Diáspora kirchnerista y el fin del silencio de los cómplices
11:30 – (Por Rubén Lasagno)
– La degradación que opera en la omertá kirchnerista detenida, es
producto de la desconfianza y el desamparo en el cual quedaron aquellos
que como López, Manzanares, Campillo o Pochetti, solo por mencionar
algunos de los más importantes “arrepentidos” en las múltiples causas de
corrupción K, están perdiendo la paciencia y recuperando la voz,
intentando “salvar las pilchas”, aún cuando hablar de los delitos que
cometieron sus jefes, es como escupir para arriba.
Era obvio (y lo marcamos en su oportunidad) que tanto
Manzanares como Campillo no iban a soportar la presión carcelaria. Más aún
cuando su jefa y los involucrados en la
cadena de mando de la cleptocracia K se ponen a salvo con sus fueros y como si
fuera poco, la hoy senadora y su hijo pretenden ingresar en la política a la
multimillonaria Florencia, para revestirla de impunidad, gracias a la
vergonzosa interpretación de los fueros que hacen políticos y jueces o la
“teoría Pichetto”, nacida para encubrir a delincuentes como CFK o Menem y los
que seguramente ingresarán en los próximos años.
Lo que no pueden regular los Kirchner es la lengua bípeda de quienes sienten que los dejaron solos, aguantando todo el peso y responsabilidad de sus acciones, las cuales, más allá de los beneficios económicos inmensos obtenidos, los dejó fuera del juego, socialmente marginados, con sus familias en algunos casos destruidas y en otros avergonzadas y embargados por varias generaciones.
Día a día se advierte que inversamente proporcional a la visibilización de los delitos de los Kirchner y su banda durante la década pasada en las múltiples causas que rondan a todos los integrantes de los últimos tres gobiernos, se alejan (disimuladamente y sin hacerlo público) quienes están asociados políticamente al sector contaminado por la corrupción pasada, aún cuando las encuestas pagas junto con el gobierno nacional, difunden que CFK posee un 28 o 30%, lo cual es absolutamente irrelevante a la hora de que cada ciudadano decida poner el voto en la urna en el mes de octubre.
¿Será el fin del silencio?, si es así lo que está por venir es la debacle total de la Omertá. Resta menos de un año para que los jueces destapen totalmente la cloaca de la corrupción K. Los escenarios después de octubre son claros y precisos: si el peronismo gana, todo será dilapidado, los esfuerzos por la verdad sepultados y los tránsfugas liberados. Si gana un candidato no peronista o reelige Macri, el kirchnerismo comenzará a disolverse rápidamente y la jefa de la banda ya no tendrá retorno de su caída en desgracia. El único destino que le espera es la cárcel. (Agencia OPI Santa Cruz)