Integrante de la LIGA FEDERAL NACIONAL
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de año sin mensaje de paz presidencial, pero con inflación, ocupados ganando
menos de $ 3 mil mensuales y energía deficitaria.
CFK prefirió el
silencio en Navidad y en Año Nuevo, escondida tras los saqueos, no le habló al
pueblo como indica la tradición y la práctica democrática y fraternal. El
informe del BCRA de previsiones 2013 augura la infantil cifra de crecimiento
del 4,6% -imposible de lograrse- y sigue negándose a reconocer el proceso
inflacionario. La mitad –8 millones- de los trabajadores registrados en
Argentina ganan menos de $ 3 mil mensuales o sea reciben el 23,3% del total de
ingresos cuando en el gobierno del General Perón recibían el 52%. Asimismo el
sistema energético se encuentra a la total deriva y totalmente desfinanciado.
El balance es que se acerca un año negro a la Patria.
Hubiera sido una manera simple
de elevarse por sobre la coyuntura, liberarse de la fuerza de gravedad que la
empuja hacia abajo –por sus propios errores y groseras equivocaciones-, hacia
el mundo de confrontación y discordia a que nos tiene acostumbrados y que la
retiene atrapada; pero “ella calló”
como si las palabras hostiles y la descalificación fueran no sólo su hábitat
sino también su propio y autogenerado calabozo. No logró elevarse por encima de
la beligerancia, no sabe, no quiere subir a las alturas de las circunstancias,
emulándolo a “él”, enmudece cuando
hay problemas que la pueden afectar políticamente –los ejemplos sobran y es
innecesario enumerarlos-. Los temas que la involucran y que no ha sabido
resolver, ni soslayar le impidieron hablar y comunicarse con el pueblo de la
Patria.
Se quedó en los ataques a
Moyano, a Micheli y a Barrionuevo, involucrando innecesariamente al peronismo
todo, descubriendo que “los ladrones y
vándalos no eran necesitados porque robaban plasmas”, negando los saqueos
de comida en Chaco y Tucumán, o sea los no generados y provocados por el poder
y sus grupos afines, “ella” solo
habla cuando se trata de confrontar y, simultáneamente, de autoelogiarse; “mensajes spam” cargados de veneno,
frustración y rabia contra quienes no se le doblegan o directamente le son
opositores. Pero éste silencio fue diferente, porque tiene una connotación que
trasciende la política y a los credos, la Navidad y el Fin de Año son un
símbolo universal, exentos de cualquier religión y partidocracia, significan
precisamente “el nacimiento, la llegada de
una buena nueva”, en un caso la Navidad quizás un poco con más sentimiento
religioso, no así el Año Nuevo que sumado al significado anterior implica “la superación de los egoísmos y de las
corrupciones, de los cinismos que se lavan siempre las manos”, eso de lo
que “ella” no tiene registros pues en
definitiva ambas festividades son “el
símbolo del afecto y la superación del odio”.
Todos elementos que en el credo
y la filosofía cristikirchnerista están lejos de superarse, desde atacar a los
opositores políticos o sindicales, tanto como a simples caricaturistas, “ella” y su cohorte de aplaudidores más
estudiados o más chabacanos les molestan quienes se oponen o humorísticamente
caricaturizan la figura de “La Jefa”,
exponiendo ideas fascistas y estalinistas: que nadie opine lo que piensan, si
no acuerdan con el “pensamiento único”
que emana de ellos. Así le impusieron al pueblo argentino unas fiestas de “baja intensidad”, con mucho menor clima
festivo y pocos mensajes entre nosotros –contagiados de ese clima de
irritabilidad, veneno y odio-, como si hubiera cansancio hasta para desear
felicidades al otro, al semejante: “termina
siendo un termómetro de lo que nos está pasando a todos”, y que como nos
enseñare el viejo general “la violencia
de arriba, engendra violencia de abajo”. CFK no usó la cadena nacional, a
la que es verdaderamente adicta, para enviar un mensaje de amor, paz y deseos
venturosos: es un verdadero mensaje “el
silencio que habla de ella misma, y que no ayuda para nada”.
