FINAL ABIERTO
Junio 28, 2014
Por Malú Kikuchi
Había una vez, hace años, una nación llamada Argentina. Quedaba en el
fin del mundo. Llegó a ser, se animó a ser con esfuerzo, inteligencia y
libertad, un gran país. Lástima que fue “Allá lejos y hace tiempo”.
¿Volverá a ser? De nosotros depende.
Hoy, si prende la radio o la TV, o mira a través de la computadora, o
teléfono inteligente, o cualquiera de estos inverosímiles chiches
tecnológicos, o si todavía le gusta sentir el placer de darle vuelta a
las páginas de su diario predilecto, no va a encontrar noticias que le
recuerden el país que fuimos. Hasta hoy.
Noticias varias del viernes 27/6/2014. Se descubre en “escuchas
telefónicas del “narco Suris”, que se nombra a Gerardo Zamora (UCR ultra
K, actual vicepresidente del senado, o sea 3° en la línea de sucesión
presidencial, dos veces gobernador de Santiago del Estero, ahora lo es
su mujer) y su hijo, son nombrados “para hacer negocios”.
Amado Boudou, vicepresidente de la nación, de paso por Cuba, aprovecha
para sacarse fotos con imágenes del Che. Mientras le pide al juez que
apresure sus causas, la del auto declarado fuera de tiempo para que no
entrara en el juicio de divorcio y jorobar a su ex mujer y la pequeña
causa Ciccone en que se lo indaga para averiguar si quiso quedarse con
la empresa que imprimía billetes, ¿para competir con La Casa de la
Moneda? ¿O negociaba como testaferro de “alguien”?
En Tucumán, después de reabrir esforzadamente el caso de Paulina Lebbos,
asesinada, abusada y abandonada en una ruta hacia los cerros en 2006
(tenía 23 años y había salido a festejar con amigas, su último examen en
ciencias de la comunicación). El padre, Alberto Lebbos insiste en un
crimen de “los hijos del poder”. Gabriel Alperovich, hijo mayor del
gobernador, encuentra una y otra vez disculpas para no hacerse un ADN.
Guido Forcieri, ex jefe de gabinete de Boudou (cuando era ministro de
economía), hoy representante argentino ante el Banco Mundial, es llamado
por el juez Lijo, tema Ciccone, por un viaje a Brasil de Forcieri con
Nuñez Carmona y Vanderbroele, pagado por “Old Fund”. Forcieri toma un
vuelo hacia Buenos Aires en Washington, hace escala en Dallas y
sorpresivamente se vuelve a Washington. ¿Alguien le avisó de la
decisión de Lijo?
Tema Griesa. Reestructuramos la deuda, (defaulteada públicamente por
Rodríguez Saa en 2001) en 2005 y en 2010. El 92,4% de los bonistas
aceptaron, hoy, los holdin y el 7,6% no aceptó, hoy, los holdout. Los
primeros debían recibir su cuota/pago el 30/6, unos US$ 900 millones. El
fallo de Griesa, refrendado por la cámara y por la Corte de EEUU, dice
que hay que pagarles a los holdout el total de la deuda, US$1330
millones, al mismo tiempo que a los demás bonistas. Argentina dice que
no puede. Le pide a Griesa que reinstale el anti embargo (stay) para que
los holdout no se queden con la plata de los holdin. Griesa nombra un
mediador, Pollack.
Argentina no se da por enterada. Cristina que pasó de “extorsión” a
decir 4 días después que le vamos a pagar al 100% de los bonistas, ahora
amenaza al juez. Kicillof el martes sostuvo que los hodout “no
pasarán”. El jueves contó en la ONU que vamos a pagar y que todos son
muy malos con Argentina. El G77+China, nos respalda. De palabra, siempre
lo hacen. Efectividades, nada.
Argentina deposita en el banco americano casi US$ 1.000 millones para
pagar a los holdin. Los holdout no los embargan. Griesa los manda de
vuelta a la Argentina e insiste en que el país debe sentarse a negociar
en Nueva York con el mediador y los holdout. Un culebrón venezolano.
Kicillof le pide al juez ¡paciencia! Hace 12 años que nos tiene
paciencia, está cabeza a cabeza con Job, en cualquier momento lo
reemplaza. Y las amenazas van desde denunciarlo ante la Corte
Internacional de la Haya (ya le llevamos el tema Botnia y pensamos
llevarlo otra vez y también deben estar hartos de nosotros), ante la
ONU, y si me apuran, en pleno mundial, también ante la FIFA, acusándolo
de morder como Suarez.
¿Cómo termina? ¡Qué buena pregunte, si tuviéramos la respuesta! Se
supone que más o menos bien. Tenemos que pagar (sería bueno revisar con
cuidado y decencia la deuda) para seguir formando parte del mundo
civilizado; los holdout quieren cobrar y deben estar dispuestos a
negociar efectivo, bonos y plazos. En cuanto al juez Griesa debe soñar
con un paraíso donde el nombre de Argentina no exista. ¿Cómo quedamos?
Ese es otro tema.
Una vez que el tema deuda quede saldado, entonces deberemos emprender el
largo, penoso y empinado camino de la previsibilidad y la normalidad,
para convencer y convencernos, que somos un país en serio. Volver a ser.
Y de pronto, los milagros existen, el juez Lijo procesa a Boudou por
cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública. También
procesa a Nuñez Carmona, Vanderbroele, Resnick Brenner, Ciccone y
Renwick, todos por el caso Ciccone. Entonces se enciende una luz. Y
siguen las preguntas.
¿El juicio llegará hasta donde tenga que llegar, no importa cuán altos
sean los cargos de los posibles responsables del posible delito, caiga
quien caiga, o sólo será un jueguito para la tribuna, cuestión de
convencernos que el poder judicial es independiente y sabe que su
trabajo es hacer justicia?
Había una vez, hace años, una nación llamada Argentina. Quedaba en el
fin del mundo. Llegó a ser, se animó a ser con esfuerzo, inteligencia,
libertad y JUSTICIA. ¿Volveremos a ser esa nación que fuimos, o
seguiremos siendo “esto” que somos hoy? Lijo le abre una puertita a la
esperanza. El final sigue abierto.