viernes, 1 de marzo de 2019

EL DRAMA DE VENEZUELA, ENTRE EL ENGAÑO Y LA IMPOTENCIA

EL DRAMA DE VENEZUELA, ENTRE EL ENGAÑO Y LA IMPOTENCIA


Venezuela se debate agónicamente en una lucha desigual entre una tiranía dotada de todas las armas y de todos los poderes efectivos y un pueblo desesperado que revela su rechazo mediante marchas pacíficas en todo el país que se suceden una tras otra sin conseguir conmover en nada la solidez de un gobierno usurpador que cuenta con el apoyo y las técnicas de opresión de Cuba, Rusia, China.
Según reveló Bolsonaro en una conferencia de prensa que dio hace unas semanas, hay 70.000 cubanos en los más altos puestos del gobierno y de las FFAA de Venezuela realizando un programa de represión y de propaganda que no admite retrocesos ni fisuras. También se sabe que hay una contingente de "voluntarios" rusos en Venezuela y que Putin ha ofrecido toda la ayuda que Maduro necesite para mantenerse.
Lo más grave de esa lucha desigual es que los que luchan contra la tiranía han creído continuamente, desde hace más de diez años, en falsos líderes que fingen querer el triunfo total de la Justicia, pero a la hora de la verdad, desvían y anulan los esfuerzos de los desdichados venezolanos consintiendo las maniobras de la tiranía y proponiendo acciones y actitudes que no conducen a su deposición.


No me olvido que hace más o menos diez años surgió como líder de la oposición el MUD  (siglas de "Mesa de Unidad Democrática") que en el 2015  consiguió tener la mayoría en la Asamblea Nacional (112 de 167 diputados) pero no hizo absolutament nada de lo que tenía el poder constitucional de hacer para deponer al chavismo castro-comunista.

En las elecciones presidenciales del 2006 Manuel Rosales, alcalde de Zulia,  fue candidato a Presidente contra Chavez. Éste, que ya estaba ocupando la presidencia, se declaró ganador aunque el fraude realizado, sobre todo por medios electrónicos, había sido evidente para todos menos para los "observadores internacionales", todos simpatizantes de la izquierda. Rosales, amenazado él y su familia por Chavez para que no reclamara, aceptó la "derrota" y se exiló.

En el 2012 hubo una elección presidencial supuestamente ganada por Chavez, pero como él murió antes de hacerse cargo, se realizó una nueva elección presidencial el 14 de abril del 2013 donde, luego de unas "primarias" más que dudosas en las que la mejor líder de la oposición, María Corina Machado fue misteriosamente "derrotada" por un dudoso personaje llamado Henrique Capriles, y fue designado candidato único de la oposición.

Según los cómputos chavistas, obtuvo el 49,12 % de los votos, con una diferencia de 1,49 % por debajo de Nicolás Maduro, así declarado electo por las autoridades electorales chavistas sin que Capriles hiciera otra cosa que protestar ante las mismas "autoridades" oficialistas, que por supuesto, ratificaron el falso resultado obtenido por el sistema de "fraude electrónico" que la compañía STARMATIC había pergeñado. Capriles ordenó cesar la actividad de un equipo de jóvenes voluntarios expertos en computación que habían controlado todo el escrutinio y llegado a la conclusión fundada de que, al contrario de lo que decían los chavistas, Capriles había ganado por un porcentual 4 puntos superior al de Maduro.

El 9 de Mayo del 2013 publiqué un artículo en el Nro. 1161 de este periódico titulado: "¿POR QUÉ CAPRILES SE DEJA ROBAR LA PRESIDENCIA DE VENEZUELA?" en el que, entre otras cosas, decía:

"... ¿por qué Capriles consintió que en las elecciones del 14 de Abril se volviera a votar por el sistema electrónico cuando ya en Octubre del 2012, al igual que en todas las elecciones anteriores en que Chavez se declaró victorioso, fue ese sistema el que le permitió fabricar un resultado falso favorable para él?

