Una kirchnerización judicial de recorrido corto.
Aunque parezca que están yendo por todo, en realidad están escapando
hacia adelante, antes de que todos los demás los alcancen, y los
manden presos.
El gobierno sabe que entre mañana y pasado se juega uno de los
partidos más importantes del campeonato: La promoción por el
descenso.
Por un lado está el gobierno sólo. Sin masas de apoyo popular, con
discrepancias internas (CELS y algunos legisladores no del todo
talibanizados), y funcionarios que admiten, en off, que estas
reformas al funcionamiento de la justicia no pasarán más allá
del voto legislativo, porque tendrán una avalancha de presentaciones
judiciales desde el mismo instante de la promulgación y puesta
en vigor.
Puede decirse que se trata del Grupo Kirchner, agitando en soledad
aquél 54% que ya es, apenas, una anomalía estadística del
pasado.
Del otro lado está la ciudadania sietemesina (porque tuvo tres
contracciones callejeras en siete meses, in crescendo, hasta
que
el 18A parió algo bastante parecido a un pueblo), la oposición en su
conjunto, el poder judicial íntegro, con la sóla excepción de alguna
organización talibán creada por el mismo gobierno, sindicatos
alejados del poder María Estelino (por Isabel), y esa otra anomalía
estadística del 46%, hoy, presumiblemente, con sus dígitos
invertidos.
Vallando el estadio
Si bien lo juega de local, el gobierno sabe que para este partido
concurrirá demasiada hinchada visitante. El Palacio del
Congreso está siendo doblemente vallado, para que
puedan acceder y retirarse los jugadores kirchneristas, luego de
perpetrar el asalto del poder Ejecutivo a la República. Los
indignados, a llorar la carpa opositora. Pero no crea que dentro del
Congreso se vivirá un clima de fiesta.
En las últimas horas accedieron a tomar en consideración alguna de
las sugerencias de Lorenzetti, (El líbero), habilitando
cosméticas reformas a los proyectos, pero sólo para atenuar la
imagen totalitaria que no pueden ocultar. Pretenden hacer
notar que escuchan, pero prosiguen su desesperada huída hacia adelante. Rumbo al imprescindible
"vamos por todo", al que hace rato
le está faltando la segunda parte de la frase: ..."antes de
que ellos vengan por nosotros"...
Haber salido a habilitar ligeros cambios, demuestra que el gigante
de hierro es, en realidad, un enano de jardín. Y muy asustado.
Con la calculadora en la mano
No es tanto por el quórum ni por los votos, que los tienen, sino
calculando cuánto les puede quedar de vigencia y de poder. Ese
que desde octubre de 2011, dilapidaron como para acceder al
Guiness de la impericia política.
La tabla de promedios no le sonríe al kirchnerismo. Perdieron dos
duros partidos en La Plata, contra el desastre del temporal y
contra la casa del padre de Fariña, momentánea escala de los
bolsos llenos de euros; cayeron con la ley Clarín ante la justicia,
sin 7D y otra vez, en la revancha, contra la cámara, hace apenas un
par de días; dieron lástima contra el Papa Bergoglio y sufrieron dos
terribles paseos domingueros contra Lanata, que los acostó
mostrando, apenas, una pequeña parte de la verdad total.
Hace mucho tiempo que no le pueden ofrecer un triunfo a sus hinchas,
que a estas alturas ya se conforman con un empate de local, y
desertan a paso firme de populares y plateas. La revolución
a la que le quedaba chico River, hoy perfectamente puede jugar como
local en Comunicaciones, y sobra espacio.
El gobierno nacional y popular está metido
hasta el cuello en una inédita corrupción, que se televisa de manera
cotidiana; un pantano del cual ya, no tienen modo de poder salir.
El kirchnerismo está en riesgo de descenso, y las elecciones de
Octubre aparecen más complicadas que nunca, con las noticias que
llegan desde la cancha de Tigre.
Sergio Massa, con el 60% de aprobación popular, está dando claras señales
de decisión, para salir a jugar por afuera del kirchnerismo. Y eso
equivale a quedarse sin manera de acceder al número de Buenos Aires.
No ya al que habilite la utópica reforma con reelección, sino al que
permita , por lo menos, hacer que Indra pueda volver a hacer lo
suyo.
"No se puede hacer un fraude, para ganar, cuando la encuesta
muestra números tan malos, y cuando la gente que está en la calle,
en lugar de aplaudirte, te putea"
"No se puede ir por todo cuando todos están yendo por vos"
"No se puede ir por todo cuando todos están yendo por vos"
Sacar las leyes de reforma judicial solo le puede servir al
kirchnerismo para mostrar un 1 a 0 de local contra el último
de la tabla. Sobre la hora y con un penal regalado.
Y para encontrar un argumento para exhibirle a los fanáticos que aún
queden, el del supuesto golpe de estado judicial. Cuando, en
realidad, ya estén
sólo pensando en armar el adecuado equipo de abogados, que la
temporada que viene los deje, apenas, en el ascenso; mientras la
ciudadanía esté exigiendo juicio y castigo por tanto robo, por tanta
impericia criminal, por tanta falsedad, y por haber desperdiciado la
década robada.
En una campaña donde hicieron todo mal, con derrotas devastadoras y
buscando victorias, pírricas... Aunque parezca que va por la Copa de
Campeones, la realidad es que CFK se va al descenso.
Fabián Ferrante