Por el contrario, como Jefa de
Estado está obligada y correspondía que apaciguara, generare esperanzas y
encuentros, pero ella es incapaz de todo ello, por eso cambió el principal
regalo que un Presidente puede dar, que no es otro “que el regalo de una ilusión”, por el de la confrontación y el
odio hacia el partido que ella en lo muy profundo desprecia y aborrece; debió
hacer llegar ese mensaje y saludo y levantar una copa por “todos y todas”, por los 40 millones de argentinos que esperaban
ese gesto de apaciguamiento… pero no puede hacerlo. ¡No sabe, ni le sale! Y nos
termina por contagiar a todos y cada uno de nosotros. Y entonces a los
argentinos no nos queda otra que volver la mirada a los problemas profundos y
continuos que nos aquejan, y que hubieren sido olvidados aunque más no fuere
que por unos minutos de haber existido el “gesto
de ella”. Y tras los saqueos y los ajustazos, aumentos en los servicios,
los peajes, los pasajes, etc. tuvimos que volver a “la realidad cotidiana, la de todos los santos días”.
Y en ese triste despertar nos
enteramos por el informe “Objetivos y
planes para el desarrollo de la política monetaria, financiera, crediticia y
cambiaria” –¿no tenés nombre?- del BCRA que vamos a crecer un increíble y
muy poco serio 4,6% durante este año 2013 y con una particularidad realmente
ridícula: no se menciona en ningún lugar la inflación y, por lo tanto, se
desecha lo que considera “formas
ortodoxas de combatirla”, punto verdaderamente curioso porque la “suba de precios (que el INDEC ubica en
torno al 10% y las provincias en 23% anua)l” es la segunda preocupación,
según todas las encuestas, de la población después de la temida y también
negada problemática de la
inseguridad. Esta infantil omisión solo puede responder a un “burdo objetivo de alineamiento político”
o al temor inconfesable, que ésta temática no se traslade al resto de las
previsiones oficiales, por eso, los pronósticos del BCRA coinciden bastante con
los de los privados al ubicar a la soja y sus derivados y a las exportaciones
de autos a Brasil como “casi únicos
motores” para el muy bajo crecimiento de este año que se inicia.
CFK sigue apostando a la
demanda interna de la mano de un supuesto aumento de la masa salarial y de las
políticas de ingresos, mientras informes del propio INDEC en su EPH remarcan que
durante 2012 el 50%, o sea 8 millones de compatriotas, ganan menos de $ 3 mil
mensuales repartiéndose un muy magro 23,3% del total de los ingresos, e
informándonos asimismo que ese brutal porciento poblacional “ocupado
y registrado” –o sea que el otro 45% del total de los argentinos que
trabajan en negro, está aún peor- “se
encuentra por debajo de la línea de pobreza, pues no llega a cubrir la canasta
básica” que hoy ronda una cifra muy cercana a los $ 4,8 mil mensuales. El
mismo informe de la EPH explica que existen 16 millones de personas “ocupadas laboralmente en áreas urbanas”,
o sea empleados en relación de dependencia, cuentapropistas, profesionales
independientes o empresarios y patrones, registrados o no en la Seguridad Social;
existiendo 1,261 millones de desocupados, sin ingresos o que reciben la
prestación por desempleo de $·400 mensuales, descendiendo en la escala de la
encuesta vemos que el 30% más bajo -4,8 millones- cobra menos de$ 2 mil
mensuales, cifra escandalosamente inferior al “salario mínimo, vital y móvil”.
¡Todo realmente muy progresista,
muy nacional y popular! El 30% de los trabajadores, o sea casi un 15% del total
de habitantes se reparten el 9,3% del total de ingresos, mientras el 30%
superior de la pirámide -6 millones de personas- se quedan con el 56,5% del
total de ingresos, retrocediendo a épocas del peor momento de las décadas
infames de menemato y las dictaduras militares, y realmente astronómicamente
lejos de aquel paradigma peronista que incluía que el 50% de la renta bruta del
país se repartía entre la clase obrera asalariada, y donde la desocupación
apenas asomaba a un 2% de la población: “pleno
empleo se denominaba”, dentro del Estado de Bienestar imperante como
Política de Estado. Y que decir si buceando en dicha EPH del INDEC morenista verificamos que la mitad
de las mujeres percibe menos de $ 2,5 mil mensuales, teniendo una Presidente
que hace de la cuestión de género, por lo menos siempre una alusión a todo lo
que le cuesta a ella cada cosa.
