La mentira del “calentamiento global antropogénico”, una gallina de los huevos de oro que no debe morir
El último programa que debatió sobre el aumento del CO2 antropogénico en la atmósfera, “El calentamiento global, ¿hay debate?” fue transmitido en France 2 el 1 de noviembre, en la tercera parte del show Ce soir ou jamais, la única que permite un aparente debate sobre el ASUNTO.
Después de ver el programa (ver vídeo al final del artículo), quedan al menos dos preguntas:
¿Por qué el “calentamiento global
antropogénico” es una mentira? ¿Cuáles son los intereses de los que
presentan tal manipulación propagandística a la opinión pública?
“Cualquier debate es valioso, especialmente cuando se lleva a cabo con buena fe.”
~ François Gervais
Pero primero, ¿qué es el CO2? Según
István E. Markó – químico de la Universidad de Lovaina en Bélgica – en
un artículo titulado: “La fuite en avant du GIEC” [La huida hacia adelante del IPCC], publicado el 3 de octubre de 2013:
« el CO2 es la molécula de la vida y [...], sin ella, no habrían plantas o microorganismos en la Tierra. Ningún ser humano, tampoco. En la antigüedad, la atmósfera contenía mucho más CO2 que hoy. Siendo prueba de ello que ciertas bacterias han debido establecer sistemas de apoyo para adaptarse a la disminución de CO2. Por último, señalemos que en algunos períodos glaciares, los niveles de CO2 eran tres o cuatro veces superiores a las medidas de hoy, atestiguando, si es que todavía es necesario, de su mínimo efecto invernadero. En cuanto a los valores “constantes” del orden de 280 ppm antes de la revolución industrial, éstas son el resultado de una cuidadosa selección, guiada por el deseo de demostrar una teoría acerca de la influencia dañina de la utilización de combustibles fósiles. Esta actitud totalmente anticientífica es común en este área donde lo político triunfa sobre lo científico. [...]
El CO2 se produce después de un aumento de la temperatura, no antes. Es una consecuencia de la subida de la temperatura y no su causa. [...] si nosotros aumentamos aún más la cantidad de CO2 en la atmósfera, eso no cambiará casi nada su efecto invernadero, habiendo éste llegado a su máximo. Este hallazgo, basado en las leyes de la física, confirma lo que los climatólogos más importantes han estado diciendo y publicando: cuanto más CO2 haya en la atmósfera, ¡menos importante es su efecto invernadero! » [El énfasis es mío.]
Para ir más allá y responder a la
primera pregunta, vamos a ver lo que tiene que decir sobre el tema el
ponente crítico del IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio
Climático). El profesor François Gervais fue seleccionado por el IPCC
como evaluador crítico de los reportes de la organización y formaba parte de los invitados
en el programa de televisión. Es un físico, investigador en ciencia de
materiales y termofísica. Este profesor emérito de la Universidad de
Tours tiene la medalla de bronce del CNRS en termodinámica, otorgado por
la Academia de Ciencias. También trabajó en la reflectividad,
ferromagnetismo y el efecto invernadero.
Debido a que él «se opone a la idea
inequívoca y reduccionista que hace al dióxido de carbono responsable de
todos los males y, finalmente, impulsa a repensar tanto las bases de
una solidaridad Norte-Sur más justa y una política energética
ambiciosa», el profesor Gervais acaba de publicar un libro, L’innocence du carbone [La inocencia del carbono], publicado por Albin Michel, cuyo subtítulo evoca los temas de este artículo: El efecto invernadero en cuestionamiento.
En esta obra,
François Gervais denunció lo que llamó “exageraciones alarmistas” y
contesta a muchas afirmaciones comúnmente aceptadas, entre las cuales,
el hecho de que la «duplicación de la tasa de CO2 [sería] problemática».
Al contrario, según el profesor,
«ningún calentamiento se ha observado desde 199, a pesar de las enormes
emisiones de carbono durante este período», y el efecto invernadero
sería «el mayor culpable designado al castigo y condenado por un
impuesto cegado».
El profesor Gervais escribió en un artículo publicado en Le Monde, el 28 de octubre pasado:
«Las observaciones recientes son preocupantes para los modelos climáticos, probablemente, porque se niegan a considerar un ciclo de sesenta años de la temperatura global del planeta aún documentada durante ciento treinta años (figura 2 del libro). Este ciclo se divide en fases de aumento, de descenso, planas, cada quince años. [...] Así, en 2013, la superficie del témpano de hielo marino del Ártico ha presentado un déficit limitado en verano, muy inesperado para los alarmistas. Pero a lo largo del año, el témpano de hielo de la Antártida, presentó un excedente del mismo orden, e incluso un récord absoluto confirmado por la NASA!»
