– Por Antonio Caponnetto
“Del
que al negar a la autoridad todo origen divino, se abre la puerta a toda
corrupción… Armada la multitud con la creencia de su propia y única soberanía,
se precipita fácilmente a promover turbulencias y sediciones; y quitados los
frenos del deber y de la conciencia, solo queda la fuerza, que raras veces
puede contener los apetitos de las muchedumbres, formadas siempre de los menos
cultos y los menos aptos.” (SS. León XIII, “Libertas Praestantissimum”)
“Entonces, ni sufragio universal ni
calificado son modelos para un católico coherente. Sí en cambio, vale la
admiración e imitación del espíritu y de las formas concretas de aquella
sociedad cristiana, en la que la organización corporativa y foral permitía
—llegado el caso y dadas ciertas condiciones— designar a los gobernantes
mediante el criterio del primus inter pares, que devenía después en primus
inter primus. Algunos tratadistas han caracterizado a este modo de elegir
autoridades, sufragio directo por distribución territorial y representación
corporativa. Mutatis mutandi, todavía hoy la Iglesia nos da el ejemplo de la
validez de este criterio cuando tiene que designar un nuevo Papa. No se convoca
a las masas a la elección. No se presentan listas de candidatos emergentes de
otros tantos órganos partidocráticos. Ni cualquiera elige ni cualquiera puede
ser electo. La Iglesia sabe —como lo ha dicho Pío XII en “La organización
política mundial”— que “cuando la creatura es reducida a simple elector, la
vida de las naciones se halla disgregada por el culto ciego al valor numérico”.
Y no puede dejar de recordar que el primer sufragio universal de la historia
(¿o fue calificado?), los electores eligieron a Barrabás y crucificaron a
Jesucristo.”
DR. ANTONIO CAPONNETTO (Extracto
de “La Perversión Democrática")
Nacionalismo
Católico San Juan Bautista