Como debe combatirse al comunismo (1) - Economía (Mons. Fulton Sheen)
LA MANERA ECONÓMICA DE
COMBATIR AL COMUNISMO, ES CONVERTIR A LOS OBREROS EN CAPITALISTAS CON
UNA AMPLIA DIFUSIÓN DE LA PROPIEDAD PRIVADA
Antes de sugerir cómo
puede hacerse esto, debemos decir unas palabras sobre la moral de la
propiedad. La ley moral afirma que el derecho a la propiedad varía en
razón directa de su proximidad a la personalidad. Un hombre, por
ejemplo, podrá no usar la palabra "mío" en la misma forma cuando la
aplica a su comida, su ropa y su techo, como cuando se trata de su yate o
su Rembrandt.
Cuanto más cercanas están las cosas a la personalidad,
que es la fuente de la responsabilidad, más fuerte es el derecho a la
propiedad; cuanto más lejos están de la personalidad, más débil es.
Cuando la propiedad era real más que financiera, como hoy, el derecho de
propiedad solía ser inseparable de la responsabilidad. Un hombre tenía
un caballo; podía exhibir su título al animal, podía decir "Es mío".
Pero también respondía por él. Si el caballo pisoteaba el jardín del
vecino, su dueño tenía que indemnizar a aquél. Pero como era el dueño
del caballo, lo fiscalizaba, cuidaba y usaba, y tenía derecho asimismo
al cien por ciento de las ganancias que dába éste.
Con el
desarrollo de las finanzas, esas dos cosas que estaban destinadas a
estar unidas, esto es la propiedad y la responsabilidad, han tendido a
separarse. Hoy, harto a menudo, los que poseen no trabajan ni
administran, y los que trabajan o administran no poseen. En esas
condiciones, los accionistas se diferencian de los directores y de los
obreros. Cuando los propietarios o accionistas descargan su
responsabilidad en la dirección, renuncian a una de las características
esenciales de la propiedad, y por lo tanto a uno de los títulos a las
ganancias. Pero los dueños o accionistas pretenden todas las ganancias,
aunque han renunciado al 50 por ciento del título, esto es, a la
responsabilidad. Los accionistas sólo son creadores pasivos de la
riqueza: los creadores activos son los obreros. Por esa razón, la
encíclica papal recomienda que "debe modificarse el sistema de los
salarios en forma tal que se le dé al obrero una participación en las
ganancias, en la dirección y en la propiedad de la industria donde
trabaja".