Lo que dijo el profesor Gervais, en
esencia, es que como el día y la noche, las estaciones, los ciclos
lunares y solares, así como nuestros propios ciclos galácticos (como
para todos en el universo), la calefacción y la refrigeración de la
Tierra son cíclicos y naturales. Lo que también entendemos es que no hay
un “calentamiento global” como tal desde 1997. Tomar como referencia
algunas partes del mundo para anunciar a bombo y platillo el aumento de
la temperatura global no es serio ni digno de la ciencia. Así que si no
hay calentamiento, el término “calentamiento global antropogénico” es
una mentira. En cambio, los científicos del IPCC deberían tener la
honestidad de hablar de “cambio climático”, y desde el principio (1988).
Pero la honestidad no es sinónimo de ganancia.
Porque la ciencia también está corrompida
y depende de los presupuestos que estamos dispuestos a asignar, en
función del interés que no tiene nada que ver con la ciencia en general,
sino más bien con las industrias armamentista, farmacéutica y en
general todo lo que puede darle más poder y control a nuestras élites
psicopáticas que dirigen el mundo. Cualquier científico que quiere
trabajar de forma independiente se enfrenta a problemas de presupuesto
que le impiden continuar sus investigaciones (a menudo muy caras), por
no hablar de la difamación, las amenazas, etcétera, a las que se les
somete en los medios de comunicación, y también entre sus colegas, sobre
todo en revistas revisadas por pares.
«La corrupción de la ciencia es uno de los problemas más importantes a los que nuestro mundo se ha enfrentado, y podría conducir a la extinción de la humanidad. Esa perspectiva me da escalofríos y también debería darles escalofríos a ustedes. Pero más que darme escalofríos, se me rompió el corazón cuando me di cuenta de que la mejor esperanza de la humanidad – la Verdad, la bella Verdad – había sido devastada y arruinada por los mismos guardianes del templo: los propios científicos, bajo la influencia de una gran red de conspiraciones patológicas interconectadas y totalmente separadas del cuerpo constituido por la humanidad normal.»
~ Laura Knight-Jadczyk, The Dot Connector Magazine, n°17, p. 1
¿Y entonces el “calentamiento global”
se debe al hombre? Bueno, no, obviamente, no es así. Peor aún, desde
1997, no hay “calentamiento global”, como se muestra en el gráfico
siguiente.
Para entender cuáles pueden ser los
intereses de los propagandistas del “calentamiento global antropogénico”
y tratar de responder a la segunda pregunta: ¿Cuáles son los intereses
de los que presentan tal manipulación propagandística de la opinión
pública?, podríamos preguntarnos lo siguiente: ¿Son todos los miembros
del IPCC científicos? A esta pregunta, István Markó, respondió:
“Hay científicos, pero muchos vienen de organizaciones no gubernamentales como la WWF o Greenpeace. Y en el grupo que gestiona la preparación del informe para las autoridades hay, sobre todo, políticos y economistas. [...]
Algunos tienen mucho que ganar. Y el mayor defensor de esto es Al Gore quien hizo una película de propaganda ridícula a nivel científico, dada la cantidad de errores que contiene. Él la ha hecho con un propósito de lucro total y la misma le permitió llegar a ser muy rico, especialmente a través de los bonos de carbono. Con este llamado calentamiento global, desarrollamos un negocio en la energía eólica y solar. Creamos estos bonos de carbono y contribuimos a un aumento en el precio de la energía y las materias primas.”
Hay que saber que el IPCC es una organización intergubernamental, financiada por la ONU (Naciones Unidas). En cuanto a la contribución financiera de Francia,
ésta “es de 200.000 euros y es alimentada por tres ministerios:
Desarrollo Sostenible, Asuntos Exteriores, Investigación.” O sea, con el
dinero público…
El Premio Nobel de la Paz le fue
otorgado al IPCC en el 2007 junto a Al Gore. Bueno, bueno. Así como los
premios Nobel fueron otorgados a Obama, a la Unión Europea, y este año a la OPAQ
(Organización para la Prohibición de las Armas Químicas), premios Nobel
para la guerra en vez de premios Nobel de la paz. Los “premios” son
“otorgados” a las personas e instituciones que sirven a los intereses
del Imperio, como muestra de agradecimiento por sus servicios “buenos y
leales”, incluyendo las mentiras, la verdades distorsionadas y la
propaganda.
