jueves, 3 de enero de 2013

JOSE M. GARCIA ROZADO



Integrante de la LIGA FEDERAL  NACIONAL




Inicio de año sin mensaje de paz presidencial, pero con inflación, ocupados ganando menos de $ 3 mil mensuales y energía deficitaria.

CFK prefirió el silencio en Navidad y en Año Nuevo, escondida tras los saqueos, no le habló al pueblo como indica la tradición y la práctica democrática y fraternal. El informe del BCRA de previsiones 2013 augura la infantil cifra de crecimiento del 4,6% -imposible de lograrse- y sigue negándose a reconocer el proceso inflacionario. La mitad –8 millones- de los trabajadores registrados en Argentina ganan menos de $ 3 mil mensuales o sea reciben el 23,3% del total de ingresos cuando en el gobierno del General Perón recibían el 52%. Asimismo el sistema energético se encuentra a la total deriva y totalmente desfinanciado. El balance es que se acerca un año negro a la Patria.
 Hubiera sido una manera simple de elevarse por sobre la coyuntura, liberarse de la fuerza de gravedad que la empuja hacia abajo –por sus propios errores y groseras equivocaciones-, hacia el mundo de confrontación y discordia a que nos tiene acostumbrados y que la retiene atrapada; pero “ella calló” como si las palabras hostiles y la descalificación fueran no sólo su hábitat sino también su propio y autogenerado calabozo. No logró elevarse por encima de la beligerancia, no sabe, no quiere subir a las alturas de las circunstancias, emulándolo a “él”, enmudece cuando hay problemas que la pueden afectar políticamente –los ejemplos sobran y es innecesario enumerarlos-. Los temas que la involucran y que no ha sabido resolver, ni soslayar le impidieron hablar y comunicarse con el pueblo de la Patria.
Se quedó en los ataques a Moyano, a Micheli y a Barrionuevo, involucrando innecesariamente al peronismo todo, descubriendo que “los ladrones y vándalos no eran necesitados porque robaban plasmas”, negando los saqueos de comida en Chaco y Tucumán, o sea los no generados y provocados por el poder y sus grupos afines, “ella” solo habla cuando se trata de confrontar y, simultáneamente, de autoelogiarse; “mensajes spam” cargados de veneno, frustración y rabia contra quienes no se le doblegan o directamente le son opositores. Pero éste silencio fue diferente, porque tiene una connotación que trasciende la política y a los credos, la Navidad y el Fin de Año son un símbolo universal, exentos de cualquier religión y partidocracia, significan precisamente “el nacimiento, la llegada de una buena nueva”, en un caso la Navidad quizás un poco con más sentimiento religioso, no así el Año Nuevo que sumado al significado anterior implica “la superación de los egoísmos y de las corrupciones, de los cinismos que se lavan siempre las manos”, eso de lo que “ella” no tiene registros pues en definitiva ambas festividades son “el símbolo del afecto y la superación del odio”.
Todos elementos que en el credo y la filosofía cristikirchnerista están lejos de superarse, desde atacar a los opositores políticos o sindicales, tanto como a simples caricaturistas, “ella” y su cohorte de aplaudidores más estudiados o más chabacanos les molestan quienes se oponen o humorísticamente caricaturizan la figura de “La Jefa”, exponiendo ideas fascistas y estalinistas: que nadie opine lo que piensan, si no acuerdan con el “pensamiento único” que emana de ellos. Así le impusieron al pueblo argentino unas fiestas de “baja intensidad”, con mucho menor clima festivo y pocos mensajes entre nosotros –contagiados de ese clima de irritabilidad, veneno y odio-, como si hubiera cansancio hasta para desear felicidades al otro, al semejante: “termina siendo un termómetro de lo que nos está pasando a todos”, y que como nos enseñare el viejo general “la violencia de arriba, engendra violencia de abajo”. CFK no usó la cadena nacional, a la que es verdaderamente adicta, para enviar un mensaje de amor, paz y deseos venturosos: es un verdadero mensaje “el silencio que habla de ella misma, y que no ayuda para nada”.
