Echarían a la esposa de Alperovich de la presidencia provisional del Senado
La oposición
no la apoyaría y sólo una bajada de línea fuerte del Gobierno podría
salvarla. Pero hasta ahora eso parece imposible. Enfurecido con la Casa
Rosada, que lo alejó del poder en Río Negro, Pichetto deja correr la
versión de que relevaría a la tucumana. Presión de Aníbal para presidir
el bloque.
Casi
nunca ocurre, pero si Cristina Kirchner y Amado Boudou abandonan el
país por un día, la presidencia quedará a cargo de la senadora Beatriz
Rojkés de Alperovich, la esposa del gobernador de Tucumán y quien
después de conocerse el fallo por el caso Marita Verón dijo suelta de
cuerpo que siempre habrá prostíbulos.
Su frase fue repudiada ayer por la titular de la Convención Nacional de la UCR, Liliana Puig de Sturbin, quien pidió sin vueltas que su partido rechace la continuidad de Rojkés como presidenta provisional del Senado.
Pero no es mucho lo que puede hacer el bloque radical, con 14 integrantes y sólo 2 aliados eventuales. Con 33 propios, 5 socios permanentes y varios que se agregan casi siempre, el kirchnerismo tiene una sólida mayoría para no depender de nadie.
Sin embargo todavía nadie del bloque oficialista intentó defender a Rojkés. Muy por el contrario: el jefe de la bancada, Miguel Pichetto, dejó correr una versión sobre que él mismo reemplazaría a la tucumana.
Pichetto no la pasó nada bien en 2012. La muerte de Carlos Soria dejó como gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, que viene del Frente Grande y poco lugar le hizo al PJ en su gobierno.
Fue por eso que su hijo Juan Manuel Pichetto abandonó el ministerio de Producción. Pero aún así tuvo que soportar que el Gobierno le frenara cualquier avance sobre Weretilneck y hasta Juan Manuel Abal Medina los sentó cara a cara para bajarles línea.
Desde ese momento, Pichetto le dijo a quien le preguntó que su ciclo como jefe de bloque estaba terminado y hasta amagó con renunciar y volcarse al fastuoso estudio jurídico que montó en Capital Federal. La salida de Rojkés sería la excusa perfecta.
En la Cámara alta aseguran que el crédito de la tucumana con Cristina Kirchner está agotado y que el reemplazo es inminente.
Si el elegido es Pichetto, la incógnita es quien ocupará su lugar como jefe de bloque, un cargo que pocos quieren tomar. El único que muestra interés es Aníbal Fernández, expulsado del Gobierno hasta hace un año y siempre inquieto en cada debate de la Cámara alta.
Esta semana sorprendió que viajara junto a Amado Boudou a Estocolmo a recibir el premio otorgado a la presidenta por la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (ILGA). Tal vez comenzaron a hablar del Senado en 2013.
Por si fuera poco, la actuación de Rojkés como primer reelevo de Boudou dejó mucho que desear. Se mostró destraída en muchas ocasiones, sin saber los pormenores del reglamento y hasta protagonizó un blooper al levantar la mano cuando Boudou pidió si querían mandar a comisión un pedido de la ucr para crear una bicameral sobre el caso Ciccone.
Cristina tiene tiempo de definir cómo seguir. La sesión preparatoria es el último miércoles de febrero, cuando deberá definir si quiere que la tucumana sea un año más la seguna en su línea de sucesión. Si prefiere que no haya cambios, soportorá una sesión difícil.
Su frase fue repudiada ayer por la titular de la Convención Nacional de la UCR, Liliana Puig de Sturbin, quien pidió sin vueltas que su partido rechace la continuidad de Rojkés como presidenta provisional del Senado.
Pero no es mucho lo que puede hacer el bloque radical, con 14 integrantes y sólo 2 aliados eventuales. Con 33 propios, 5 socios permanentes y varios que se agregan casi siempre, el kirchnerismo tiene una sólida mayoría para no depender de nadie.
Sin embargo todavía nadie del bloque oficialista intentó defender a Rojkés. Muy por el contrario: el jefe de la bancada, Miguel Pichetto, dejó correr una versión sobre que él mismo reemplazaría a la tucumana.
Pichetto no la pasó nada bien en 2012. La muerte de Carlos Soria dejó como gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, que viene del Frente Grande y poco lugar le hizo al PJ en su gobierno.
Fue por eso que su hijo Juan Manuel Pichetto abandonó el ministerio de Producción. Pero aún así tuvo que soportar que el Gobierno le frenara cualquier avance sobre Weretilneck y hasta Juan Manuel Abal Medina los sentó cara a cara para bajarles línea.
Desde ese momento, Pichetto le dijo a quien le preguntó que su ciclo como jefe de bloque estaba terminado y hasta amagó con renunciar y volcarse al fastuoso estudio jurídico que montó en Capital Federal. La salida de Rojkés sería la excusa perfecta.
En la Cámara alta aseguran que el crédito de la tucumana con Cristina Kirchner está agotado y que el reemplazo es inminente.
Si el elegido es Pichetto, la incógnita es quien ocupará su lugar como jefe de bloque, un cargo que pocos quieren tomar. El único que muestra interés es Aníbal Fernández, expulsado del Gobierno hasta hace un año y siempre inquieto en cada debate de la Cámara alta.
Esta semana sorprendió que viajara junto a Amado Boudou a Estocolmo a recibir el premio otorgado a la presidenta por la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (ILGA). Tal vez comenzaron a hablar del Senado en 2013.
Por si fuera poco, la actuación de Rojkés como primer reelevo de Boudou dejó mucho que desear. Se mostró destraída en muchas ocasiones, sin saber los pormenores del reglamento y hasta protagonizó un blooper al levantar la mano cuando Boudou pidió si querían mandar a comisión un pedido de la ucr para crear una bicameral sobre el caso Ciccone.
Cristina tiene tiempo de definir cómo seguir. La sesión preparatoria es el último miércoles de febrero, cuando deberá definir si quiere que la tucumana sea un año más la seguna en su línea de sucesión. Si prefiere que no haya cambios, soportorá una sesión difícil.