Pero entonces, si el “calentamiento
global antropogénico” – incluso el “calentamiento global”, para abreviar
– es una mentira descarada destinada a imponernos nuevos impuestos que
enriquezcan un poco más a la élites y empobrezcan aún más a la gente, si
aún es posible, ¿cuál puede ser la fiabilidad de los modelos climáticos
(artificiales, dicho sea de paso, no son más que modelos…) utilizados por los miembros del IPCC, quienes, en su último informe
señalan que la probabilidad de que el calentamiento sea causado por
nuestras emisiones de gases de efecto invernadero este año pasan del 90
al 95%? A esta pregunta, István Markó responde:
“Esta es la clara prueba de que se trata de un sistema 100% político. ¿Cómo creen ustedes que se puede hablar con un 95% de certitud con modelos matemáticos del 2% de fiabilidad? Es patético. El problema es que ni siquiera pueden imaginarse diciendo que todo lo que afirmaron estaba mal desde el principio. Hay demasiados intereses y mucho dinero en juego.”
“La profesora Judith Curry, quien es jefa del Departamento de Ciencias del Clima en la prestigiosa universidad de EE.UU., Georgia Tech, dijo al Mail on Sunday que era obvio que los modelos informáticos utilizados para predecir el calentamiento futuro eran «profundamente defectuosos».”
Algunos científicos
del IPCC están en contra de esta falsa propaganda: “Un climatólogo como
Hans von Storch, quien también es miembro del IPCC, escribió
recientemente que los modelos del IPCC se equivocaron en más del 98%,
ninguno de ellos podría haber prevenido la curva plana de temperaturas
durante 16 años, incluso con un margen del 2% de fidelidad.” ¿Por qué –
ya que los datos son lo suficientemente numerosos y reconocidos por
algunos científicos del IPCC para afirmar la inexistencia del
«calentamiento global antropogénico» – los científicos no van marcha
atrás? En otro artículo, István Markó escribió:
“Los políticos y los científicos que trabajan en la órbita del IPCC no pueden volver atrás. Ya que los modeladores no pueden prescindir de sus créditos y sus conexiones políticas no pueden reconocer públicamente que ellos (ellas) estaban equivocados (as), bajo pena de perder su electorado.”
Bueno, la respuesta a la segunda
pregunta está a la vez en algunas citas anteriores y en el mundo en que
vivimos. Este mundo está lleno de psicópatas ávidos de poder y control
sobre las personas, hambrientos de las finanzas que manipulan a su
antojo y según su voluntad, voluntad que no tiene nada que ver con las
necesidades básicas de las personas: comer, dormir, calor y seguridad.
El IPCC cuenta con un presupuesto “oficial” de unos seis millones de euros al año
en el marco de sus modelizaciones del “calentamiento global” ¡que no
existe! Estas sumas gastadas por una gran mentira que continúa año tras
año – una entre muchas más – se trata de dinero que sería más eficaz
para luchar contra el hambre en el mundo, entre otras cosas. Según
István Markó:
“Malgastar miles de millones de euros para modelos matemáticos que están equivocados y no pueden predecir nada, es ridículo. Este dinero gastado para nada debería ser utilizado para hacer frente a los problemas reales de la contaminación. Por ejemplo, el sexto continente, este gigantesco cúmulo de residuos flotantes en el Pacífico, ¿por qué no lo limpiamos? También podríamos limpiar y repoblar, sanar el suelo, transformar los chancros industriales en ciudades donde sería agradable vivir. Eso sería mucho más útil que esforzarse sobre este desafortunado CO2, que todos producimos cuando exhalamos y que no nos hace nada.”
Resulta que he trabajado durante un
tiempo “a favor” del IPCC, antes de descubrir su engaño. Lo que más me
sorprendió en ese momento (2007), fue el deseo de algunos de ganar
dinero en el nombre del “calentamiento global antropogénico”, en lugar
de comprender los mecanismos. “Si el IPCC dice que somos responsables,
entonces lo somos, y podemos usar los medios a nuestro alcance para
generar más negocios.” Una vez más, el “presstituta” ha
desempeñado bien su “rol”, que es el de esclavizarnos un poco más en una
ideología falsa con objetivos de control e impuestos aún mayores para
las poblaciones.
