Asúmelo de una vez, fotógrafo: tú no deberías ser el protagonista del evento
En 2008 Vodafone lanzó un original spot para cines,
emulando la escena de la película “Troya” (2004) en la que Aquiles
llama a gritos a Héctor ante los muros de la ciudad sitiada, pero en vez
de Brad Pitt, el que reclama al héroe troyano es un tipo desconocido.
Una voz en off recuerda: “Tú no deberías ser el protagonista. Por favor, conecta el contestador.” Ayer en La Coruña me acordé de ese spot viendo el comportamiento de varios fotógrafos profesionales.
En la ciudad herculina se celebraba por la tarde el acto central del certamen de recreación histórica militar Ariete 2013 Museo Vivo.
La parte de la Plaza de María Pita más próxima al formidable edificio
del ayuntamiento coruñés había sido vallada para que se representase
allí el combate y toma del Hotel Meurice, cuartel general de la Wermacht
en París en 1944, por las tropas aliadas. Las vallas no sólo servían
para que los recreadores pudiesen escenificar sin problemas ese episodio
histórico, sino también para garantizar la seguridad del público que
asistía al evento, pues en el mismo se hacen estallar petardos, se
disparan balas de fogeo y se lanza humo para dar más realismo a la
representación. Todo eso lo hace gente preparada, por supuesto.
Cuando ya había empezado la representación, un tipo en pantalón corto
y chanclas y con equipo de fotógrafo profesional se empezó a pasear por
el medio de la escena como Perico por su casa. Seguía el típico
comportamiento que he visto muchas veces en muchos fotógrafos de prensa
que se saltan cualquier barrera y se entrometen en cualquier evento sin
el menor respeto por sus protagonistas ni por el público, sin otra cosa
en su mente -por lo visto- que obtener la mejor foto. Me parece muy bien
que quieran hacerse con una buena foto, pero podrían hacer como los
demás, que lo intentamos desde la barrera y sin restar protagonismo a
quienes deben tenerlo.
Yo no soy fotógrafo profesional pero he cubierto como aficionado un
montón de eventos (siempre sin cobrar nada): desde las ya mencionadas
recreaciones de Ariete hasta manifestaciones, conferencias, bodas,
conciertos, cabalgatas de Reyes Magos… Siempre he procurado molestar lo
menos posible, porque entre otras cosas creo que las mejores fotos, las
más naturales, son aquellas en las que el fotógrafo no hace notar su
presencia para no predisponer al fotografiado (esto, por supuesto,
siempre respetando los debidos límites del derecho a la propia imagen).
En fin, no creo que mi caso sea raro en este terreno. Creo que son
mayoría los fotógrafos que saben respetar a los protagonistas y al
público que asiste a un evento. Otros, sin embargo -y estoy convencido
de que son los menos- parecen querer imitar la famosa canción de Cecilia
siendo el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el
entierro. A ver si caen de la burra de una vez y se enteran de que no
vamos a eventos como los citados a verlos a ellos.