Mirando pasar los hechos
Con
el mayor respeto, las presentes reflexiones no fluyen de un espíritu impugnador
con manías contestatarias, sino que traducen simplemente cierto estado de ánimo
en absoluto involuntario. Perplejidad. Vacilación sobre la propia capacidad cognoscitiva.
El Arzobispo de Buenos Aires recién designado, acaba de manifestar la esperanza
de un cambio en la relación oficial con el Gobierno, deseando que la Presidenta
vuelva a la Catedral para el Tedeum
del próximo 25 de Mayo.
“Estamos cerca de las elecciones,
así que va a ser un 25 para rezar por la patria, para que nos vaya bien. Es más
que probable y así lo deseo. ¡Que vuelva! es su casa” (cfr. “La Nación, 12 de abril de 2013).
Modificación
optimista de la historia latiente, reduciéndose de hecho la actual inquina
contra la Iglesia Católica a un accidente ocasional y superable, que impidiera
circunstancialmente la concurrencia a una ceremonia. Bastaría un solo
gesto —y la bendición de las urnas— para que “nos vaya bien”. Quedarán atrás entonces:
-
El Decreto Nacional N° 1086/05 que sanciona el Plan vigente contra la religión
y la moral católica, promoviendo en especial la homosexualidad.
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Pasan al olvido la educación laica.
-
La enseñanza obligatoria en escuelas públicas y privadas de “todos los métodos
anticonceptivos”.
–
El matrimonio igualitario.
–
La facilitación del aborto.
–
Las exposiciones sacrílegas con apoyo oficial.
–
Y todo lo demás, ya superado, incluyendo la adaptación en ciernes del Código
Civil a las novedades contra Dios y natura.
Destácase
por separado, el explícito reconocimiento de la Catedral como casa de la
Presidenta. Algo que anticipadamente presintieron sus poderosas cofrades, las
Madres de Plaza de Mayo, cuando se posesionaron del templo instalando un
retrete en el recinto sagrado…
Es
notable el contraste entre esta actitud del pastor recién designado, y las
palabras que acaba de pronunciar quien lo designó: “La incoherencia de los
fieles y de los pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y
el modo de vivir, minan la credibilidad de la Iglesia”.
DESENFRENO, DESAMPARO Y RECURSO
En
estos días se ha agudizado la inquina del periódico oficialista por
antonomasia, recurriendo a la blasfemia gráfica. En tal empeño publicó una
caricatura del Sumo Pontífice elevando un mate con las palabras de la
Consagración; y a la par un sacerdote impartía bizcochitos con grasa como
comunión. Tampoco se han conocido pertinentes protestas. Figuran como
directivos de la referida hoja los señores Tiffenberg y Sokolowicz, al frente
de un extenso elenco de paisanos. De tal modo y cotejando la frialdad señalada
con el celo en aquellos ámbitos frente al menor atisbo: ¿no será el caso de
recurrir a la DAIA?
Recientemente
ella supo exigir las disculpas de un importante legislador, por haberse animado
a señalar que en la explosión de la AMIA habían muerto “argentinos de religión judía y argentinos
argentinos”… Y ya se sabe la impresionante reacción provocada desde la
sección humorística del mismo diario, por cierta irreverencia rozando el dogma
del Holocausto.
Casimiro Conasco
Abril de 2013