jueves, 31 de octubre de 2013

SEÑOR VICTOR HEREDIA


Señor Víctor Heredia.


Soy un ciu­da­dano por­teño al cual Ud. sin cono­cer lo tilda de “miope” por el hecho de no haber votado al can­di­dato Fil­mus. Me lla­man la aten­ción sus con­si­de­ra­cio­nes en el sen­tido de amo­nes­tar­nos por cuanto según su credo “no se puede rezar al cielo y al infierno al mismo tiempo”. Com­parto abso­lu­ta­mente este sim­plón enun­ciado, pero me llama la aten­ción de que pro­venga jus­ta­mente de quien se auto­ti­tula comu­nista y lleva la vida de un bur­gués de alto vuelo. De quien adhiere lacri­mo­sa­mente a la cam­paña de reco­no­ci­miento de hijos y nie­tos, pero a su pro­pio hijo, al hijo de su misma san­gre se negó fer­vien­te­mente a reco­no­cer y si bien final­mente lo hizo no fue por pro­pia volun­tad sino por una sen­ten­cia judi­cial dic­tada luego de diez años de bata­lla judi­cial, años en los cua­les Ud. sólo aportó rechazo y des­co­no­ci­miento. Es usted el mismo ciu­da­dano que a cam­bio de millo­na­rios cachets, canta loas al ofi­cia­lismo, ¿Ignora tal vez Sr. Here­dia que esos dine­ros pro­vie­nen en su mayor parte de impues­tos abo­na­dos por los mio­pes porteños?
No hace falta, señor Here­dia, que nos recal­que su “defensa de la diver­si­dad”. ¿Pero es que acaso los por­te­ños no pode­mos tener diver­si­dad de opi­nio­nes? ¿O sólo es un dere­cho suyo?
Y sigue Ud. con los insul­tos — ¿Eso tam­bién forma parte de su diver­si­dad? — pon­ti­fi­cando que quien no haya votado al Frente para la Vic­to­ria lo hizo “por escu­char a los trai­do­res”, por haber per­dido las con­vic­cio­nes y coin­ci­dir “con aque­llos que hace rato per­die­ron las pro­pias alián­dose a sus enemi­gos especulativamente”.
Qué pro­fun­di­dad Sr. Here­dia!! Con su absurda gene­ra­li­za­ción me recuerda Ud. a nefas­tos per­so­na­jes de la his­to­ria uni­ver­sal que no viene al caso enu­me­rar, des­cuento que Ud. los conoce y admira.
Parece que su diver­si­dad — adje­tivo que supone el res­peto de los que pien­san dife­rente — ha pati­nado y gro­se­ra­mente. Cali­fi­car de mio­pes o alia­dos de trai­do­res por el sim­ple hecho de no coin­ci­dir con su opi­nión, no me resulta muy demo­crá­tico que diga­mos. Aun­que le ase­guro que esta posi­ción suya no me sor­prende en abso­luto. En la última década ya he sido cali­fi­cado de des­ti­tu­yente, gorila, pro cor­pos, y muchos otros epí­te­tos que segu­ra­mente Ud. conoce de memoria.
Pero este barato cali­fi­ca­tivo de “aliado de trai­do­res” me ter­mina de demos­trar su cata­dura moral.
Y final­mente, señor Here­dia, ya que Ud. es tan “diverso” le pedi­ría que reca­pa­cite, si es que está den­tro de su posi­bi­li­da­des, y com­prenda que si no voté a Fil­mus, Taiana, Caban­dié, habrá sido por­que con­si­deré que hay otros can­di­da­tos que cum­plen mejor con las expec­ta­ti­vas que me genera un acto tan impor­tante como es una elec­ción de auto­ri­da­des. Y no nece­sito que venga un komi­sa­rio a decirme por quién tengo que votar y que si no lo hago por sus picho­nes soy un MIOPE. En última ins­tan­cia pre­fiero ser miope, pero fiel a mi con­cien­cia y con­vic­cio­nes en forma gra­tuita y no ser lacayo mer­ce­na­rio de un abso­lu­tismo vergonzoso.
Ima­gine qué podría decir yo de alguien tan diverso como Usted que bate el par­che con la mano izquierda, pero afe­rra la dere­cha a sus abul­ta­dos bol­si­llos, por alguien que se prende en la humi­llante, infun­dada y ver­gon­zosa cace­ría de dos jóve­nes por el sólo hecho de por­tar el ape­llido Noble y al mismo tiempo des­co­noce cruel­mente a su pro­pio hijo.
Me parece que el miope no soy yo.
Salú­dalo atte.
Autor: Juan Manuel Otero