Por el contrario, como Jefa de Estado está obligada y correspondía que apaciguara, generare esperanzas y encuentros, pero ella es incapaz de todo ello, por eso cambió el principal regalo que un Presidente puede dar, que no es otro “que el regalo de una ilusión”, por el de la confrontación y el odio hacia el partido que ella en lo muy profundo desprecia y aborrece; debió hacer llegar ese mensaje y saludo y levantar una copa por “todos y todas”, por los 40 millones de argentinos que esperaban ese gesto de apaciguamiento… pero no puede hacerlo. ¡No sabe, ni le sale! Y nos termina por contagiar a todos y cada uno de nosotros. Y entonces a los argentinos no nos queda otra que volver la mirada a los problemas profundos y continuos que nos aquejan, y que hubieren sido olvidados aunque más no fuere que por unos minutos de haber existido el “gesto de ella”. Y tras los saqueos y los ajustazos, aumentos en los servicios, los peajes, los pasajes, etc. tuvimos que volver a “la realidad cotidiana, la de todos los santos días”.
Y en ese triste despertar nos enteramos por el informe “Objetivos y planes para el desarrollo de la política monetaria, financiera, crediticia y cambiaria” –¿no tenés nombre?- del BCRA que vamos a crecer un increíble y muy poco serio 4,6% durante este año 2013 y con una particularidad realmente ridícula: no se menciona en ningún lugar la inflación y, por lo tanto, se desecha lo que considera “formas ortodoxas de combatirla”, punto verdaderamente curioso porque la “suba de precios (que el INDEC ubica en torno al 10% y las provincias en 23% anua)l” es la segunda preocupación, según todas las encuestas, de la población después de la temida y también negada problemática de la inseguridad. Esta infantil omisión solo puede responder a un “burdo objetivo de alineamiento político” o al temor inconfesable, que ésta temática no se traslade al resto de las previsiones oficiales, por eso, los pronósticos del BCRA coinciden bastante con los de los privados al ubicar a la soja y sus derivados y a las exportaciones de autos a Brasil como “casi únicos motores” para el muy bajo crecimiento de este año que se inicia.
CFK sigue apostando a la demanda interna de la mano de un supuesto aumento de la masa salarial y de las políticas de ingresos, mientras informes del propio INDEC en su EPH remarcan que durante 2012 el 50%, o sea 8 millones de compatriotas, ganan menos de $ 3 mil mensuales repartiéndose un muy magro 23,3% del total de los ingresos, e informándonos asimismo que ese brutal porciento poblacional  “ocupado y registrado” –o sea que el otro 45% del total de los argentinos que trabajan en negro, está aún peor- “se encuentra por debajo de la línea de pobreza, pues no llega a cubrir la canasta básica” que hoy ronda una cifra muy cercana a los $ 4,8 mil mensuales. El mismo informe de la EPH explica que existen 16 millones de personas “ocupadas laboralmente en áreas urbanas”, o sea empleados en relación de dependencia, cuentapropistas, profesionales independientes o empresarios y patrones, registrados o no en la Seguridad Social; existiendo 1,261 millones de desocupados, sin ingresos o que reciben la prestación por desempleo de $·400 mensuales, descendiendo en la escala de la encuesta vemos que el 30% más bajo -4,8 millones- cobra menos de$ 2 mil mensuales, cifra escandalosamente inferior al “salario mínimo, vital y móvil”.
¡Todo realmente muy progresista, muy nacional y popular! El 30% de los trabajadores, o sea casi un 15% del total de habitantes se reparten el 9,3% del total de ingresos, mientras el 30% superior de la pirámide -6 millones de personas- se quedan con el 56,5% del total de ingresos, retrocediendo a épocas del peor momento de las décadas infames de menemato y las dictaduras militares, y realmente astronómicamente lejos de aquel paradigma peronista que incluía que el 50% de la renta bruta del país se repartía entre la clase obrera asalariada, y donde la desocupación apenas asomaba a un 2% de la población: “pleno empleo se denominaba”, dentro del Estado de Bienestar imperante como Política de Estado. Y que decir si buceando en dicha EPH  del INDEC morenista verificamos que la mitad de las mujeres percibe menos de $ 2,5 mil mensuales, teniendo una Presidente que hace de la cuestión de género, por lo menos siempre una alusión a todo lo que le cuesta a ella cada cosa.
