La Sagrada Familia: modelo de todas las familias (Podcast)
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Faltando
pocos días para que celebremos la Navidad, es natural que nuestra
atención se concentre en el Niño Dios que nace en el Pesebre de Belén.
Él es el centro de la Fiesta, es su nacimiento que todos festejaremos la
noche del 24 de diciembre.
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La alegría del mundo católico es más que explicable. El Niño Jesús es
el cumplimiento de la promesa dada a nuestros primeros padres, es el
Redentor del género humano, Él, siendo inocente, pagó las culpas de
todos los hombres en lo alto de la cruz. Él nos promete la salvación
eterna y nos da las gracias para alcanzarla.
Sin embargo, siendo Dios, Él no quiso aparecer directa y
aisladamente, como podría haberlo hecho en su omnipotencia infinita,
para comunicarnos todas esas gracias. Quiso nacer en el seno de una
familia, que a los ojos de los habitantes de Belén, era una simple,
aunque noble familia, descendiente de la estirpe del rey David.
En esta manifiesta voluntad de un Dios hecho hombre en el seno
virginal de María, hay una glorificación, la más alta que se pueda
atribuir, a la institución de la Familia. Por eso todas las generaciones
la han llamado, la Sagrada Familia.
Detengámonos un poco, con la veneración que les es debida, a
considerar a cada uno de los miembros de esta Sagrada Familia, y veremos
que si bien ella es la más santa de las Familias, es, al mismo tiempo,
el modelo de todas ellas.
En primer lugar, a pesar de que el Niño es Dios, y por lo tanto,
infinitamente superior a su Madre virginal y a san José, padre por
adopción, sin embargo, se somete en todo a la voluntad de la autoridad
de San José y de María.
Por su parte, María Santísima, siendo la Madre efectiva de Dios y
estando íntimamente unida a las tres Personas de la Santísima Trinidad,
se somete en todo a San José, como cabeza visible de la Familia.
Es él quien toma la decisión de ir a Belén, pues siendo descendiente
de la casa de David, le correspondía estar allí para el censo. Él es
quien sale a buscar el alojamiento para su esposa en el momento de estar
cerca el parto, es a él que el ángel le comunica que debe huir a Egipto
para escapar de la matanza de los inocentes ordenada por Herodes.
Será en su casa de Nazareth que el Niño crecerá en edad y en
sabiduría, y será como auxiliar de San José en sus trabajos de
carpintero, que el Niño Dios desarrollará sus primeros trabajos
domésticos. Y esa convivencia con la Sagrada Familia no durará poco
tiempo; al contrario, Nuestro Redentor le dedicará casi diez veces más
tiempo que a su vida pública, para evangelizar al pueblo elegido.
Y, como señal de que su obediencia no dejó de existir incluso siendo
adulto, el primer milagro que practicó en las bodas de Caná,
transformando el agua en vino, lo hizo porque su Madre se lo pidió
delicadamente: “Hijo no tienen vino”.
Si fuera necesario resaltar el valor de la familia, bastaría sólo
esto para convencer a cualquiera que ella es la institución más natural y
sagrada que pueda existir. Dios, al hacerse Hombre, quiso hacerlo en el
seno de una familia.
Pero acerquémonos un poco más en la consideración de esta Sagrada
Familia. Además de que cada uno de sus miembros, reconoce en el otro la
jerarquía que le es debida, hay entre ellos una clara diferencia de
roles.
Como vimos, es al padre adoptivo que le caben las tareas propias del
Jefe. Es él quien toma las decisiones, es quien tiene la iniciativa. La
Madre, tiene el cuidado del Hijo. Ella es que lo abriga, Ella le da el
calor y lo amamanta con su leche virginal. El Hijo, que es Dios, sólo se
apartará de sus padres terrenales, para ocuparse
de las cosas de su Padre Celestial, por ocasión de la ida al Templo, y
ella, la Madre, “conservará todas estas cosas en su corazón”.
Autoridad del padre, bondad de la Madre, obediencia del Hijo, caridad
infinita entre todos ellos, ¿no es este el ideal de toda familia?
O mejor dicho, ¿puede una familia ser considerada como tal, si en
ella no existen, al menos como ideal para alcanzar, estos atributos de
la Sagrada Familia?
Como en un consenso universal, todo Occidente adaptó la música de
“Noche de paz”, como la melodía más apropiada para imaginar el ambiente
que reinaba en esa noche Santa de hace veinte siglos atrás.
Noche de paz, noche de amor (Stille Nacht, heilige Nacht) es el más
conocido villancico de navidad. Fue interpretado por primera vez el 24
de diciembre de 1818 en la iglesia de San Nicolás (Nikolauskirche) de
Oberndorf en Austria. La letra había sido compuesta en 1816 por el
sacerdote austríaco Joseph Mohr en la parroquia de Santa María
(Mariapfarr), pero en la víspera de Navidad se la llevó al organista
Franz Xaver Gruber y le pidió que le hiciera una composición musical.
Hace exactamente cien años atrás, durante la Primera Guerra Mundial,
en medio de las trincheras en que ambos lados se mataban
encarnizadamente, sucedió algo extraordinario: en la madrugada del 25 de
diciembre, los soldados británicos y franceses escucharon el Stille
Nacht venir de las posiciones alemanas mientras columnas de soldados
emergían lentamente de la trinchera y avanzaban hasta el medio de la
tierra de nadie devastada por los obuses, invitándolos a fraternizar.
Unos instantes después, estaban todos juntos cantando sus respectivos
villancicos e intercambiando regalos. Al menos por algunas horas, el
ambiente de familia, volvió a reinar entre cristianos de ambos lados[1].
Oigamos algunas estrofas de esta música.
(trechos)
Para terminar, esta meditación que nos prepara para recibir al Niño
Dios, le preguntamos a Ud. estimado radioyente, ¿cree que puede existir
paz fuera de la familia?
Más aún, ¿cree que puede existir familia fuera de esta atmósfera de
amor cristiano que a todos nos encanta y nos hace mejores durante la
Fiesta de la Navidad?
Son preguntas y consideraciones que nos parecen oportunas para
hacernos en los días en que tanto se cuestiona a la Familia natural y
cristiana, llegando incluso al absurdo que legisladores que se dicen
católicos estén comportándose como nuevos Herodes, defendiendo la
legalización del aborto y de las uniones homosexuales.
Le deseamos a Ud. y a toda su familia una santa preparación para la Fiesta de Navidad.
Y recuerde que nos puede seguir en wwwaccionfamilia.org