Integrante de la LIGA FEDERAL NACIONAL y del PERONISMO VERDADERO.
Argentina sufre la enfermedad de la falta de debate político.
POR:JOSE M.GACIA ROZADO
La Nación requiere para
incorporarse al sistema democrático, superar la dependencia de liderazgos
personalistas –que pueden ser inestables, con ciclos pendulares de apatía o
polarizaciones- e incorporar el mensaje clarificador: la lucha no violenta
contra las injusticias y la corrupción, y la movilización de la sociedad para
atender a los más necesitados; si como pueblo adoptamos férreamente lo
estipulado por el Art. 36 de nuestra Constitución Nacional en la totalidad de
los incisos, estaremos avanzando para dejar de ser un “país” para convertirnos definitivamente en una “Nación”.
Lo primero que debemos realizar como pueblo consiente de sus
falencias, de sus errores y de sus obligaciones, es reinventarnos como hombres
y como mujeres, o sea como “Pueblo”,
para exigir de nuestros “representantes” (legisladores,
intendentes, Jefe de Gobierno, Gobernadores y Presidente y vice) que de una vez
por todas se sancione por el Congreso y luego se proclame por el ejecutivo la
Ley que defina las penas para el delito enmarcado en al Art. 36 y sus
respectivos incisos, o sea las penas que corresponden aplicar al “delito de corrupción”; delito que
entraña la peor de las faltas que puede cometer un ser humano contra el resto
de sus conciudadanos y que como buen definiere Francisco reconociéndose como “pecador”, se separa definitivamente del
“corrupto”, pues “pecadores somos todos (incluyéndose en ese estamento), pero no corruptos, nunca corruptos, porque
los corruptos se creen que pueden prescindir de Dios” Francisco en estos 100 días de pontificado nos
legó varias enseñanzas y varios caminos a ser transitados en especial el de la “lucha no violenta contra las injusticias y
la corrupción” alentándonos a movilizarnos para atender a los más
necesitados.
Así asistimos como pueblo a la coronación de un coterráneo
que quizás llegue a cambiar el rumbo de la historia del mundo, este mundo
globalizado y tan falto de misericordia, fraternidad, solidaridad y conciencia
de que el otro, el necesitado, requiere de todo el resto de la sociedad; por
eso es que hable de una “Iglesia pobre y
para los pobres”, dicha predilección no debe ni puede tomarse como una
enunciación pragmática o romántica, “¡es
un acto!” su definición no es un
simple “gesto”. Aquel acto
debe desplegarse como un programa eficiente de gobierno, y eso él lo proclama
ante toda la Juventud del mundo reunida, quienes fueron elegidos por el
Pontífice de Roma, porque “ellos son el
futuro”, y a ese futuro él le marca el derrotero por seguir, y lo hace
explicándoles la humildad, el desprendimiento, la solidaridad y la fraternidad
que son los valores que los hace diferentes y como decíamos hace poco “los jóvenes experimentan la fascinación de tantos ídolos que se
colocan en el lugar de Dios y parecen dar esperanzas: el dinero, el poder, el
éxito y el placer… No deben dejarse llevar por propuestas ilusorias de los
ídolos del mundo. ¡Nadie puede hacer la subida en tu lugar! La travesía es
larga y cansadora, pero da nuevas esperanzas. No dejen que les roben la
esperanza.”
Y aquí vuelve a repetir el concepto reclamado a la juventud en su encuentro de
la Catedral con los jóvenes compatriotas: “Hagan
lío… no dejen que los discriminen…” con este otro concepto “No dejen que les roben la esperanza…” (Parece un mal chiste o un
verdadero mamarracho que se halla usado la frase precedente y la foto obtenida
ilegítimamente, como frase de campaña elegida por ¿Pepe Albistur? Y el régimen
K que es tan totalitario e impune que usa al Papa como trasgrede las leyes que
impiden ya en estos días que los actos de gobierno se transmitan como actos de
campaña) Francisco el Papa de los pobres y el de la juventud desde hoy,
expresó; “todos somos burritos, pues
Jesús entró a Jerusalén en burro, lo llevó uno de ellos, nosotros lo llevamos a
él por el mundo, por lo cual somos “burritos””. Despierta tanto amor, tanta
admiración, justamente por su humildad y su seria demostración de pobreza que
ni la lluvia persistente y continua logra amilanar a las multitudes allí por
donde el pasa.
