Por: Padre Gabrielle Amorth
Este artículo se basa en entrevistas dadas al Fatima TV de Roma y a The
Fatima Crusader por el Padre Gabriel Amorth, famoso exorcista y uno
de los sacerdotes más conocidos en Roma y en el Vaticano. Es respectado por sus
colegas exorcistas que a él se unieron en una fraternidad mundial de exorcistas
católicos. Con más de 85 años de edad, el Padre Amorth está ahora reformado del
ministerio activo – pero, como tiene la mente todavía muy lúcida, él ve toda la
panorámica de aquello que está sucediendo en la Iglesia y la importancia única
y primordial del Mensaje de Fátima para resolver la crisis siempre más amplia
en el mundo de hoy.
por el Padre
Gabriel Amorth
Fátima
es única
Las apariciones de Nuestra Señora de Fátima
son absolutamente únicas en la historia de la Iglesia. Ellas tienen, es cierto,
un excepcional valor religioso, porque la salvación y conversión de las almas
es la preocupación más importante de Nuestra Señora.
Pero las Apariciones tienen también un gran
impacto e influencia sobre el curso de la Historia de Humanidad.
Es bien cierto que Dios es Quien guía la
Historia; pero también Dios creó el Hombre y lo hizo libre; y, por lo tanto, el
Hombre es capaz de influenciar y cambiar su propia Historia.
Así, las Apariciones de Nuestra Señora en
Fátima tienen este doble significado: un significado religioso y también
histórico, especialmente en lo que se refiere a la paz para el mundo.
Las Apariciones ocurrieron en 1917, casi al
final de la Primera Guerra Mundial. Nuestra Señora comenzó por mostrar el
Infierno a los pastorcitos de Fátima; el Infierno, que puede estar en el fin de
nuestra vida terrena: en ese entonces será el Cielo, o Purgatorio o el
Infierno, ¡nada más! Por lo tanto, debemos concentrarnos en Dios; de otro modo,
no seremos ni siquiera capaces de comprender la razón de nuestra vida ni su
significado.
Y
Nuestra Señora habló con nosotros – ¡NO para anunciarnos nuevas guerras, sino
para impedirlas! Si escuchamos Sus palabras, rezamos el Rosario, practicamos la
devoción de los Cinco Primeros Sábados a Su Inmaculado Corazón, no habrá otra guerra.
Caso contrario, si Sus palabras no fuesen escuchados, en el Pontificado de Pio
XI comenzaría una nueva y peor guerra.
Nuestra Señora pidió SÓLO la Consagración de
Rusia.
Nuestra Señora pidió la Consagración de
Rusia. No tenemos ahora tiempo para analizar este asunto, que me es muy
querido.
Sor Lucía dijo siempre que Nuestra Señora
pidió la Consagración de Rusia, y sólo de Rusia.
La Señora también pidió la Consagración del
mundo, pero a otra joven muy santa y también portuguesa, Alexandrina Maria da
Costa.
Pero en ambos casos en forma distinta. Aquí,
Nuestra Señora vino a pedir la Consagración de Rusia, en una ceremonia pública
y solemne, a ser realizada por el Papa en unión con todos los Obispos católicos
del mundo.
Esto
fue detallado específicamente por Jesús, Que, tal como Nuestra Señora, continuó
apareciendo a Lucía, porque Ella quería que la Consagración fuese reconocida
como el Triunfo del Inmaculado Corazón de María, para que Su Madre Santísima
pudiese ser venerada juntamente con la adoración a Su Sagrado Corazón – tales
fueron las palabras de Nuestro Señor.
Pero el tiempo pasó y no se hizo la
Consagración; y Nuestro Señor quedó, por eso, profundamente ofendido.
Con nuestro libre arbitrio, podemos afectar
los acontecimientos internacionales. Todo depende de Dios; pero Dios nos crió
libres y, como tal, podemos influenciar los acontecimientos humanos.
¡Esto es verdad! Fíjense, por ejemplo, lo que
sucedió al Rey de Francia, que no obedeció a la orden que recibió del Cielo y
acabó con la cabeza cortada.
Nuestro
Señor apareció a Sor Lucía y le dijo: ¡“Ellos harán la Consagración, pero
será tarde”!
Hasta me da escalofríos en la espina cuando
me recuerdo de estas palabras. ¡“pero será tarde”!, porque, en primer lugar,
fue por nuestra culpa que hubo la Segunda Guerra Mundial.
