sábado, 28 de junio de 2014

¿Juzgar sí o no? El rompecabezas de Francisco

¿Juzgar sí o no? El rompecabezas de Francisco - Por Sandro Magister




  En menos de un par de días el Papa Francisco ha emitido primero un tremendo juicio de condena que ha conquistado las primeras planas de todos los periódicos, y luego ha dedicado toda su homilía matutina de Santa Marta a decir que nunca se debe juzgar y condenar sino sólo hacerse defensores e intercesores por los demás.
  La sentencia condenatoria la ha emitido el Sábado, 21 de junio contra los mafiosos de la ‘Ndrangheta en Calabria. Con estas palabras exactas:
  Cuando no se adora a Dios, el Señor, se convierten en adoradores del mal como lo son aquellos que viven de deshonestidad y de violencia. .. ¡La Ndrangheta es esto: Adoración del mal y desprecio del bien común! Este mal debe ser combatido, debe ser alejado y ¡es necesario decirle que no! Aquellos que siguen este camino en su vida de maldad, como son de la mafia, no están en comunión con Dios, están excomulgados “.
  Las crónicas han registrado en este punto el aplauso general de doscientos mil presentes. Seguido por los aplausos aún más universal de los medios de comunicación.
  Pero resulta que un consenso igualmente generalizada sonríe al Papa Francisco también cada vez que nos exhorta a no emitir un juicio, desde el ya memorable “¿Quién soy yo para juzgar?” que es quizá la máxima más universalmente citada y elogiada de su pontificado .
  El rompecabezas se encuentra precisamente aquí. Francisco es el Papa que juzga, condena, absuelve, sentencia, promueve, remueve. Pero al mismo tiempo constantemente predica que nunca se debe juzgar o acusar o condenar.
  Quien juzga “siempre se equivoca”, dijo en su homilía del 23 de junio en Santa Marta. Es un error, dijo, “porque toma el lugar de Dios, quien es el único juez.” Se arroga “el poder de juzgar de todo: la gente, la vida, todo.” Y “con la capacidad de juzgar” cree que tiene también “la capacidad de condenar.”
  Con la excomunión de los mafiosos, dos días antes, la música era muy diferente. Galantino , Obispo de Cassano all’Jonio predilecto de Francisco y por él nombrado secretario de la CEI tradujo así las palabras del Papa:
  “La excomunión significa que la mafia está impedida de vida en la Iglesia. Eligieron el mal como forma de vida. Y cuando esto sucede, se está fuera de la comunión. No puedes recibir los sacramentos, y hacer de padrino, formar parte del Comité de la patrona, nada. Esta no es tu comunidad. No importa que guardes la imagen de la Virgen María o un altar o la Biblia en tu ratonera donde te escondes: no significa nada.
  Otros que no juzgan! Con una advertencia, porque si el mafioso en cuestión se esconde “en las ratoneras” es una señal de que está en la clandestinidad y que ya ha sido declarado culpable por la justicia en la tierra, y si es censurado, no es tan fácil para la Iglesia condenarlo en el fuero externo.
  Pero es aún más difícil conciliar las condenas del Papa a la mafia, a los corruptos, y a todos los demás que se encuentran cotidianamente bajo su juicio con sus exhortaciones incesantes a no juzgar. Tanto más sorprendentes estas exhortaciones debido a que son de un sucesor de Pedro, a quien se le dieron las llaves de “atar y desatar” en la tierra y en los cielos.
  En realidad, en su homilía del 23 de junio en Santa Marta Francisco también dijo que “El único que juzga es Dios, y aquellos a los cuales Dios ha dado la potestad de hacerlo.” Pero no especificó quiénes son. El enigma continúa.
*La ilustración es un agregado nuestro
                               Visto en:  http://www.infovaticana.com/
Agradecemos a nuestra amiga Maite C. por acercarnos el artículo


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