Hizo temblar la Catedral de Río, como también lo logro en el
Hospital de San Francisco de Asís y en el Santuario de Nossa Senhora do
Aparecida, y el Palacio de Gobierno colmado de dirigentes, empresarios, políticos,
y funcionarios, o el Teatro Municipal de Río, en todas sus apariciones dejó un
mensaje claro de amor y solidaridad para con los más necesitados: pobres,
excluidos y drogadependientes. Su lucha él pretende que sea la de toda la
humanidad, y por eso eligió a los jóvenes –el futuro- y esa lucha es contra la
corrupción y las injusticias, exigiendo desde la humildad, a los gobernantes a
que se empeñen en más justicia y solidaridad en el mundo y en particular a nosotros, los argentinos a “hacer lío en sus diócesis” a defender
sus valores, subrayó “quiero decirles
algo: ¡qué espero de esta jornada de la juventud del mundo: Lío, pero no sólo
acá, en Río, sino lío en las diócesis, quiero que la Iglesia salga afuera”, y
no fue una invitación, por lo contrario, fue una exhortación; “no se queden quietos. Metan lío”. No es
necesario explicarlo pero al decir aquello, dijo muchísimo, pues llamó a
inducir una verdadera revolución en paz pero no exenta de “Lío”, remarcando que el hombre puede cambiar, y la realidad también
puede cambiar, pero con “Lío”. A la
vez que dejó un mensaje: “no están solos,
la Iglesia está con ustedes, el Papa está con ustedes”, implicándose él
mismo en este lío que significa revolución en paz. Se cortaba en el aire un
efecto como si la fe pudiere cortarse en ese aire renovado por el Espíritu.
Por las calles y las ciudades o poblados “debemos ir del brazo con todos; con los que piensan igual y con los
que piensan diversamente a nosotros. Queriendo a todos. También a nuestros
enemigos, si los tuviéramos. Yo creo que no tengo ninguno. Pero si los
tuviéramos, hemos de caminar con ellos por la calle, digamos evangélicamente,
es decir, tratando de hacerles el bien que podamos”. Qué enseñanza ésta
para el pueblo argentino –incluyendo en el a nosotros, y a quienes no piensan
como nosotros, no nuestros enemigos, porque de ser cristianos no tenemos ningún
enemigo-, donde la crispación y la violencia se han terminando de enseñorear, y
esto es por la falta de debate de ideas y de propuestas hemos recuperado la
posibilidad de votar, pero no “la
democracia”, nos hallamos a 30 años de gobiernos seudo democráticos, porque
sólo se obtuvo la capacidad de votar y optar (No Elegir), y al transitar este
camino absortos en nuestra propia individualidad, nos olvidamos de pensar como
sociedad o “Comunidad”, nos hemos
vuelto autistas y solitarios, separándonos de nuestro propio vecino, de nuestro
hermano y por eso llegó la desorganización como sociedad: el individualismo que
tan bien definiera Francisco nos impidió organizarnos como comunidad y pueblo,
y entonces se entronizó primero la crispación, y poco después la violencia,
aquella violencia tan parecida a la que rigió la década de los 70.
Y como paso siguiente, llegó la desorganización, y se perdió la “Comunidad Organizada” y se impuso, el
desorden y allí pudo trabajar el desgajamiento de aquella comunidad que por
desordenada permitía el “vaciamiento:
primero de la solidaridad –allá en los 70 era “algo habrá hecho”, hoy 30 años después es “yo me salvo a cualquier precio”-, luego de la ética y los valores morales, o sea de los principios
fundamentales de cualquier sociedad y pueblo –allá en los 70 la sedición de
grupos civiles y de las cúpulas militares que rompieron con el orden
institucional y democrático provocando un caos jurídico; ahora 30 años después
un régimen que sin apelar a la sedición a trastocado el orden institucional y
democrático por “avanzar sobre la
independencia de poderes y sobre las instituciones que hacen a una Nación”
provocando un caos jurídico tal como lo tipifica el Art. 36 de nuestra Carta
Magna reformada en 1994-. Y por último,
imponiendo, no el pecado que es casi de todos, sino el de una sociedad
corrupta, tan corrupta, inmoral y falta de ética alguna, que se festeja el ser
mercenario de la autoridad de turno (hoy es el cristikirchnerismo, ayer fue
el menemismo y un poco antes el alfonsinismo o el delaruismo después), porque seguimos abrazados a aquella
imposición de los 70, lucha por ideas contrapuesto con la práctica de la
especulación”, práctica corriente donde nos separamos del hermano o del
amigo e hicimos primar el individualismo y de allí al proceso de desintegración
social que se inició en 1976 con la era de Martínez de Hoz y se profundizó con
el alfonsinismo, se consolidó con el menemismo y tras un impasse de intento
desarrolloperonista entre 2002 y mayo de 2003 que se continúa hasta casi
diciembre de 2006, se termina de instrumentar con el cristikirchnerismo durante
esta década que el Gobierno nacional festejó el período como el de “la Década Ganada”.