Un 35,5% de los asalariados se desempeña en negro, existe más de 1 millón de subocupados y 1,26 millones de desocupados netos, existen 900 mil jóvenes que ni trabajan, ni estudian y están en situación de calle y a merced del narcotráfico. Además encontramos una enorme cantidad de monotributistas que por la inflación “no existente según el Estado y el BCRA” están por debajo de la línea de pobreza, al licuarles los ingresos y las mejoras obtenidas del consumo de las clases asalariadas a las que también les limó las mejoras salariales obtenidas en paritarias, a las que se deben sumar las quitas a favor del Estado sobre los sueldos mediante el inconstitucional impuesto a las Ganancias sobre sueldos de más de $ 5,8 mil mensuales o $ 94 mil anuales. Entre los trabajadores no calificados el 50% gana menos de $ 1,6 mil mensuales. Lo aberrante para un Gobierno que se dice nacional y popular es que el 30% de los hogares argentinos tienen ingresos inferiores a $ 3.690 mensuales, mostrando que el “poder de compra” –ese supuesto y pregonado mercado interno del que habla el informe del BCRA-  sigue siendo totalmente insuficiente frente al costo de la canasta familiar, hasta para los registros oficiales.
Por sobre los $ 5 mil mensuales se encuentra apenas el 20% de los asalariados ocupados, o sea 3,2 millones de compatriotas, y en su enorme mayoría éstos se encuentran alcanzados por el Impuesto a las Ganancias o no cobrando el Salario Familiar disminuyendo notoriamente la pirámide antes expresada. Pero además durante el segundo semestre de 2012 se perdieron 111,338 mil empleos privados en blanco o registrados por la desaceleración económica, el cepo cambiario y las trabas a las importaciones aplicadas por el Gobierno cristikirchnerista; pudiendo inferir que la merma fue mucho más importante al considerar a los trabajadores no registrados o en negro. Apenas un 22,6% de los asalariados superan los $ 7 mil mensuales estando alcanzados de lleno por el Impuesto a la Ganancia e incapacitados de recibir asignaciones familiares. Estas cifras oficiales del INDEC desmienten categóricamente el informe del BCRA que pretende mostrar una argentina idealizada e irreal, solo creíble para el relato-discurso del cristikirchnerismo más abyecto, pues niegan aquello de que el Gobierno buscará expandir la demanda interna de la mano del “aumento de la masa salarial y de las políticas de ingreso, expandiendo así el consumo”.
¡Una verdadera burla al pueblo! Pero ese informe del BCRA ratifica la continuidad del cepo cambiario y la política de administración del tipo de cambio, que viene aumentando al doble de velocidad de lo que venía haciéndolo durante los últimos 9 años, pasó de devaluarse un 7,5% en 2011 a un 14/15% en 2012 estando hoy en $ 4,95 por dólar estadounidense, por lo cual las estimaciones de este informe deben ser tomadas “con particular prudencia y desconfianza”, a partir de los resultados económicos del año 2012, que dejaron demasiadas lecciones a ser aprendidas. La principal es que en la crisis de 2008/2009 la actividad cayó pero la inflación cedió 10% mientras que durante 2012 con una notoria retracción económica la inflación excedió el 25%, o sea hubo menos demanda, consumo e inversión pero los aumentos de precios no cedieron, otra enseñanza es que el cepo cambiario fue semi eficiente –se fugaron igualmente US$ 8 mil millones- pero, a su vez, se desplomó la entrada de divisas, las reservas del Central bajaron durante el 2012 en unos US$ 3,5 mil millones a pesar del superávit comercial de US$ 12 mil millones, que le sirvieron para pagar deuda externa y cubrir el déficit en materia de combustibles –naftas, gas oil y gas-, aunque el Korralito a las importaciones terminó por resentir el nivel de actividad económico y productivo.
