El láser líquido de DARPA (HELLADS)
DARPA, el “brazo loco de la ley” del Departamenteo de Defensa de los Estados Unidos,
ha empleado cinco años y 21 millones dólares para desarrollar un nuevo
juguete. Se trata de una clase de rayo láser, sustancialmente diferente a
los desarrollados hasta el momento, al que han bautizado High Energy Liquid Laser Area Defense System (HELLADS).
El dispositivo combina tecnologías de láeres sólidos y líquidos, y
puede ser montado en aviones para -entre otras cosas- derribar misiles.
Hace más de 40 años que DARPA investiga y desarrolla proyectos relacionados con la tecnología láser. Sus científicos han puesto a punto aplicaciones que aprovechan sus características únicas para crear herramientas de comunicaciones,
incluso entre submarinos. También forman parte de los sistemas de
guiado de misiles. Y -por supuesto- también los han utilizado para
volatilizar cosas. Dentro de este ultimo grupo se encuentra el High Energy Liquid Laser Area Defense System (HELLADS, Sistema de Defensa Área de Láser Líquido de Alta Energía). HELLADS es, básicamente, un
sistema de rayos láser de alta energía que el ejército estadounidense
podrá usar para destruir objetivos enemigos con gran precisión.
El dispositivo comenzó a desarrollarse hace unos cuatro años, y ha
costado -al menos oficialmente- 21 millones de dólares. Como ocurre a
menudo, DARPA ha contratado a otras empresas para que creen el aparato.
En este caso, la responsabilidad de poner en marcha HELLADS ha sido el
contratista Weaponeer Textron. Entre las
características más sobresalientes de este láser se destacan su gran
potencia -unos 150 kilowatt (kW)- y su pequeño tamaño. En efecto, el
dispositivo no es más grande que el refrigerador de tu casa, lo que
permite montarlo prácticamente sobre cualquier vehículo. De hecho, DARPA piensa usarlo a bordo de aviones. Si todo sale como creen en la Agencia de Proyectos de Investigación de Defensa Avanzada
del Pentágono, los combates aéreos del futuro se parecerán a algunas
escenas de batallas que hemos visto en las películas de la saga Star
Wars.
Su pequeño tamaño le permite ser montado a bordo de un jet militar, desde donde podrá dispararse contra otros
aviones, blancos en tierra o utilizarse para derribar misiles enemigos
que se aproximen con malas intenciones. El equipo completo pesa unos 750
kilogramos. Puede parecer mucho, pero es bastante menos de lo que pesan
otros láseres similares. Esta reducción significativa en su peso se
debe a que los ingenieros de Weaponeer Textron combinaron en HELLADS
un láser de estado sólido con uno de estado líquido. En general, los
láseres de estado sólido son pequeños pero deben ser disparados con
intervalos para evitar su sobrecalentamiento. En cambio, los que basan
su funcionamiento en un líquido pueden disparar de forma continua, pero
requieren de grandes y complejos equipos de refrigeración para no
derretirse -literalmente- mientras disparan. En DARPA aseguran que HELLADS posee lo mejor de ambos mundos, y pesa “un orden de magnitud menos” de lo que pesaría un láser de estado sólido equivalente.
El director del proyecto, Don Woodbury, dice que el secreto del éxito de HALLADS se debe a una inteligente “combinación de la alta energía de un láser de estado sólido con el manejo térmico propio de los láser de estado líquido”. El desarrollo del láser, cuyo acrónimo en ingles significa algo así como “el arma infernal”,
comenzó en 2004 con un prototipo de una potencia de 1 kW. En 2006 se
construyó una segunda versión más poderosa, de 15 kW. La ultima versión
del juguete puede emitir rayos de luz coherente con una potencia de 150
kW. Los analistas militares aseguran que es lo suficientemente
potente como para confiarle la delicada tarea de derribar misiles
enemigos.
Otros, sin embargo, se permiten ser un poco menos optimistas. Phil Coyle, del Center for Defense Information,
no está demasiado convencido sobre la efectividad de este tipo de
armas. No es que un láser de semejante potencia no sea un logro
impresionante o que no tenga la capacidad de derretir un misil. Pero “una
cosa es disparar a un blanco fijo, en un campo de pruebas, y otra muy
diferente es lograr enfocar un punto determinado sobre un misil que se
mueve a gran velocidad. Esto último es equivalente a tratar de encender
leña húmeda con un fósforo”, dice. Puede que Coyle tenga razón.
HELLADS es impresionante, pero quizás a la hora de utilizarlo en el
campo de batalla resulte un fracaso. ¿Que pasaría si,
sabiendo que EE.UU. posee un láser como esta, el enemigo cubre sus
misiles con una pintura reflectante? Como ocurre a menudo, las cosas “en el mundo real” pueden ser bastante diferentes a lo que parecen en el tablero de dibujo de un ingeniero. Se requiere una gran dosis de “magia informática”
para mantener enfocado un láser que se mueve a Match 2 o 3 sobre un
pequeño y escurridizo blanco que se acerca zigzagueando a una velocidad
similar. Sin embargo, en DARPA están felices con HELLADS. El tiempo dirá si se trata solamente de otro artilugio loco creado por la agencia, o se convierte en un instrumento de destrucción más de la caja de Pandora que atesora el ejército.