domingo, 4 de agosto de 2013

NUESTRA SEÑORA APARECIO NO PARA ANUNCIAR GUERRAS SINO PARA EVITARLAS

  Por: Padre Gabrielle Amorth


 Este artículo se basa en entrevistas dadas al Fatima TV de Roma y a The Fatima Crusader por el Padre Gabriel Amorth, famoso exorcista y uno de los sacerdotes más conocidos en Roma y en el Vaticano. Es respectado por sus colegas exorcistas que a él se unieron en una fraternidad mundial de exorcistas católicos. Con más de 85 años de edad, el Padre Amorth está ahora reformado del ministerio activo – pero, como tiene la mente todavía muy lúcida, él ve toda la panorámica de aquello que está sucediendo en la Iglesia y la importancia única y primordial del Mensaje de Fátima para resolver la crisis siempre más amplia en el mundo de hoy.
por el Padre Gabriel Amorth
Fátima es única
  Las apariciones de Nuestra Señora de Fátima son absolutamente únicas en la historia de la Iglesia. Ellas tienen, es cierto, un excepcional valor religioso, porque la salvación y conversión de las almas es la preocupación más importante de Nuestra Señora.
  Pero las Apariciones tienen también un gran impacto e influencia sobre el curso de la Historia de Humanidad.
  Es bien cierto que Dios es Quien guía la Historia; pero también Dios creó el Hombre y lo hizo libre; y, por lo tanto, el Hombre es capaz de influenciar y cambiar su propia Historia.
  Así, las Apariciones de Nuestra Señora en Fátima tienen este doble significado: un significado religioso y también histórico, especialmente en lo que se refiere a la paz para el mundo.
  Las Apariciones ocurrieron en 1917, casi al final de la Primera Guerra Mundial. Nuestra Señora comenzó por mostrar el Infierno a los pastorcitos de Fátima; el Infierno, que puede estar en el fin de nuestra vida terrena: en ese entonces será el Cielo, o Purgatorio o el Infierno, ¡nada más! Por lo tanto, debemos concentrarnos en Dios; de otro modo, no seremos ni siquiera capaces de comprender la razón de nuestra vida ni su significado.
  Y Nuestra Señora habló con nosotros – ¡NO para anunciarnos nuevas guerras, sino para impedirlas! Si escuchamos Sus palabras, rezamos el Rosario, practicamos la devoción de los Cinco Primeros Sábados a Su Inmaculado Corazón, no habrá otra guerra. Caso contrario, si Sus palabras no fuesen escuchados, en el Pontificado de Pio XI comenzaría una nueva y peor guerra.
  Nuestra Señora pidió SÓLO la Consagración de Rusia.
  Nuestra Señora pidió la Consagración de Rusia. No tenemos ahora tiempo para analizar este asunto, que me es muy querido.
  Sor Lucía dijo siempre que Nuestra Señora pidió la Consagración de Rusia, y sólo de Rusia.
  La Señora también pidió la Consagración del mundo, pero a otra joven muy santa y también portuguesa, Alexandrina Maria da Costa.
  Pero en ambos casos en forma distinta. Aquí, Nuestra Señora vino a pedir la Consagración de Rusia, en una ceremonia pública y solemne, a ser realizada por el Papa en unión con todos los Obispos católicos del mundo.
  Esto fue detallado específicamente por Jesús, Que, tal como Nuestra Señora, continuó apareciendo a Lucía, porque Ella quería que la Consagración fuese reconocida como el Triunfo del Inmaculado Corazón de María, para que Su Madre Santísima pudiese ser venerada juntamente con la adoración a Su Sagrado Corazón – tales fueron las palabras de Nuestro Señor.
  Pero el tiempo pasó y no se hizo la Consagración; y Nuestro Señor quedó, por eso, profundamente ofendido.
  Con nuestro libre arbitrio, podemos afectar los acontecimientos internacionales. Todo depende de Dios; pero Dios nos crió libres y, como tal, podemos influenciar los acontecimientos humanos.
  ¡Esto es verdad! Fíjense, por ejemplo, lo que sucedió al Rey de Francia, que no obedeció a la orden que recibió del Cielo y acabó con la cabeza cortada.
Nuestro Señor apareció a Sor Lucía y le dijo: ¡“Ellos harán la Consagración, pero será tarde”!
  Hasta me da escalofríos en la espina cuando me recuerdo de estas palabras. ¡“pero será tarde”!, porque, en primer lugar, fue por nuestra culpa que hubo la Segunda Guerra Mundial.