Aunque Cristina niegue el desdoblamiento del mercado cambiario, éste es hoy una realidad incontrastable, pues existe un dólar oficial a $ 4,95, un dólar “viajero” -15% de recargo en compras con tarjetas de débito y crédito- de $ 5,65 y un dólar “blue” o negro de $ 7 o fluctuando en sus inmediaciones y con un diferencial del 40% respecto del oficial. Un verdadero despropósito pues este diferencial se termina transfiriendo a muchísimos productos tecnológicos, medicinales y hasta alimenticios. Asimismo, éste generó el desplome total del mercado inmobiliario y por ende el de la construcción, que despidió casi el 50% de los empleos perdidos, o sea generó una fuerte caída en el empleo, destruyendo empleos a mayor velocidad que los que se creaban, en general precarios o estatales; así aunque el país logre durante este 2013 crecer lo hará muy tenuemente y a valores muy poco significativos, valores que en el caso más optimista no superará el 2,5%, con una inflación estimada en más del 25% y muy cercana al 30%, un verdadero disparate, que si se lo sumamos a que el Gobierno Cristina piensa financiarse mediante una “emisión monetaria” que ronde las ya realizadas -35% anual durante los últimos dos años (2011/2012)- traerán aparejados graves problemas de equilibrio macroeconómico.
Los años de exceso de dólares llegaron definitivamente a su fin y eso, como mínimo, moderará las posibilidades de expansión y crecimiento, imponiéndose definitivamente “la sintonía fina” de la que habló CFK tras la victoria del 23-O de 2011, y que no fue otra cosa que un verdadero y total “ajustazo”, del más puro estilo neoliberal del modelo cavallo-menemista y cavallo-delaruista del último decenio del siglo XX y que terminara en la crisis cuasi terminal de 2001. Se empezó con el cepo, se continuó con el Korralito importador, se amplío la base imponible sobre los trabajadores, se aumentaron los impuestos, los transportes, los combustibles líquidos y gaseosos, se achicaron las asignaciones familiares, se disminuyeron las AUH y los Planes sociales, en otras palabras  “se empezó a corregir los desajustes fuertes en variables claves: dólar, tarifas, subsidios, gasto público, a la vez que se ejecutaba una muy fuete emisión monetaria”, si esto no es política neoliberal ortodoxa del más puro libro Smithsoniano, no sabemos que es. Ella habla del ajuste europeo y estadounidense mientras aquí aplica las políticas más duras y puras de Cavallo.
El régimen avanza con una clara política de “confiscación”, al más puro estilo chavista y sin respetar las normas y la legislación argentina, cedió a las presiones del círculo áulico y se fundamentalizó adoptando un estilo definitivamente “populista berretizado”, pasó de la expropiación –AFJP, Aerolíneas Argentinas- a la confiscación lisa y llana desconociendo el Artículo 17 de la Constitución Nacional, el Pacto de San José de Costa Rica en su Artículo 8º y la Declaración de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su Artículo 23º.  No sólo intenta callar a la prensa que no le es adicta sino que además ejecuta políticas de corte populista aprendidas de Correa y Chávez, que pretenden tapar con un manto de seudo nacionalismo las políticas regresivas de ingresos y la pérdida de la capacidad de compra de los salarios y los ingresos de los argentinos. Menem se enamoró de la convertibilidad, éstos del crecimiento y ambos se olvidaron del “desarrollo nacional sostenido y sustentable” que cambiase para bien a la Argentina. ¡El tiempo dirá en que termina!
Como nunca se ha dado en la Argentina, se perdió el autoabastecimiento energético y de combustibles, por desinversión de las compañías privatizadas y la connivencia de los funcionarios cristikirchneristas, se perdieron las reservas de gas, de petróleo y de generación de energía eléctrica, aquello logrado durante los 50 y 60 del siglo XX, y tras las privatizaciones menemistas, aplaudidas y acompañadas por Néstor y Cristina, se permitió la exportación libre de los combustibles mientras acá se pagaban precios irrisorios incentivando las exportaciones paras beneficio de las empresas privadas. El Gobierno K subsidió tarifas en vez de subsidiar necesidades y necesitados, y las empresas dejaron de invertir en redes, en generación eléctrica, en prospección y exploración gasífera y petrolífera y lo que se había conseguido con esfuerzo y tesón se perdió con populismo y corrupción generalizadas. Argentina perdió una década y quizás pierda bastante más de no corregir urgentemente el camino tozudamente emprendido. La soberbia, junto a la corrupción y la incapacidad son tres pecados capitales del presente régimen. ¡Digamos definitivamente basta, o el futuro no llegará!  
 Buenos Aires, 3 de Enero de 2013.
Arq. José M. García Rozado
MPJIRucci – LIGA FEDERAL
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