CARTA
ABIERTA A LA SENADORA
BEATRIZ ROJKES DE ALPEROVICH
TUCUMAN - ARGENTINA
OPINIÓN

Si un individuo dijera que se siente muy conforme de
pertenecer al pueblo que se vincula; que
no le molesta el color de su piel, que está muy satisfecho de sus antepasados y
de descender de ellos, que pertenece a una raza por decisión de Dios, no por
elección propia, pero que se siente feliz de esa decisión, ese tal individuo, si es negro, indio, judío, chino o esquimal, será
bien visto y se valorará su actitud. Todos tienen derecho a valorar
lo que les viene de sus raíces, de su pueblo, de su raza. No está claro el origen de la palabra “raza”.
Se pensó que vendría del latín “radix,
radicis” con el sentido de raíz. O del antiguo alto Alemán “reiza” que
significa serie, línea, linaje.
O del Latín
“ratio” que sería calculo, cuenta, y pasando por el sentido de índole,
modalidad, vino a significar naturaleza y calidad de la gente. Cualquiera
fuera su origen, la palabra “Raza” trae idea de todo eso, de raíces, de
linajes, de naturaleza y calidades. Un pueblo, para proponerse una empresa,
debe estimar su naturaleza, sus calidades, su forma de ser. Debe tener satisfacción de su raza, no sentirse
disminuido ni aspirar a ser otro distinto del que es. Por eso es lógico que el
Estado debe estimular a exaltar nuestras
raíces. El presidente Don Hipólito Irigoyen lo hizo por medio de un decreto
que firmo el 4 de octubre de 1917, estableciendo que el que el descubrimiento
de América es el acontecimiento de más trascendencia que haya realizado la
humanidad a través de los tiempos. Que se debió al genio hispano, descubridora
y conquistadora, que volcó sobre el continente enigmático y magnifico el valor
de sus guerreros, el denuedo de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el
milagro de conquistar para la civilización la inmensa heredad en que hoy
florecen las naciones a las cuales ha dado, con la levadura de su sangre y con
la armonía de su lengua, una herencia inmortal que debemos afirmar y mantener
con júbilo y reconocimiento. Señora es un honor ser Indio, Negro o blanco.
Somos imagen y semejanza de Dios nuestro Señor. No se olvide. Tucumán es
Mariano.
JORGE B. LOBO ARAGÓN