Lo peor es que Nuestra Señora ordenó que el
Secreto fuese abierto en 1960.
Y en aquel año Rusia aun no había acabado de
esparcir sus errores por todo el mundo. Ellos no hicieron la Consagración,
desafortunadamente; y así, efectivamente, Rusia esparció sus errores por todo
el mundo.
La Consagración de Rusia cambiará el curso de
la Historia.
La conversión de Rusia será el Triunfo del
Inmaculado Corazón de María, que será reconocido en todo el mundo. Fue por eso
que Nuestro Señor quiso una Consagración pública y solemne, a ser hecha por el
Papa unido con TODOS los Obispos del mundo. De este modo, toda su Iglesia y
toda la Cristiandad, representada por los Obispos, habrá consagrado a Rusia al
Inmaculado Corazón de María. ¡Tal hecho cambiará el curso de la Historia!
Sí,
en 1984, el Papa intentó, muy tímidamente, consagrar a Rusia en la Plaza de San
Pedro. ¡Y yo estaba allá, a pocos metros de él, por ser el organizador del
evento en la Plaza de San Pedro! Fue el día 25 de marzo de 1984, y el Papa
tenía la imagen de Nuestra Señora de Fátima que vino expresamente de Fátima;
era la imagen que normalmente queda en Fátima, en la Capilla del enorme recinto
del Santuario; pero, para tal ocasión, el Papa quiso esa imagen cerca de sí.
Arrodillándose ante la imagen, el Papa
intentó hacer la Consagración, pero todos los que lo circundaban eran políticos
que le dijeron: ¡“no puede nombrar a Rusia; no puede”! El Papa aun preguntó:
¿“Puedo nombrarla”? Y ellos respondieron: ¡“No, no, no”!
El Mensaje de Fátima es más relevante que
nunca.
Pero Nuestra Señora no apareció para traer
problemas; Ella descendió a nosotros para evitar problemas. Las profecías de
Fátima… déjenme decirles lo que yo pienso de ellas, usando las misma palabras
que el Papa Benedicto XVI pronunció, la última vez que estuvo en Fátima: “Quien
piensa que la misión profética de Fátima está concluida se engaña a sí propio”.
Fíjense la importancia de estas Apariciones.
Fíjense en el daño y la ruina que experimentamos en la Iglesia, tanto a nivel
de la Fe como de la moral.
Y
me gustaría citar el Papa Pablo VI a este propósito: “Se pensó que, después
del Concilio Vaticano II, habría un renacimiento de la Iglesia; pero, en vez de
esto, hubo un desastre. En el seno de la Iglesia, el humo de satanás entró en
el Vaticano”.
Ellos creyeron en un renacimiento de la
Iglesia, pero fue un desastre, entre el clero, en la liturgia, y también entre
los fieles. Millones perdieron la Fe y abandonaron su religión. Y esto fue
seguido por un pensamiento y cultura seculares que Nuestra Señora quiso
combatir, por medio de las palabras de Nuestro Señor y la Fe.
Ellos
están intentando construir una sociedad sin Dios.
El Racionalismo, la Época de las luces, el
Comunismo ateo – para ellos, la ciencia y la razón justifican todo, y nosotros
ya no necesitamos a Dios.
Véanse
los resultados: la familia es atacada por el divorcio, cuando Jesús dijo: “No
separe el hombre lo que Dios unió” ¿Y qué decir sobre el aborto? Con millones
de bebés aún por nacer asesinados cada año, cuando Nuestro Señor dijo: ¡“No
matarás”! – Su 5º Mandamiento. Véase el desastre con que hoy nos enfrentamos.
Así, las Apariciones de Fátima continúan, pero su fin es glorioso. Nuestra
Señora dijo: “Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre Me
consagrará Rusia que se convertirá y será concedido al mundo algún tiempo de
paz”.
Por lo tanto, he aquí el gran final de las
Apariciones de Fátima.
Antes de este final, sin embargo, es probable
que la humanidad tenga que sufrir alguna especie de castigo, de parte de Dios,
debido a sus pecados y corazones fríos; pero no estamos ante el fin del mundo,
como algunos locos han dicho; nos dirigimos hacia el Triunfo del Inmaculado
Corazón de María y a un período de paz. Sepan, entonces, que nosotros sólo
tendremos paz, si tenemos Fe en Dios y obedecemos a Sus palabras.
Visto en: Fatima.org
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