  Lo peor es que Nuestra Señora ordenó que el Secreto fuese abierto en 1960.
  Y en aquel año Rusia aun no había acabado de esparcir sus errores por todo el mundo. Ellos no hicieron la Consagración, desafortunadamente; y así, efectivamente, Rusia esparció sus errores por todo el mundo.
  La Consagración de Rusia cambiará el curso de la Historia.
  La conversión de Rusia será el Triunfo del Inmaculado Corazón de María, que será reconocido en todo el mundo. Fue por eso que Nuestro Señor quiso una Consagración pública y solemne, a ser hecha por el Papa unido con TODOS los Obispos del mundo. De este modo, toda su Iglesia y toda la Cristiandad, representada por los Obispos, habrá consagrado a Rusia al Inmaculado Corazón de María. ¡Tal hecho cambiará el curso de la Historia!
  Sí, en 1984, el Papa intentó, muy tímidamente, consagrar a Rusia en la Plaza de San Pedro. ¡Y yo estaba allá, a pocos metros de él, por ser el organizador del evento en la Plaza de San Pedro! Fue el día 25 de marzo de 1984, y el Papa tenía la imagen de Nuestra Señora de Fátima que vino expresamente de Fátima; era la imagen que normalmente queda en Fátima, en la Capilla del enorme recinto del Santuario; pero, para tal ocasión, el Papa quiso esa imagen cerca de sí.
  Arrodillándose ante la imagen, el Papa intentó hacer la Consagración, pero todos los que lo circundaban eran políticos que le dijeron: ¡“no puede nombrar a Rusia; no puede”! El Papa aun preguntó: ¿“Puedo nombrarla”? Y ellos respondieron: ¡“No, no, no”!
  El Mensaje de Fátima es más relevante que nunca.
  Pero Nuestra Señora no apareció para traer problemas; Ella descendió a nosotros para evitar problemas. Las profecías de Fátima… déjenme decirles lo que yo pienso de ellas, usando las misma palabras que el Papa Benedicto XVI pronunció, la última vez que estuvo en Fátima: “Quien piensa que la misión profética de Fátima está concluida se engaña a sí propio”.
  Fíjense la importancia de estas Apariciones. Fíjense en el daño y la ruina que experimentamos en la Iglesia, tanto a nivel de la Fe como de la moral.
  Y me gustaría citar el Papa Pablo VI a este propósito: “Se pensó que, después del Concilio Vaticano II, habría un renacimiento de la Iglesia; pero, en vez de esto, hubo un desastre. En el seno de la Iglesia, el humo de satanás entró en el Vaticano”.
  Ellos creyeron en un renacimiento de la Iglesia, pero fue un desastre, entre el clero, en la liturgia, y también entre los fieles. Millones perdieron la Fe y abandonaron su religión. Y esto fue seguido por un pensamiento y cultura seculares que Nuestra Señora quiso combatir, por medio de las palabras de Nuestro Señor y la Fe.
Ellos están intentando construir una sociedad sin Dios.
  El Racionalismo, la Época de las luces, el Comunismo ateo – para ellos, la ciencia y la razón justifican todo, y nosotros ya no necesitamos a Dios.
  Véanse los resultados: la familia es atacada por el divorcio, cuando Jesús dijo: “No separe el hombre lo que Dios unió” ¿Y qué decir sobre el aborto? Con millones de bebés aún por nacer asesinados cada año, cuando Nuestro Señor dijo: ¡“No matarás”! – Su 5º Mandamiento. Véase el desastre con que hoy nos enfrentamos. Así, las Apariciones de Fátima continúan, pero su fin es glorioso. Nuestra Señora dijo: “Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre Me consagrará Rusia que se convertirá y será concedido al mundo algún tiempo de paz”.
  Por lo tanto, he aquí el gran final de las Apariciones de Fátima.
  Antes de este final, sin embargo, es probable que la humanidad tenga que sufrir alguna especie de castigo, de parte de Dios, debido a sus pecados y corazones fríos; pero no estamos ante el fin del mundo, como algunos locos han dicho; nos dirigimos hacia el Triunfo del Inmaculado Corazón de María y a un período de paz. Sepan, entonces, que nosotros sólo tendremos paz, si tenemos Fe en Dios y obedecemos a Sus palabras. 

Visto en: Fatima.org


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