lunes, 8 de agosto de 2016

La divina corrupción


En el marco del expediente en el que se investiga al ex- Secretario de Obras Públicas K José López, el juez federal Daniel Rafecas recibió el último y definitivo informe del cuerpo Médico Forense sobre la salud de la Madre Alba Día de España Martínez Fernández, de 95 años de edad, en el que los especialistas concluyeron que la monja es inimputable. Según informó el Centro de Información Judicial, la Junta Médica, concluyó que Madre Alba “no se encuentra en condiciones de afrontar un proceso penal y por lo tanto debe ser marginada del expediente”. Según los especialistas peritos, padece un deterioro cognitivo severo, propensión a la dispersión, fallas amnésicas, con tendencia al relleno fabulatorio del vacío asociativo, fatigabilidad, labilidad emocional, vivencias de vulnerabilidad y dificultades para el cumplimiento de algunas consignas. Destacan que no se han detectado indicadores compatibles con la simulación. Antes de proceder, el juez deberá pedirles su opinión a la Fiscalía y a la Oficina Anticorrupción, que es querellante.


La Madre Alba, según sus propias gobernadas, Madre Inés, superiora de las monjas de vida activa de la Familia Misionera de Nuestra Señora de Fátima, y las monjas Marcela y Marta, señalaron la primera como imputada de encubrimiento y las segundas como testigos, en el juzgado de Rafecas, que era quien daba todas las órdenes, como lo indican sus atribuciones de fundadora y Superiora de la Familia Misionera toda. La oímos el lunes último, hablar por radio, se la escuchaba clara, ubicada en tiempo y espacio y repitiendo aquello de que “López robó para terminar la obra del convento”. También supimos que atiende ella misma su teléfono, que tiene servicio de televisión por cable en su cuarto y brinda asistencia espiritual a cualquier alma atormentada, que lo requiriera. Según la declaración de la esposa de López, Amalia Díaz, ella misma gestionó desde su celular, que su marido, fuera esa noche al convento porque se encontraba extraño y angustiado.
Cabe señalar que las mencionadas monjas no andaban disfrazadas por antojo de Di Monte. Están autorizadas a usar el hábito elegido por los fundadores de la futura orden, como una atribución del Monseñor, según el derecho que lo asistía en vida y ejerciendo sus funciones.
Este portal, en cuatro notas anteriores, ha detallado una investigación pormenorizada sobre las monjas, sus estados canónicos y la creación del convento.
¿Qué secretos se esconden en ese convento?. Si el estado de Alba es el que describen los peritos, y es muy difícil mentirle a uno de ellos, los interrogantes que se plantean son muchos. Las ocho mil quinientas personas que forman la obra fundada por Di Monte, están desde su muerte a la deriva. En Argentina y en Uruguay, dónde más de trescientos sacerdotes, monjas y laicos consagrados forman parte de ella.
Un comunicado de AICA, Agencia de Información Católica Argentina, firmado por el Arzobispo de la Arquidiócesis de Mercedes-Lujan, Monseñor Agustín Radrizziani, señala la perplejidad ante los hechos ocurridos el 14 de Junio con el ex secretario de Obras Publicas: "Informamos a la opinión pública que la comunidad conocida como 'Monjas Misioneras Orantes y Penitentes de Nuestra Señora del Rosario' es, en realidad, una asociación privada de fieles que se rige de acuerdo a los cánones 321-326 del Código de Derecho Canónico y que ha permanecido bajo la autoridad de su fundador, monseñor Rubén Di Monte, recientemente fallecido.”
LUJAN
El Concilio Vaticano II en 1962 reconoce y habilita a los fieles a asociarse en Asociaciones privadas y públicas como un derecho, siempre que sus fines sean vinculados a la fe y cumplan con los cánones generales que los incluyan en la Fe Católica. Si bien Di Monte murió, las responsabilidades de la Iglesia sobre ese convento, no murieron con él.
La Familia Misionera fue fundada como Asociación Pública primero, y luego fue inscripta como privada y la única diferencia que esto implica en que en las Asociaciones Públicas los bienes son eclesiales, deben presentar balances, y están sujetas a la Inspección General de Justicia, las Privadas administran sus propios bienes y deben mantener los fines con que fueron creadas. Son también parte de la iglesia.
La Arquidiócesis de Mercedes-Lujan: creada como diócesis de Mercedes el 20 de abril de 1934, con la bula "Nobilis Argentinae nationis", de Pío XI. El 10 de mayo de 1996 se le agregó el título de Luján. Fue elevada al rango de arquidiócesis "dependiente directamente de la Santa Sede" no depende de ninguna provincia eclesiástica y todos su acontecimientos se reportan a Roma.
El 21 de noviembre de 1997, con la bula "Omnibus Satis Sonstat", de Juan Pablo II. Comprende, en la provincia de Buenos Aires, los partidos de Alberti, Carmen de Areco, Chacabuco, Chivilcoy, General Las Heras, General Rodríguez, Junín, Leandro N. Alem, Lobos, Luján, Marcos Paz, Mercedes, Navarro, San Andrés de Giles y Suipacha.
Este último no es un dato menor, pero que Radrizziani omite. Y es él quien responde por el convento, ante la opinión pública, porque está en su Jurisdicción.
La Arquidiócesis fue protagonista del bautismo de fuego de los decretos de Néstor, el primer decreto de su mandato fue en 2003 y para habilitar la transferencia de fondos para la recuperación de la Basílica de Lujan, firmado en la propia Basílica, fondos que finalmente ascendieron a más de ciento veinte millones de pesos. La curia ya no recuerda eso. Hasta donde avanzara la Justicia en esta dirección, es algo que no sabemos.
Parece estarse gestando un plan de declaraciones que acabaría en un muerto y en una anciana inimputable, sin incorporar a Ana Pronesti a la causa, la señora buena, que se presento en varias oportunidades como ayudante de las monjas, de la que supimos tiene antecedentes judiciales por usurera. Hoy se desconoce su paradero y sus números de teléfono no son los que tenía hasta hace unos días.
Gustavo Vera, el no vocero del Papa, ya que estamos en el país de las negaciones, sólo dijo respecto de este tema “no tengo dudas que Di Monte estaba al tanto de los negocios espurios de Néstor Kirchner”. Pero el amigo de Francisco omitió denunciarlo a la justicia.
La Familia Misionera de Nuestra Señora de Fátima, negada no sólo tres veces como negó Pedro a Jesús, sino más, está hoy, paradójicamente “a la buena de Dios”, con sus fieles desorientados y perplejos ante la negación. Aunque en abril de este mismo año, en la despedida de su fundador, Monseñor Radrizziani los reconociera como uno de los amores del fallecido Di Monte, que le daba cuenta de toda la obra y pasos que iba dando con la Familia Misionera.
La omisión, también es un pecado.
Alicia Panero