Al despropósito la sociedad le respondió con el mote de “la Década Perdida”, y porque a nuestro
país le sobran matices, y le falta un debate serio y real, sincero y que se
pregunte a donde y cómo queremos llevar el país, sin posiciones binarias tal
como pretende realizarlo el régimen cristinista. Posición que etiqueta como “amigo vs. enemigo”, donde se ha
impuesto el “estás conmigo o contra mi, o
sea sos amigo y parte o enemigo y como tal no mereces ni siquiera la mínima
muestra de solidaridad y compasión”. La Iglesia que tanto pregona
Francisco, es una Iglesia activa y fuera de los templos, para defenderse, y
también para defender los valores de la sociedad, para justamente no caer en la
posición binaria. Posición que hoy tan bien representa Cristina Fernández, pero
que no es patrimonio exclusivo de ella, sino que se halla extendido cruelmente
por el mundo actual y por ese mismo motivo es que Francisco, clama a los cuatro
vientos que la iglesia y sus miembros salgan para defenderse del pecado de
individualismo, autismo y corrupción que puede producir delito de lesa patria y
humanidad despojando a los incapacitados para defenderse de los derechos
básicos que les debe la sociedad: a los jubilados robándoles su patrimonio y su
presente, y a la niñez robándole el futuro, que depende de la alimentación, la
salud y la educación de excelencia que los capacite igualitariamente a todos
para poder desarrollarse en una comunidad que se desarrolla técnicamente a
pasos agigantados.
CFK, no oyó el clamor popular, del que habla Francisco, que le
gruita a los gobiernos y a los poderosos que es “cobarde quien hiere al indefenso”; y lo es tanto el que fuerza el
cumplimiento de sentencias judiciales a favor de un funcionario echado como de
los jubilados a quienes los gobiernos ladrones no les pagan, dejándolos semi
muertos y sin ayuda, pues esa plata que se les niega es la “sangre de los desposeídos que clama al cielo”, o aquella otra que
obliga a limpiar el Riachuelo de aguas podridas y contaminadas que matan y
apestan porque “se han robado la plata
para limpiarlo”. Francisco les reclama a los jóvenes que salgan a la calle
en busca de quienes están desprotegidos para defender a esos pobres que los
gobiernos y los poderosos matan de mil maneras diferentes: quitándoles el pan
de cada día y dándoles “paco”. El
Papa quiere que “salgamos todos a las
calles, que son públicas y comunes y no de los gobiernos, para defender a los
pobres a los más necesitados los que se
encuentran heridos y abandonados en esas mismas calles y medio muertos, sin
que un samaritano que se conmueva y los ayude aunque sea sólo un poco. Tenemos
tantos y tantos indefensos y heridos y desamparados por las calles. Por eso
Francisco nos pide ir a las calles, a curar o aliviar los dolores, tenemos que
ir a las calles, y si alguien incluso de los gobiernos quisiere impedirlo…
Entonces ¡ay! Que puede “sonar el escarmiento, la ira de Dios que no
abandonará a su Iglesia y menos aún a su pueblo”.
