Lombardi:
"No hay contradicción sobre la Misa"
Hace unos días, y a propósito de las declaraciones del Padre Lombardi
respecto al homosexual que dirige la casa en donde vive el Obispo de
Roma, qué -por otra parte y tal como lo pronosticamos aquí- ha sido
ratificado por su Jefe para vergüenza de los católicos, Sandro Magister
dijo: "Pobre padre Lombardi, las cosas que tiene que decir".
Hoy ha salido a justificar el atropello que Francisco
acaba de cometer contra los Frailes de la Inmaculada, a quienes ha
prohibido celebrar la Misa en forma ilícita, como claramente explicó el
profesor De Mattei en un artículo que publicamos AQUÍ.
Según Radio Vaticano el lenguaraz del Obispo de Roma ha dicho:
"El nombramiento de un Comisario Apostólico para la Congregación de Frailes Franciscanos de la Inmaculada abarca la vida y el gobierno de la Congregación en su conjunto y no sólo cuestiones litúrgicas", ha dicho el padre Federico Lombardi, preguntado sobre la cuestión. "El hecho de que el Papa Francisco, afirmó el director de la sala de Prensa vaticana, haya dispuesto que los frailes sacerdotes de esta Congregación estén obligados a celebrar la liturgia según el Rito Ordinario, salvo explícita autorización de la autoridad competente para el uso de la Forma Extraordinaria, no intenta contradecir la disposición general expresada por Benedicto XVI en el Motu Proprio "Summorum Pontificum", y responde a problemas específicos y tensiones creadas en esta Congregación a propósito del rito de la celebración de la Misa.""El objetivo que Benedicto XVI se había propuesto, ha concluio el padre Lombardi, tenía el fin de superar tensiones y no de crearlas."Es curioso que el padre Lombardi crea que esta prohibición va a terminar con las tensiones que pudiera haber entre los partidarios del Rito Antiguo que son la mayoría absolutísima de los integrantes de la Congregación, y una minoría exigua (y probablemente rentada) que pone palos en la rueda. Por el contrario ningún atropello tranquiliza a nadie, sino que exacerba los conflictos. Podrá haber silencio externo conseguido por el uso de la fuerza, pero no la paz que se sustenta en la justicia.
Ahora bien, tal como están planteadas las cosas, es ilógico que el portavoz papal diga que el decreto de intervención no contradice Summorum Pontificum, donde se lee textualmente:
Art. 2.- En las Misas celebradas sin el pueblo, todo sacerdote católico de rito latino, tanto secular como religioso, puede utilizar sea el Misal Romano editado por el beato Papa Juan XXIII en 1962 que el Misal Romano promulgado por el Papa Pablo VI en 1970, en cualquier día, exceptuado el Triduo Sacro. Para dicha celebración siguiendo uno u otro misal, el sacerdote no necesita ningún permiso, ni de la Sede Apostólica ni de su Ordinario.De modo que decir sin más que a partir del 11 de Agosto los Frailes deben pedir autorización a las instancias competentes para celebrar la Misa, es aceptar la violación del Motu Proprio de Benedicto XVI.
Art. 3.- Las comunidades de los institutos de vida consagrada y de las Sociedades de vida apostólica, de derecho tanto pontificio como diocesano, que deseen celebrar la Santa Misa según la edición del Misal Romano promulgado en 1962 en la celebración conventual o "comunitaria" en sus oratorios propios, pueden hacerlo.
Si una sola comunidad o un entero Instituto o Sociedad quiere llevar a cabo dichas celebraciones a menudo o habitualmente o permanentemente, la decisión compete a los Superiores mayores según las normas del derecho y según las reglas y los estatutos particulares.
Art 4.- A la celebración de la Santa Misa, a la que se refiere el artículo 2, también pueden ser admitidos -observadas las normas del derecho- los fieles que lo pidan voluntariamente.
Ahora bien, si Lombardi considera que no hay tal "contradición" debería decir, lo cual nadie dice, que el decreto de intervención no restringe los siguientes derechos:
Cada sacerdote del Instituto conserva la facultad de decir la Misa Tradicional (sine popolo), para lo cual no tiene que pedir permiso a nadie (Art 2). En esas misas podrán acompañarlo los fieles que lo pidan (Art 4).
Es decir, si en un convento Franciscano de la Inmaculada se estaba celebrando esta misa a la que asistía un grupo de personas, se debería seguir bajo la forma aquí descripta, si se entiende, como pretende Lombardi, que el decreto de intervención no va en contra del Motu Proprio. Lo cual no puede ser de otro modo porque un decreto general como lo es el emanado de la Congregación para los Religiosos, no puede vulnerar el derecho particular establecido por Summorum Pontificum.
Además ha de reconocerse que cada convento del Instituto podrá seguir celebrando la Misa sin pedir autorización a nadie, porque así lo establece la primera parte del Art. 3: "Las comunidades de los institutos de vida consagrada... que deseen celebrar la Santa Misa... de 1962 en la celebración conventual o "comunitaria" en sus oratorios propios, pueden hacerlo".
Sobre el derecho que le asistiría a toda la Institución Franciscana en virtud de la segunda parte del mismo artículo 3, y luego del Capítulo General de 2008 que aprobó la celebración de la Misa Tradicional para toda la comunidad, no nos atrevemos a opinar porque ahora las autoridades has sido desplazadas por el Comisario Apostólico.
De otro modo, si al interpretar el decreto de intervención se establece que los sacerdotes franciscanos individualmente deben pedir permiso para celebrar su misa privada, o cada comunidad para celebrarla en sus oratorios propios, entonces sin duda ninguna se estará contraviniendo la Ley Universal de la Iglesia establecida en el Motu Proprio de Benedicto XVI.
Querido padre Lombardi: ¿no ha pensado en renunciar antes de seguir sometiéndose a todo este circo?