viernes, 22 de febrero de 2019

TOMALA VOS, DÁMELA A MI…



TOMALA VOS, DÁMELA A MI…




17:00 – (Por Rubén Lasagno) – La incompetencia, la desidia, el egoísmo político y la corrupción (además de la falta de justicia) son elementos que se conjugaron para que Caleta Olivia sea una ciudad “seca” con un acueducto destruido, un paralelo que no funciona y la planta de Ósmosis Inversa, ingenio que toma agua del mar la procesa a presión, le quita la sal y la reinyecta potable en el sistema domiciliario, es un solución viable, pero vergonzosa, como todo lo que ha emprendido y financiado el kirchnerismo en Santa Cruz y lo que ha tomado como posta el macrismo, quien terminó haciendo todo mal, sumando millones de pesos más a los contribuyentes y finalmente entregándoles a los propios estafadores iniciales, las mismas obras que les había “quitado” prometiendo su conclusión en un trámite rápido y transparente.

A 3 años y medio del macrismo, al menos en lo relacionado con Santa Cruz, debo decir que es una vergüenza la forma en que se han gestionado las obras corruptas del kirchnerismo, quien inventó una serie de emprendimientos “interminables” con el solo objeto de mantenerlos “vivos”, facturar, lavar dinero con los amigos y de vez en cuando generar una “inauguración falsa”, para la “gilada”, como es costumbre de este régimen populista cuyo mejores exponentes fueron Néstor y Cristina Kirchner y ahora Alicia.
EL actual gobierno nacional se hizo cargo de la Planta de Ósmosis Inversa de Caleta que  en 2016 dejó en manos de Cristóbal López, sabiendo de antemano que dicha obra era un pozo negro millonario que se había llevado miles de millones al sumidero y los bolsillos K y de su amigo el zar del juego, pero aún así, le dio continuidad bajo la fachada de CPC SA  y todo terminó como debía terminar: otro fraude, más millones perdidos (de los cuales Macri tampoco pretende dar cuenta) y ahora, alegremente le traspasa la obra nada menos que al municipio de Caleta Olivia, una unidad de gestión que desde que asumió lo único que hace es pagar los sueldos municipales y con dificultad. Nadie evalúa dónde pueden ir los fondos que se manejen en el futuro, porque claro, a nadie le importa.
El 15 de agosto del 2018 lo adelantamos con precisión: las obras que Macri les había quitado al kirchnerismo “por corrupción” en Santa Cruz, volverían a manos de nuestros victimarios. Y así es. La autovía de Caleta Olivia, nunca terminada pero pagada más de 2 mil millones de pesos, el acceso a Caleta Olivia y la planta de Ósmosis, son algunos ejemplos que nos dan la razón.
Como si eso fuera poco, también el gobierno nacional le cederá en un mes más, el hospital Samid de El Calafate, con el correspondiente presupuesto a cargo de todos los argentinos. Esta maniobra fueun pedido expreso del gobierno a través de Rocío García y a pesar de haberlo negado varias veces, hoy se conoce la verdad.  Obviamente y como sucede en Santa Cruz, ese centro médico terminará con la misma funcionalidad, falta de atención, insumos, carencia de médicos y deudas, como los hospitales públicos de la provincia. Pero eso a Macri no le preocupa; lo importante para el presidente es sacarse de encima los problemas y colaborar con su socia política, la gobernadora Alicia Kirchner, la mejor alumna del ajuste ordenado por nación, tal las palabras del propio Rogelio Frigerio.
No es casual todo esto. El trasfondo político de estos traspaso es evidente. En lo que resta del año las campañas de la gobernadora y su séquito rondarán estas obras a las que, seguramente, tampoco van a terminar en el curso de este año y cientos de millones de pesos, sin duda, volverán a pasar por las manos del gobierno, caerán en manos de intendentes amigos que no tienen problemas para que se les pegue el dinero y se abonarán en las empresas amigas de Santa Cruz, todas conocidas nuestras, que conforman el círculo de la corrupción de la obra pública que, a pesar de tanto discurso barato desde el gobierno nacional, nadie quiere desbaratar en esta provincia. (Agencia OPI Santa Cruz)