"En ese entonces publiqué la denuncia de un equipo de jóvenes controladores del sistema electrónico que mostraba el claro triunfo de Capriles sobre Chavez en la elección del 2012. Pero Capriles, para desconcierto de esos jóvenes y de todos los venezolanos patriotas, se apresuró a reconocer al falso triunfador, al tirano "bolivariano". (Ver el nro. 1137, del 18 de Octubre del año 2012 de "La botella al mar", titulado "CAPRILES ES EL PRESIDENTE ELECTO DE VENEZUELA. ES NULA SU NEGACIÓN DE LA MAYORÍA HEROICA QUE LO VOTÓ", al cual me remito para más datos)."

Cuando la horrible hambruna y el desabastecimiento se hizo más evidente en el 2016, publiqué otro artículo, el nro. 1447 en el que, entre otras cosas, decía, siguiendo a la brillante periodista Eleonora Bruzual: "Hace un año que Venezuela tiene un Poder Legislativo con mayoría opositora. Sin embargo, copada por los traidores de la MUD, la Asamblea Nacional (AN) se deja anular por los atropellos de la tiranía, convirtiendo así en algo inútil la victoria electoral de fines del 2015. Es increíble, pero real. Y ahora, el pueblo, abandonado a su suerte, después de haber arriesgado la vida en manifestaciones gigantescas contra el régimen y de haber votado a esos traidores de la "oposición" se encuentra en la miseria, con hambre, sin dirigentes auténticos y sin salida." (Leer el Nro. 1447 del 20/12/20016 de este periódcio titulado: "VENEZUELA ESTÁ PERDIDA POR LA TRAICIÓN DE LA FALSA OPOSICIÓN ")

Esas marchas gigantescas del 2016, sin líderes que las guiaran, reprimidas a balazos por los "paramilitares" chavistas llamados "colectivos", integrados en gran parte por cubanos castristas, tuvieron varios cientos de víctimas por los asesinatos cometidos de la tiranía. Poco a poco la asistencia a las marchas fue mermando cuando el pueblo se dio cuenta de que sin cabezas leales y valientes, era inútil arriesgar la vida, y las marchas desaparecieron.

En el 2019, la Asamblea Nacional, saliendo inesperadamente de su traidora inacción, puso en la palestra al casi desconocido joven diputado Juan Guaidó, de 35 años, quien el 23 de Enero ppdo. se autoproclamó "Presidente encargado" de Venezuela. Fue "reconocido" por EEUU y varios otros países como tal, sin que ese reconocimiento cambiara nada de la situación de miseria del pueblo venezolano.

Algunos de esos Estados mandaron "ayuda humanitaria" consistente en alimentos y medicinas, pero quien ejercía el poder real en la desdichada nación no permitió que llegaran a los desvalidos venezolanos. Ese acto de crueldad no era necesario para la subsistencia de Maduro que se apoya en las FFAA y en sus potentes aliados del bloque neo-comunista. Inclusive es probable que si hubiera abierto las fronteras hubiera podido aliviar el hambre y la enfermedad y conseguido alguna popularidad.

Este es el segundo misterio de este drama sudamericano. Tal vez una explicación exista en la actitud de Guaidó. Después de proclamarse "Presidente encargado" y de ser "reconocido" por 50 países, entre ellos los EEUU, su actuación se limitó a seguir convocando marchas callejeras a pesar de que la experiencia del 2016 demostraba que eran insuficientes para derrocar a Maduro además de constituir un factor de desaliento para la valiente decisión popular.

Para colmo, lanzó un desafío absurdo: dijo que el 23 de Febrero la ayuda humanitaria entraría en Venezuela porque él, "Presidente encargado" así lo había resuelto.

Esa bravata, obviamente imposible de cumplir contra la fuerza que comanda Maduro, sólo sirvió para que quedara evidente su impotencia. Y un "presidente encargado" reconocido por 50 países que no puede ni siquiera poner en manos del pueblo los alimentos y las medicinas disponible e imperiosamente necesarios, probó que carece de toda autoridad real. Luego, planteó una duda contra si mismo que agravó aún más retirándose a Colombia, imitando con demasiado realismo la figura del capitán que abandona la nave que se hunde dejando a los marineros perecer en el naufragio.