Incluso aunque el ser humano – por su
forma de vivir hoy en día – sea un importante contaminador del planeta,
no hay otra respuesta a la segunda pregunta de cuáles son los intereses
de los que presentan este tipo de fraude del calentamiento global. Este
interés tiene que ver con ocultar las verdaderas razones del cambio
climático o cambios terrestres, razones que no tienen nada que ver con
alguna cosa física causada por el hombre – aunque esto puede ser una respuesta del universo
– sino que tiene que ver con los cambios en nuestro entorno astronómico
inmediato – nuestro Sistema Solar: la multiplicación de los eventos de
meteoros/fragmentos de cometa en todas partes del mundo. Como prueba,
simplemente desplácese por la lista de artículos que aumentan sin cesar aquí y aquí.
Así, en este artículo:
“En sus notas, Thomas Forster explica que nunca ha dicho o escrito que los cometas aumentan la temperatura media,
“[...] sino que los extremos de calor y frío, así como una alteración más o menos general del orden natural de las estaciones, a menudo acompañan a la aparición de estos astros. Esta opinión es el resultado de una minuciosa “reexaminación” histórica de los fenómenos.”~ Thomas Forster, Observaciones sobre la influencia de los cometas en los fenómenos de la atmósfera, 1836, p. 28.
Ocultar, distorsionar o minimizar esta
“realidad” permite que la élite continúe manipulando a las personas y
mantenerlas en una oscura ignorancia. Esto evita que las personas
aprendan acerca de la naturaleza cíclica de la historia para no repetir
los mismos errores. Este ciclo incluye el surgimiento de los imperios
seguido de sus caídas, debido al bombardeo cometario, de los cuales el
meteorito de Tunguska o Chelyabinsk son sólo pequeños ejemplos de lo que nos espera.
Este tema también se ha tratado en un artículo anterior:
“Los cometas y sus fenómenos asociados – meteors, terremotos, cambio climático, volcanismo, inundaciones, incendios, (mini-) eras de hielo, etc., parecen haber dejado a su paso y a lo largo de los milenios, las malas cosechas seguidas hambrunas, epidemias, revoluciones, guerras y caídas de imperios, evoluciones y descensos. ”
Esta “cobertura” también exime a los
poderes fácticos de tener que explicar que los cambios planetarios son
parte de un proceso cósmico natural, y nadie puede hacer nada contra
ellos. Además de la guerra contra el terror, el mito del calentamiento
global permite a la élite aumentar su control sobre las masas y
justificar la dependencia de la población de una institución corrupta.
Parece cada vez más claro que nos dirigimos hacia un enfriamiento global y que la élite lo sabe desde hace mucho tiempo.
“A través de los medios de comunicación, hemos adquirido el poder de influir en todo permaneciendo en las sombras [...]
El factor principal para el éxito en la política es el secreto de sus negocios: los discursos no deben estar de acuerdo con las acciones de los diplomáticos [...]
Debemos obligar a los Gobiernos [...] a que actúen en la dirección favorable a nuestro plan con amplias perspectivas, que se aproximan ya a su consumación deseada. [Nosotros lo haremos] por [a través de] eso que presentaremos como la opinión pública, dirigida en secreto por nosotros a través de lo que llamamos el “gran poder” – la prensa, que, con algunas excepciones insignificantes, ya está totalmente en nuestras manos.
Ninguna información llegará a la sociedad sin pasar por nuestro control. Este ya es un punto que tenemos ganado por el hecho de que todas las noticias se reciben en todas partes del mundo por un pequeño número de agencias que las centralizan. Cuando lleguemos al poder, estas agencias nos pertenecerán totalmente y no publicarán más que las noticias que nos gusten y dejemos que aparezcan.”
Esta no era la situación en 1905 [...] o en 1926, cuando yo [Douglas Reed] me hice periodista, sino que se estaba desarrollando, y es hoy en día [años 50] la situación. La corriente de “noticias” que fluye hacia el público desde los periódicos viene de unas pocas agencias, como si salieran de una media docena de grifos. Cualquier mano que puede controlar estas válvulas puede controlar las “noticias”, y el lector puede comprobar por sí mismo el filtro bajo por el cual las noticias le llegan.
~ Douglas Reed, La controversia de Sion