Jueves,
25 de octubre de 2012, a
las 14:45 horas.
Buenos
Aires, Argentina.
Su siervo:
Madre Mía, ¿este mensaje es solo para Argentina o para el mundo también?.
La Santa Madre:
“Hijo mío, este mensaje en primer lugar es para Argentina, pero el mundo debe
saber que he comenzado a llamar a los míos, mi gran ejército, a unión de las
tropas, para prepararlos para la gran guerra que se aproxima, donde deberán
defender con valentía a mi Iglesia amada e invitar a los otros hermanos que son
también cristianos a unirse a la Iglesia Universal, la Católica, desde del amor
Misericordioso de Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo. La oración de
mis hijos debe ser intensa para lograr esta unión, porque será victoria del
Cielo sobre las del infierno. Será un contagio para las naciones del mundo,
cuando dicte el día de reunión y congregación de los cenáculos de Argentina,
será conocido para todo el mundo para que en esa misma fecha se unan bajo un
mismo espíritu en Dios Nuestro Señor, de esa manera los cenáculos estarán
entrelazados en oración por medio de Mi Sagrado e Inmaculado Corazón.”
Su
siervo: Cómo tú sabes Madre Mía, nos hará falta un lugar para reunirnos,
necesitaremos vuestra ayuda al respecto.
La Santa Madre:
“Dile a mi hijo José que encomiendo en sus manos el lugar, que se apresure a mi
pedido y lo haga conocer brevemente, yo le indicaré el lugar donde deseo
recibir a mis niños.
A mis hijos predilectos en los cuales he depositado mi confianza (D y M) y como en Antonio, te ayudarán en la coordinación de mi llamado, tu supervisarás bajo mi mandato maternal cada movimiento para no dejar ninguna ventana abierta por donde el enemigo pueda entorpecer mi solicitud, así se reúnan dos o tres cenáculos, el triunfo es del Cielo.
Pido que en ese día, los hijos predilectos acompañen a los míos, den la confesión y absolución de sus pecados, luego celebrarán la Santa Misa, previamente, durante la confesión un grupo de mis niños rezará el Santo Rosario para hacer de muralla a las fuerzas oscuras, y mover los corazones en el Espíritu de Dios para una sincera conversión. Mis hijos predilectos que allí se encuentren harán previo al día anterior, ayuno e intensa oración para ser verdaderos Cristos en la tierra. Todos juntos celebrarán la Santa Misa, habrá un orden, un tiempo para la confesión, un tiempo para la oración, un tiempo para la Santa Misa y un tiempo para mi mensaje e instrucción maternal, como un tiempo para cantar y alegrarse en el Señor.
En ese día habrá sanaciones corporales y espirituales, mis hijos amados harán conocer los beneficios del don de la sanación. Los sacerdotes presentes acompañarán a los fieles.”
A mis hijos predilectos en los cuales he depositado mi confianza (D y M) y como en Antonio, te ayudarán en la coordinación de mi llamado, tu supervisarás bajo mi mandato maternal cada movimiento para no dejar ninguna ventana abierta por donde el enemigo pueda entorpecer mi solicitud, así se reúnan dos o tres cenáculos, el triunfo es del Cielo.
Pido que en ese día, los hijos predilectos acompañen a los míos, den la confesión y absolución de sus pecados, luego celebrarán la Santa Misa, previamente, durante la confesión un grupo de mis niños rezará el Santo Rosario para hacer de muralla a las fuerzas oscuras, y mover los corazones en el Espíritu de Dios para una sincera conversión. Mis hijos predilectos que allí se encuentren harán previo al día anterior, ayuno e intensa oración para ser verdaderos Cristos en la tierra. Todos juntos celebrarán la Santa Misa, habrá un orden, un tiempo para la confesión, un tiempo para la oración, un tiempo para la Santa Misa y un tiempo para mi mensaje e instrucción maternal, como un tiempo para cantar y alegrarse en el Señor.
En ese día habrá sanaciones corporales y espirituales, mis hijos amados harán conocer los beneficios del don de la sanación. Los sacerdotes presentes acompañarán a los fieles.”
Su
siervo: ¿Qué sucederá con los cenáculos de las provincias que no puedan venir?.
La Santa Madre:
“Inviten a los cenáculos de las provincias argentinas y de los países vecinos,
para aquellos cenáculos que no puedan asistir por diferentes motivos que se
reúnan en sus localidades y provincias bajo el estandarte de los Triunfantes
Sagrados Corazones de Jesús y de María, unidos todos en un mismo espíritu. En
ese día la sanación no solo será aquí en Buenos Aires, sino en los lugares que
se unan dos o mas cenáculos, el mensaje será el mismo para todos, pero en lo
posible dentro de vuestro alcance, pido a todos los cenáculos de las provincias
y como de las naciones vecinas a que vengan al lugar de mi llamado.
Todos los cenáculos son y serán protegidos por mis Ángeles Custodios, especialmente en el día previsto para el triunfo del Cielo. Mi Manto los protege de todo mal.
Todos los cenáculos son y serán protegidos por mis Ángeles Custodios, especialmente en el día previsto para el triunfo del Cielo. Mi Manto los protege de todo mal.
Por
último, para que mis hijos predilectos no duden de mi mensaje y que tan
importante es vuestra participación en mi Amada Iglesia, como Reina y Madre de la Santa Iglesia les
doy una lectura donde comprenderán lo que les quiero decir: Epístola a los
Hebreos, Capítulo 7.
Vuestra
Madre Celestial los bendice a todos en Nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.”