viernes, 22 de febrero de 2019
Nacionales
67.000
FOTOS Y 3 MESES
No se confundan, este título no
corresponde a una saga numérica que comenzó con aquella obra titulada “Diez
Años y Veinte Días”, surgida de la pluma del Gross Admiral Karl Doenitz, la única coincidencia que tienen es que
ambas se refieren a hechos que corresponden a dos Armadas, pero los hechos son
completamente distintos, en una son heroicos y en la otra son lamentables,
vergonzosos y no es desmesura tildarlos también de criminales.
Tampoco 67.000 fotos y 3 meses salió
de pluma alguna sino de la estulticia, impericia y quizás de adjetivos
descalificativos mucho más graves, del Comandante en Jefe de las Fuerzas
Armadas, Mauricio Macri, su ministro de Defensa, Oscar Aguad y también de
jueces que ya la servilleta les queda corta, ahora son de mantel.
Han pasado tres meses de aquel día,
que “casualmente” era el último de la hasta ese momento infructuosa búsqueda (cabe
consignar que la destrucción de Argentina es un cúmulo de “casualidades”), del
submarino ARA San Juan y tras su hallazgo se tomaron 67.000 fotografías del
buque, de las que hasta el momento no se ha informado nada, ni siquiera si
salió fuera de foco u oscura, una sola de ellas.
Ni la prensa canalla ni la
partidocracia opositora, tan infame como la oficialista, han dicho una sola
palabra de este despropósito. A la Armada no se le puede reprochar su silencio
porque está muy claro que hace mucho tiempo que no tenemos Armada. Solo se sabe
que existen unos uniformados que, como en una tabernaria gresca, se lanzan
imputaciones sórdidas los unos a los otros. No es esta la época de los “puñales dorados” de los que nos hablaba
aquel romance, sino la de los “cuchillos cachicuernos”, y ante el poder nadie
le toma “juras” sino que todos asienten y se doblegan. Aquello fue Santa Gadea
de Burgos y esta es la triste realidad argentina, tiempos de “villanos que no hidalgos”.
Y los argentinos tenemos el derecho
y algo más importante, el deber, de preguntarnos: ¿Qué pasó con esos miles de
fotos? ¿Existieron realmente? ¿Las están retocando? ¿Qué se oculta? ¿Se
evidencia en ellas que nuestro buque fue hundido por un artefacto explosivo
lanzado por nuestro enemigo histórico y permanente, Gran Bretaña? ¿La búsqueda
fue una farsa y una costosa estafa a la vez? ¿La verdad sobre el ARA San Juan
nunca se sabrá? ¿Quiénes son los operadores de la cortina de silencio?
Pasa el tiempo, la impunidad impera
y la ofensa crece.
“La maldad insolente” se burla de
los argentinos de bien. Y continuando con el gran pintor, cada día más diestro
y acertado, de la desgracia argentina, hoy más que nunca seguimos viviendo “revolcaos en un merengue y en un mismo
lodo, todos manoseaos”.
Triste destino el de los argentinos.
Pero tiene remedio eficaz, solo si
se lo administra en abultadas e impiadosas dosis. ¿Su nombre? Escarmiento
Nacional ¡Urgente!
Fernando José Ares