LA FALSA CRISIS DE LOS REFUGIADOS
[Enviado por la Hna. María de Luján]
LA FALSA CRISIS DE LOS REFUGIADOS
Thierry Meyssan
Mientras
la prensa europea pulsa la cuerda emotiva difuendiendo fotos de un niño
ahogado y publicando reportajes sobre las multitudes que cruzan a pie
los países de los Balcanes, Thierry Meyssan muestra que se trata de
imágenes fabricadas. Son imágenes que favorecen los intereses del patrón
de patrones alemán, Ulrich Grillo, y de la OTAN, pero que no reflejan
el fenómeno en su conjunto y empujan a los ciudadanos europeos hacia
respuestas que no resuelven el verdadero drama.
http://www.voltairenet.org/article188619.html
http://www.voltairenet.org/article188619.html
La
prensa atlantista ha dado la mayor difusión a la parte izquierda de
esta fotografía. En ella aparece el cuerpo de Aylan Kurdi, un niño sirio
de origen kurdo, supuestamente fue depositado en la playa por las olas.
Pero, como puede verse en la foto, el cuerpo está en posición perpendicular a las olas, cuando debería estar paralelo a ellas.
En el plano derecho de la imagen, la presencia de un fotógrafo turco de
uniforme confirma la idea de un montaje de la escena. Al fondo, se
distinguen varios bañistas.
Ua
ola de emoción cayó brutalmente esta semana sobre los pueblos que viven
en los países de la OTAN. Y bruscamente tomaron conciencia del drama de
los refugiados que tratan de cruzar el Mediterráneo, tragedia que dura
desde hace años, ante la permanente indiferencia de la opinión pública
europea.
El
cambio se debe a la publicación de una fotografía que muestra
al público el cuerpo de un niño ahogado, depositado por las olas en una
playa turca. Poco importa que esa imagen sea una grosera escenificación:
los cuerpos devueltos por el mar quedan en posición paralela a las
olas, nunca perpendicularmente a ellas. Poco importa también que
en menos de 2 días casi todos los diarios de los países de la OTAN hayan
publicado instantáneamente la misma imagen en primera plana. Ya se sabe
lo libre y pluralista que es la prensa occidental.
Trabajando
en el mismo sentido, las televisiones multiplicaron en estos días los
reportajes sobre el éxodo de miles de sirios, a pie, a través de los
países balcánicos. Particular atención prestaron al paso de esas
personas a través de Hungría, país que comenzó construyendo una inútil
valla de alambre de espino antes de tomar, una tras otra, toda una serie
de decisiones contradictorias que dieron a las televisiones la
posibilidad de filmar repetidamente la multitud de migrantes caminando
a lo largo de las vías férreas y tomando los trenes por asalto.
«En reacción» ante la conmoción que habían suscitado en sus conciudadanos, los dirigentes europeos, «sorprendidos»
y contritos, ahora discuten acaloradamente sobre la manera de socorrer a
estos refugiados. Antonio Guterres, ex presidente de la Internacional
Socialista y actual Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados, intervino en el debate entre estos dirigentes preconizando «la participación obligatoria de todos los Estados miembros de la Unión Europea». Y agrega que: «Según
estimados preliminares, los países europeos tienen una necesidad
potencial de aumentar las oportunidades de reinstalación en 200 000
plazas.»
¿Cuál es realmente el problema? ¿Quién está explotándolo y con qué objetivo?
Los refugiados del Mediterráneo
Desde
el inicio de la «primavera árabe», en 2011, el número de personas que
trata de cruzar el Mediterráneo y de entrar en la Unión Europea ha
aumentado considerablemente, sobrepasando incluso el doble de cifras
anteriores, y se elevó en 2014 a 626 000 personas.
Sin
embargo, contrariamente a la idea generalizada, no se trata de una
oleada de migrantes nunca vista e imposible de asimilar. En 1992, aunque
la Unión Europea se componía entonces de sólo 15 de los 28 Estados que
actualmente la integran, estaba recibiendo proporcionalmente
más migrantes que en este momento: 672 000 por 380 millones de
habitantes. Existe, por lo tanto, un considerable margen antes de que
los migrantes lleguen a desestabilizar la economía de la Unión Europea,
que hoy cuenta 508 millones de habitantes.
Más de 2 tercios de esos migrantes son hombres de entre 18 y 34 años, según sus propias declaraciones. Así que, por lo general, no se trata de familias.
Contrariamente a la idea que están divulgando los medios de prensa, menos de un tercio son refugiados provenientes de zonas de guerra. Sólo un 20% son sirios, un 7% son afganos y un 3% son iraquíes.
O sea, los otros 2 tercios no provienen de países en guerra y son principalmente migrantes por razones económicas.
En otras palabras, el fenómeno de las migraciones está sólo marginalmente vinculado a la «primavera árabe»
y las guerras. Los pobres están abandonando sus países para probar
suerte en los países ricos, en total correspondencia con el orden
postcolonial y con la lógica de la globalización. Este fenómeno, después
de haber disminuido desde 1992 y hasta 2006, se ha reactivado y ahora
va en aumento. Pero lo cierto es que actualmente equivale a un 0,12%
anual de la población europea, o sea –manejado correctamente–
no representa a corto plazo ningún peligro para la Unión Europea.
El
presidente de la Federación de la Industria Alemana, Ulrich Grillo,
quiere disponer de 800.000 trabajadores extranjeros suplementarios
en Alemania. Como los acuerdos europeos prohíben esa entrada masiva de
mano de obra extranjera, que encuentra además la hostilidad de la
opinión pública, Grillo contribuye a poner en escena la «crisis de los
refugiados» para obtener una modificación de la reglamentación
existente.
