TOMALA VOS, DÁMELA A MI…
17:00 – (Por Rubén Lasagno) – La incompetencia,
la desidia, el egoísmo político y la corrupción (además de la falta de
justicia) son elementos que se conjugaron para que Caleta Olivia sea una ciudad
“seca” con un acueducto destruido, un paralelo que no funciona y la planta de
Ósmosis Inversa, ingenio que toma agua del mar la procesa a presión, le quita
la sal y la reinyecta potable en el sistema domiciliario, es un solución
viable, pero vergonzosa, como todo lo que ha emprendido y financiado el
kirchnerismo en Santa Cruz y lo que ha tomado como posta el macrismo, quien
terminó haciendo todo mal, sumando millones de pesos más a los contribuyentes y
finalmente entregándoles a los propios
estafadores iniciales, las mismas obras que les había “quitado” prometiendo su
conclusión en un trámite rápido y transparente.
A 3 años y medio del macrismo, al menos en lo relacionado
con Santa Cruz, debo decir que es una vergüenza la forma en que se han
gestionado las obras corruptas del kirchnerismo, quien inventó una serie de emprendimientos
“interminables” con el solo objeto de mantenerlos “vivos”, facturar, lavar
dinero con los amigos y de vez en cuando generar una “inauguración falsa”, para la “gilada”,
como es costumbre de este régimen populista cuyo mejores exponentes fueron
Néstor y Cristina Kirchner y ahora Alicia.
EL actual gobierno nacional se hizo cargo de la Planta de
Ósmosis Inversa de Caleta que en 2016 dejó en manos de Cristóbal López, sabiendo de antemano que dicha obra era un pozo negro millonario que se había llevado
miles de millones al sumidero y los bolsillos K y de su amigo el zar del juego, pero aún así, le dio continuidad bajo la
fachada de CPC SA y todo terminó como
debía terminar: otro fraude, más millones perdidos (de los cuales Macri
tampoco pretende dar cuenta) y ahora, alegremente le traspasa la obra nada menos que al municipio de Caleta Olivia,
una unidad de gestión que desde que asumió lo
único que hace es pagar los sueldos municipales y con dificultad. Nadie
evalúa dónde pueden ir los fondos que se manejen en el futuro, porque claro, a
nadie le importa.
El 15 de agosto del 2018 lo adelantamos con precisión: las
obras que Macri les había quitado al kirchnerismo “por corrupción” en Santa
Cruz, volverían a manos de nuestros
victimarios. Y así es. La autovía de Caleta Olivia, nunca terminada pero
pagada más de 2 mil millones de pesos, el acceso a Caleta Olivia y la planta de
Ósmosis, son algunos ejemplos que nos dan la razón.
Como si eso fuera poco, también el gobierno nacional le
cederá en un mes más, el hospital Samid
de El Calafate, con el correspondiente presupuesto
a cargo de todos los argentinos. Esta maniobra fueun pedido expreso del
gobierno a través de Rocío García y a pesar de haberlo negado varias veces, hoy
se conoce la verdad. Obviamente y como
sucede en Santa Cruz, ese centro médico terminará
con la misma funcionalidad, falta de atención, insumos, carencia de médicos y
deudas, como los hospitales públicos de la provincia. Pero eso a Macri no
le preocupa; lo importante para el presidente es sacarse de encima los problemas y colaborar con su socia política,
la gobernadora Alicia Kirchner, la mejor alumna del ajuste ordenado por
nación, tal las palabras del propio Rogelio Frigerio.
No es casual todo esto. El trasfondo político de estos traspaso
es evidente. En lo que resta del año las campañas de la gobernadora y su
séquito rondarán estas obras a las que, seguramente, tampoco van a terminar en el curso de este año y cientos de
millones de pesos, sin duda, volverán a pasar por las manos del gobierno, caerán
en manos de intendentes amigos que no tienen problemas para que se les pegue el
dinero y se abonarán en las empresas amigas de Santa Cruz, todas conocidas
nuestras, que conforman el círculo de la corrupción de la obra pública que, a
pesar de tanto discurso barato desde el gobierno nacional, nadie quiere
desbaratar en esta provincia. (Agencia OPI Santa Cruz)