Primer traspié en la batalla con los buitres
Fue al intentar condicionar el pago a que se restablezca la cautelar.
La presidente hace años viene denostando las medidas cautelares en
nuestro país, especialmente durante la decisión sobre si la ley de
medios era constitucional, cuando el grupo Clarín oponía las cautelares
para ganar tiempo porque el cristinismo lo que quería era desguazar para
repartirlo entre sus amigos de diversos medios privados. En cambio
ahora es el gobierno nacional quien hace tiempo viene interponiendo
cautelares hasta llegar a la Corte Suprema de los EE.UU., que no quiso
tomar el caso argentino y de este modo quedó firme el fallo condenatorio
del juez Thomas Griesa. En el discurso presidencial del viernes último,
la presidente dijo que se iba pagar al 100% de los acreedores y se
intentó el lunes pasado fijar condiciones unilaterales a los holdouts pidiendo la reposición del on stay.
O sea, volver a poner en vigencia la medida cautelar que impedía a esos
fondos embargar los pagos de los bonos por parte de la república. La
respuesta no se hizo esperar, ya que Paul Singer, el dueño de NML
Capital, se niega a tal petición hasta tanto no se inicien
conversaciones sobre el pago, o sea, el cumplimiento de la sentencia.
Cómo disimular
Ayer dijimos
que el gobierno no quiere quedar como que se rindió incondicionalmente,
pero con este “apriete” unilateral logró que el dólar blue retomara la
senda alcista a $ 12,10, cuando anteayer había caído a $ 11,70 y la
bolsa porteña, que subió mucho, bajó luego el 0,9%. Hay versiones de que
habría conversaciones secretas y que se habría convenido el pago con
los Bonar 2024, como se hizo con la indemnización a Repsol. Pero el
problema es la alta tasa de interés que debe pagar el país, que en el
caso antes citado fue del 11%. Una forma de bajar esa sobretasa sería
que un acuerdo multipartidario refrendara esa negociación pero con este
gobierno resulta imposible. Otra alternativa para bajar la tasa sería
separar el 3% de las exportaciones argentinas por diez años en un fondo
fiduciario del Banco Central que se deposite en un banco de Nueva York.
Pero para este gobierno sería una claudicación y, por último, se podría
también convenir la posibilidad de recomprar los bonos el día que la
sobretasa baje. Analistas económicos serios sostienen que, si la
Argentina soluciona el tema con Griesa y los holdouts, si
quiere volver a tomar deuda en los mercados de deuda soberana la tasa
podría bajar al 8/9%. Así las cosas, cabe esperar que esta novela dure
hasta el 30 de julio, fecha límite para que no se declare el default y
que veremos sucesivamente días optimistas y pesimistas, dados los
vaivenes de este gobierno, que todo el tiempo está al filo de la
cornisa.