Un 35,5% de los asalariados se
desempeña en negro, existe más de 1 millón de subocupados y 1,26 millones de
desocupados netos, existen 900 mil jóvenes que ni trabajan, ni estudian y están
en situación de calle y a merced del narcotráfico. Además encontramos una
enorme cantidad de monotributistas que por la inflación “no existente según el Estado y el BCRA” están por debajo de la
línea de pobreza, al licuarles los ingresos y las mejoras obtenidas del consumo
de las clases asalariadas a las que también les limó las mejoras salariales
obtenidas en paritarias, a las que se deben sumar las quitas a favor del Estado
sobre los sueldos mediante el inconstitucional impuesto a las Ganancias sobre
sueldos de más de $ 5,8 mil mensuales o $ 94 mil anuales. Entre los
trabajadores no calificados el 50% gana menos de $ 1,6 mil mensuales. Lo
aberrante para un Gobierno que se dice nacional y popular es que el 30% de los
hogares argentinos tienen ingresos inferiores a $ 3.690 mensuales, mostrando
que el “poder de compra” –ese
supuesto y pregonado mercado interno del que habla el informe del BCRA- sigue siendo totalmente insuficiente frente
al costo de la canasta familiar, hasta para los registros oficiales.
Por sobre los $ 5 mil mensuales
se encuentra apenas el 20% de los asalariados ocupados, o sea 3,2 millones de
compatriotas, y en su enorme mayoría éstos se encuentran alcanzados por el
Impuesto a las Ganancias o no cobrando el Salario Familiar disminuyendo
notoriamente la pirámide antes expresada. Pero además durante el segundo
semestre de 2012 se perdieron 111,338 mil empleos privados en blanco o
registrados por la desaceleración económica, el cepo cambiario y las trabas a
las importaciones aplicadas por el Gobierno cristikirchnerista; pudiendo
inferir que la merma fue mucho más importante al considerar a los trabajadores
no registrados o en negro. Apenas un 22,6% de los asalariados superan los $ 7
mil mensuales estando alcanzados de lleno por el Impuesto a la Ganancia e
incapacitados de recibir asignaciones familiares. Estas cifras oficiales del
INDEC desmienten categóricamente el informe del BCRA que pretende mostrar una
argentina idealizada e irreal, solo creíble para el relato-discurso del
cristikirchnerismo más abyecto, pues niegan aquello de que el Gobierno buscará
expandir la demanda interna de la mano del “aumento
de la masa salarial y de las políticas de ingreso, expandiendo así el consumo”.
¡Una verdadera burla al pueblo!
Pero ese informe del BCRA ratifica la continuidad del cepo cambiario y la
política de administración del tipo de cambio, que viene aumentando al doble de
velocidad de lo que venía haciéndolo durante los últimos 9 años, pasó de
devaluarse un 7,5% en 2011 a
un 14/15% en 2012 estando hoy en $ 4,95 por dólar estadounidense, por lo cual
las estimaciones de este informe deben ser tomadas “con particular prudencia y desconfianza”, a partir de los
resultados económicos del año 2012, que dejaron demasiadas lecciones a ser
aprendidas. La principal es que en la crisis de 2008/2009 la actividad cayó
pero la inflación cedió 10% mientras que durante 2012 con una notoria
retracción económica la inflación excedió el 25%, o sea hubo menos demanda,
consumo e inversión pero los aumentos de precios no cedieron, otra enseñanza es
que el cepo cambiario fue semi eficiente –se fugaron igualmente US$ 8 mil
millones- pero, a su vez, se desplomó la entrada de divisas, las reservas del
Central bajaron durante el 2012 en unos US$ 3,5 mil millones a pesar del
superávit comercial de US$ 12 mil millones, que le sirvieron para pagar deuda
externa y cubrir el déficit en materia de combustibles –naftas, gas oil y gas-,
aunque el Korralito a las importaciones terminó por resentir el nivel de
actividad económico y productivo.