Por otro lado, la conducta de Maduro, que ya tiene en su haber centenas de muertos y de presos políticos, dejando en libertad a Guaidó, revela que no teme que lo derroque o sea, es de sospechar que no Guaidó no es un opositor real decidido a deponerlo. La prensa, siempre pronta para ayudar a la izquierda, dice que el usurpador ha adoptado una nueva táctica: "la persecución de calculada baja intensidad" ("La Nación", 24/2/2019 pag.6). Ese "cálculo" sólo beneficia a Guaidó y no a los cientos de presos políticos ni a los asesinados por sus esbirros en estos últimos dos días.

Guaidó no puede ignorar, por mínima que sea su cultura histórica y política, que un gobierno comunista no se derriba con manifestaciones callejeras ni con discursos. Sólo cede ante la fuerza superior. Sin embargo, hasta ahora no ha dado una "orden" a las FFAA, en su caracter de "Presidente encargado" de desalojar a Maduro de la casa de gobierno. Sólo ha dicho que amnistiará a los que deserten. Tampoco ha denunciado la presencia de los 70.000 cubanos en Venezuela como una fuerza invasora contraria a todas las normas internacionales, ni ha pedido el auxilio de la fuerza militar de EEUU, única que puede acabar con Maduro y desafiar las amenazas rusas y cubanas. Tampoco la pidió al Brasil, que acaba de elegir un Presidente que alborozó a todas las "derechas" de este Continente, pero que ya hizo saber que "no hay motivo para una confrontación entra tropas brasileñas y venezolanas. No sucederá eso. No ha posibilidad de una confrontación militar" ("La Nación" 24/2/2019, pag. 6).

Por su parte, la esperanza que pudieron provocar algunas palabras de Trump ("no está excluida ninguna medida para recuperar la democracia en Venezuela", o frase parecida), ha quedado muy decaída al ver la total inactividad norteamericana frente al odioso y violento cierre de las fronteras venezolanas para no dejar pasar la "ayuda humanitaria" y frente a la continuación de los asesinatos oficiales y la cantidad de presos políticos.  

Por otra parte, el Secretario de Estado Mike Pompeo dijo ayer a CNN: "Confío en que el pueblo venezolano garantizará que los días de Maduro están contados" ("Clarín", pag. 4. Con total falta de seriedad el mismo diario en su página 2 reproduce la frase de Pompeo de otra manera: "Los días de Maduro están contados", que cualquiera podría interpretar como una amenaza de que la cuenta de los días la lleva su gobierno que dispone de fuerza militar suficiente para hacer verídico ese pronóstico. Obviamente, la cita verdadera es la de pag.4 más arriba mencionada). Esa frase es tan absurda como decir: "Confío en que ese hombre, desarmado, enfermo y hambriento, rechazará al asaltante armado hasta los dientes:"

Un amigo que vive en EEUU ante mi opinión de que sólo la fuerza militar de ese país puede libertar a Venezuela, me contestó que esa es una tarea que le cabe a Iberoamérica. Sin duda los argentinos somos más afines a lso venezolanos que los norteamericanos, pero con un Presidente como Macri y unas FFAA inexistentes, mi amigo sabe perfectamente que no se puede contar con nosotros. En cambio, para EEUU, que no tuvo ninguna duda en invadir Irak para deponer a Sadam Hussein y a Afganistán para buscar a Ben Laden, menos dudas debería tener ahora para expulsar al comunismo de una nación vecina y estratégicamente importante como Venezuela.

Sin embargo, si Guaido no pide esa ayuda militar y habiendo desperdiciado la ocasión que les dió la inicua prohibición de entrada a la "ayuda humanitaria", las posibilidades de que EEUU intervenga son cada más remotas, sobre todo, considerando que la izquierda que la"intelligentzia" de ese gran país despellejaría a Trump si diera esa orden a su Ejército. Obviamente Trump debería despreciar esa amenaza de los perversos intelectuales pro-marxistas e inmorales. Pero eso sería pedirle peras al olmo...

Resumiendo: Sospecho que Guaidó sea una nueva edición de la oposición traidora como lo demostró ya con el MUD, Rosales y Capriles. Sólo nos queda rezar a la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela, que salve a esa nación hermana cuanto antes. La esperanza es lo último que se pierde y por eso, viendo el coraje del pueblo venezolano, sólo me queda confiar en que con ayuda de la Santísima Virgen, pasará por arriba de todas esas trampas y mentiras y conseguirá su liberación.
Cosme Beccar Varela