- Detalles
- Categoría: INVESTIGACIONES
- Publicado: 05 Agosto 2016
- Visto: 1221
En el marco del expediente en el que se
investiga al ex- Secretario de Obras Públicas K José López, el juez
federal Daniel Rafecas recibió el último y definitivo informe del cuerpo
Médico Forense sobre la salud de la Madre Alba Día de España Martínez
Fernández, de 95 años de edad, en el que los especialistas concluyeron
que la monja es inimputable. Según informó el Centro de Información
Judicial, la Junta Médica, concluyó que Madre Alba “no se encuentra en condiciones de afrontar un proceso penal y por lo tanto debe ser marginada del expediente”. Según
los especialistas peritos, padece un deterioro cognitivo severo,
propensión a la dispersión, fallas amnésicas, con tendencia al relleno
fabulatorio del vacío asociativo, fatigabilidad, labilidad emocional,
vivencias de vulnerabilidad y dificultades para el cumplimiento de
algunas consignas. Destacan que no se han detectado indicadores
compatibles con la simulación. Antes de proceder, el juez deberá
pedirles su opinión a la Fiscalía y a la Oficina Anticorrupción, que es
querellante.
La Madre Alba, según sus propias
gobernadas, Madre Inés, superiora de las monjas de vida activa de la
Familia Misionera de Nuestra Señora de Fátima, y las monjas Marcela y
Marta, señalaron la primera como imputada de encubrimiento y las
segundas como testigos, en el juzgado de Rafecas, que era quien daba
todas las órdenes, como lo indican sus atribuciones de fundadora y
Superiora de la Familia Misionera toda. La oímos el lunes último, hablar
por radio, se la escuchaba clara, ubicada en tiempo y espacio y
repitiendo aquello de que “López robó para terminar la obra del convento”. También
supimos que atiende ella misma su teléfono, que tiene servicio de
televisión por cable en su cuarto y brinda asistencia espiritual a
cualquier alma atormentada, que lo requiriera. Según la
declaración de la esposa de López, Amalia Díaz, ella misma gestionó
desde su celular, que su marido, fuera esa noche al convento porque se
encontraba extraño y angustiado.
Cabe señalar que las mencionadas monjas
no andaban disfrazadas por antojo de Di Monte. Están autorizadas a usar
el hábito elegido por los fundadores de la futura orden, como una
atribución del Monseñor, según el derecho que lo asistía en vida y
ejerciendo sus funciones.
Este portal, en cuatro notas anteriores,
ha detallado una investigación pormenorizada sobre las monjas, sus
estados canónicos y la creación del convento.
¿Qué secretos se esconden en ese
convento?. Si el estado de Alba es el que describen los peritos, y es
muy difícil mentirle a uno de ellos, los interrogantes que se plantean
son muchos. Las ocho mil quinientas personas que forman la obra fundada
por Di Monte, están desde su muerte a la deriva. En Argentina y en
Uruguay, dónde más de trescientos sacerdotes, monjas y laicos
consagrados forman parte de ella.
Un comunicado de AICA, Agencia de
Información Católica Argentina, firmado por el Arzobispo de la
Arquidiócesis de Mercedes-Lujan, Monseñor Agustín Radrizziani, señala la
perplejidad ante los hechos ocurridos el 14 de Junio con el ex
secretario de Obras Publicas: "Informamos a la opinión pública que la
comunidad conocida como 'Monjas Misioneras Orantes y Penitentes de
Nuestra Señora del Rosario' es, en realidad, una asociación privada de
fieles que se rige de acuerdo a los cánones 321-326 del Código de
Derecho Canónico y que ha permanecido bajo la autoridad de su fundador,
monseñor Rubén Di Monte, recientemente fallecido.”
El
Concilio Vaticano II en 1962 reconoce y habilita a los fieles a
asociarse en Asociaciones privadas y públicas como un derecho, siempre
que sus fines sean vinculados a la fe y cumplan con los cánones
generales que los incluyan en la Fe Católica. Si bien Di Monte murió,
las responsabilidades de la Iglesia sobre ese convento, no murieron con
él.
La
Familia Misionera fue fundada como Asociación Pública primero, y luego
fue inscripta como privada y la única diferencia que esto implica en que
en las Asociaciones Públicas los bienes son eclesiales, deben presentar
balances, y están sujetas a la Inspección General de Justicia, las
Privadas administran sus propios bienes y deben mantener los fines con
que fueron creadas. Son también parte de la iglesia.
La
Arquidiócesis de Mercedes-Lujan: creada como diócesis de Mercedes el 20
de abril de 1934, con la bula "Nobilis Argentinae nationis", de Pío XI.
El 10 de mayo de 1996 se le agregó el título de Luján. Fue elevada al
rango de arquidiócesis "dependiente directamente de la Santa Sede" no depende de ninguna provincia eclesiástica y todos su acontecimientos se reportan a Roma.
El
21 de noviembre de 1997, con la bula "Omnibus Satis Sonstat", de Juan
Pablo II. Comprende, en la provincia de Buenos Aires, los partidos de
Alberti, Carmen de Areco, Chacabuco, Chivilcoy, General Las Heras,
General Rodríguez, Junín, Leandro N. Alem, Lobos, Luján, Marcos Paz,
Mercedes, Navarro, San Andrés de Giles y Suipacha.
Este
último no es un dato menor, pero que Radrizziani omite. Y es él quien
responde por el convento, ante la opinión pública, porque está en su
Jurisdicción.
La
Arquidiócesis fue protagonista del bautismo de fuego de los decretos de
Néstor, el primer decreto de su mandato fue en 2003 y para habilitar la
transferencia de fondos para la recuperación de la Basílica de Lujan,
firmado en la propia Basílica, fondos que finalmente ascendieron a más
de ciento veinte millones de pesos. La curia ya no recuerda eso. Hasta donde avanzara la Justicia en esta dirección, es algo que no sabemos.
Parece
estarse gestando un plan de declaraciones que acabaría en un muerto y
en una anciana inimputable, sin incorporar a Ana Pronesti a la causa, la
señora buena, que se presento en varias oportunidades como ayudante de
las monjas, de la que supimos tiene antecedentes judiciales por usurera.
Hoy se desconoce su paradero y sus números de teléfono no son los que
tenía hasta hace unos días.
Gustavo Vera, el no vocero del Papa, ya que estamos en el país de las negaciones, sólo dijo respecto de este tema “no tengo dudas que Di Monte estaba al tanto de los negocios espurios de Néstor Kirchner”. Pero el amigo de Francisco omitió denunciarlo a la justicia.
La
Familia Misionera de Nuestra Señora de Fátima, negada no sólo tres
veces como negó Pedro a Jesús, sino más, está hoy, paradójicamente “a la
buena de Dios”, con sus fieles desorientados y perplejos ante la
negación. Aunque en abril de este mismo año, en la despedida de su
fundador, Monseñor Radrizziani los reconociera como uno de los amores
del fallecido Di Monte, que le daba cuenta de toda la obra y pasos que
iba dando con la Familia Misionera.
La omisión, también es un pecado.
Alicia Panero