“LA TELA DE ARAÑA”
La dependencia o “LA TELA DE ARAÑA” que envuelve actualmente a la Argentina es su deuda externa.
Todo comenzó en 1824, pero su crecimiento exponencial es desde 1976, que mientras la sociedad se dividía y se desindustrializaba la producción, manos extranjeras con los “vende patria” de siempre, engañando a los patriotas argentinos, fueron enajenando al país. Tal es así que a fines de 1982 nuestra deuda externa se había acrecentado en algo de 7, 5 veces más, haciéndose impagable con el sistema de producción que teníamos y seguimos teniendo.
Luego vinieron los gobiernos elegidos por votos y por capricho o por ignorancia, o por algún otro motivo, que no dicen ni los gobernantes ni la oposición, se dejó pasar: el rechazo de la deuda como odiosa, la propuesta Espeche Gil (pide una opinión consultiva a la Corte Internacional de Justicia de La Haya), la no auditoría de la deuda, ni la intervención del Congreso Nacional, (que es por mandato de la Constitución Nacional). Como también no se le dio importancia al Juicio Olmos, que tiene resolución, ni los otros, juicios en trámites, que deben estar durmiendo en algún Juzgado.
Pero se creyó, que desatendiendola con maniobras dilatorias y con discursos provocativos, declarando que ya nos habíamos “desendeudados”, por haber firmado acuerdos desacertados, se imaginó, por inexperiencia u otro motivo que se había solucionado no solo los problemas de los holdouts sino también toda deuda o cuestiones internacionales. Y hoy dependemos de la justicia extranjera, por elección propia, y estamos en default teórico, sin embargo nunca se creyó, ni se cree, que los problemas de la deuda externa se solucionan industrializando integralmente el país.
Las crónicas nos enseña que sino se aplican las soluciones correctas a “LA TELA DE ARAÑA” histórica, esta se puede ir expandiendo, haciéndose indestructible.
Todo comenzó en 1824, pero su crecimiento exponencial es desde 1976, que mientras la sociedad se dividía y se desindustrializaba la producción, manos extranjeras con los “vende patria” de siempre, engañando a los patriotas argentinos, fueron enajenando al país. Tal es así que a fines de 1982 nuestra deuda externa se había acrecentado en algo de 7, 5 veces más, haciéndose impagable con el sistema de producción que teníamos y seguimos teniendo.
Luego vinieron los gobiernos elegidos por votos y por capricho o por ignorancia, o por algún otro motivo, que no dicen ni los gobernantes ni la oposición, se dejó pasar: el rechazo de la deuda como odiosa, la propuesta Espeche Gil (pide una opinión consultiva a la Corte Internacional de Justicia de La Haya), la no auditoría de la deuda, ni la intervención del Congreso Nacional, (que es por mandato de la Constitución Nacional). Como también no se le dio importancia al Juicio Olmos, que tiene resolución, ni los otros, juicios en trámites, que deben estar durmiendo en algún Juzgado.
Pero se creyó, que desatendiendola con maniobras dilatorias y con discursos provocativos, declarando que ya nos habíamos “desendeudados”, por haber firmado acuerdos desacertados, se imaginó, por inexperiencia u otro motivo que se había solucionado no solo los problemas de los holdouts sino también toda deuda o cuestiones internacionales. Y hoy dependemos de la justicia extranjera, por elección propia, y estamos en default teórico, sin embargo nunca se creyó, ni se cree, que los problemas de la deuda externa se solucionan industrializando integralmente el país.
Las crónicas nos enseña que sino se aplican las soluciones correctas a “LA TELA DE ARAÑA” histórica, esta se puede ir expandiendo, haciéndose indestructible.