Aunque Cristina niegue el
desdoblamiento del mercado cambiario, éste es hoy una realidad incontrastable,
pues existe un dólar oficial a $ 4,95, un dólar “viajero” -15% de recargo en compras con tarjetas de débito y
crédito- de $ 5,65 y un dólar “blue”
o negro de $ 7 o fluctuando en sus inmediaciones y con un diferencial del 40%
respecto del oficial. Un verdadero despropósito pues este diferencial se
termina transfiriendo a muchísimos productos tecnológicos, medicinales y hasta
alimenticios. Asimismo, éste generó el desplome total del mercado inmobiliario
y por ende el de la construcción, que despidió casi el 50% de los empleos
perdidos, o sea generó una fuerte caída en el empleo, destruyendo empleos a
mayor velocidad que los que se creaban, en general precarios o estatales; así
aunque el país logre durante este 2013 crecer lo hará muy tenuemente y a
valores muy poco significativos, valores que en el caso más optimista no
superará el 2,5%, con una inflación estimada en más del 25% y muy cercana al
30%, un verdadero disparate, que si se lo sumamos a que el Gobierno Cristina
piensa financiarse mediante una “emisión
monetaria” que ronde las ya realizadas -35% anual durante los últimos dos
años (2011/2012)- traerán aparejados graves problemas de equilibrio
macroeconómico.
Los años de exceso de dólares
llegaron definitivamente a su fin y eso, como mínimo, moderará las
posibilidades de expansión y crecimiento, imponiéndose definitivamente “la sintonía fina” de la que habló CFK
tras la victoria del 23-O de 2011, y que no fue otra cosa que un verdadero y
total “ajustazo”, del más puro estilo
neoliberal del modelo cavallo-menemista y cavallo-delaruista del último decenio
del siglo XX y que terminara en la crisis cuasi terminal de 2001. Se empezó con
el cepo, se continuó con el Korralito importador, se amplío la base imponible
sobre los trabajadores, se aumentaron los impuestos, los transportes, los
combustibles líquidos y gaseosos, se achicaron las asignaciones familiares, se
disminuyeron las AUH y los Planes sociales, en otras palabras “se
empezó a corregir los desajustes fuertes en variables claves: dólar, tarifas,
subsidios, gasto público, a la vez que se ejecutaba una muy fuete emisión
monetaria”, si esto no es política neoliberal ortodoxa del más puro libro Smithsoniano,
no sabemos que es. Ella habla del ajuste europeo y estadounidense mientras aquí
aplica las políticas más duras y puras de Cavallo.
El régimen avanza con una clara
política de “confiscación”, al más
puro estilo chavista y sin respetar las normas y la legislación argentina,
cedió a las presiones del círculo áulico y se fundamentalizó adoptando un
estilo definitivamente “populista
berretizado”, pasó de la expropiación –AFJP, Aerolíneas Argentinas- a la
confiscación lisa y llana desconociendo el Artículo 17 de la Constitución Nacional,
el Pacto de San José de Costa Rica en su Artículo 8º y la Declaración de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos en su Artículo 23º.
No sólo intenta callar a la prensa que no le es adicta sino que además
ejecuta políticas de corte populista aprendidas de Correa y Chávez, que
pretenden tapar con un manto de seudo nacionalismo las políticas regresivas de
ingresos y la pérdida de la capacidad de compra de los salarios y los ingresos
de los argentinos. Menem se enamoró de la convertibilidad, éstos del
crecimiento y ambos se olvidaron del “desarrollo
nacional sostenido y sustentable” que cambiase para bien a la Argentina.
¡El tiempo dirá en que termina!
Como nunca se ha dado en la
Argentina, se perdió el autoabastecimiento energético y de combustibles, por
desinversión de las compañías privatizadas y la connivencia de los funcionarios
cristikirchneristas, se perdieron las reservas de gas, de petróleo y de
generación de energía eléctrica, aquello logrado durante los 50 y 60 del siglo
XX, y tras las privatizaciones menemistas, aplaudidas y acompañadas por Néstor
y Cristina, se permitió la exportación libre de los combustibles mientras acá
se pagaban precios irrisorios incentivando las exportaciones paras beneficio de
las empresas privadas. El Gobierno K subsidió tarifas en vez de subsidiar
necesidades y necesitados, y las empresas dejaron de invertir en redes, en
generación eléctrica, en prospección y exploración gasífera y petrolífera y lo
que se había conseguido con esfuerzo y tesón se perdió con populismo y
corrupción generalizadas. Argentina perdió una década y quizás pierda bastante
más de no corregir urgentemente el camino tozudamente emprendido. La soberbia,
junto a la corrupción y la incapacidad son tres pecados capitales del presente
régimen. ¡Digamos definitivamente basta, o el futuro no llegará!
Buenos Aires, 3 de Enero de 2013.
Arq.
José M. García Rozado
MPJIRucci
– LIGA FEDERAL –
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