¡El cristikirchnerismo, ya cumplió su ciclo, agotó todas las
etapas y debe ahora –con fotos de Francisco y “él” candidato de ella robada ilegítimamente- lidiar, sin éxito,
con los fantasmas construidos en esta década “desperdiciada”, trenes, energía, inflación, atropello a derechos
fundacionales, y tantos otros cargos y deudas; prefiere “el relato” porque tiene mucho más pasado que futuro. Se aferra al
protagonismo –aunque sea el cholulo y el berretizante- excluyente de Cristina porque la gran
concentración del poder ha desembocado en un híper-presidencialismo, que
inhibe, por esa misma razón, la sucesión natural, dentro del partido –o alianza
Frente para la Victoria donde se diluye al Partido Justicialista porque el
mismo le molesta e incomoda- gobernante, o fuera de él. El kirchnerismo puro
está compuesto por CFK, Máximo y Zaninni, quienes fogonean al camporismo (un
grupo de mercenarios que al primer viento opuesto saldrán disparados en búsqueda
de un nuevo patrón a quien alquilarse), y a otras pequeñas organizaciones, que
como sanguijuelas se aferran al cuerpo de aquel. Pero el personalismo y el híper-presidencialismo
no los inventaron los Kirchner, pero hay que acordar que lo supieron acentuar
hasta posiciones realmente extremas y nunca vistas en períodos democráticos y
republicanos, ellos lo exacerbaron al máximo y en extremo convirtiendo aquella
seudo democracia en una verdadera “democradura”,
porque están más cerca de una dictadura por el exceso de acaparamiento de
poder.
El gobierno Menem, caudillesco y donde cotizaban más ellos que
los partidos políticos y la crisis de 2001 implosionó al restante sistema
representativo, anulando a uno de los partidos políticos (UCR) y desmembrando
al otro (Partido Justicialista) hasta convertirlo en una “cooperativa de caudillos provinciales” sin relevos internos, los
liderazgos pasaron a ser personales y brilló el personalismo; los picos y bajas
de popularidad siguen magnetizando detrás de carismas fugaces, que discuten,
pelean y debaten con otros personalismos; se reconocen a simple vista,
personalismos carismáticos, confrontativos, solitarios, e individualistas al
máximo. Personalismos inestables impiden proyectos políticos consistentes, y
así CFK, por posición hegemónica y omnímoda, dominante, resulta ser el único
factor ordenador de toda la sociedad, queda la polarización; “ella” o los
partidos políticos con solo dos o tres personalidades conocidas, con
posicionamientos públicos de ocasión, y sin pretensión de expresar una posición
político-doctrinaria duradera, el desafío no es desesperar por un candidato
personalista alternativo, sino definir, por el contrario, “la sociedad en la que queremos vivir, un modelo de nación, que se
consolide bajo premisas claras, con reglas de juego claras y permanentes”,
pues el personalismo político en el mejor de los casos, nos confina a clientes
cautivos, sin autonomía ni libertad, y en el peor de los casos nos deja inermes
frente a la desidia o al abuso por parte del Estado.
El Papa nos invita y exhorta a ir a las calles y hacer lío, para
limpiar de muertos, de heridos, de hambrientos, de moribundos las mismas; en
nuestro reclamo fuerte y solidario; no podemos
dejar morir a nadie en nuestras calles, y si apestan, llevémoslos a los
refugios públicos, si los hay, y si no al posadero a quien pagaremos nosotros,
no podemos creer que el llamado de Francisco es así nomás un medio lírico y
dulzón, por el contrario es un llamado de amor fraterno al que ninguno de los
fieles o infieles debería desertar. Y cuidado que el llamado pontificio
también, y especialmente va dirigido a las autoridades eclesiásticas, ellos
deben organizar verdaderas patrullas callejeras en las que se pondrán al frente
para realizar la cura de las calles e implantar regímenes de amor fraterno,
donde todo el pueblo se sienta contenido, amado y, cuidado. Nadie y mucho menos
la jerarquía está excusada, queremos verlos como se veía a los curas en los 70
ir por las calles y los púlpitos abriendo mentes y corazones, si interpelamos
el sistema político vemos que la representación genuina se perdió a fuerza de
delegar funciones y responsabilidades, toda vez que se ha preferido el cobijo
de la uniformidad política del mismo color partidario en todos los estamentos
institucionales, clausurando la alternativa en el poder o propugnando
re-reeleciones, o sea ni liderazgos personalistas inestables, como ahora con
Cristina, ni sociedades pendulares y apáticas pueden concebir un futuro
promisorio para el conjunto del pueblo argentino. Existe un ordenador
fundacional genuino, la Constitución Nacional, si ella ordena la sociedad
derechos y garantías están asegurados; todo ello sin antinomias, con reglas
claras, en fin sin dirigentes poderosos ni derechos “tutelados”; un pueblo protagonista en el debate y en la
construcción colectiva genuina, consiguiendo recién allí “ganar la próxima década”.