¿Son los migrantes un problema?
Este
flujo de migrantes despierta inquietud en los pueblos europeos. Pero
los grandes empresarios alemanes lo acogen con regocijo. En diciembre de
2014, el «patrón de patrones» alemán, Ulrich Grillo, escondía
hipócritamente sus intereses tras una fachada de buena voluntad
al declarar a la agencia DPA: «Somos desde hace mucho un país de inmigración y debemos seguir siéndolo». Y agregaba que «como país próspero y también por amor cristiano al prójimo, nuestro país debería permitirse a sí mismo acoger más refugiados». También afirmaba: «Yo me distancio muy claramente de los neonazis y de los racistas que se reúnen en Dresde y en otros lugares». Y, con un poco más de seriedad, «Debido a nuestra evolución demográfica, garantizamos el crecimiento y la prosperidad con la inmigración»[1].
Este
discurso retoma exactamente los mismos argumentos que presentaban los
empresarios franceses en los años 1970. Otro elemento a tener en cuenta
es que hoy en día la población europea dispone de cierto nivel de
educación y de calificación, algo de lo que carece la gran mayoría de
los migrantes, que estarán por consiguiente más dispuestos a aceptar
ciertos tipos de empleos que los europeos rechazan. Progresivamente,
la llegada de mano de obra no calificada y dispuesta a aceptar
condiciones de vida inferiores a las de los europeos suscitó en el
pasado tensiones en el mercado laboral. El empresariado francés
favoreció entonces la llamada «reunificación familiar». La ley
de 1976, la interpretación que de ella hizo el Consejo de Estado en 1977
y la jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos Humanos
desestabilizaron ampliamente la sociedad. El mismo fenómeno puede
observarse en Alemania desde que se adoptaron disposiciones similares a
aquellas con la inclusión, en 2007, de la reunificación familiar en la
legislación alemana sobre la inmigración.
Contrariamente
a otra idea generalizada, los migrantes económicos no plantean un
problema de identidad para Europa, pero su ausencia sí constituye un
problema para sus países de origen. Y también plantean un problema
social en Alemania, donde –debido a la política estimulada por Ulrich
Grillo– la clase obrera ya está siendo víctima de una feroz explotación.
En
todos los demás países donde se han aplicado ese tipo de políticas,
no son los migrantes económicos los que han representado un problema
sino la posterior reunificación familiar.
¿Quién fabrica la imagen actual de «crisis de los refugiados»?
Desde
el inicio del año 2015, el cruce ilegal de la frontera de Turquía hacia
Hungría, que costaba 10 000 dólares, bajó a 2 000 dólares por persona.
Hay ciertamente traficantes de personas que son verdaderos esclavistas,
pero también hay gente que ayuda a los migrantes en el cruce de las
fronteras simplemente porque quieren ayudar a personas en dificultad.
En todo caso, cabe preguntarse ¿quién paga la diferencia?
Por
otro lado, al principio de la guerra contra Siria, Qatar imprimía
pasaportes sirios falsos y los entregaba a los yihadistas de al-Qaeda
para que pudieran convencer a los periodistas de la prensa atlantista
de que eran «rebeldes sirios» y no mercenarios extranjeros.
Pero actualmente, algunos traficantes de personas están entregando
pasaportes sirios falsos a migrantes de otras nacionalidades. Y
los migrantes los aceptan pensando, acertadamente, que esos pasaportes
falsos han de facilitarles la entrada en la Unión Europea. En efecto,
como los Estados miembros de la Unión Europea han cerrado sus embajadas
en Siria –con excepción de la República Checa y Rumania– ahora no tienen
cómo verificar la autenticidad de esos pasaportes.
Hace 6 meses, yo expresaba mi sorpresa ante la ceguera de los dirigentes de la Unión Europea, señalando que no percibían la voluntad de Estados Unidos de debilitar a sus países, incluso mediante la «crisis de los refugiados» [2]. El mes pasado, la publicación Info Direkt señalaba que, según los servicios de inteligencia de Austria, el éxodo de refugiados sirios hacia Europa estaba siendo orquestado por Estados Unidos [3]. Es una imputación que está por verificar, pero también constituye una hipótesis sólida.
En
todo caso, todos estos acontecimientos y manipulaciones carecerían de
gravedad si los Estados miembros de la Unión Europea pusieran fin a la
reunificación familiar. El único verdadero problema no sería entonces la
entrada de los migrantes sino la tragedia de los que mueren en el
intento, tratando de cruzar el Mediterráneo, precisamente la única
realidad que no moviliza a ningún dirigente europeo.
¿Qué trama la OTAN?
La
OTAN, o sea el brazo armado internacional de Estados Unidos, no ha
reaccionado. Pero, según sus nuevas misiones, la alianza atlántica
se reserva la posibilidad de intervenir militarmente ante los grandes
flujos migratorios.
Sabiendo que sólo
la OTAN dispone de la capacidad de “incrustar” una información
tendenciosa o simplemente falsa en la primera plana de todos los diarios
de sus países miembros, es altamente probable que ese bloque
militar esté organizando la actual campaña. Además, el hecho que esa
campaña esté presentando a todos los migrantes como refugiados que huyen
de las zonas de guerra y la insistencia sobre el origen supuestamente
sirio de todos estos migrantes hacen pensar que la OTAN está preparando una acción pública relacionada con la guerra que secretamente dirige contra Siria.
Fuente: La Republica (España)
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