lunes, 1 de abril de 2013

BERGOGLIO, YABRAN Y UN ARTICULO QUE SUENA A OPERACION

PERFIL, COLELLA Y LAS VALIJAS DE ANTONINI WILSON

Bergoglio, Yabrán y un artículo que suena a “operación”
Este domingo, diario Perfil publica una curiosa nota de portada donde asegura que Francisco se bajó del Papamovil especialmente para saludar a Héctor Colella, supuesto sucesor del empresario narcolavador Alfredo Yabrán.
A ese respecto, el matutino habla de la existencia de un vínculo “estrecho” entre Bergoglio y estos últimos. Para sostener esa afirmación, Perfil recuerda los lazos que otrora existieron entre Yabrán y una parte de la iglesia católica. Nada nuevo en realidad: quien escribe estas líneas lo reveló en el libro “La larga sombra…” en el año 1998.
“Yabrán era amigo personal de monseñor Marcelo Martorell, ecónomo del Arzobispado de Córdoba y brazo derecho del cardenal Raúl Primatesta, quien reconoció haber recibido una importante donación de OCA. ‘No me consta que OCA sea de Yabrán. El solo nos presentó a sus presidentes, los señores (Nelson) Pozzoli y (Héctor) Colella’, explicó. Yabrán también se reunió  con el cardenal primado de la Argentina, Antonio Quarracino, a principios de septiembre de 1995”, según la obra mencionada.
 La relación entre el empresario postal y gran parte del arco eclesiástico argentino no es nada novedoso. Sus vínculos llegan incluso hasta la figura del siempre sospechado Julio César Grassi, como reveló Tribuna de Periodistas en el año 2003.
Sin embargo, jamás existió vínculo entre Yabrán y Bergoglio. Mucho menos entre este último y Colella. El motivo es claro y sencillo: el hoy Sumo Pontífice siempre evitó el contacto con el fallecido empresario por las sospechas que siempre existieron en torno a sus vínculos con el narcotráfico.
Pocos saben que Bergoglio lleva adelante una pelea personal contra las drogas, desde siempre. Por caso, la salida de Rafael Bielsa de la Sedronar y la paralización de los proyectos de ley para despenalizar la tenencia de estupefacientes fueron dos puntuales medidas que solicitó Francisco a Cristina cuando se reunieron en el Vaticano el pasado 18 de marzo.
Es bien cierto que hubo incontables intentos de generar una reunión entre Yabrán y el hoy pontífice, pero también es real que este último se negó a ello de manera insistente. No tenía datos concretos que vincularan al empresario con los narcóticos, pero la mera sospecha frenó todas las gestiones.
Lo mismo sucedió con su sucesor, Colella, a quien Bergoglio tampoco quiso conocer jamás. Este cronista conoce los detalles de esas gestiones gracias al testimonio directo de media docena de fuentes de información. Es una cuestión de lógica: ¿Por qué Francisco aceptaría encontrarse con el continuador de un negocio que demostró que detesta?
Es llamativa la nota de Perfil, más digna de publicarse en medios como Página/12 o Tiempo Argentino. Es un artículo que deja mal parado al pontífice al vincularlo finalmente —y por carácter transitivo— con las valijas de Guido Antonini Wilson. Incluso, si se observa la foto de portada se verá claramente que la figura de Colella fue agregada a la imagen original.
Ello lleva a preguntarse: ¿Se trató acaso de una operación de prensa o de un mero error?
Siempre es preferible pensar que fue apenas una equivocación, desde ya. Sin embargo, el párrafo final del artículo de marras hace pensar en lo primero. Dice textual:
“A principios de 2011, luego de que trascendiera un cable por WikiLeaks, Colella fue apuntado como asesor privilegiado de la embajada de los EE.UU. Fue durante el escándalo por la valija de Antonini Wilson, quien venía con 800 mil dólares provenientes de Venezuela, presuntamente para la campaña presidencial de Cristina Kirchner. Otra coincidencia: El dinero viajaba en un avión Royal Class Air, perteneciente a la familia Yabrán. Quizás nada de todo eso desencadenó tanto vértigo en la vida de Colella como el fugaz saludo con el Papa”.
¿Qué necesidad tenía Perfil de mencionar este dato? ¿En qué aporta al nudo central de la cuestión que el matutino intenta revelar: el encuentro sucedido en el Vaticano?
Es probable que el autor de la nota haya sido “operado”. Es decir, que le hayan vendido “carne podrida” que él mismo compró sin chequear. O, peor aún, podría ser una “operación de prensa” de diario Perfil.
Siempre es preferible creer en lo primero, en un error involuntario de la prensa. Bastante deteriorado está ya el periodismo como para agregar más desosiego… especialmente en plena Semana Santa.
 
Christian Sanz