La “Reforma de la
Constitución Nacional de 1994”, creó, luego de las experiencias traumáticas
vividas en la mayoría de las décadas del siglo XX, a instituciones de enorme
trascendencia política, entre una de las más importantes, sinó la más
importante de todas ellas. la incorporación del Art. 36 que versa sobre el “orden democrático e institucional”. En
su inciso “a”
explicita “el golpe de estado no
interrumpe la vigencia de la Constitución, y así los actos de las autoridades
serán “insanablemente nulos” ; en si inciso “b” explica que “la pena para
los autores del golpe es la “inhabilitación a perpetuidad para ocupar cargos
públicos”, amén de las que disponga la ley penal; en su inciso “c” aclara que “está vedado el indulto y la conmutación de penas” –no así la
amnistía-, en su inciso “d” indica que la “imprescriptibilidad de la acción penal y la civil por indemnización de
daños”; a continuación en el inciso “e”
aclara “las mismas sanciones que los
actores del golpe, corresponderán a quienes usurpen “funciones previstas para
las autoridades de esta Constitución””; asimismo en su inciso “f” determina que “la clasificación de usurpación alcanza a los usurpadores y sus
sucesores”. Es tal la importancia de este articulado incorporado a la
Constitución Nacional que de haber existido cuando los golpes anti democráticos
e impopulares llevados a cabo durante la segunda mitad del siglo pasado hubiere
imputado no sólo a los actores militares, sino que hubiere alcanzado a los
civiles que en forma directa y/o indirecta –siendo los cómplices que generaron
que los mismos fueran acompañados por sectores del pueblo engañados tras falsas
imputaciones- a los mismos.
“Revolución” en su dictamen más profundo, es aquella que se halla justificada porque terminó siendo
un acto legítimo sin retorno y sin fracaso, un hecho que engrandeció a la
Patria y dio felicidad al pueblo, ej. La Revolución de 1943 y mucho antes la
Revolución de Mayo de 1810; pero de conformidad con ésta normativa incorporada
en 1994 a la Carta Magna, el “golpe,
Revolución, o alzamiento en armas contra la autoridad legítimamente constituida”
provoca “un caos jurídico”, por lo
que ninguna de las medidas de los usurpadores tendrá carácter y calidad
definitiva –“lo que implica llanamente
que las Leyes, los Decretos, las Ordenanzas, etc.”- por lo que carecen de
validez automáticamente cuando aquél haya caducado, por lo que “sería imposible invocar la calidad de
tercero de buena fe, al efecto, salvo con relación a los actos de la vida
cotidiana y la mínima protección de la continuidad de la vida civilizada
–registraciones de estado civil, actas de nacimiento y defunción, prevención y
represión de delitos comunes, servicios públicos, etc.-. Esto impediría también
cualquier apoyo internacional, sea público o privado”. R.C. Barra. La importancia del Artículo 36 º es tan amplio e importante que “consagra el derecho de los ciudadanos de
resistir a quienes ejecuten los actos de fuerza (los golpistas y sus sucesores)
de que el golpe pueda provocar un estado de guerra interna legítima, agravando
el caos ya mencionado” de forma tal que la Suprema tiene una herramienta
que “consagra el derecho de los
ciudadanos a resistir a quienes ejecuten los actos de fuerza”·. R.C. Barra.
