Una viuda sexagenaria, hosca y solitaria.
- Se sabe que Cristina Fernandez es hosca, solitaria, de pocos amigos.
- Aún más, entre mujeres, es muy criticada por la ausencia de amistades femeninas, con quienes departir.
- Algunos hablan de la conducta excéntrica de la Presidente Fernandez.
Sin embargo, Cristina Fernandez, casi sexagenaria, tiene en sus
cercanía a una persona que, al parecer, sortea con frecuencia las vallas
que protegen su intimidad en Olivos.
Se trata de Marta Cascales, la compañera sentimental de Guillermo Moreno, mujer de unos 70 años, de profesión escribana.
- Ella, Cascales, fue la que convalidó algunos de los polémicos negocios realizados en Venezuela por Claudio Uberti.
- También intervino en la constitución de Meldorek (la sociedad controlada por Sergio Schoklender)
- Marta Cascales, es socia de Alessandra Minnicelli (esposa de Julio De Vido) en Fonres, una ONG dedicada a difundir las bondades de la responsabilidad social empresaria.(?)
Tráfico de influencias: será cuestión de preguntarse si es Moreno quien valida a Cascales
ante la Presidente o, por el contrario, es el afecto que ésta siente
por Cascales el que explica la influencia que el secretario tiene en las
decisiones económicas.
Allegados a la notaria, dicen haberla escuchado relatar un dramático
incidente sucedido en la madrugada del 21 de noviembre de 2012, cuando
sonó su teléfono y del otro lado una voz le solicitó que concurriera de
inmediato a la residencia de Olivos porque su amiga, la Presidenta, se encontraba sumida en una severa crisis nerviosa.
- La había desencadenado, le anticiparon, la noticia del fallo adverso del juez Thomas Griesa ordenando pagar el cien por ciento de lo adeudado a los bonistas que no entraron en la reestructuración de la deuda.
- El emisario de la mala nueva había sido Carlos Zannini, quien a su vez acababa de recibir el alerta del ministro Hernán Lorenzino, a cuyo correo electrónico llegó el dictamen en inglés y –en un gesto de cortesía– también traducido al español.
La Presidente Fernandez que, dicen, estaba a punto de retirarse a descansar se llenó de furia.
- Salió al parque de la quinta y, bajo la lluvia y llorando, clamó al cielo: “¿Por qué me dejaste este quilombo? ¿Qué me hiciste?”, habría repetido mojada, embarrada y según las versiones, negándose a regresar al interior de la casa.
- Habría sido entonces que se resolvió convocar a la escribana Cascales.
- En efecto, la presencia de ésta en Olivos habría tenido el efecto de contención afectiva que la Presidente necesitaba.