Es lo obtenido en la “década ganada”, generado por tantas mentiras y ataques desde el Gobierno, así como también por la ostentación de impunidad que hacen sus integrantes
En un reciente reportaje que el Diario LA NACIÓN le hizo a la tenista, ahora retirada, GABRIELA SABATINI, ésta dijo que “Lo que menos tenemos los argentinos es paz”, ofreciendo algunos ejemplos para sustentar su opinión. Y no se equivocó ni exageró. Ella, además, es una adecuada referente para expresarse sobre el tema, pues viaja frecuentemente y por ello puede comparar con el clima que se percibe en otros países.
En la Argentina de hoy se está haciendo difícil transitar por la calle en cualquier condición. Si se es automovilista la exposición es a tener alguna fuerte colisión por más atención que se ponga en la conducción, ya que no depende de uno sino del que se cruza delante de uno. Siendo peatón, la inseguridad también existe, y mayor, por la vulnerabilidad que impone esa condición.
Además, los ancianos o los discapacitados, son acosados por personas jóvenes, hombres o mujeres, apurados, llevándose todo por delante, caminando o en automóviles, presionando siempre a las personas más lentas. Pasando incluso por sobre los niños. Individuos con muy mala apariencia y peor mirada, en un visible estado emocional alterado, o conduciendo autos de marcas importadas muy costosas, con auriculares y grandes anteojos oscuros y en muchas ocasiones, hablando por sus teléfonos celulares. Lo hacen también circulando en bicicleta, por las veredas, a alta velocidad. Es como una imitación del “Vamos por todo”, por supuesto sin importar a quien se pisa.
Prácticamente en el mismo momento en que el reportaje a SABATTINI tomaba estado público, una Médico de Recoleta baleaba el automóvil que encontró estacionado en el lugar en el que ella normalmente colocaba el suyo. Y una mujer que vive con 17 perros, baleó y mató a su vecina porque tuvo la osadía de ir a quejarse por las molestias que ocasionan sus mascotas. Y, desde allí hasta este mismo momento, simultáneamente, peleas entre barras futboleras, y agresiones por doquier, en plena campaña electoral. Es decir, no se salva nadie de la agresión.
Lo que ocurre, y que no dijo SABATTINI y tampoco casi nadie se anima a expresarlo, es que la mentira es en si misma violencia. Si se miente entre amigos, entre esposos o socios comerciales, o entre vecinos, la consecuencia es nefasta. La pérdida automática de confianza y una sensación de defraudación, muy desagradable, y que a veces termina mal.
A los argentinos se les miente, además, por televisión, en los discursos oficiales, y ellos no tienen forma de responder a esas mentiras, repudiando o negándolas, las que además se manifiestan en un entorno propicio para quienes las emiten, con gente amiga cuidándolos y con todas las garantías del caso. Mentiras muy fuertes y dolorosas, a personas que están sufriendo mucho por inseguridad y motivos económicos, quienes además tienen que soportar que les digan que eso es una “sensación” no real. Esta situación se convierte en un sentimiento de impotencia que suele explotar en cualquier parte y por cualquier situación, aún la más banal.
He aquí una pista para descubrir las razones de la violencia y la agresividad en la Argentina.
Pero tal vez lo más nocivo es que ya hay conciencia pública de que es posible aquí robar, violar y matar, eludiendo las consecuencias en el menor tiempo y a muy bajo costo. Especialmente si el victimario tiene algún contacto en el Gobierno.
A partir de esta convicción, desaparecen los miedos en quienes no tienen demasiado apego hacia las leyes, y se lanzan a vivir a su gusto sin restricciones ni trabas que pueda imponerles la sociedad.
Por estas mismas horas, se está ante la posibilidad de acontecimientos políticos importantes en el país. Con ellos podrían materializarse cambios que desde hace tiempo esperan las personas de bien, que quieren vivir en un marco de paz que les permita crecer y desarrollarse.
De ellos también depende que se concreten esos cambios, de su esfuerzo para lograrlos y de su enseñanza a terceros, empezando con el ejemplo propio. No hay más tiempo para demoras y ensayos. Ya está todo a la vista en la Argentina, sólo hay que fijar el Norte y empezar a marchar …
Fuente: Enfoques Positivos