La importancia suprema de esta inclusión de los constituyentes de
1994, queda claramente explicada con que es la primera vez en que se otorga “derechos” al pueblo a resistir al
golpismo sea civil o militar (o mixto como sucediere en el siglo pasado); pero
además el articulo señalado también de consagrar el derecho a plantearse
enfrentar al golpista aunque éste termine generando un “estado de guerra interna”, es de hacer notar como lo explica el
Doctor Barra que aquellos –los constituyentes del 94- no solo pensaron en el
golpe institucional, sino que además tipificaron claramente como “atentado
contra el sistema democrático, la comisión de grave delito doloso contra el
Estado lo que conlleve enriquecimiento” R.C. Barra. Este artículo
constitucional es tan profundo e importante que además de tipificar con
claridad el golpismo como la confrontación popular contra aquellos golpistas,
declarándoseles como “defensores del
orden constitucional”, y además iguala el golpismo con el enriquecerse a
costa del Estado, o sea tipifica con claridad el acto de corrupción de los
funcionarios de Gobierno. Se establece una calificación penal equiparando el
delito de atentado contra el orden institucional con el delito de corrupción
(así podemos calificarlo) porque “ambos
atentan contra el sistema democrático, que es el bien jurídico protegido”, además
define a la honestidad pública como una condición esencial de “la supervivencia del sistema democrático”
Es de tal importancia lo incorporado al texto de la Suprema Carta que en las
actuales circunstancias de un régimen o gobierno libremente electo, puede ser
resistido constitucionalmente por sus actos de “corrupción generalizada” que definitivamente se encuentran además
de tipificados en los Códigos Civil y Administrativo desde 1994 están
incorporados en el Art. 36ª que los equipara e iguala con el golpismo militar o
cívico-militar y de allí que “la
corrupción es tan enemiga de la democracia y del republicanismo como lo puede
ser el “sable golpista”.
Los últimos 30/40 años de vida institucional estuvieron en mayor
o menor medida jalonados de actos de corrupción, hubo épocas donde la
corrupción o el enriquecimiento de funcionarios y legisladores eran
considerados actos bochornosos por la casi totalidad del pueblo, pasándose a un
incresyendo de casos de corrupción que la ciudadanía llegó a tenerlos como algo
inevitable, de aquí el famoso “roba pero
algo hace y algo queda”, Pero de aquí la importancia de equiparar
corrupción con golpismo, y reconocer que puede ser cometido por cualquier
persona, no sólo por quienes ejercen una función, y basta que la conducta en
cuestión importe el hecho o comisión de un “delito
doloso” desde hace mucho contemplado en la ley penal, que sea “grave”, no sólo económicamente –o sea
muy importante en la cifra o en el hecho de a quién, o a quién se le realice el
delito- sino por su trascendencia o
generación de escándalo, Que el autor persiga su propio enriquecimiento y que
provoque perjuicio económico para el Estado o el pueblo, Barra además como
constituyente nos aclara aún más el “espíritu
que llevó a los constituyentes a incorporar el mencionado articulo y sus
implicancias directas a futuro”, ya que para ellos el Estado no se limitaba
al orden nacional, sino que incorporaba a los ordenes provinciales y hasta
municipales, como además a los entes –Empresas de capital estatal, o capital
mixto- descentralizados y las ya mencionadas empresas. En la tipificación del
Art.36º también el delito –golpe, revolución, corrupción o enriquecimiento de
terceros y el propio o el de aquellos que en el delito incluyan al país como
sus víctimas- será “imprescriptible, y
vedado al indulto y la conmutación de penas”.
Es en épocas como la que hoy nos toca vivir, en que la
importancia de este artículo en particular es de vigencia autosuficiente –bien
aclara Barra- que “mucho ya está previsto
en el Código Penal”, pero aquí vuelve a aparecer la inquietud de un
ciudadano de a pié cuando se viene a enterar con casi o más de 19 años de
atraso de que el Congreso, el de hoy y
el de todos aquellos que pasaron por él durante estos casi veinte años, todavía
no ha sancionado la Ley que defina las penas para el delito de corrupción
antidemocrática pautado en el importantísimo Artículo 36º de nuestra Carta
Magna. ¿Por qué será? Este, ya no creo que la estudie y dicte, ¿lo hará el que
viene y que deriva de las próximas elecciones? Y aquí la importancia de conocer
no sólo al candidato por quien vayamos a votar sino “sus propuestas a plantear en el ámbito legislativo”respecto de una
norma tan importante como ésta.
Buenos Aires, 31 de Julio de 2013.
Arq. José M. García Rozado.
MPJIRucci – LIGA FEDERAL
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