acceder a jugar el juego de los ladrones que huyen, sino entender que el principal problema del kirchnerismo, en este momento, es estar en el gobierno y tener que seguir ahí hasta Diciembre de 2015. Se les vinieron encima su inédita corrupción, su impericia de gestión, el frente interno y el externo, las masas populares que desde las calles los repudian, y la falta de apoyo visible de sector alguno. Son repudiados desde adentro y desde afuera, y no tienen respuestas.
Las actitudes absurdas de Cristina Kirchner sacan gente a la calle a protestar y ya ni organización es necesaria. Hace ya mucho tiempo que no puede mostrar algo realmente positivo a la población, y la exposición pública de tanta corrupción es insostenible para cualquier gobierno, aún en Argentina y aún tratándose de un gobierno del Pj.
No tiene modo de salir de esto y continuar adelante.
Es importante que la ciudadanía gane las calles, y manifieste siempre su descontento y su indignación. Pero esa ciudadanía debe tener en claro algunas cosas, como para poder dormir medianamente tranquila.
Que el gobierno se empezó a terminar el 27 de Octubre de 2010, cuando murió Néstor Kirchner, y aún habiendo ganado la elección de 2011, fruto del voto lástima y el voto cuota. Pero que el 8N la gente les firmó el formal divorcio, y todo lo que vino desde allí fue, apenas, humo y pavor.
Este es un ciclo ciertamente terminado. Su fin formal será en Diciembre de 2015 o acaso antes, pero el kirchnerismo no tiene solución de continuidad.
Esto es un hecho.
Fabián Ferrante
Malvinas y Autoamnistía: 7D y ley judicial
El kirchnerismo tuvo su guerra de Malvinas, perdida el 7D, y ahora busca una salida al estilo del proceso, con leyes de autoamnistía.
La 22.924 fue una ley dictada el 23 de marzo de 1983 en Argentina, y es recordada como la Ley de Autoamnistía. Por medio de ella, los responsables del Proceso de Reorganización Nacional procuraron una amnistía para sí mismos, ante la chance de ser enjuiciados por el gobierno que, en las elecciones de ese mismo año, resultara electo.
La primera ley aprobada por el Congreso Argentino, tras la restitución de la democracia, fue precisamente, la que derogó la autoamnistía.
La reforma al poder judicial que está votando el kirchnerismo, representa la misma actitud del proceso militar, cuando estaba claro que iba de salida.
Buscan hoy poblar al judicial con jueces propios, para poder ir cerrando causas y dilatando, mientras estructuran una salida poco traumática, de ese poder que, a estas alturas, se está quedando solo en la legalidad del carnet, pero pierde legitimidad popular de forma cotidiana.
El modelo que cosechó adeptos bajando cuadros del proceso militar, en su irreversible caída apela a la estrategia del mismo proceso. La ley efímera.
Primero el 7D, la fecha del histórico desembarco en Puerto Clarín, su Guerra de Malvinas, pero el General Sabbatella ni siquiera llegó a bajar del barco: Encalló en la Bahía Najurieta . Ahora trata de evitar a la justicia que inexorablemente los mandará a la cárcel a causa de su corrupción, intentando coparla con propia tropa.
Se sorpende la gente ante el apuro y las sesiones maratónicas, ante el tablero que canta pero no canta y toda la parodia que se televisa. Se llama desesperación.
Lo peor que puede hacer la gente decente es tomar como propia una desesperación ajena. Y acá está demasiado claro quienes son los desesperados.
No hay que acceder a jugar el juego de los ladrones que huyen, sino entender que el principal problema del kirchnerismo, en este momento, es estar en el gobierno y tener que seguir ahí hasta Diciembre de 2015. Se les vinieron encima su inédita corrupción, su impericia de gestión, el frente interno y el externo, las masas populares que desde las calles los repudian, y la falta de apoyo visible de sector alguno. Son repudiados desde adentro y desde afuera, y no tienen respuestas.
Las actitudes absurdas de Cristina Kirchner sacan gente a la calle a protestar y ya ni organización es necesaria. Hace ya mucho tiempo que no puede mostrar algo realmente positivo a la población, y la exposición pública de tanta corrupción es insostenible para cualquier gobierno, aún en Argentina y aún tratándose de un gobierno del Pj.
No tiene modo de salir de esto y continuar adelante.
Es importante que la ciudadanía gane las calles, y manifieste siempre su descontento y su indignación. Pero esa ciudadanía debe tener en claro algunas cosas, como para poder dormir medianamente tranquila.
Que el gobierno se empezó a terminar el 27 de Octubre de 2010, cuando murió Néstor Kirchner, y aún habiendo ganado la elección de 2011, fruto del voto lástima y el voto cuota. Pero que el 8N la gente les firmó el formal divorcio, y todo lo que vino desde allí fue, apenas, humo y pavor.
Este es un ciclo ciertamente terminado. Su fin formal será en Diciembre de 2015 o acaso antes, pero el kirchnerismo no tiene solución de continuidad.
Esto es un hecho.
Fabián Ferrante